5. Comer, Reír, Querer Besarte
⚽ Una semana después ⚽
- Serán sólo 2 semanas -me dice Marco mientras me da una palmada en la espalda
- Lo sé -le digo resoplando fastidiado- pero joder, es mala suerte que sea justo antes del primer partido de liga
- Si, si que fastidia si. Pero ahora lo que tienes que hacer es descansar y recuperarte, así luego volverás con más energía
Marco deja el coche en el sótano y salimos de el. Cojo mi mochila del maletero y me paso las manos por el pelo muy frustrado. Tengo una pequeña rotura de fibras. Me la he hecho esta mañana en el entrenamiento. Y aunque sé que sólo voy a estar de baja 2 semanas, me jode un montón porque tenía esperanzas de ser titular. Y quería debutar con el Atlético. Pero bueno, las lesiones es algo que los futbolistas no podemos controlar por mucho que me joda.
Sigo a mi cuñado subiendo las escaleras y tengo que admitir que me molesta la pierna mientras las subo. Hoy me quedo a comer en su casa. Marco me ha hecho el favor de ir a buscarme a la ciudad deportiva porque no puedo conducir.
Le he comprado a Lidia los libros de la saga Divergente y quiero dejárselos a mi hermana para que se los de cuando la vea. Fui tan tonto el otro día que no le pedí ni siquiera su número de teléfono. Y luego lo pienso y es mejor así. Ella tiene novio, algo que yo tengo que respetar, aunque el novio sea un capullo máximo. Porque si en la cena fue un gilipollas, ahora que lo conozco más, es aún más gilipollas.
Así que es mejor que me olvide de ella y me limite a verla como la amiga de mi hermana. Termino de subir y unas risas llaman mi atención en el comedor. Cuando entramos por la puerta, veo allí a la culpable de algunos de mis sueños, Lidia.
Mientras mi hermana se levanta para saludar a su novio con un beso, ella alza sus ojos y me mira muy sonriente. Dios, esa sonrisa me va a matar algún día. Lidia se levanta y yo suelto un pequeño jadeo. Va vestida con una camiseta blanca de manga corta y una falda de cuadritos blancos y negros que le llega por la mitad del muslo. El pelo se lo ha recogido en una coleta. Está preciosa así vestida y yo no puedo dejar de mirarla. Por más que lo intento, por más que me convenzo a mi mismo, no puedo. Lidia me gusta.
Y ahora que nos vemos de nuevo, me gusta más todavía. Y esto que siento está mal, lo sé. Pero nadie manda en el corazón, ni siquiera nosotros mismos. Se puede cerrar los ojos a las cosas que no queremos ver, pero no se puede cerrar el corazón a las cosas que no queremos sentir.
- Hola Marcos -me dice ella viniendo hacia mi. Me sonríe y hace algo inesperado, me abraza. Yo la envuelvo con mis brazos disfrutando de la calidez de su cuerpo, de sentirla cerca de mi - me alegro muchísimo de verte
- Y yo a ti también -le digo separándome de ella mirando sus ojazos marrones- ¿Cómo estás?
- Bien. Estoy muy bien. Me va a explotar la cabeza de tanto pensar, pero bueno -se ríe cuando me lo dice alzando sus hombros
- ¿Y eso? -le pregunto bastante interesado
- ¿A mi no me abrazas hermanito? -me dice mi hermana poniendo sus brazos en jarra
- Claro que si -voy hacia mi hermana y la abrazo. Aprovecho que está distraída y la alzo del suelo ganándome un buen chillido por su parte
- ¡Bájame Marcos! -me grita riéndose. Marco pone su brazo alrededor de los hombros de Lidia y ambos nos miran riendo también sobre todo cuando empiezo a dar vueltas con mi hermana en brazos- ¡que voy a vomitar idiota!
- Eres una marrana Monicaca -le digo bajándola al suelo- ¿qué hay de comer?
