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Capítulo 4

Después de terminar de cenar ayudé a mi tía a arreglar cocina y justo antes de despedirnos e irnos cada quien a su habitación el timbre de la casa sonó, nos miramos confundidas. Retrocedimos nuestros pasos, mientras que ella buscaba las llaves y encendía las luces yo mire por el pequeño hoyo de la puerta.

Mi impresión fue tan grande que me atraganté con mi propia saliva, me di pequeños golpes en el pecho mientras que iba regularizando mi respiración.

- Areu ¿estás bien? - Susurra mi tía, yo solo asiento. Ella me mira insegura si abrir la puerta o no, en eso el timbre vuelve a sonar - ¿Si? -Dice al abrir la puerta.

- ¡Buenas noches! Somos el oficial García y yo el oficial Torres ¿es usted Rosa Morton?

- Sí oficiales ¿en que los puedo ayudar? - Pregunta saliendo un poco más por la puerta.

- Venimos porque encontramos un charco de sangre en la Institución Night, el cual provenía de su Mercedes o eso nos informaron - Trago grueso, respiro hondo varias veces.

- La verdad no tengo ni idea - La confusión en su voz me hace sentir mal - El auto lo usó hoy mi sobrina, pero solo fue hacia la Institución y luego de regreso - Asegura.

- Tía ¿quiénes son? - Digo asomándome por detrás de ella sonando lo más inocente que puedo.

- Somos el oficial García y Torres ¿nos permitiría hacerle unas preguntas señorita? - Pregunta el oficial sujetando una pequeña libreta de notas.

- ¡Claro! - Digo abriendo un poco más la puerta.

- ¿Nos dejarían pasar?

- Sí, perdón. Adelante, pasen - Dice mi tía saliendo de su pequeño trance de confusión.

Cuando los dos oficiales entraron, nos dirigimos hacia la sala. Yo tomé asiento en uno de los sofás individuales y ellos en el grande.

- ¿Quieren té? - Pregunta mi tía.

- Si no es tanta molestia - Dice uno de los oficiales.

Esa voz gruesa, siento que ya la conozco, pero ¿Dónde la he escuchado antes?

- Ya regreso - Dice antes de retirarse a la cocina.

- Bueno señorita, nos podría aclarar ¿El por qué salía sangre de la maletera del Mercedes de su tía? - La suspicacia en su voz hacia mi persona me hace armar de valor.

- ¿Por qué tendría que decir el porqué de algo que yo no he hecho oficial? - Digo indignada.

- No, le pedimos que nos afirme si es cierto o no que había sangre en el maletero del auto.

- ¿Por qué tendría que afirmar algo que no ha sucedido oficial? O mejor dicho ¿Por qué asegura que fui yo? - Le puse una pizca de picardía a mi voz mientras que me tomo un mechón de mi cabello - ¿Cómo puede asegurar que fui yo si soy nueva en el pueblo? O ¿Dónde iría a esconder un cadáver si ni siquiera conozco el lugar?

- ¿Nos estás diciendo que has asesinado antes y que esperarás a que conozcas cada lugar de pueblo para hacerlo? - Maldito idiota, su acierto me hace pensar que este hombre sabe más de lo que aparenta.

- Oficial García...

- Torres señorita - Me corrige.

- Ok Oficial torres, ¿Enserio cree que una niña de diecisiete años podría quitarle la vida a un pobre ser humano?

- Entonces ¿Por qué responde usted con preguntas? Eso nos hace sospechar que sí es cierto lo que nos informaron - Trago grueso disimuladamente.

- Yo respondo con preguntas por el simple hecho de que vienen a mi casa a las nueve de la noche a acusarme de algo que no he hecho -Y en ese momento entra mi tía con cuatro tazas de té, tomé una y ella les entregó una a cada oficial para luego sentarse junto a mí.

- No sabes con quién estás hablando niña - Me amenaza con, ni siquiera se le puede decir sutileza a su tono de voz.

