41.- Filias y Fobias.
—¿Puedes decirme qué hice mal esta vez, Nicole?
—No hiciste nada, yo siempre me estreso por cosas que aún ni suceden, me estreso del estrés, incluso antes de que haya estrés del cual estresarme.
Dean rodó los ojos mientras ella se ponía los lentes de la clase de química, trató de ignorarlo haciendo el experimento.
Más tarde, al salir de clases Dean la tomó por la muñeca y caminó con ella.
—¡Que te pasa, déjame!—clavó sus pies al piso. Él la jaló con más fuerza haciéndola patinar en el suelo—. Te ordeno que quites tus manos encima de mí.
—Lo que tú digas—alzó los hombros y la cargó, apresando sus muslos, sumergiendo la cara en su espalda. Ella pataleó y golpeó con sus puños la columna del chico.
—Bájame, por favor—rogó.
—¿Caminaras a mi lado en el camino a casa?
—No.
—Bien, entonces llegaremos así.
Nicole gruñó rindiéndose. Después de unos minutos, él la soltó con delicadeza para bajarla. —Siendo sincera, pensé que eras más débil.
—Me alegra que te haya impresionado—bromeó dándose un pequeño golpe en la barbilla. Luego giró su cabeza golpeó en un poste—¡Rayos!—llevó sus manos a su nariz.
—Eso te pasa por querer lucirte—sacó la lengua y corrió por la calle agitando sus brazos como si quisiera volar, parecía un pato, tal como el que le había regalado.
—Vuelve aquí—la correteó, ella entre risas se escondió tras un árbol pero él la siguió—¡Te tengo!—la rodeó por la espalda.
Nicole se volvió, haciendo que los brazos quedaran en su cintura. Estaban cara a cara, con una leve distancia entre ellos.
Y comenzaron a hacerse muecas, Nicole hizo viscos mientras ladeaba el labio. Dean puso los ojos en blanco, en seguida formó cara de pato y de piraña. Reían a carcajadas por esos gestos que quedarían grabados en su memoria para siempre. Ella con su dedo índice tocó la punta de su nariz, y la elevó para así imitar a un cerdo. Él infló sus cachetes como un hámster cuando come. Nicole hizo puchero como una pequeña niña regañada. Dean fingió limpiar lágrimas invisibles con su pulgar.
—¿Por qué no somos normales? Nos estaríamos besando en estos instantes—mordió su lengua Nicole al notar que habló en voz alta.
—Porque te quiero para más que algo normal—dijo todavía rodeando su cintura—. Eres la mujer más hermosa al hacer caras y gesto como los que hiciste, no puedo creer que luzcas radiante aún en esos momentos. Me hace recordar que me gusta cuando tu cabello está alborotado, cuando tienes ojeras y estás malhumorada, recién levantada, y cuando no usas maquillaje. También cuando arrugas la nariz y cruzas los brazos, te enojas conmigo y tus pómulos se tornan rojizos, ese color es mi favorito. Normalmente las personas se quieren por sus virtudes, yo escojo quererte por tus defectos. Además, finges que todo está bien cuando en realidad no lo está, piensas que no me doy cuenta cuando estas distante conmigo, pero me motiva más a estar a tu lado, buscar una forma de que te contentes conmigo hace que mi vida sea interesante, porque tu trabajo es molestarte y yo intentado cambiarte de parecer, no podemos permanecer enojados por mucho tiempo, lo dejamos pasar y seguimos siendo nosotros, me gusta lo que eres, mejor amig...
—¡Ya bésala, amigo!—chifló un chico de gorra que pedaleaba haciendo un sonido gracioso con la bicicleta.
Se rompió el momento.
—¿Lo conoces?
—No ¿y tú?
—Tampoco.
Intercambiaron miradas enigmáticas para terminar riendo como desquiciados.
Avanzaron agarrados del dedo meñique hasta su calle.
En el estacionamiento había más carros de lo usual, Nicole paró en seco, atravesó su brazo impidiendo el paso a Dean.
—¿Qué ocurre?—andaba en la luna.
—¡Mira hacia nuestras casas!
Los paparazzis rodeaban únicamente los hogares de las familias Carter y Blackelee.
Nicole meneó la cabeza mientras Dean abría la boca para hablar.
—No digas nada—musitó—. Es mejor que no descubran que estamos aquí.
—¿Y qué hacemos?