- Puchero de garbanzos
- Me encanta
- Pues se ve que eres el único -señala a Marco y a Lidia con cara de fastidio- porque aquí al señorito no le gustan los garbanzos y aquí Ladybug no come la pringá, que tiene mucha grasa
- ¿Grasa? -me giro para mirar a Lidia- pues bien que devoraste la otra noche la hamburguesa del Mc'donalds...
- ¿Te comiste una hamburguesa del Mc'donalds? -le pregunta Marco mirándola frunciendo su ceño
- Eres un chivato, Marcos -me dice ella señalándome con el dedo- y si que me gusta la pringá del puchero. Pero es que esta tarde tengo que dar una clase y luego me lleno mucho. ¿No querréis que vomite encima de mis alumnas? No quedaría bonito la verdad
- Anda. Haced algo útil vosotros dos y poned la mesa -nos dice mi hermana saliendo del comedor con Marco de la mano. Van riéndose los dos
- ¡No aprovechéis para echar un polvo en la cocina que desde aquí se oye todo! -les grita Lidia riéndose
- No les des ideas rubia
- Eso es verdad -Lidia va hacia uno de los cajones del mueble del salón y saca un mantel. Me lo da para que lo ponga y decido darle los libros
- Te he traído una cosa -abro mi mochila y saco la bolsa de la librería y se la doy. Ella me mira sorprendida
- ¿Qué es? -me pregunta muy sonriente. Lidia abre la bolsa y saca uno de los libros. Suelta un jadeo de sorpresa y me mira muy contenta- ¡me encanta! Gracias Marcos
Se acerca a mi y me da un gran abrazo. Pongo mis manos en su cintura y dejo que se recueste en mi pecho. Y por un instante empiezo a pensar lo increíble que sería tenerla así todos los días. Y que en vez de ser de otro, ella fuera mía. Lidia se separa y nos miramos a los ojos. Sus preciosos ojos marrones tienen un brillo especial ahora mismo. Ella suspira despacio y yo no puedo dejar de mirar esos labios que tanto me gustaría besar
- ¿Has pensado algo para lo de tu canal? - le pregunto desviando mi atención de su boca
- He pensado demasiadas cosas. Y esta tarde voy a grabar una de ellas. Voy a hacer algo nuevo. Gimnasia en la cocina. Hacer ejercicio cogiéndome de la encimera, poniendo la lavadora...quiero hacer algo divertido...y al final me voy a comer algo, no sé lo que será, pero pienso comer
- Suena interesante -le digo mientras me cuenta más cosas. La veo entusiasmada y contenta. Y eso me gusta porque hace que su cara resplandezca más todavía
- Tengo mogollón de ideas, Marcos. Incluso estoy pensando en hacer una especie de preguntas y respuestas en directo...no sé. Creo que me va a explotar la cabeza de tantas cosas que estoy pensando -Lidia se ríe y resopla
- Bueno. Por lo menos se te ve contenta y mira...si te gusta más esto que vas a hacer, pues adelante
- Si todo me va bien, ya te pediré ayuda para una cosa -me dice mientras se muerde el labio
- ¿Para qué? Sabes que a mi todo esto no me hace mucha gracia Lidia -le digo algo serio
- Lo sé. Pero te prometo que lo que yo te proponga te gustará -la miro frunciendo el ceño- ¿porqué siempre eres tan serio, Marcos?
- Yo no soy serio -le respondo cruzando mis brazos
- Si que lo eres. Con la sonrisa tan bonita que tienes no sé como no te ríes más a menudo
- Pues...gracias... de todas maneras, es que hoy no tengo un buen día
- ¿Qué te pasa?
- Puff. Que me he lesionado. Rotura de fibras. 2 semanas de baja
- Ay, Marcos. Lo siento mucho, de verdad. Tienes que estar jodido, ¿verdad?