- Y usted tampoco oficial, es mejor que vea con sus propios ojos la verdad detrás del asunto ¿no? - Digo colocándome de pie dejando la taza de té en la pequeña mesita en medio de la sala.

- Cuida tu tono Areu - Me reprende mi tía - Discúlpenla oficiales, se encuentra muy agotada y estresada por la mudanza y eso - Sonríe amable y yo suelto un bufido bajo.

- ¿Vienen oficiales? - Digo sonriendo abiertamente.

- Guíenos señorita - Dice levantándose de su asiento.

- Tía yo los llevo no te preocupes - Digo y ella no muy segura asiente tomando las tazas y yéndose a la cocina.

- Espérame en el auto, García - Le ordena al hombre junto a él y este sin objetar nada se dirige al auto.

Entramos a la cochera por la pequeña puerta que hay en el portón, abrí la maletera encontrándonos con nada, absolutamente nada. Todo está limpio.

- Ve oficial, no fui yo quien asesinó a alguien - Me giró y sin darme cuenta quedamos a centímetros, nuestros rostros por poco se rozaban. Yo sonreí, ante tal acción.

- Siempre has sido así ¿no?, mi pequeña Areu - Me da un pequeño beso en la comisura de mis labios.

- Tanto tiempo Nick, casi no te reconozco - Digo besándolo de vuelta.

- ¿Sabes que no puedes huir de mi verdad? - Dice alzándome un poco para así poderme sentar en el maletero y él se posiciona en medio de mis piernas.

- Lo sé - Digo soltando un pequeño gemido cuando toca mi intimidad - No sé cómo huir, pero sí cómo destruirte - Digo lo último en un susurro antes de volver a besarlo y él me corresponde de inmediato, me separo de golpe al sentir como se puso duro - Nos debemos ir, luego sospecharan algo - Me bajé de la maletera y la cerré, luego caminé hacia la salida sin dejarle opción de reprocharme algo.

Ambos salimos del garaje y cada quien tomó su camino, él hacia el auto de policías y yo hacia el interior de la casa.

Por lo que veo el juego apenas comienza.

***

*2016*

©©©

- ¡Corre mi pequeña Areu, corre! - Nos encontrábamos corriendo colina arriba, el aire helado del invierno mecía nuestros cabellos de un lado al otro.

- ¡Voy lo más rápido que puedo, Nick! - Digo tratando de alcanzar su paso.

Corrí con un poco más de fuerza hasta que llegué a la cima junto a él, miré el camino por donde subimos y a lo lejos se podía ver la luz de las patrullas y mi corazón dio un vuelco de sorpresa mezclado con adrenalina.

- ¿Ahora qué haremos, Nick? - Preguntó mirándolo con intriga.

- Vamos a saltar - Dice con normalidad.

- Espera ¡¿Qué?! - La sorpresa y un deje de temor invadió mi cuerpo de golpe - ¿Qué estás diciendo? -Pregunto sorprendida.

- Que vamos a saltar ¿Tanto te cuesta seguirme? - Pregunta irritado.

- Yo... -Miré a todos lados, los policías subían corriendo por la colina, sólo faltaba poco para que ellos llegaran hacia nosotros - Yo...

- No es que seas una Bestia, mi pequeña Areu - Dice con simpleza tomándome de las manos - eres igual a mí.

- Puedo asesinar, torturar o cualquier otra cosa Nick - Suelto nuestras manos - Pero no atentar contra mi propia vida, eso es algo de lo que no estoy preparada para hacerlo - Digo decidida.

- Eres tan absurda ¿Sabías? - Dice con un aire furibundo - Y eso me hace preguntar ¿Por qué estoy contigo? - El sarcasmo de sus palabras hacen que mis ojos se llenen de lágrimas.

- ¿Cómo?... ¡¿Cómo puedes decir eso?! - Le grito furiosa, llevaba más de ocho años sin soltar una mísera lágrima, y no comenzare ahora.

- ¿Te dolió? ¡Oh! Dios, perdóname - Dice tan falsamente que duele - No era mi intención - Trata de tomarme una mano, pero yo retrocedo.

