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Capítulo 7



Me moví incomoda en la cama, sentía como si habitara un peso junto a mí, llegue un momento en el no aguante más. El agobio me estaba asfixiando poco a poco, como cuando sientes que no puedes respirar y te mueves en tu cama intentando que tu respiración vuelva a hacer pacífica.

Me senté a su vez que movía las piernas con brusquedad moviendo las sábanas haciéndolas caer al suelo, lagrimas comenzaron a caer de mis ojos trazando un frio camino por mis mejillas hasta desaparecer por mi quijada. No podía creer que esto me estuviera pasando de nuevo, aun así seguí sintiendo como me asfixiaba.

"Ves por qué digo que eres débil"

- No siempre seré débil, debes tener en cuenta eso - Suspiro agotada, el sentimiento de agobio no desaparece en ningún momento.

Decidí levantarme e ir por un vaso de agua a la cocina, pero antes de irme mire el pequeño reloj en la mesita de noche 3:00am marcaba en neón. Cuando llegue a la cocina tome un vaso para luego abrir la nevera. Y es ahí donde me topé con mi reflejo distorsionado en la puerta de la nevera, una sonrisa triste se asomó en mi rostro e inconscientemente las lágrimas volvieron a marcar su camino habitual en mis mejillas.

No podía soportar más esto debía hacer algo, abrí la nevera para así poder beber agua. Cuando el líquido paso por mi garganta sentí como este no podía bajar, como el nudo en ella no me dejaba tragar con naturalidad.

Un sollozo silencioso escapo de mis labios, ya estaba cansada de todo. De que me tacharan de desquiciada, de que muchas personas me tuvieran odio o miedo, hasta lastima al tenerme cerca, otro sollozo trajo más lagrimas a mis ojos, coloque el vaso en la encimera. Me limpie el rostro con el dorso de mi mano.

Cuando intente caminar mis piernas flaquearon por completo haciéndome caer al instante de rodillas, esto es totalmente agobiante, las personas esperan tanto de mí que yo no sé si podré continuar con todo.

Me hice un ovillo en el suelo, mientras que el dolor punzante en mi pecho seguí creciendo, mi respiración entre cortada y mis lágrimas saliendo de mis ojos sin querer cesar. Esa era yo, esa soy yo y esa seré. Una persona débil, una persona que no puede si quiera tratar de salir del hoyo en el que se encuentra.

Así de patética soy en mis madrugadas emocionales, no sé cuánto tiempo paso o en qué momento todo se tornó totalmente negro.

Para cuando desperté me encontraba de nuevo en mi cama, mire a mi alrededor todo estaba a oscuras. Extendí mi mano para encender la lamparita que se encuentra en la mesita de noche, la encendí y solté una exhalación de sorpresa al encontrarme a Nick sentado en uno de mis sillones pequeños junto a mi cama, se encontraba en un sueño profundo.

Me acomode mejor para mirarle detalladamente, su cabello alborotado medaban ganas de tocarlo, sus ojos cerrados lo hacen ver tan inocente, su nariz perfilada, sus labios un poco carnosos me dan una necesidad tan grande de besarlos.

- Si sigues así no responderé por lo que te llegue a pasar - Dice abriendo los ojos y estirándose un poco.

Yo me volví a hacerme la dormida.

- Sé que estas despierta - Dice posando su mano en mi mejilla para luego acariciarla con su pulgar, en eso una lágrima solitaria resbala por mi mejilla y él la limpia de inmediato - Areu, me preocupas ¿Qué es lo que tienes? - No sabía cómo responder esto, una fugas sonrisa se asoma en mis labios antes de hablar.

- Nada - Respondo con simpleza para luego dar la media vuelta y así poderme tapar completa con el edredón.

- Mentir es malo, Areu. Puedes confiar en mi - Ciento como la cama se hunde por su peso.

- Fingir también es malo - Digo volviendo a sentir el agobio en todo mi ser.

- No estoy fingiendo, te conozco y sé que te sucede algo - Me toca el hombro tratando de hacer que me voltee y lo hago con brusquedad antes de hablar.

- No me conoces Nick, nadie me conoce. Ni yo misma se quién soy - Y mis lágrimas volvieron a salir, volver a llorar enfrente de él me hace sentir aun peor.

- Areu... - Su silencio me hace sentir cada vez peor por tener la razón.

Para él soy otra chica más con la que está obsesionado y él lo llama amor, pero sé que esto no lo es. No es amor.

Él al ver que mis lágrimas no cesan decide por abrazarme y así pasamos hasta que volví a caer en la inconciencia, yo llorando entre sus brazos y él acariciándome la espalda dándome su aprecio y apoyo hacia mi persona.

***

Despertar de una noche de drama me hace sentir sucia y repugnante, me levante y fui directo al baño, necesitaba una ducha fría por al menos veinte minutos.

Después de ducharme y vestirme; me coloque un jean negro más unas zapatillas deportivas negras, una camisa color blanco debajo de un suéter corto negro con mangas hasta los codos.

