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Capítulo 6

Después de que mi tia nos diera un jarabe de luenga por todo lo que ha sucedido desde que llegue al pueblo, pero en sí. Se la dio más a Nick que a mí, ella le dejo muy en claro que no confiaba en él y que no me quería ver cerca de mí, cosa que dudo que el haga.

Después de todo el regaño Nick se fue y mi tia y yo cenamos en un silencio tenso e incómodo, ella se encontraba muy pensativa y eso me preocupaba.

-¿Sera que se arrepintió de haberse quedado con mi custodia? -Digo en voz alta.

-Lo dudo -Escucho la voz de Nick entrar por la ventana.

-Me terminaras matando de infarto -Le reclamo mientras que me siento en la cama y observando como entraba por la ventana.

-¿A ti nadie te enseño que nunca dejes una escalera junto a tu ventana abierta? -Dice desconcertado.

-Y eso a ti que te importa -Me vuelvo a recostar en mi mullida cama.

-Me importa más de lo que debería -Se sienta junto a mí y me observa el rostro, debatiéndose entre sí hacer algo o no.

-¿Qué es lo que buscas, Nick? -Digo agobiada por tantas cosas que mi mente máquina que me asfixia.

-A ti -Dice acariciándome la mejilla, niego mientras que sonrío con melancolía.

-No -Digo acomodándome para sentarme y apoyar mi espalda en el respaldar de la cama.

-¿No qué?

-No, Nick no quiero que vuelvas. No quiero que estés aquí. No quiero volver a depender de ti. No quiero volver a sentirme así. No quiero nada de esto. Me canse de todo, estoy harta de que todos me digan que hacer o que no -Digo en tono deprimido, de cansancio.

-Yo cambie, lo prometo. Ya no soy el mismo de antes -Dice rápidamente, mientras que se levanta y se arrodilla junto a mí. No con el fin de rogarme si no, que para tomarme las manos.

-Eso quiero creer, pero mírate aquí a las dos de la mañana en mi alcoba como siempre hacías cuando mis padres dormían -Digo obvia.

-Algo te sucedió Areu, sé que algo paso mientras que no estuve, ya no eres la misma, algo nuevo surgió en ti lo veo en tus ojos -Aparte la mirada de él para enfocarme en el vaivén de las cortinas a causa del viento.

-No sabes nada -Digo soltándome de su agarre para acostarme bien en la cama y poder dormir -Si me disculpas tengo sueño, así que vete ahora.

-No tengas miedo, mi pequeña. Puedes confiar en mí y saber que siempre voy a estar ahí contigo -Termina de decir y toda la habitación queda en un silencio sepulcral.

-No Nick, no sabes nada y tú nunca has estado siempre cuando te he necesitado mas, donde rogaba para que llegaras y me abrazaras hasta calmarme, donde pasaba horas sin dormir incluso hasta días y aun así nunca llegabas, mientras que yo luchaba sola nadie se daba cuenta y todo seguirá así, mientras que yo lucho en el infierno hare que todos piensen que mi mundo tiene muchos colores -Cuando termine de hablar espere su respuesta, cuando no la obtuve lo busque en toda la habitación pero ya no lo veía en ninguna parte.

Unas pequeñas lágrimas por fin resbalaron por mi mejilla haciendo que me enoje cada vez más conmigo misma por ser tan débil.

Pegue un pequeño brinco al sentir como algo caía encima de mí, solté una exhalación de sorpresa al ver a alguien observándome con cautela.

-¿Quién eres? -Mi voz salió en un susurro.

-Soy tu peor pesadilla, dulzura. No lo ves -Gira en su posición -Soy alguien de tu pasado a que ha regresado con la intención que sufras todo lo que una vez me hiciste. Todo lo que una vez creíste que lograste terminar, pero no lo hiciste. Me dejaste con vida y ese es tu mayor error -La benevolencia en su voz hace que un escalofrió recorra toda mi espina dorsal.

-No sé de qué hablas -Me voz tiembla al hablar por culpa de un pequeño temblor en la boca de mi estómago -No he cometido errores -La arrogancia es algo que me sale con fluidez así que no lo tomen a mal.

-Eso es lo que tú crees Dulzura, siempre hemos cometido errores pero tú has cometido más de la cuenta, así que no creas en pajaritos embarazados y ve lo que en realidad está pasando -Pude ver como sonreía y eso hizo que el pánico me invadiera, trate de levantarme pero no podía. El único movimiento que pude ejercer fue para sentarme.