- ¡Quédense donde están! - Grita un oficial, cuando giré mi mirada me encontré con alrededor de una docena de oficiales apuntándonos con sus armas, ni siquiera había sentido su presencia. Todo mi ser se encontraba concentrado en Nick.

- Ven conmigo, Areu - Extiende una mano.

- No - Digo firme, encarándolo por una vez desde que nos conocimos.

- ¿Cómo te atreves? - La cólera es palpable en su rostro, pero la indignación se presentó en su voz.

- La indignación no te queda ¿sabías? - Lo miró con suficiencia, pude ver como en sus ojos se encendía la llama de su furia.

- Areu - Dice mi nombre con advertencia acercándose.

- No, ya te lo dije ¿no es así? - Retrocedo un paso - Si mueres morirás solo, yo no lo haré contigo - Mi decisión es firme y eso él no lo podrá cambiar.

- ¿Cómo osas llevarme la contraria? O ¿Se te olvidaron cuáles podrían ser las consecuencias? - Intenta pegarme, pero le sujetó la mano a tiempo para luego soltarla con furia - Si caigo tú vienes conmigo -Logra sujetarme de un brazo, yo forcejeo, pero su agarre solo se aprieta cada vez más.

- ¡Suéltala! - Escuché un grito y no sé de dónde provino o de quién era.

- Nick, suéltame - Le digo furiosa por su acción.

- No, mi pequeña Areu. Tú irás conmigo al infierno - Dice arrastrándome a la orilla del acantilado.

- Esto no es gracioso, Nick suéltame - Digo con los nervios de punta, cuando estuvimos a tan solo un paso del final del camino él me tomó de la cintura susurrándome al oído.

- Te lo dije no es así, si caigo tú también lo harás - Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir su aliento rozar mi cuello.

- No, esta vez caerás solo - Digo tomando la mayor fuerza que puedo para poder soltarme, hice un movimiento tan brusco que hizo que Nick cayera al vacío - ¡Nick! - Grité sintiendo que mi alma salía de mi cuerpo - ¡No!

- No olvides lo que te dije - Escuché su último grito.

No, esto no puede ser. Y fue en ese momento donde me derrumbé, donde lloré hasta más no poder. Nunca digas nunca, me decían muchos. Y ahora veo el porqué, Nick era todo para mí y él siempre será todo para mí.

Miro el cielo nublado recordando lo que me dijo hace algún tiempo.

*No te librarás de mi tan fácil, mi pequeña*

Me dijo una vez y espero sea real...

©©©

Me encontraba vestida completamente de negro, frente a una tumba. Una pequeña lagrima resbalo por mi mejilla, furiosa la limpié con el dorso de mi mano.

Nickolas Torres

2000-2016

Se encuentra marcado en la lápida de cemento, no podía creer que todo fue culpa mía. Los oficiales no colocaron cargos en mi contra porque para ellos fue en defensa propia, así que no fui a prisión por ese pequeño incidente.

- Una vez leí: "Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti" - Sonrió mientras hablo mirando la lápida - Siempre luché contra tu monstruo interior Nick, mientras que luchaba y cuidaba del monstruo que habitaba en ti, no sabía que me estaba convirtiendo en uno - La sonrisa triste se fue convirtiendo en una mueca - Yo... Yo también te quise.

Eso fue lo último que dije, ahí le respondí la pregunta que él siempre me hacía y no sabía cómo respóndela. Ya que en ese momento no sabía cómo me sentía, limpié una última lágrima que resbaló por mi mejilla antes de irme del cementerio.

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Me recosté en mi cama mirando el techo, no sabía cómo sentirme o en qué pensar. Cada vez que me levantaba sentía unas nauseas horribles, llevaba días sin comer bien. La pérdida de Nick me había afectado mucho, no dormía, no comía bien, ni siquiera salía. No obstante, añoraba tanto que él regresara, que volviera conmigo. Que no me dejara luchar contra el mundo yo sola.