Ya comenzaba la época de invierno en el pueblo y el clima se colocaba cada vez más gélido.

Cuando me estaba terminando de peinar entra Nick como si nada a la habitación.

- ¿Nunca te enseñaron a tocar antes de entrar? - Digo sarcástica.

- Siempre he entrado así, nunca me habías dicho algo - Dice confundido.

- Nunca digas nunca, cariño - Coloco el peina en la peinadora - ¿Qué haces aquí? - Lo digo en un tono de fastidio, él me observa confundido antes de hablar.

- Vine a hablar contigo.

- Eso ya es un hecho ¿No? Ya se puede ir - Me gire en el asiento para poder levantarme mejor del banco.

- No, no es un hecho - La seriedad de su voz me causa gracia.

- Oh! Cierto, no estamos hablando ¿Verdad? - La ironía es muy notable en mi voz.

- Tú no eres así - Me reclama - Algo te sucedió y no me quieres decir - Dice pensativo.

- No cariño, nada sucedió y eso está muy claro ¿O te lo explicó con manzanas? - Digo aburrida de la situación.

- A ver, explícame lo que sucede ¿O tendré que descubrirlo?

- Has lo que quieras, a mí no me importa lo que te suceda o lo que hagas - Me encamino hacia la puerta y así poder disfrutar de un sábado helado, pero antes de que pudiera siquiera tocar el pomo de la puerta el me sujeta del brazo izquierdo haciéndome quedar enfrente de él.

- No iras a ningún lado hasta decirme que te sucede - La decisión por saber que me sucede es muy firme.

Me solté de un jalo para luego empujarlo y tomarlo del cuello apretándolo con fuerza contra la pared.

- Ya me tienes harta de tu insistencia - Paseo mi vista por su rostro - Pero, lamentablemente no podrás saber que paso o pasará - Digo con tristeza fingida aflojando la presión en su cuello - Solo siéntate a mirar el espectáculo que se avecina, lo disfrutaras - Me acerco a su oído para luego morder suavemente el lóbulo de la oreja - O sí que lo disfrutaras - Bajo mi mano derecha lentamente trazando una línea inexistente por su pecho hasta llegar al inicio del pantalón - Ahora lárgate de mi habitación - La frialdad en esa oración le provocó un escalofrió, me separe y me fui, tanto de la habitación como de la casa.

***

Me encontraba caminando entre el medio del bosque, mis pensamientos iban y venían a un velocidad que me desconcertaba, me detuve un segundo para mirar el cielo y ver si se hacía tarde. En eso escuche como una rama era pisada o quebrada, a paso lento fui retrocediendo hasta chocar mi espalda con un árbol.

- A ver, Norlam ¿Cómo pretendes hacer eso? - Escuche una voz que reconocía como la de Lyla.

- Muy fácil querida, solo hay que saber cómo jugar con ella - Responde él con simpleza.

- Dudo que sea algo fácil - Cuando las voces se acercaron y supuse que podía golpear a alguien, salí de improvisto de mi escondite dándole un golpe con mi pierna en el estómago a...

- ¡Demonios! ¡Eso dolió! - Me grita el chico pelinegro.

- Ay! Perdóname, no era mi intención - Digo tratando de sonar arrepentida pero no me salió muy bien que digamos, ya que mi sonrisa de victoria no se quería quitar de mi rostro.

- ¿Areu? - Pregunta con confusión Lyla.

- La misma en persona - Extiendo mis brazos y doy una vuelta.

- ¿Qué haces aquí? - Dice seco mientras que me mira con odio.

- Eso a ti no te incumbe - Digo inexpresiva.

- Tú no eres esa chiquilla entrometida - Dice como si lograra ver más allá de mí.

- ¿Qué te hace pensar tal cosa? - Digo y al ver que hizo una seña con sus ojos, actué rápido y sujete la mano de Lyla en forma de puño con una de mis manos, la jale hacia mí para luego lanzarla lejos.

- Eso - Dice obvio.

- A ver, hay muchas cosas que desconoces. Cariño, no siempre las sabrás todas - Digo acercándome con lentitud, pero él no se mueve.

- ¿Y qué es lo que desconozco? - Él también  avanza hasta que solo quedamos a centímetros de nuestros rostros y yo sonrío con inocencia.

- Muchas cosas - Digo rosando nuestros labios para luego separarme un poco mientras que nuestras respiraciones se mezclan entre sí, veo como él se relame los labios y yo sonrío internamente.

Luego me vuelvo a acercar para volver a rozar nuestros labios, haciéndonos olvidar de nuestro alrededor. Él esperaba que yo diera el siguiente paso, o sí que lo daría. Me separe de golpe y me gire para ver a Lyla.

- Nos vemos el lunes Lyla - Hago una ademan con una de mis manos en forma de adiós antes de irme a paso rápido del lugar.


N/A 

No sé ustedes, pero esto se esta volviendo intenso :) 

¿Alguna teoría de lo que sucederá? 

Leeré  sus teorías.

Nos vemos pronto mis pequeños monstruos 

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