—No lo sé—observó detalladamente el lugar lleno de prensa, enfocó su vista en la casa de los Brooks, Margaret había salido al porche a ver el show, posó sus manos en su cadera y frunció el ceño. Nicole alzó sus brazos para que ella la notara. La anciana discretamente le señaló que entraran a su vivienda por la parte trasera.
—¡Jerónimo!—enfatizó Dean cuando Margaret deslizó la puerta de vidrio.
—Vayan al televisor—les dio leves palmadas en la espalda.
El noticiero habló:
—Y ahora un caso curioso y cómico—rascó su nariz—. Ayer por la madrugada padres de familia discutían en la comisaría para declarar un robo en contra de su propio hijo, las autoridades mantuvieron una postura firme hasta que escucharon el delito —soltaron una risa ambos conductores—. Robar internet es penalizado con una multa. No obstante, estás personas deseaban que lo refundieran en la cárcel, se investigó más a fondo y los señores Balckelee no tenían el derecho de denunciar, el modem no era de su pertenecía. La familia Carter asistió horas después, quienes eran los afectados de dicho delito. Sin embargo, únicamente fueron a retirar los cargos, ya que Nicole Carter, una estudiante de preparatoria no deseaba denunciar a su vecino que también cursaba clases con ella, incluso argumentó que eran tan amigos que estaban dispuestos a compartir internet. Por lo que se podía firmar un acuerdo entre los padres, descontándoles de su salario para cumplir la cuota de Wi-Fi mensualmente. Aunque no dejaron convencidos a los Blackleee, tan solo mírelos—guiñó el ojo para que transmitieran el vídeo grabado de la discusión entre ambas parajes de padres, escandalizando a los cuatro vientos.
Nicole se llevó el dedo anular a su lagrimal, daba vergüenza ver a los adultos discutir sin actuar en televisión. Eran como el agua y el aceite ¡No podían mezclarse!
Y de pensar que los quería como suegros, qué pena.
—Se investigó más a fondo gracias al comportamiento de los Blackelee, esos padres vivieron sin tecnologías veinticinco años, consecutivo, obligaron a sus hijos a ser como ellos. Interrogándolos dieron a entender que el hijo mayor sufría un miedo irracional a las tecnologías denominado tecnofobia, y en el menor provocaron lo contrario, tecnofilia, una afición por la tecnología. O en los peores casos, el síndrome de Peter Pan.
—¿Y qué rayos es eso?—cruzó los brazos Dean hablándole al televisor.
—Únicamente son consecuencias de vivir aislados de absoluta comunicación moderna. Ambos son menores de edad, de 20 y 17 años, será fácil que se recuperen del trauma. Es por eso que hoy estarán en su residencia, para que reciban apoyo de personas especializadas. ¿Tienes noticas, Carl?—preguntó al reportero en vivo.
—¿Qué tal?—salió en la cámara acomodándose su auricular—. No, al parecer no han llegado a casa los chicos, algunos dicen que pudieron haber huido al saber que veníamos para acá. Pero recordemos, ellos no tienen televisión o internet, por lo que no están viendo esta transmisión. Esperaremos unas horas más y reportaremos. Por ahora ni sus vecinos están presentes. Siguen tramitando papeleos en contra de los señores Blackelee; que por lo que he escuchado están detenidos en la comisaría. Después se verá la penitencia, primero tienen que interrogar a los hijos.
—¿Qué me dices de la tecnofobia y la tecnofilia o el Síndrome de Peter Pan?—conversó el conductor.
—Los que sufren de tecnofobia se resisten a la nueva era, suelen enojarse, o aterrorizarse al escuchar una tecnología sonar, como el vibrador de un móvil, un control remoto de televisión o alguna consola, no soportan estar en una habitación que contenga alguna tecnología. Fuentes nos acaban de informar que Zachary al saber que sus padres irían a denunciar a su hermano, decidió huir, cambiarse el nombre y pasar desapercibido.
Con la tecnofilia es un amor a la tecnología, no pueden pasar un día sin usar el celular, le tienen tanta aflicción que suelen bautizarlos con nombres como si fuera algo viviente, el síndrome es inmaduro, e infantil en algunos aspectos, no todo el tiempo, sin embargo, no desean crecer debido a su magnífica infancia llena de diversión, suponemos que en esté punto Dean Blackelee es diferente, probablemente lo que no vivió en su infancia gracias al aislamiento lo refleje en su adolescencia ocasionando su adicción al internet. Aún falta estudiarlos para verificar si realmente contienen esas fobias y filias o enfermedades.
