Seungmin siempre escuchó la importancia de usar el cinturón de seguridad pero nunca creyó que algún día sufriría un accidente.

Grave error

Seungmin estaba poniéndose su traje, era uno rojo color vino ceñido a su cuerpo, resaltando su cintura.

Estaba dirigiéndose al despacho de su abogado, este lo había llamado para avisarle que la herencia de su tía política estaba a su nombre y como único familiar él la obtendría, multimillonario con una firma, el mejor día.

No es que el sufra económicamente, al contrario sus padres fueron los dueños de una de las mejores compañías de hotelería en Corea.

- Joven Kim debería usar el cinturón - mencionó su chofer.

- No te preocupes Choi nada malo pasará, dime ya vamos a llegar - sonrió mostrando su perfecta dentadura.

- En unos 15 min llegaremos - lo miró por el retrovisor y vio que el chico estaba enviando mensajes y sonriendo enamorado.

El semáforo se puso rojo, mientras esperaban a que cambie de color uno de esos chóferes imprudentes hacía sonar el claxo con insistencia.

- Esta en rojo, no podemos hacer nada - comentó el chofer

- Lo se, 10 segundos no le hará perder nada - habló y volteó su vista al auto, era uno negro y era conducido por un hombre adulto.

El semáforo cambio a verde y apenas dio marcha, el auto negro arrebasó por su derecha (ellos encontrándose dos carriles a la izquierda) y en una maniobra imprudente giró en "U" golpeando de primera mano el auto donde viajaba Seungmin.

Todo paso en un par de segundos, donde toda sus vida cambiaría drásticamente, el estruendoso ruido reventó en los oídos de Kim, su cuerpo chocó con fuerza contra el otro extremo del carro su cabeza impactando con el vidrio de la ventana este rompiéndose al instante.

Sus últimos segundos de conciencia solo escuchó el murmullos y algunos gritos de las personas antes de cerrar los ojos y ver por última vez la luz.

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Los golpes en la puerta de su habitación lo despertaron, abrió los ojos y suspiró.

- Pase - alzó la voz, escuchó como esta era abierta, y los tacones de la empleada se acercaban a él.

- Joven Kim buenos días, su desayuno esta listo, desea que se lo pase o bajará al comedor - preguntó con amabilidad la señora.

- Traelo porfavor - se sentó en la cama, acomodando las almohadas en su espalda.

- Claro, ya se lo traigo - los pasos se alejaron y la puerta fue cerrada.

Recargó su cabeza en la pared, pensando en las cosas que tendría que hacer el día de hoy, recordaba que tenía que asistir al médico, le darían las radiografías de su última consulta.

Nuevamente el golpeteo en la puerta se escuchó, siendo abierta segundos después.

Escuchó como una bandeja era dejada en  su mesita de noche, después como un lado de la cama se undia , su rostro fue tomado por una manos suaves y sintió la respiración de alguien en sus labios.

Sonrío cuando comprendió quien era, un beso fue dejado en su mejilla.

- ¿Jeongin? - su voz salió más dulce.

- El mismo príncipe, ¿como amaneciste? - acarició su mejilla.

- ¿La verdad? - sus manos fueron tanteando el cuerpo del contrario hasta que llegó a sus manos y las sujeto.

Jeongin rodó los ojos fastidiado y asintió, después recordó que no lo podía ver.

- Si, sabes que no me gusta que me mientas - habló usando su voz amable.

- Estoy asustado, hoy me entregan los resultados y no sé que esperar, ¿me acompañaras? - tenía la esperanza que le diga que si, así festejarian o tendría en quien apoyarse para llorar.

- Claro amor, ahora desayuna ¿si?

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Desabrocho su cinturón de seguridad y con ayuda de su novio bajó del auto caminaron unos minutos, entraron al consultorio y fueron recibidos por el médico.

-...el 3% hay de posibilidad de que vuelva a recuperar la visión, el golpe fue muy severo y esa parte de tu cerebro se estropeó, podemos hacer algo pero no te aseguro nada Seungmin- entregó la carpeta con los papeles.

Los ojos del castaño se cristalizado y se aferró al brazo de Jeongin.

Salieron del lugar y su novio se adentro al consultorio nuevamente.

- Gracias, en unas horas te haré la transferencia, un placer hacer negocios con usted - hizo una reverencia y salió con una sonrisa triunfadora.

Todo estaba saliendo como lo planeó

- Seungminnie, tranquilo podremos buscar más opciones, aunque tal vez den el mismo resultado - vio como el castaño hizo un claro acto de dolor y solo lo abrazó.

Pasaron nuevamente a la casa Kim ahí estando hasta que dio el atardecer.

- Te tengo una sorpresa para subirte el ánimo  - mencionó el rubio.

- No hace falta Innie - pegó su mejilla a la almohada.

- Ponte algo lindo, quiero ir a cenar contigo - trató de convencer - vamos consciente a tu lindo novio - insistió- por favor~ - empezó a hacerle cosquillas hasta que Seungmin asintió.

Dejo al menor solo y fue a esperarlo en la planta baja, a los minutos bajó con un pantalón de vestir negro y una camisa blanca, algo muy sencillo pero le quedaba bien

Salieron tomados de la mano, disfrutando de aquella tarde, era hermosa con colores rosas adornando el cielo, y el aire fresto golpeando sus cuerpos, el viaje fue silencioso pero cómodo.

Ahora se encontraban cenando, Jeongin ayudándole con la camida.

- Seungmin- llamó su atención - se que nos conocemos hace poco pero - tomó sus manos y las acarició - me gustas mucho, te amo como no imaginas - acarició su mejilla - quiero pasar el resto de mi vida contigo, dame esa oportunidad.

- Jeongin, hablas encerio- sus ojos se cristalizaron - me amas tanto como dices - limpió una lágrima que caía por su mejilla.

- Te amo Seungmin ¿quieres casarte conmigo?

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Bienvenidos espero les guste y disfrutenla como yo♡

Capítulo doble porque es día de estreno<3