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44. La Pelea

Al día siguiente

Estadio Wanda Metropolitano

Parezco una tonta mirando por todos lados. Pedí no estar esta noche aquí, porque tengo un miedo terrible de encontrarme lo que me tengo que encontrar, pero una de mis compañeras me pidió el favor porque hoy operaban a su padre, y no he podido negarme.

Por lo menos no tengo que estar fuera. Estoy en la sala de fisioterapeutas de refuerzo. Aún así, estoy nerviosa. Doblo un pasillo y de pronto me choco con alguien, alzo mis ojos y sonrío.

- Ariadna Ríos -me dice él mirándome con una gran sonrisa.

- Lucas Hernández-le digo acercándome para darle un enorme abrazo. Él es de las pocas personas que me caen bien del Bayern - ¿qué tal estás?

- Bien, muy bien, ¿y tú?

- Bien también. Ya ves, de prácticas aquí en el Atlético...

- Te fuiste sin despedirte, y eso aún no te lo perdono -él me señala con uno de sus dedos haciéndome reír

- Lo sé, y lo siento. Se me complicó todo un poco

Nos enfrascamos en una tonta conversación. Él me pregunta por mis estudios y yo por el temporadón que está haciendo en el Bayern. Le pico un poco diciéndole que tienen que remontarnos hoy dos goles y que va a ser prácticamente imposible.

- Ya veremos lo que pasa pequeña

No sé porqué pero escuchar como me llama pequeña, de sus labios, hace que sienta un escalofrío por todo mi cuerpo. Me acabo de acordar que Robert me llamaba así, y me da un poco de repelús. Nos despedimos de nuevo con un abrazo, prometiéndonos hablar después del partido.

Él se va hacia sus vestuarios y yo corro a esconderme en la sala de fisioterapia para no tener ningún encuentro inesperado.
El partido lo paso entero en la sala. Mi compañero y yo lo vemos por la televisión poniéndonos muy nerviosos. Al descanso, el Bayern ya había metido un gol, de Kimmich, para ser más exactos. Cabrón con suerte. Un par de jugadores vinieron a que les hiciéramos un masaje, en el descanso, por una sobrecarga en los gemelos. 

No puedo evitar morderme las uñas viendo el partido. Robert está jugando extremadamente bien, hasta el punto que marca el 2-0 y el 3-0. Lo veo celebrar los goles con rabia y muy, muy contento. Y nosotros eliminados. Pasan los minutos y no somos capaces de hacer nada, así que me preparo mentalmente para lo que se me viene encima.

Cuando termina el partido, no viene ningún jugador, así que esperamos unos minutos y recogemos todo para salir. Salgo de la sala y me encuentro a mi hermana que está fuera esperando a Marcos. Esta mañana me ha dicho que ya pasa de esconderse.

- ¿Cómo estás gorda? -me pregunta Lidia acariciando mi mejilla

- Nerviosa, muy nerviosa, ¿Y tú?

- Pues si te digo la verdad, estoy más nerviosa por ti, por a quien te puedas encontrar, que por mi. Porque desde que Marcos y yo hemos hablado, estoy súper-tranquila

- Todo va a ir bien, ¿lo sabes, verdad? -Lidia me mira y asiente para después abrazarme. De pronto, del vestuario de los alemanes, sale Lucas. Me ve y lo veo esbozar una sonrisa cuando lo hace

- Deberíamos haber apostado algo -me dice él viniendo hacia nosotras

- Putos alemanes -le contesto yo haciéndome la ofendida- has jugado muy bien Lucas, enhorabuena

- Gracias -el francés se lleva la mano al pelo y me mira guiñándome un ojo

- Oh, Lucas. Esta es mi hermana Lidia

- Encantado de conocerte -él le da dos besos a mi hermana que ella corresponde de igual manera

-Pues encantada Lucas. Yo te espero fuera Ari, no tengo ganas de ver la cara del puto David

Lidia y Lucas se despiden y yo me quedo hablando con él. La puerta del vestuario del Bayern se abre y sé perfectamente quien sale por ella. Sigue igual, lo mismo. Esa mirada traviesa, esa pose de chico malo. Siento un nudo en el estómago bastante grande ahora que lo tengo delante mía. 

-Ari -cierro los ojos y no puedo evitar temblar al sentir su presencia cerca de mi. Los abro y trago saliva nerviosa

- Joshua -él se acerca y me da un beso en la mejilla. Sus labios se sienten calientes en mi cara. Y recuerdos de lo que fuimos vienen a mi mente sin poder evitarlo

- ¡Guau! Estás... estás increíble -Joshua me mira de arriba a abajo y yo suspiro nerviosa. Por el rabillo del ojo veo a Lucas irse y dejarnos solos

- Gracias -acierto a decir- ¿qué tal todo?

- Bien, muy bien...bueno...te sigo echando mucho de menos...

Miro a Joshua. Se acerca más a mi y su mano acaricia mi mejilla con suavidad. Ahora mismo no sé ni lo que siento ni lo que pasa por mi cabeza. Lo miro sin saber muy bien lo que hacer ni que decir. 

- ¡Oh, que bonito! -Robert aparece por la puerta y nos mira con mucha malicia en sus ojos- ¡reunión de ex-amantes! ¿Porqué no me habéis llamado?

- ¿De ex-amantes? -Joshua nos mira a Robert y a mi bastante sorprendidos- ¿de qué hablas Lewy?

- ¡De que voy a hablar! De nosotros tres -Robert sigue hablando y yo quiero esconderme bien lejos- que yo también me folle aquí a la leona, y luego me dejó tirado, como a ti

Joshua se endereza y se va a por él bastante cabreado.

