Capítulo 1
Tomó un mechón de mi cabello azabache mientras observaba el paisaje a través de la ventana del auto, solo veía algunos borrones, pero era mejor que prestarle atención a la conversación de mis padres. Giré el mechón de mi cabello entre mi dedo ignorando todo. Nos encontrábamos viajando a nuestro nuevo hogar, mis padres me dijeron que era lo mejor para mí, que después de lo que hice era mejor respirar aire nuevo.
Pero qué sabe ella. Mientras que tome las pastillas estaré bien.
— Falta media hora para que lleguemos, Areu — Me dice mi madre girándose un poco para verme mejor — Areu — Me vuelve a llamar en un tono de advertencia.
—Ya escuché — dije fastidiada.
Sí, damas y caballeros, ese es mi nombre: Areu Morton. Sé que es un nombre raro, pero mis padres decidieron hacer una mezcla extraña de no sé dónde, pero bueno.
*¿Y si hacemos una travesura? * Susurró una voz en mi mente.
No está tan mal esa idea, ya ocho horas en auto con algunas paradas para solo ir al baño y comer es un poco estresante.
De un momento a otro, quedé en una completa oscuridad, donde solo veía lo que había a mí alrededor, veo cómo mi cuerpo comienza a moverse poco a poco sin que yo le estuviera ordenando algo o quisiera moverme al asiento del medio de la parte trasera del coche.
Mi vista se posa en el camino, para luego posarse en un camión que transportaba algunos tubos y estos últimos sobresalían de la plataforma de carga del camión. Una idea fugaz apareció en mi mente, pero esta no me dejó escucharla completa.
Un miedo me invadió por completo.
*¡¿Qué vas hacer?! * Le grité a la negrura que me rodeaba, pero esta no me respondió.
Miré a mi madre, pero ella está con los ojos cerrados, eso me daría una ventaja. Cuando estuvimos a tan solo unos cuantos metros del camión con los tubos, me arrimé rápidamente posicionándome detrás del asiento del piloto. Le tapé los ojos a mi padre en un movimiento rápido, lo pegué al respaldar del asiento.
— ¡Suéltame! — Dijo tratando de quitar mis manos de sus ojos.
— No — Susurré en su oído con diversión.
— ¿Qué está pasando? — Dice mi madre abriendo un poco los ojos, al ver lo que estaba haciendo abrió los ojos bruscamente — ¡Areu suéltalo! — Gritó histérica al ver hacia dónde nos dirigíamos.
Hice un movimiento brusco al colocarle una mano en su cuello, haciendo que este traqueara y que mi padre cayera en un sueño del que nunca despertará, mi madre me miró asustada por lo que acababa de hacer. El auto se aceleró más y cada vez más. Cortando la distancia con el camión, me acomode volviendo a mi asiento y colocándome el cinturón de seguridad. Estábamos a segundos de chocar contra el gran camión, pero mi madre fue más rápida al quitarse el cinturón girando el volante haciendo que el auto se saliera de su curso, estrellándose contra un árbol.
El cuerpo de ella salió por el parabrisas quedando llena de sangre y algunas esquirlas de vidrio. Mi cuerpo fue jalado hacia adelante, pero gracias al cinturón de seguridad me hizo retroceder quedando de nuevo en mi asiento. Ese fuerte tirón me hizo volver a tomar el mando de mi cuerpo.
Un miedo me invadió al ver el auto humear en la parte del capó que había sido traspasado un poco por el árbol, desesperada traté de abrir la puerta, pero esta tenía seguro para niños, ya que mis padres no querían que me volviera a lanzar del auto, cuando este estuviera en movimiento.
¾ ¡Ayuda! –Grité golpeando con fuerza la ventanilla.
En eso un auto se detuvo en la carretera, un par de personas bajaron rápidamente acercándose a paso rápido al auto.
— ¡Ayuda! — Volví a pedir, miré el humo del capó y entré de inmediato en pánico al ver que se iba tornando en un color más oscuro — ¡Ayuda! — Grité golpeando la ventanilla con fuerza presa del pánico, un hombre trató de abrir la puerta, pero esta no quiso abrir.
Me hizo una seña para que me girara y sin dudar lo hice, escuché como golpeaban el cristal, en el primer golpe no sucedió nada, pero cuando iba en el tercero ya el cristal comenzaba a agrietarse cada vez más y más hasta que lo logró, haciéndola añicos.
