Epílogo
— ¿Estás lista?
—No, espera, le estoy enviando un mensaje a Samantha, no puedo creer que en este momento esté detenida por descargar la música de Taylor Swift ilegalmente—contestó Nicole con el celular entre hombro y cuello mientras tecleaba en la laptop.
Dean cubrió la bocina del teléfono para poder reír y después la colocó en su oído de nuevo. — A veces siento que ella se mete en más problemas que yo, y tú siempre rescatándonos—bromeó.
— ¿Qué te puedo decir? Se volvió mi mejor amiga—ya se había desecho de las malas amistades, más cuando descubrió que Abril estaba enamorada de Dean y sólo intentaba separarlos junto con Kyle.
»Cuando estoy con ella pienso mucho en ti, será porque te extraño. Me recuerda tanto a ti, por despistada en la Universidad, ocurrente, acosadora y tan adicta al internet.
— ¡Oye!—gruñó desde la vía telefónica—. Ya no soy tan cibernauta...
— ¿Es en serio? Estás estudiando para ser programador.
—Pero estoy haciendo otra carrera, pintura, en la escuela de Artes—se justificó—. En fin, también te echo de menos, se supone que nos veremos en tres días...
—Sí, que comience la cuenta regresiva.
—No, quiero verte mañana—suspiró—. Tengo que mostrarte algo.
— ¿Ah, sí?—arqueó una ceja a pesar de que su novio no viera la acción.
—Sí, encontré un lugar para los dos y está cerca de nuestras universidades, podemos ir. Ya te envió la ubicación.
—Genial, ya quiero que amanezca—faltaban pocas horas, miró por sus ventana— ¿Estás viendo las estrellas ahorita?—pensó que sería romántico que ambos miraran el cielo en la misma dirección aunque no estén juntos.
—No, un mendigo camión de basura tapa mi ventana. ¡Detesto este apartamento!
—Ah—resopló empañando el vidrio, dibujó un corazón y recargó su mano ahí.
—Recuerda que sólo a mí me sale ser cursi —rió— ¿Ahora sí estás lista?
—Sip—caminó cerca de la fuente de Wi-Fi.
—Okay... A la una.... A las dos...
— ¡Y a las tres!—dijo con gracia ella desenchufando su internet—. No tiene sentido, pero es divertido.
—Lo sé, somos la pareja que desconecta su modem al mismo tiempo. Y creo que de alguna manera te siento un poco más cerca, eres la única chica que conozco que apaga el internet por su propia cuenta, normalmente lo padres lo hacen ¿no?
—Exacto, estoy demente y pensar que tú decías que eso hacía morir el Wi-Fi.
—Es que lo haces, pobrecitos aparatos, esperando que de nuevo los conecten, esas noches duras y frías, sin abrigo y polvorientos, olvidados y sin amparo...
—Que intenso eres—rió en la vía telefónica.
—Melodramático, por favor—aseguró Dean—. Por cierto ¿cuándo nos casemos seguiremos desconectando el internet? Imagínate, tendremos gemelos porque deseo que cumplan el mismo día como nosotros, ¿les haremos la vida de cuadritos quitándoles su red? Pobrecitos, no quiero que sufran como yo. Nada más hay que apagarlo este tiempo que no estemos juntos ¿vale? No me gustaría una vida sin Wi-Fi.
—Vaya, llevamos dos años de noviazgo ¿y ya piensas en el futuro?
—Es que no sé, sólo existen dos tipos de padres; los buenos y los que desconectan el internet.
—Cierto...—frotó su barbilla—. Seré mala madre, muajaja.
— ¡No, Nicky! En todo caso puedes prohibirles que descarguen música pirata, todo menos el Wi-Fi, por favor.
—Casual, que te preocupes por mocosos que aún no sabes si existirán...
—Mmmmh, ¿no te gustarían?
—No comiences a sembrar ideas en la cabeza de una mujer, por favor. De por sí nuestra mente fantasea con increíble velocidad.
—Okay...—rodó los ojos.