- Pues sí. Porque tenía muchas ganas de debutar. Y ahora tendré que esperar 2 semanas más
- Bueno. No te preocupes. Cuando te cures de tu lesión seguro que renaces cual ave fenix...
Miro a Lidia y ella me saca la lengua provocándome para que me ría. Esbozo una pequeña sonrisa y ella rueda sus ojos. Seguimos hablando un rato más hasta que mi hermana nos pega un grito desde el comedor. Nos levantamos de los sillones y entramos dentro.
- Espero que no hayáis hecho nada en la cocina, y si lo habéis hecho que uséis el Sanitol -le digo a mi hermana guiñandole un ojo
- Envidia que tienes guapo -me responde Mónica- que te hace falta echar un buen polvo para quitarte esa cara de amargado
- Eso mismo le estaba diciendo yo -la secunda Lidia ayudándola a terminar de poner la mesa
- ¿Le has dicho a mi hermano que eche un polvo?
- No. Le he dicho que siempre está muy serio. Pero si, estoy de acuerdo contigo, deberían echarle un buen polvo
- Lo mismo ya lo he echado -les respondo mirándolas
- Noooo -Mónica y Lidia se miran las dos riéndose
Nos acabamos sentando todos y mi hermana nos sirve la comida. Lidia se sienta a mi lado y me permito mirarla de vez en cuando de reojo. Y si, bajo mi mirada y le miro los muslos, porque la falda se le ha subido hasta más arriba y me está dando la comida. Alzo mis ojos y empiezo a comer el puchero. Que por cierto, está buenísimo. Mi hermana está sentada enfrente mía y me mira fijamente. Yo la miro también y ella ladea su cabeza riéndose.
- ¡Que bueno está el puchero Mónica! -le dice Lidia a mi hermana mientras se lleva otra cucharada a la boca. Veo a Marco que aprovecha que ella no está mirando para echarle sus garbanzos al plato de Lidia- ¡Marco! Tío, que te estoy viendo
- Es que no me gustan -Marco pone cara de niño bueno mirando a Lidia- no te enfades Ladybug
- ¿Porque la llamáis así? - les pregunto
- Porque en Halloween del año pasado se disfrazó de Ladybug -responde mi hermana
- ¡Pues anda que no me quedaba bien el disfraz! - dice Lidia
- Te hacia un buen culo - le contesta mi hermana
- ¿A que si? Me encanta ese disfraz. Lo mismo me lo pongo para uno de mis videos
- Creo que todavía tengo la foto que te hice en la terraza
- ¿La que estoy de espaldas?
- Si esa - mi hermana coge su móvil y empieza a buscar en el. Se muerde los labios mientras lo hace- mira, ya la he encontrado
- Me gusta esa foto
- ¿Puedo verla? - le pregunto a mi hermana. Ella me enseña su móvil y tengo que tragar saliva al ver la foto. Joder. Que le hace un buen culo dice. Está terriblemente buena.
- ¿Te gusta el disfraz Marcos? - me pregunta mi hermana riéndose en toda mi cara. Cuando quiere es una hija de puta
- Te queda muy bien Lidia - le respondo intentando no sonrojarme
- Gracias -me contesta ella sonriendome
- Marcos se disfrazó una vez de vampiro - cuenta la "discreta" de mi hermana - y no veas las tías como se le acercaban pidiéndole que las mordiera
La comida transcurre entre bromas por parte de los cuatro. Sobre todo de Mónica y Lidia que se ríen de todo. Ahora entiendo como mi hermana se lleva tan bien con la rubia. Se parecen bastante y hasta se terminan las frases la una a la otra. Un rato después, Lidia se levanta de la mesa y lleva los platos a la cocina. Cuando vuelve la veo coger la bolsa con los libros que le he regalado y coger su bolso de la entrada.
- Chicos. Yo me voy ya, que tengo que dar una clase -nos dice ella. Se acerca a Mónica y se dan un gran abrazo- luego te llamo.
