⚽ 5 años después ⚽

Mediados de julio

La gente pensaba que de un momento a otro, Marcos y Lidia se casarían, pero se habían hecho de rogar, porque ellos estaban bien como estaban. Se querían, se amaban y no necesitaban nada más. Hasta que la pasada Nochebuena, cuando estaban en casa de sus padres cenando, Marcos se arrodilló y le pidió que se casara con él, algo a lo que ella no pudo negarse.

Y meses después, ahí estaba Lidia, mirándose en el espejo como le quedaba el vestido. Era algo sencillo, nada recargado pero que la hacía sentir bien. La boda tendría lugar junto a la cabaña del bosque. Era algo muy sencillo, con apenas pocos invitados. La familia, algunos compañeros de equipo de Marcos, tanto del Bayern, Real Madrid y Atlético y algunos amigos. Habría alrededor de unas 70 personas.

- Pareces una princesa mami. Cuando papi te vea se va a quedar muerto -la pequeña Julia miraba a su madre embobada. Lidia giró la cabeza para mirar al torbellino rubio de ojos azules y le dio un beso en la mejilla

- Tú si que estás guapa mi vida -le dijo ella abrazando a su hija

- Pues ya ha hecho pipi este hombrecito -Mónica salió del baño llevando en sus brazos al pequeño Adrián. Con 3 años, el niño era el vivo retrato de su padre. Era igualito a él. Y si, se parecía bastante a aquel pequeño rubio de su sueño

- Mami. Estás muy guapa -Adrián se arrojo a los brazos de su madre y ella lo besó emocionada

- Tú también estás muy guapo cariño. Los dos lo estáis. Os quiero mucho mis niños

Lidia abrazó a sus hijos muy emocionada. Volvió a mirarse al espejo. Estaba nerviosa. No podía evitarlo. Iba a casarse con el hombre de su vida y aunque esto era sólo un mero trámite para ellos, no podía evitar estarlo. Se dio la vuelta para mirar a sus hijos y sonrío. La felicidad era esto, sus pequeños y un maravilloso hombre que la esperaba fuera para hacerla su mujer.

- Deja ya de comer Mónica -le dijo Ari acariciando su abultado vientre. La pequeña de las Ríos esperaba gemelos para dentro de un par de meses. Y ella si que no tardó en casarse. Gavi se lo pidió cuando ya llevaban tres años de relación y un año viviendo juntos- cualquiera diría que estás embarazada de lo que comes

Mónica dejo de comer el canapé de jamón cocido con huevo hilado y se puso como un tomate mirando a sus dos amigas.

- ¡No me jodas profe sexy! -le gritó Ari- ¿de cuánto estás?

- De muy poquito. Un mes y medio -dijo ella riéndose. Ari fue hacia ella y la abrazo con fuerza riéndose también- Lidia, ven y abraza a Mónica

-No gracias. Estáis las dos embarazadas, seguro que se me pega algo si os toco

-¿Es que no quieres más hijos Lidia? -le preguntó su hermana

- Con dos tengo, gracias. Además, que Julia vale por tres. Enhorabuena cariño, me alegro mucho, de verdad -Lidia se acercó a ella y le lanzó un beso. Ari la agarró del brazo y se abrazaron las tres

- ¿Lo hemos conseguido, verdad? -les preguntó Ari mientras se separaban- somos felices con las personas que queremos

-Claro que lo hemos conseguido cariño. Hemos tardado sólo un poquito, pero, la espera ha merecido la pena.... -le contestó Lidia

-Bueno chicas. Yo me voy a llevar a estos enanos que ahí fuera hay un chico que se muere ya por casarse contigo -Mónica se acercó a Lidia y le dio un gran abrazo y un beso en la mejilla con lágrimas en los ojos - estás preciosa amiga. Mi hermano tiene mucha suerte contigo

- La suerte la tengo yo Moni moni por tenerlo a mi lado

Lidia se despidió de su amiga y cuñada. Abrazó a sus dos hijos y tragó saliva nerviosa cuando los vio salir por la puerta de la cabaña. Ari se acercó a ella y la abrazo. Iba ser su madrina. No quería que nadie que no fuera su hermana la llevara al altar. Su boda iba a ser de todo menos normal.