—Sabes que bromeo—quitó su celular del oído para checar la hora—. Ya me duele la oreja de tanto hablar por teléfono, buenas noches Dean.
Él se acomodó en su cama—. Todo era más fácil cuando éramos vecinos y te enviaba un mensaje para que te asomaras por la ventana y así desearte buenas noches.
—Lo sé.
—Mi 11:11 será que ya sea mañana. Buenas noches, Boo.
Había días en los que chateaban hasta la madrugada, y en esos casos olvidaban desconectar el internet, es por eso que decidieron apagarlo juntos en el mismo instante para no extrañarse y preferir hablar cada noche por teléfono.
Dean tomó a Dalila y la acomodó abajo de su almohada para así poder abrazarla y dormir plácidamente.
•••
Nicole traía un paquete de palomitas mientras esperaba encontrarse con Dean, quien cubrió sus ojos por atrás con las manos.
—Hey—esbozó una sonrisa y besó las comisuras de sus labios—. Compré entradas para una película, quizá podamos ir cuando vengamos de lo que tú quieres enseñarme. Creo que ya es hora de que vayas al cine por primera vez.
—Sí, sí después de lo que muestre quieres que vayamos, está bien—le guiñó el ojo y le hizo una seña para que lo siguiera.
Ella frunció el ceño con curiosidad, caminaron adentrándose entre árboles, no era un bosque, pero sí algo parecido a un parque recreativo.
Dean agitó sus manos presentando una grande casa del Árbol.
—Chan, chan, chan ¡Mira lo que he construido estos últimos meses!
—Oh, mi cielo—sus ojos asombrados recorrieron la madera tallada y se acercó a tocar la escalera colgante, inmediatamente regresó a las manos del chico que estaban rasposas como la de un constructor. —¿De verdad tú lo hiciste?
—Sí, en la escuela de Artes abrieron un creativo taller que al final resultó ser un concurso de casas del árbol, mi compañero era arquitecto así que me ayudó muchísimo.
—¿Y ganaron?
—No, unas chicas lo hicieron, todo por poner un dispensador de golosinas ¡cómo no se me ocurrió!—golpeó el tronco del árbol—. En fin, eso fue casi hace casi un año, estaba abandonado este proyecto, así que decidí remodelarlo, mi compañero aceptó y me cedió todos los derechos pues literalmente compramos este espacio para construir, y bueno con ayuda de Zac logré terminarlo él ayudó a cargar la madera, y a demoler ¡ven, dale un vistazo!
— ¡Qué bonito está!—seguía admirándolo sin ver el interior.
—Es que lo construí para nosotros—respondió sonrojado—. Para que sea nuestro lugar, tan estilo de Dean y Nicole, quería sorprenderte, ahora que no nos vemos todos los días, podemos venir aquí, nos queda de paso, será nuestro punto de encuentro y también de diversión, instalé internet, hay una laptop adentro y un proyector, podemos ver incluso nuestras películas o cualquier cosa, es nuestro espacio de locuras y aventuras ¿Qué dices?
—Eres una ternura con tanta azúcar que me hace brincar—frotó sus mejillas y posó sus manos en su barbilla—Algo así como un osito cariñosito.
Dean soltó una carcajada —Bueno...—bajó la vista arrodillándose, lo cual hizo retroceder a Nicole.
—No creo que sea buena idea, tenemos veinte, faltan muchos planes por concluir, claro que quiero casarme contigo algún día, pero ahorita no joven—se apresuró a decir.
— ¿Qué?—Dean se levantó confundido—. Esto no es una propuesta, me incliné porque vi en el pasto esta Catarina, mírala ¿no es hermosa?—mostró al insecto diminuto color rojo con manchas negras que yacía en su palma.
La chica apretó sus labios para no reír de vergüenza, y pidió que tener al bicho en sus propia mano.
—¿Ah sí que alguien quiere contraer matrimonio conmigo, eh?—bromeó Dean.
Genial quedé como una tonta. —Creo que debí cerrar el pico—respondió apenada.