- Adiós petarda -le dice Marco dándole otro beso. Se acerca a mi y me da dos besos
- Espero que te recuperes pronto. Y gracias por los libros, me ha hecho mucha ilusión
Lidia se da la vuelta y sale de la casa mientras yo me llevo las manos al pelo resoplando. Escucho como cierra la puerta y la veo atravesar el jardín por la ventana del comedor. Giro mi cabeza y mi hermana me está mirando fijamente con sus brazos cruzados. Decido ignorarla sentándome en una esquina del sofá. Ella se sienta en el sofá de al lado y vuelve a mirarme.
- ¿Qué? -le pregunto mirándola también porque conozco a mi hermana y como no hable va a explotar
- Te gusta -sólo dos palabras. Sólo dos. Es más pequeña que yo 2 años y me conoce perfectamente
- No -le respondo mintiendo como un bellaco
- Si que te gusta Marcos. No has parado de mirarla en todo el rato. Y se te ilumina la cara cuando estás con ella
Miro a Mónica y yo no sé que decirle. Porque sí, mi hermana tiene razón. Lidia me gusta, y mucho. Pero hay muchos peros.
- Su novio es un puto cabrón -dice Marco entrando en la conversación- no la merece. Ella es un dulce de niña y una buena persona. Y el día que lo deje, te juro que pienso hacer una fiesta
- Bueno. Debe de quererlo mucho cuando está con él, ¿no? -le pregunto a los dos. Ellos se miran y Marco se echa atrás en el sofá resoplando. Mónica se pone más seria
- Eso es discutible hermano. Su relación es... complicada. Y yo estoy convencida de que Lidia no lo deja porque él la tiene amenazada...
- ¡Mónica por dios! -le dice Marco haciendo aspavientos con su mano - ¡tú ves culpables por todas partes!
- Esas cosas se notan. Le hace chantaje Marco. Y tú lo sabes -mi hermana y mi cuñado se miran y se callan. Me cuesta creer lo que ellos dicen
- Bueno Mónica déjalo. Es su vida, ¿vale? Lidia es nuestra amiga y cuando le hagamos falta, aquí estaremos. Y ya está -Marco mira a mi hermana y no la deja que proteste más- Marcos, es normal que te guste porque Lidia es un encanto. Sólo te diré que tengas cuidado donde te metes, porque David es un hijo de puta y no me gustaría que tuvieras problemas con él
- ¿No os lleváis bien vosotros dos, no? -le pregunto. Porque me he dado cuenta de que mi cuñado rehúye al otro capitán del equipo siempre que puede
- No nos llevamos y punto -responde Marco- a David a poder ser, lo quiero bien lejos de mí. Y si tu fueras listo, harías lo mismo cuñado
Marco se levanta del sofá y se acerca a Mónica para darle un beso en la mejilla. Sale del comedor dejándonos a los dos solos y yo con la cabeza hecha un lío de todo lo que me han dicho. Está claro que ellos saben más de lo que dicen. Pero entiendo que Lidia es su amiga y no tienen porqué contármelas.
- ¿Sabes hermano? -me dice Mónica apretando mi muslo con su mano- si Lidia no estuviera con David, yo mismo te animaría a intentarlo con ella, porque...porque me he dado cuenta de que sonríe cuando tú le hablas. Y, si te digo la verdad, hacía mucho tiempo que no la veía tan relajada y tan a gusto con otra persona que no fuéramos nosotros... pero no deja de ser una chica que tiene novio, aunque el novio...bueno, ya sabes
- Mónica. Yo jamás me metería en medio de ninguna relación. Por muy mal que esté. Yo no soy así, y lo sabes -le cojo la mano a mi hermana y se la acaricio
- Lo sé Marcos. Lo que pasa, es que una parte de mi corazoncito, desea, que seas tú quien un día la salve
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