-No me puedo mover -Me encontraba totalmente desorientada -¿Qué está pasando?

-Cada acción trae una consecuencia ya sea buena o mala, bueno. No obstante, este no es el caso ¿O si dulzura? -El sarcasmo en su voz me altera, siento que el sujeto solo juega conmigo y me preocupa.

-No te entiendo, déjame en paz -Le grito sin temor a que me tia me escuchara -Solo eres una alucinación no eres real -Digo segura.

-Con que quieres herir mi sentimiento ¿No? Aunque eso no lo lograrías, eso es algo que escasea en mi cuerpo y el tuyo -Dice con burla.

-¿Qué quieres? -Digo sin saber qué hacer, al no poder moverme no tengo ninguna opción.

-Quiero muchas cosas ¿Sabias? Pero una de ellas es la más importante o bueno, una que tú ya sabes pero te niegas a asimilarla -Termina y se esfuma.

-¿Qué demonios?

La confusión es algo que habita en estos momentos todo mi cuerpo, no entiendo nada de lo que está sucediendo, vuelvo a intentar moverme y esta vez sí lo logre. Logre levantarme de la cama, decidí bajar a la cocina por un poco de agua.

Abrí la puerta con cuidado, para que no hiciera ruido. Baje con el mayor silencio posible, no quería que mi tia se despertara o alguien me notara.

Al llegar a la cocina me encontré a mi tia mirando la pared donde se encontraban los cajones al lado de la nevera.

-¿Tía? -La llame confundida, al tocar su hombro ella se volteo con rapidez dejando ver su estado, se encontraba cubierta de sangre, en la parte de su estómago y debajo de su quijada. En su cuello era notable una herida profunda en la cual todavía salían pequeños hilos de sangre.

Mire sus brazos y en su muñecas se notaba que la habían tenido amarrada con algo que le hizo pequeñas marcas color violáceas.

-¿Por qué me hiciste esto? -El dolor en su voz hace que mi corazón duela a horrores.

-Yo no fui, yo jamás te haría algo así -Digo entrando en un ciclo de ansiedad.

-¡Si fuiste tú! no niegues los hechos -Dice enojada -¡No lo niegues! -Se abalanza hacia mi haciéndonos caer al suelo, posa sus manos en mi garganta haciendo presión en ella -¡Tú me ataste y me torturaste! -Me grita y al hacerlo me escupe sangre en el rostro, mi respiración poco a poco escaseaba y yo no podía hacer nada. No podía hacerle algo ella -¡Tú y solo tú! Yo te di cobijo, te di un lugar donde vivir y ¡¿Así me pagas?! -Me vuelve a gritar, lagrimas descontroladas salen de mis ojos.

Busco la manera de quitármela de encima pero no funciona, solo hace que la presión en mi cuello crezca, no tenía nada que hacer. Ya comenzaba a ver borroso y el pánico me invadió una vez más haciendo que me alterara cada vez más.

Me desperté sintiendo como mi respiración faltaba, comencé a toser en busca de aire, sentía que me ahogaba. Trate de levantarme pero solo caí de lleno al suelo, me retorcía en el suelo a causa de mi falta de aire. Buscaba algo en mi habitación pero no veía casi nada.

Gatee como pude hacia la puerta y la abrí, pero alguien la cerro sin dejarme salir. Busque al causante de que la puerta se cerrara y me encontré con la silueta de mi tia ensangrentada.

Lagrimas salían de mis ojos, como pude le di un gran golpe a la puerta de la habitación, así gastando todas las pocas fuerzas que tenía. Cuando la inconciencia estaba por abordarme por completo, logre escuchar el grito de mi tia y por ultimo una frase que dudo poder olvidar.

-Eso agoniza como un paracito que eres -Su voz en tono perverso me hizo temblar antes de cerrar mis ojos y dejarme llevar por la oscuridad.

***

Cuando abrí los ojos me encontré rodeada de unas paredes blancas más unos aparatos, tubos que salían de estos y se posicionaban en mi brazo. Entre en un ataque de pánico, el miedo me invadió por completo haciéndome levantar de golpe y arrancarme cada uno de los tubos y aguas en mi piel, dolían un poco pero podía aguantarlo.

Me levante con rapidez y salí corriendo de la habitación sin pensarlo dos veces, debía salir lo más rápido de ahí. No podía quedarme más tiempo, cada pasillo que pasaba veía a alguien lleno de sangre caminando de un lado para el otro con la mirada vacía.