Me solté rápidamente el cinturón de seguridad, miré fugazmente el humo y ya se veían algunas llamas en él, el chico pasó sus brazos por mis axilas, me impulsé con mis piernas hacia afuera. Haciéndonos caer a ambos al suelo, caí encima de él haciendo que mi rostro rozara su mejilla para ir directo a la grama a su alrededor.
Me quité rápidamente de encima de él quedando sentada en el suelo, retrocedí desesperada al ver cómo las llamas salían con más intensidad del auto. El chico se levantó rápidamente para ver si podía sacar a alguien más, pero las llamas se hicieron más intensas, al ver que no podía hacer nada y que el auto estaba a punto de explotar, se giró rápidamente, corrió hacia donde me encontraba lanzándose encima de mí al momento de que el auto explotó, me cubrí por instinto el rostro, mi respiración se aceleró un poco al sentir el calor proveniente del cuerpo encima de mí.
Para cuando él se quitó de encima me levante quedando sentada mirando el vehículo en llamas, una sonrisa macabra se asomó fugazmente en mis labios.
— ¡Mis padres! — Un grito brotó de mis labios haciéndome levantar con rapidez, con ganas de correr hacia el auto, no me cohibí las ganas y corrí a este, pero él me detuvo — ¡Por favor, déjame ir! — Lo golpeé, pero no me dejó.
-Ya es tarde –Habla por primera vez, su voz es hermosa. "Concéntrate Areu" me digo a mi misma.
— No, ¡Por favor! — Lágrimas comienzan a salir de mis ojos — No tengo a nadie más — Digo entre lágrimas y sollozos.
— Todo estará bien –Me dice abrazándome, no sé cuántas veces he escuchado esas palabras que ya no sé si creerlas o no.
Lo abracé llorando con más fuerza.
Él solo me rodeó y se quedó en silencio sin decir absolutamente nada, más personas se acercaron al accidente. En ese momento me di cuenta que ya no estábamos solos, que había más personas. A lo lejos se escuchaba la sirena de la ambulancia y los bomberos, estos cuando llegaron se estacionaron y actuaron con rapidez. Estirando las mangueras para apagar el auto en llamas, el chico se separó de mí y me guío a la ambulancia.
— Ella estaba en el auto — Dice al llegar hacia los paramédicos, me deja ahí parada y se va. No logre detallarlo bien ya que había algunas personas que lo cubrían sin dejarme observarlo detalladamente.
— Señorita, ¿se encuentra usted bien? — Me pregunta uno de los paramédicos mirándome fijamente.
— Sí, pero ¡mis padres están todavía en el auto! — Grité desesperada en el momento que volví en sí.
— Lamento informarle, que sus padres ya se encuentran muertos — Me mira esperando mi reacción, caí de rodillas mirando el fuego ir cesando por los bomberos.
— No, por favor no, no, no. — Digo colocándome las manos en los oídos y meciéndome hacia adelante y atrás repitiendo una y otra vez la palabra no, comenzando a sudar frío y un temblor invadió mi cuerpo.
— Lo siento — Dice colocando una mano en mi hombro queriendo reconfortarme, pero no, no lo lograra.
Me quedé en esa posición hasta que ya casi no quedaba nadie, hasta que logré calmarme. Los autos que se habían estacionado se iban yendo como si nada hubiera ocurrido.
— Debemos ir a la comisaría, señorita — Dice un oficial junto a mí, no sé en qué momento se había acercado, pero no le di importancia. Me limpie las lágrimas asintiendo y me levanté, el señor panzón me guío hasta la patrulla abriendo la puerta para que yo subiera, me subí a esta sin decir una palabra.
Cuando estaba en el carro, miré como subían el auto completamente quemado a una grúa, mientras que en la ambulancia subían dos bolsas negras con los cuerpos de mis padres.
El señor, encendió el auto y antes de partir mi vista se posó en los cuerpos inertes en esa bolsa y una sonrisa macabra se formó en mis labios.
— Nunca despiertes a la bestia — Y eso fue lo último que dije antes de partir a la comisaría.
N/A
Espero que les guste, no olviden votar y comentar.
Nos vemos prontos.
Besos y abrazos mis pequeños monstuitos.
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