—Muchas gracias Carl, volvemos al foro—interrumpió el conductor, el reportero asintió y cambiaron la señal.
—Y aquí viene mi parte favorita de todo esto—interrumpió la conductora. Nicole esperaba que pasaran alguna frase, meme o algo por el estilo. No se imaginaba que lo que dirían la dejaría en shock—. Gracias al internet nos enteramos de este caso, y la vecina a la que le robaban la señal puede que sea algo más que la chica del internet. Revisamos las cámaras de seguridad pública y lo relevaron fue... Mejor, observen—mostraron los vídeos a blanco y negro del pasado diciembre, donde Nicole cruzó su casa para estar en la de Dean, cambiaron a una escena con fecha de enero y ellos dos en la azotea abrazos por la fría noche. Luego añadieron las de febrero, cuando está junto a Zac en su porche, ocultándose del atardecer.
—¡Tripas, sesos y sangre!—gritó Nicole cubriéndose el rostro.
—El logo de Wi-Fi es el mejor triángulo amoroso—río la conductora—. Ambos hermanos enamorados de su vecina, la cual comenzaron a hablarle después de robarle la señal ¿cómo se dieron cuenta? Bien, la familia Carter confesó que por las noches decidió desconectar el internet, sin saber que esa sería el truco para atraer vecinos ladrones de Wi-Fi.
—Y como en las redes sociales las noticias vuelan, se hizo una encuesta para saber si se roba mucho la señal entre vecinos, estadísticas revelan que un 27% de la población vive así, un 10% admite que en ocasiones lo practica—informó el conductor—. Siendo algo tan viral, las personas decidieron averiguarlo por sí solos.
»Únete a la campaña desconecta el internet y pega tu oído a la pared, si escuchas un ruido quejumbroso de tu vecino, posiblemente te esté robando la señal. Descúbrelo y cuéntanos tu anécdota aquí.
—La gente lo está intentado, y encontramos de todo, personas que se sienten defraudas y otras enamoradas después de saberlo—explicó la conductora Morena y leyó unos tweets—"A veces no encuentras al amor de tu vida en internet, tienes que apagar el modem y salir a buscarlo" de Nancy.123Horan. ¿No es fantástico? Muchas historias están surgiendo gracias al caso del robo de internet.
—¿Sabes qué, Mildred? Hagamos un hagstags—propuso el conductor—. Si esa chica pudo encontrar su final feliz con el chico que robaba de su internet, quizá también pasé con el caso de las familias Blackelee y Carter ¿Con quién se quedara Nicole después de todo? ¿Equipo tecnofobico o equipo tecnofilio? Escríbenos en Twitter, a @NoticieroNDEI
—¡Magnífica idea, Ansel!—contestó su acompañante—. Estaremos al pendiente de sus comentarios, por ahora eso es todo. En cuanto tengamos nuevas noticias informaremos, lo oíste primero aquí en NoticieroNDEI—sonrieron hacia la cámara para cerrar la sección de espectáculos.
Doña Margaret apagó la televisión después de eso, giro a ver a sus vecinos perplejos.
—¡Genial!—espetó Nicole—. De ser como Dora la exploradora, pasé a ser como un zorro no te lo lleves, estúpido programa de chismes.
Dean no dijo nada, estaba absorto y comenzó a tomar conciencia de todos los hechos que habían transmitido.
—¡Señora Brooks!—reclamó Nicole— ¿Cree que diciéndole a sus 150k seguidores de Instagram que voten por Dean ayuda a la situación?—mostró en su pantalla el ScreenShoot de la foto que acaba de subir la anciana.
—Ay hija, con tanto seguidor que tengo no sabía que tú me stalkeabas y te darías cuenta, perdón.
Nicole rodó los ojos caminando hacia la ventana, observó que aún seguía la prensa afuera. No quería volver a ser famosa por una tontería, el vídeo que Kyle subió a YouTube de su broma hiriente ya superaba los 6 millones de reproducciones.
—Lamento involucrarte en mis problemas, Nickelodeon...—se acercó Dean.
—No es tu culpa—recargó su mano el hombro—. Yo quise ayudar.
Un toque de puerta trasera se oyó. Normalmente se toca el timbre de la entrada principal.
—¿Invitaste a alguien más, Nicole?—preguntó Margaret confundida.
—No... ¿Serán los paparazzis?
—Tendremos que averiguarlo—gruñó la anciana mostrando su dentadura postiza. Daba miedo.