-No otra vez por favor -Me susurro a mí misma al saber lo que eran esas cosas.

Corrí y corrí hasta que un enfermero me sujeto con fuerza al rodearme con sus brazos al alcanzarme.

-¡Suéltame! -Grito y pataleo lo más fuerte que puedo, lo aruño, lo golpeo hasta lo pateó, pero él ni se inmuta.

Sentí un pinchazo en mi brazo y mi vista volvió a tornarse borrosa.

-No, por favor -Ruego -Ellos vendrán y me mataran -Susurro con mi último aliento.

***

Cuando volví a tomar conciencia pude escuchar un pitido que va y viene, supongo que es el que va al ritmo del corazón. Abro los ojos un poco para luego parpadear y adaptarme a luz blanca, trate de incorporarme pero alguien me sujeto.

-Con cuidado -Dice para luego ayudarme a sentar en la cama.

-¿Qué sucedió? -Pregunte agotada y con la voz ronca.

-Un segundo -Dice la chica vestida de enfermera antes de alcanzarme un vaso con agua para luego salir de la pequeña habitación.

En eso entro mi tía, pude notar una preocupación en sus ojos y un toque de alivio, sonríe al instante de verme.

-¡Dios! Areu casi me matas de un susto -Me abraza.

-¿Qué sucedió? -Repito, ella toma una respiración profunda.

-Tuviste un episodio de psicosis, Areu ¿Te has estado tomando las pastillas? -Al hacerme esa pregunta y el tono de preocupación en su vos, lo único que pude hacer fue desviar la mirada.

-Si y no -Susurro.

-¿Cómo así? -Aprieto mis labios antes de hablar.

-Yo en ocasiones las tomo, pero hay días en las que no las tomo y todo sigue normal -Digo sin mirarle a la cara.

-¿Cuándo fue la última vez que te la tomaste?

-Desde el funeral de mis padres -Las lágrimas no tardaron en llenar mis ojos.

-Areu -Me abraza.

-Tía perdón, yo debí tomármelas pero creí que ya no las necesitaba -La lágrimas no tardaron en deslizarse por mi mejilla.

-Tranquila, todo estará bien ¿Sí? -Susurra mientras que me abraza con fuerza, dándome apoyo -Te dejaran salir por la tarde, ahora descansa un poco. Lo necesitas -Rompe el abrazo para luego irse de la habitación.

Solté un suspiro, para luego acomodarme bien y poder dormir un poco.

Daba y daba vueltas en esa pequeña cama y no podía conciliar el sueño.

-No me mires tanto, haces que se me ponga la piel de gallina -Digo volviéndome a sentar en la camilla.

-Nunca me cansaría de mirarte -Dice con calidez.

-Eso no te queda -Digo sonriendo y él hace lo mismo.

-Eso lo sé, pero por ver esa sonrisa lo haría -Se sienta junto a mí.

-Tengo hambre -Digo al sentir a mis tripas sonar.

Sonríe -Por suerte traje comida -Y levanta una bolsa de comida china.

-No sabes cuánto te quiero -Lo abrazo rápidamente.

Ambos pasamos un rato increíble, en ocasiones Nick puede ser dulce y atento, pero en otras puede ser hasta el mismo diablo por eso hay que saber cómo hablar o tratar con él.

Después de comer y de ver una película por su celular nos quedamos dormidos un rato.

-No me puedo ir unas horas y ya se encuentra él aquí -Dice mi tia con recelo.

Abrí los ojos de golpe.

-Yo no lo invite -Me defiendo -Nick llego solito.

-Si claro, por eso es que sigue dormido plácidamente junto a ti - Me regaña.

-Nick -Susurro a la vez que le movía el hombro.

-Un ratito más -Dice y se acomoda.

-No -Y lo empujo haciendo caer al suelo y él solo pego un grito. Yo solté una carcajada cuando vi su cara de enfado para luego pasar a una de miedo al ver a mi tia al pie de la camilla.

-Hola y adiós señora Morton -Dice recogiendo sus cosas rápidamente e irse de inmediato por la puerta.

-Ya nos podemos ir, pronto vendrá una enfermera a quitarte la vía de la vena y así poder irnos a casa -Dice tranquila, como si nada hubiera pasado y yo solo asiento y me recuesto a esperar que ese momento llegue.

 N/A

Actualización doble, lo prometido es deuda. :) 

Bueno, mis pequeños monstruos  nos vemos la próxima semana con otros nuevos capítulos, nos vemos.

besos y abrazos.

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