Él meneó la cabeza —Siendo sincero, planeo pedírtelo en unos años, así que no te preocupes, por cierto, compré esto—sacó de sus bolsillos unos anillos de dulce de caramelo.
—¡Desde niña que no como eso!—se emocionó viendo la envoltura de paleta, por lo que sacudió sus manos tirando sin querer a la Catarina.
—¿Qué te parece si hacemos una pre-propuesta infantil?—rió y buscó su dedo para colocar el anillo y viceversa—. Juro amarte con ternura y diversión hasta que mi dulce se termine.
—Y yo te amaré como lunática mientras sigas actuando tal como eres—chocaron los anillos para después saborearlos llevándolos a su boca.
Se desplazaron para subirse a la casa del árbol, él ofreció su mano para ayudarla a subir. —¿Y el insecto, Nicole?
Ella reaccionó recordando que lo traía, rebuscó y con temor, mordiéndose el labio, alzó la plantilla de su pie, donde yacía aplastado. —Ay por Dios, perdón—tragó saliva.
—Philip—chilló Dean.
—Número uno, nada más lo conocías desde hace cinco minutos, no puedes encariñarte tan rápido. Número dos, ni le habías puesto nombre. Número tres, esos bichos mueren todo el tiempo, luego te busco uno ¿sí?—explicó Nicole con sus dedos.
Él le sacó la lengua y no la ayudó a subir, le dolió la partida de su nuevo animalito.
Ella resopló con frustración y subió por su cuenta, llevándose un susto al ver hocico de un puerco. —¡Dean! ¿Trajiste a tus mascotas aquí?
—Sí, te dije que tenía un toque mío, saluda a Pizza que está sentado en tu sillón, a ver si a esté no lo matas—el perro alzó las orejas oyendo eso.
La chica cruzó los brazos y lo fulminó. Contempló el hogar acogedor, que estaba alumbrada con luces navideñas en circuito, haciendo resaltar el color caoba, había uno que otro póster de las bandas favoritas de los dos y existía un espacio que eran para fotos de ambos, con títulos de "El día que no dormimos" mostrando la imagen de ese año nuevo en la terraza. "Siendo abuelos" traían a Wifi y sus gatitos. "El pastel de cumpleaños" cuando se besaron con crema batida. "El baile escolar" bailando Nicole con extensiones de cabello y Dean con su melena liza. "Adoptando a un cachorro de la calle" seguido por "Rescatando a un gato del árbol" , "Yendo de excursión" donde Dean parecía un explorador. "Concierto de 5SOS" ella gritando como fangirl, etc.
Algunos cuadros estaban vacíos, debido a que decían «Nuestra graduación» «El día de nuestra boda» «El nacimiento de Dean Junior » y demás planes a futuro.
De pronto olvidó la molestia y recorrió toda la habitación, que contraía alimentos como si fueran municiones para un Apocalipsis zombie. Soltó una risa pensando si eso realmente era posible, podían iniciar una civilización en los árboles, así los descerebrados no podían treparse.
Caminó haciendo rechinar una madera, se tomó un tiempo para oler el aroma natural, árbol fresco, ramas y chocolate.
—Ya le di un minuto de silencio a Philip III, ya lo superé—volvió hablar el chico mirando en el proyector y moviendo el mouse— ¿Ya viste quién se acaba de unir a Instagram?
Nicole se sentó en el regazo de Dean mientras él la rodeaba por la cintura y hundía su mentón en el hombro de la chica.
Leyeron la descripción de cierta persona y vieron su primera foto era una página de un libro de Edgar Allan Poe con un pie de la foto:
"Sigue leyendo todos los días, gustando de tener varias vidas, imaginar nuevos mundos, diferentes épocas o situaciones, transportarte a ellos como una vía de escape. Siente en letras, ama en capítulos"
—Eh, Dean, esa publicación es de el año 2013—achicó los ojos Nicole.
—Ah, qué mal. Hay que decirle a Zachary que se actualice.
—Yo opino que le demos su tiempo, al menos ya ha tenido un avance, no borró su instagram.