- ¿De qué estás hablando Robert? ¿tú y Ari? -Joshua se acerca al puto polaco y yo tengo que cogerlo del brazo para que lo deje en paz

- ¡Joshua! ¡Para! -le digo dándole la vuelta para que me mire

- Ari, dime que no es verdad, ¡dímelo! -miro a Joshua y bajo mis ojos sin ser capaz de contestarle

- Joshua...yo...

- ¡Hijo de puta! ¡Eres un hijo de puta! ¡Creí que eras mi amigo! -Joshua vuelve a girarse para encarar a Robert y los dos jugadores están bastante cerca el uno del otro

- ¡Ni siquiera estábamos juntos Joshua! - le grito para que deje a Robert en paz, aunque se merece una buena hostia por gilipollas

Pero Joshua ni me escucha. Todo sucede demasiado rápido. El rubio le da un puñetazo a Robert en la cara, haciendo que el polaco pierda el equilibrio y caiga hacia atrás, lo que aprovecha Joshua para subirse encima suya y darle un puñetazo en las costillas. Robert no se queda atrás e intentando quitárselo dándole un puñetazo en el ojo. Yo lo único que puedo hacer es mirarlos horrorizada esperando que alguien venga a separarlos.

- ¡Parad! ¡Parad de una vez! - intento separar a Joshua pero él rechaza mis manos y siguen pegándose hasta que mis gritos y el jaleo de la pelea alertan al resto de compañeros que salen del vestuario alemán separandolos.

- ¡Te odio! ¡Hijo de puta! - Joshua se revuelve en los brazos de Neuer, el portero del Bayern, que es quien lo agarra. Está deseando irse a por Robert otra vez

Los dos parecen salidos de una pelea callejera con las camisetas rotas, los labios hinchados, sangre en las mejillas... Trago saliva con las lágrimas saltadas sin poder creerme lo que ha pasado.

- ¡Y tú! - la voz de Joshua trona por todo el pasillo haciendo que cada vez haya más gente aquí fuera. Él se gira y me mira rabioso - creí que me querías y no esperaste a arreglar lo nuestro para follarte a otro. Eres una p...

Mi mano se estrella contra la mejilla de Joshua sin darle tiempo a reaccionar. Él me mira horrorizado sin poder creerse lo que he hecho.

- Ni se te ocurra volver a hablarme así. No te atrevas a reclamarme nada. Se acabó Joshua, se acabó. No quiero volver a verte ni saber nada de ti en lo que me queda de vida. Para mi ya no existes. Y tú -le digo a Robert el cual me mira con una media sonrisilla en los labios- eres un puto gilipollas que me hiciste sentir culpable por haber salido corriendo. No vales la pena ni por un puto polvo

Joshua va a hablar pero yo alzo mi mano para que se calle. Me doy la vuelta para irme cuando mi hermana viene hacia mi muy preocupada y nerviosa. Me agarra del brazo impidiéndome que me vaya.

- ¡Ariadna! ¿Qué ha pasado cariño?

- ¡Oh, Lidia! Dios, la que se ha liado. Joshua lo sabe todo, todo... - mi hermana me mira muy seria. Me llevo las manos a la cara y me pongo a llorar desconsolada

- Será mejor que nos vayamos de aquí

Mi hermana me coge de la mano y nos vamos las dos hacia el aparcamiento. Al fondo del pasillo vemos al parásito que me mira riéndose. Y yo tengo los nervios de punta como para aguantarlo encima.

- Ay, Ari. ¿De verdad creías que nunca nadie se enteraría de lo tuyo?

- ¡Vete a la mierda! - le contesta Lidia - eres un subnormal. Desgraciado

David nos mira esbozando una ligera sonrisa y yo no me lo pienso. Me zafo de mi hermana y le doy una hostia que ni la ve venir. Se echa hacia atrás y me mira muy sorprendido.

- Se te acabó el chollo hijo de puta -le grito para después escupirle en toda la cara

Agarro la mano de mi hermana y tiro de ella para irnos en busca de Marcos. Tengo el corazón que se me va a salir del pecho. Escuchamos pasos detrás que vienen corriendo. Me doy la vuelta y es mi cuñado.

- ¿Qué ha pasado? - nos dice él sujetando la mano de Lidia - dicen que dos jugadores del Bayern se han peleado en la puerta de los vestuarios

Miro al que ahora es mi cuñado, mi cuñado de verdad y mientras seguimos andando hacia el aparcamiento, les cuento todo lo que ha pasado a la vez que empiezo a llorar. 

Mi hermana y ella me abraza y me besa. Y por extraño que parezca, me duele menos de lo que pensaba. Me he dado cuenta de que no siento absolutamente nada ni por Joshua ni por Robert. Es más me siento liberada.

- Tranquila cariño - me dice Lidia acariciando mi mejilla- todo se arreglará, todo. Ahí estoy contigo hermana. Tú vales mucho mi niña

Nos montamos en el coche en silencio. No dejo de pensar en todo lo que ha pasado hoy una y otra vez. Ha sido de locos. Y aun no hemos terminado. Aún viene lo peor para mi hermana.

- ¿Como vas Ari? - mi hermana se gira para mirarme y yo le sonrío para que se tranquilice

- Bien. Tranquila

- Vale

Me quedo en silencio unos minutos y me muerdo el labio nerviosa.

- ¡Mierda! ¡Joder! -me llevo las manos a la cabeza negando una y otra vez

- ¿Qué pasa Ari? -me pregunta mi hermana dándose la vuelta en el asiento

- Que me he ido sin darle una hostia a Robert

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