15.- Peter Pan tiene la culpa.
Dean: Oye, Nickelodeon...
Nicole: Dean, estamos en la misma casa, no me hables por aquí.
Dean: Creo que es mejor por aquí...
Nicole: No, no es verdad. Baja y hablemos.
Dean: Es que...
Nicole: ¿Qué quieres decirme?
Dean: Es que nunca había tenido tan buena señal de internet 😂
Nicole: 😒
Dean: Debo aprovecharla, por eso quería hablar por aquí.
Nicole: Ya sal del baño, tengo que mostrarte algo.
Dean: ¿Qué es?
Nicole: No le voy a tomar una foto 😒 ¡Baja!
El joven hizo lo que le ordenaron y actuó normal.
—Ahora sé porque no querías bajar—Nicole cruzó los brazos — ¡Pareces un pirata! —se burló ella.
—Cállate—se limitó a decir. Su ojo no había mejorado y por compasión a los demás optó por ponerse un parche en él. Se veía fatal.
—Mira lo que hice—ella mostró dos cajas decoradas donde se encontraban las galletas. —. Tenían que enfriarse y para hacer tiempo se me ocurrió que les dieras a los Brooks las galletas en forma de regalo, así tendrían más curiosidad.
—Y también decoraste las mías—agregó Dean—. Creo que con la caja se ven más bonitas.
—Por eso mismo lo hice—río Nicole.
—Gracias—respondió él mirando ambas decoraciones—. Pero creo que me gustan más las de mi caja, si pones esa caja con tus galletas, quedaría perfecto.
—¿Tú crees?—posó sus manos en su cadera—. Tienes razón.
Dean sonrió y bajó la vista, vio sus dedos de la mano izquierda y notó que seguían opacos, pues la quemadura no se quitaría en unas horas. Pensó que si fuera más grave el accidente le cortarían la mano, y sólo así ya podía ser un pirata de verdad, bueno también faltaría el pie, pero era lo de menos, ya podía abordar en el barco de Garfio.
Nicole seguía hablando. Sin embargo, él no la escuchaba, nada más asentía por cortesía, estaba sumergido en sus pensamientos piratas, imaginándose luchando contra Peter Pan, capturando a los niños perdidos.
—¿Hiciste lo que te pedí? —preguntó Nicole y Dean se sobresaltó.
— ¿A dónde fuiste?—respondió con otra pregunta, no tenía ni idea de lo que le había pedido.
—Por mis audífonos, te lo dije.
—Ah, sí—mintió. ¿Qué rayos le había pedido?
—Me alegra, entonces ya puedes ir a entregar las galletas como Caperucita Roja, sólo que sin cesta y fruta.
—¿Me estás corriendo?—enarcó una ceja.
—Sí—sonrió Nicole.
—Oye—frunció el ceño—. Deberías acompañarme, sirve y te haces amiga de la señora... ¿Cómo se llama?
—Margaret Brooks—respondió ella—. Y no hace falta, no quiero tener más vecinos odiosos, contigo es suficiente.
—Tomaré eso como un cumplido.
Él era un hombre de palabra, y cualquier cosa que había prometido estaba dispuesto a cumplirla aunque no le agradaba la idea. Tomó la caja que más le gustó y se dirigió a la puerta.
—Pero aún no me quiero ir—se quedó de pie en la salida.
—¿Por qué?—Nicole recargó su brazo en la puerta entre abierta.
—Por el internet, nunca había tenido tanta potencia para navegar—bromeó Dean—. Me divertí demasiado. Y no aún no quiero que acabe.
—Lo sé, fue un domingo diferente—admitió ella levemente sonrojada—. Pero a mí no me engañas, tú quieres seguir aquí por el internet.
Los dos carcajearon y Dean alzó una mano en forma de despedía al mismo tiempo que agarraba la caja con la otra.
—Me envías un mensaje para saber cómo te fue con los Brooks—Nicole rodeó su boca con sus palmas para potenciar su voz.
Ella entró a casa y miró con nostalgia la cocina, una vez estaba sola.
Tampoco quería que él se marchara, podía pasar el tiempo riendo, peleando o jugando con el niño que llevaba dentro Dean y jamás aburrirse. Era una persona que le veía el lado positivo o divertido a todas las cosas. Mientras ella solo le miraba el lado sarcástico, y estresante.
Se recostó en un sillón y prendió el televisor, no encontró nada de su interés, y decidió ir a la alacena para probar una galleta de él.
Tenía la esperanza de que tuviera buen sabor y equivocarse de haberlas juzgado por su apariencia. Pero cuando abrió la caja se dio cuenta que eran sus galletas y no las de él.
De seguro Dean no hizo lo que le pidió de intercambiar las cajas.
Corrió rápidamente por su teléfono y le envió un mensaje.
La mesa vibró y se dio cuenta que también había olvidado su celular ahí.
Él siempre tan... zopenco.
N/a: Okaaaay, sé que Dean en momentos puede parecer extremamente infantil o idiota, pero les pido que sigan leyendo hasta el final, entenderán porque es así, y no quiero hacer spoiler, así que sigue leyendo.
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