Dean se encogió de hombros. Zachary era ahora un graduado. Sin embargo, continuaba estudiando su maestría y trabajando en el hospital.
Cambiaron de foto y vieron la nueva de Laila, en un paisaje de la India, con niños con piel oscura y ojos grises sonriendo a la cámara con la rubia. Siguió como estudiante de intercambio en la universidad, y mantuvo contacto únicamente con su familia.
—Ella es un claro ejemplo de que las rubias no son tontas o malditas—agregó Nicole sonriendo orgullosa.
Dean pasó la publicación encontrándose con una nueva de Margaret Brooks y su esposo Jorge de vacaciones en el Caribe, continuando con su amoroso matrimonio hasta el fin de sus días, sólo se tenían el uno al otro, y bueno, a los seguidores de Instagram.
—Mi segunda madre—suspiró Dean. Cuando aún era su vecina la anciana cocinaba con gusto para él, pues lo amaba como el hijo que jamás tuvo.
Nicole dio un click viendo fotos de su familia para luego pasar con los Blackelee.
No había nada malo con los padres de la chica. No obstante, con los del chico, aún no eran muy unidos, pues Stella y Arnold con mucho costo se dedicaron a ganarse a sus hijos de nuevo, enmendando el daño que les provocaron durante largos años. Era una tarea difícil, pues ellos finalmente se fueron de casa y únicamente se sentían cerca con los recuerdos familiares y una que otra reunión.
—Tranquilo—le dio un beso en sus cienes—. Al menos ahora te envían mensajes directos diciendo que te extrañan y ya usan las redes sociales.
Dean la miró tornando sus pupilas, luego giró en dirección a sus labios, y la besó con dulzura, intensificando y prologando sus besos con el tiempo, sumiéndose en la bella sensación de tenerse juntos disfrutando y creando nuevas emociones.
Luego pusieron música e intentaron atrapar con su boca las palomitas de maíz, lanzándolas en el aire. En efecto, ganó Nicole por tener experiencia comiéndolas, aunque fue divertido ver cómo se le caían a su novio o se golpeaba con partes de su rostro intentando atraparlas.
Después de una buena tarde, llegó el lamentoso momento de despedirse.
—Puedes venir cuando quieras, aquí se ven increíbles las estrellas—dijo él con voz ronca, recargándose en él barandal mirando como oscurecía.
—Lo tomaré en cuenta—guiñó el ojo.
—También habrá internet gratis todo el tiempo—dio otra razón acarreando el paso de ella.
—¡No! Eso atraerá a más personas aquí, ponlo privado, por favor.
—Pero eso suena egoísta...—bajó los escalones.
—Tú tuviste la idea de que sea nuestro lugar, ¿cómo les voy a presumir a mis amigas algo así?
—Bien, lo configuraré—rodó los ojos—. Pero este no se va a desconectar ¿okay?
—Dean, es un gasto incensario, no estaremos todo el tiempo aquí, se tiene que desconectar cuando no se ocupa, y más porque proviene de un árbol, debemos cuidar el ambiente.
—Ay, podemos usarlo como cibercafé moderno ¿no te agrada la idea? Hacerlo un negocio mientras no estemos.
—No, sólo lo compartiremos nosotros, por los viejos tiempos ¿de acuerdo?
Él asintió satisfecho, otra vez compartirían un Wi-Fi con la única diferencia de que lo podían disfrutar juntos siendo pareja.
Intercambiaron miradas traviesas en la dirección del tronco del árbol, sonrieron pensando en lo mismo.
Tomaron algo puntiagudo y filoso para tallar entre risas sus iniciales en un corazón como suelen hacerlo las parejas normales. Sin embargo, ellos lo distorsionaron levemente.
Se dieron un corto beso y caminaron lejos de la casa del árbol entrelazando sus dedos, dejando ese mensaje a la vista de las personas que quisieran trepar.
"Advertencia, internet de N y D.
Zona peligrosa, no se acerque, puede electrificarse de amor ".
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