Cerré los ojos frustrada soltando a su vez un gruñido ronco.

*2017*

Había pasado un año desde que Nick falleció, me encontraba un poco mejor, ya estaba comenzando a comer y dormir bien. Mis padres al verme en tan mal estado y hasta en ocasiones hablando sola, decidieron llevarme al psicólogo y bueno, le conté todo lo que me hacía sentir mal.

Y poco a poco ya me iba sintiendo mejor, nunca creí que hablar con alguien fuera de gran ayuda, hablar con alguien te quita un peso de encima y eso es verdad.

Hablar con mi psicólogo me ha ayudado bastante, hoy me sentía de muy buen humor.

- Te ves muy alegre hoy, Areu - Dice mi madre al verme bajar con una sonrisa plasmada en mi rostro.

- Me siento de maravilla - Digo tomando una manzana y mordiéndola, mi madre me mira indecisa entre si decirme algo o no - ¿Me vas a decir algo? - Digo analizando cada uno de sus movimientos.

- Yo... Solo te iba a decir que hoy es el aniversario de la muerte de... - Se detiene de golpe.

- De Nick, mamá. Lo puedes decir, ya casi no me afecta tanto - Digo tratando de convencerla y por lo que veo lo logré - Hoy lo iré a ver - Digo algo afligida.

- Está bien, pero no llegues tarde - Asiento terminando de comer la pequeña manzana.

Subí a mi habitación para arreglarme e ir al cementerio.

Me di una ducha corta, cuando salí me coloqué un vestido negro con flores de color blanco, más unas zapatillas negras y por último me sujeté el cabello en una coleta de caballo alta.

Me miré al espejo y me veía bien o... Eso creo. Solté un suspiro antes de tomar mi celular y bolsito de mano e irme al cementerio.

Cuando llegué coloqué el pequeño ramo de flores junto a la lápida.

- Hola - Susurro.

- Hola, mi pequeña Areu - En ese momento sentí como la sangre se esfumaba de mi rostro haciendo que apareciera una capa de sudor frío en mi frente - No te quedes tiesa, cariño - Susurró en mi oído, un escalofrío recorrió mi cuerpo haciéndome temblar -¿No dirás nada?

- ¿Nick? - Digo temblorosa girándome lentamente.

- En carne y huesos, Areu - La diversión en su voz es notable.

- Yo... Nick - Digo abrazándolo al verlo, la nostalgia me invadió por completo.

- No tienes nada que decir - Dice acariciándome el cabello - Lo que ocurrió fue un accidente - Susurra enterrando su rostro en el hueco que hay entre el hombro y la quijada.

- Nick, perdóname. Yo no debí hacer eso - Sollozo entre sus labios - Pero ¿Cómo es que sigues con vida? - La confusión es notable entre mis sollozos, el rompe el abrazo antes de hablar.

- Yo nunca atentaría contra tu vida, Areu. Lo que dijiste ese día me dolió y no sabes cuánto, yo te amo de una forma retorcida, aunque eso dirían los demás. Yo jamás te lastimaría - Me sujetó el rostro con ambas manos - Todo lo de ese día estaba planeado y pasó lo que tenía que pasar, así nadie me buscaría ya que estaba muerto. Y todo lo que hice se quedaría en el olvido, así podía cambiar mi nombre y ser otra persona.

- Yo... - Comienzo mientras me limpio las lágrimas y me suelto de su agarre - Yo no tenía ni idea, Nick ¿Por qué no me dijiste? - De un momento a otro ya no me sentía triste o si quiera culpable - Me mentiste, jugaste conmigo - Comienzo sintiendo la furia dentro de mí a su vez que retrocedía dos pasos - Nick, no sabes cuánto sufrí cada maldito día desde que te vi caer al vacío. No sabes cuantas noches no podía conciliar el sueño o si quiera probar un bocado de mi comida, todo ¡Por tu maldita culpa! - Le gritó.

- Areu, yo... - Levanté una mano para que se callara.