-Estoy muy orgullosa de ti hermana, de todo lo que has conseguido. Y aunque me digas pesada muchas gracias por todo lo que has hecho por mi Lidia. La vida que tengo es en parte por ti

- ¡Eres más tonta Ari! te quiero mucho mi niña

Ambas hermanas se abrazaron. Permanecieron así un rato hasta que tocaron a la puerta. Era la señal de que la ceremonia iba a empezar. Lidia cogió aire con fuerza y agarrada a la mano de su hermana salieron de la cabaña. Cuando abrieron la puerta, Lidia jadeó sorprendida. Un pequeño camino de luces salía desde la cabaña hacia la zona donde tendría lugar la ceremonia. Había luces por el suelo y por los árboles. Ambas caminaron sonriendo. Todos los invitados se levantaron al verlas cruzar el improvisado pasillos de pétalos de rosa y agujas de pino. Los acordes de "Duele" la canción de Marcos y Lidia sonaba de fondo interpretada por el mismísimo Álvaro de Luna.

Lidia se agarró al brazo de su hermana nerviosa pero cuando vio a Marcos esperándola en el altar todos sus nervios se esfumaron. Estaba guapísimo con su traje negro y su camisa blanca. Él, en cuanto la vio le sonrío emocionado. Su futura mujer, la madre de sus hijos recorría los últimos metros sin quitarle la vista de encima. Era como aquella primera vez que se vieron. No existía nadie más que ellos.

Ari le dio un beso a su hermana y la dejó en manos de Marcos, el cual en cuanto la tuvo en sus brazos no se pudo resistir y la besó delante de todos. Sus labios la devoraron extasiado y se separaron al escuchar los gritos y silbidos de los invitados. A ellos dos también les dio igual la ceremonia pues solo tenían ojos para el uno y el otro. Cuando llego la hora de los anillos, Julia y Adrián fueron los encargados de dárselos a sus padres ante la sonrisa orgullosa de ambos. Los niños volvieron a sentarse con sus abuelos después de haber cumplido a la perfección su papel en la boda de los padres.

- Te quiero Lidia. Creo que te quiero desde el primer día que te tuve entre mis brazos, porque tú estabas destinada a ser mía, lo decían tus ojos al mirarme, tu boca al hablarme y tus brazos cuando me abrazaron. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, me has hecho tu amante, tu novio, tu amigo, el padre de tus hijos y ahora tu orgulloso marido. Porque tú y yo siempre hemos podido con todo, y aquí y ahora te prometo que ni mil tormentas podrán con nosotros. Siempre voy a luchar por ti porque nuestra historia aún tiene muchas páginas por escribir y todas ellas están llenas de tus besos -Lidia estaba llorando desde el momento en el que él empezó a hablara y sentir como deslizaba el anillo en su dedo hizo que llorara aún más

- Mi amor, mi vida, mi todo, eres lo más increíble que tengo en la vida, porque tú me salvaste, porque tú me diste la vida, me hiciste creer que el amor siempre triunfa. Me has dado dos hijos maravillosos, me lo has dado todo. Te amé cuando te conocí, llenaste todos los huecos de mi corazón con tus besos, tus caricias y la forma tan dulce que tienes de amarme. Y estoy segura de que estábamos predestinados a estar juntos, porque nuestro destino se llama Julia y Adrián, y tienes razón mi amor, juntos podemos con todo, juntos somos más fuertes. Te amo Marcos

Lidia le puso el anillo a Marcos en el dedo aún temblando. Se miraron a los ojos sin dejar de sonreírse. Volvieron a besarse esta vez con más tranquilidad. Su primer beso de casados. Se separaron y se abrazaron. Un abrazo de esos que te das cuando ya todo ha pasado, cuando te das cuenta de lo mucho que has sufrido en la vida hasta llegar hasta este momento. Ambos se miraron, miraron a sus dos pequeños, la luz de su vida. Lidia acarició la mejilla de Marcos y le sonrío feliz, muy feliz.

- Gracias por no dejar que me fuera Marcos

*** Vale, si, yo también estoy llorando. Muchas gracias por todo el apoyo que he recibido por esta novela. Pero tengo que decir que estoy muy orgullosa del resultado y de como ha acabado al final. Ahora si siento que realmente he escrito lo que quería y como quería. Y si a alguien le gustó más la anterior edición, lo siento, porque al fin de cuentas, quien se tiene que sentir orgullosa de su trabajo, soy yo, y ahora si lo estoy.

Dejarse llevar por lo que quieren los demás, nunca es una opción.

Mil perdones si os he aburrido mucho. Espero que os haya gustado y sigáis disfrutando de mis historias.

MIles de besos y abrazos como siempre***