Dean fue a la cocina por la sartén, en la película Enredados es una buena arma ¿No?
¡Ahhh! Que no me debo comportarme infantil.
Fuera, impulso de idiotez.
Con temor movieron la perilla.
—Zac—suspiraron aliviados al ver al castaño.
—¡Hermano del mal, volviste!—lo abrazó Dean—. Te extrañé estas 17 horas.
—Agg—quitó al hostigoso—. Sigues siendo malo en las matemáticas, sólo fueron 16 horas con 47 minutos y...—miró su reloj—13 segundos.
—¿Cómo supiste que estaba aquí?
—Lo supuse, además de que estamos rodeados de la prensa ¿Qué otro lugar podía ser? Siempre recurres a Margaret.
–Zac, ¿sabes la causa de que estemos aquí?—preguntó Nicole.
—Sí, hoy llegué a primera hora a la universidad y estaban entrevistando a Emily Parker mi supuesta "mejor amiga", así se declaraba. Explicó lo amable que era conmigo mientras que todos me hacían burla por mi tecnofobia. Tenía ganas de aventarle un libro encima, pero no lo hice por respeto al libro.
—¡Cierto!—recordó Nicole—. No te he agradecido por los libros que me enviaste, muchas gracias...
—No importa, ya no importa—sonrió débilmente Zachary—. Vengo a recoger mis últimas pertenecías, ayer olvidé mi máquina de escribir ¿Cómo haría mi tarea?
—Aguarda, ¿te volverás a ir?—expresó Dean—. Zac, necesitamos declarar, enfrentarlo.
—Lo haré, algún día.
—Pero nos están ofreciendo su ayuda ahora.
—Te equivocas, Dean. Lo que quieren es que nuestra vida privada esté en boca de todos. Si detesto los medios de comunicación, imagínate que gracias a mi tengan trabajo. No quiero ser parte de eso, seremos una distracción para el pueblo—argumentó agitando sus llaves—. Iré con el psicólogo cuando seamos sólo él y yo.
»Además esto es delito, no pueden tomar nuestra información privada. Pero tengo flojera de denunciar ¿quieres hacerlo por mí?
—Yo también tengo flojera de hacer todo ese papeleo—arrugó la nariz Dean.
—Entonces hagamos como si nada hubiera pasado, al fin, ni usamos las tecnologías.
— ¿Y dónde te estás quedando? ¿Me dejarás a la deriva? —le cambió el tema.
—Compartiré departamento con una chica de la facultad. No somos muy amigos, pero se ofreció a apoyarme, mientras me estabilizó estará bien. Además vendré a visitarte.
Dean no estaba tan convencido con esa respuesta. Dios, no podía creer que Zachary estuviese tan tranquilo y desinteresado. O sea, prácticamente su vida era una mentira y también acababa de enterarse que tenía una hermana muerta. ¿Cómo podía fingir estar bien?
—Zac, vuelve—rogó Dean—. No te vayas. Sino quieres dormir en tu recámara lo entiendo, puedes dormir conmigo, como cuando éramos pequeños y pensábamos que había fantasmas. ¿Recuerdas?
De cierto modo Dean seguía teniendo miedo, pero no por miedos infantiles que surgen al anochecer. Dean tenía miedo de perder a su hermano, de perder a su familia. Que todo se desmoronara.
Y Zachary parecía no escuchar. Su mente estaba en otra parte.
—¿Me ayudan a bajar las cosas sobrantes?—pidió ayuda para saltarse la cerca que los separaba de su propia casa.
Entonces Dean chasqueó la lengua y miró a Nicole que estaba dispuesta a ayudar.
En su mayoría bajaron libros, algunas camisas y zapatos. Los llevaron caminando dos cuadras, para que no noten la camioneta que pertenecía a sus padres.
—No recuerdo la hora en que agarraste las llaves—cerró la cajuela Dean.
—Es que tenía una copia—se alzó de hombros Zac y encendió el auto.
—¿Y simplemente te irás?—colgó sus hombros Nicole en la ventanilla.
El castaño reflexionó unos segundos y dijo:
—Saben, puedo pasar a la tumba de Deanna antes de llevar las cosas al departamento ¿Quieren ir?
Dean se negó recordando que iría con Laila. Sin embargo, su vecina asintió para subirse de copiloto, inmediatamente él le abrió la puerta antes de que Zac se bajara a hacerlo.
Oh sí, una lucha de caballeros.
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