- No Nick, esta vez no tendrás la oportunidad de explicar nada. No te la voy a dar - Trata de acercarse a mí, pero niego haciendo que se detenga - Sufrí por ti, me había jurado que no iba a llorar por alguien en mi vida y tú llegaste a cambiarlo todo. Fuiste y serás mi kriptonita mi talón de Aquiles, pero necesito que te alejes de mí - Trato de evitar su mirada antes de finalizar - Esto es lo mejor para ambos, que cada quien siga con su camino - Unas pequeñas lágrimas fugaces comienzan a deslizarse por mi mejilla, al tener la cabeza gacha no me di cuenta en qué momento él se había acercado.

- Areu - Comienza diciendo mientras que limpia mis lágrimas - Sé por lo que pasaste y lo entiendo, te daré el tiempo que necesitas. El tiempo que creas que necesitas, yo te voy a esperar - La aflicción es notable en todo su cuerpo - Mírame, por favor - Lo observo, observo ese hermoso rostro de tez blanca, su cabellera rubia se mueve un poco por la brisa que está corriendo, mi vista se pase por todo su rostro desde sus labios carnosos hasta conectar con sus ojos color miel. Y ahí pude ver por primera vez desde que nos conocemos que todo en él se había quebrado.

- Nick - Digo asombrada y preocupada al ver las pequeñas ojeras bajo sus ojos.

- Estoy bien - Me observa, pude ver como una lagrima retenida se resbala por su mejilla, alcé mi mano para limpiarla con delicadeza, como si él se fuera a romper en mil pedazos.

- Perdón por esto, por todo. Esto nos duele a ambos - Digo desmoronándome junto a él - Pero es lo mejor - Digo conteniendo un sollozo, lo abrazó con fuerza y él me corresponde de inmediato.

- Lo superaremos ¿Sí? Todo estará bien, no te preocupes - Dice separándonos un poco, me da un beso en la frente - Siempre cuidaré de ti, no importa dónde esté yo siempre te estaré cuidando -Termina para luego darme un último beso, un beso que he estado añorando desde hace un año, desde que creí que lo había perdido. Ahí me di cuenta de que lo iba a extrañar un montón, de que no lo iba a olvidar de eso estoy segura.

Es un beso lento, lleno de tristeza. Cuando nos separamos él me vuelve a abrazar y yo no me negué, no sé cuánto tiempo duramos así, pero sé que poco a poco lo que quedaba de la tarde se iba perdiendo en la oscuridad de la noche.

- Es hora - Trato de armarme de valor cuando nos separamos.

- ¿Es esto un adiós? - Pregunta con una sonrisa triste y yo niego.

- Es un hasta pronto - Le di un beso corto en sus labios antes de irme y no volver a mirar hacia atrás.

*Actualidad*

No sabía cuánto lo había extrañado, volver a verlo ahora eso me hace pensar que esta vez no se irá, de que esta vez él se quedará por un largo tiempo y espero no volver a depender emocionalmente de él. De poder seguir con mi vida sin que él la maneje a su antojo.

Cuando una breve brisa chocó con mi rostro, ahí fue cuando me di cuenta que estaba llorando. Eso es lo que me produce cada vez que recuerdo cada momento juntos, cada aventura que vivimos hace ya tres años.

Después de que nos separáramos ese día en el cementerio lo fui a buscar después de algunas semanas, pero él ya no se encontraba en la ciudad o eso me habían dicho sus amigos. Llevábamos tres años y medio sin vernos, y sé que ambos cambiamos, hemos madurado y tomado distintos caminos o eso creo.

N/A

Hola, mis pequeños monstruos ¿Cómo han estado? ¿Qué les pareció este capítulo? bueno por mi parte, me dieron ganas de llorar. Todo lo que sucedió con Nick y Areu en el pasado es algo triste ¿No? Comenten sus teorías y veremos que sucederá.

Quiero agradecerle a la @EditorialStellar Por haberme corregido estos cuatro capítulos, muchas gracias por ayudarme.

Hasta pronto, mis pequeños monstruos. Nos vemos pronto.

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