37. La Youtuber
- ¿A quien te llevarías a una isla desierta? Pero no puede ser a tu novia -Marcos me mira pensativo y tarda unos segundos en contestar
- Pues me iría solo
- Llévame a mi cuñado - le contesta Marcos dándole un codazo
- Sigo prefiriendo ir solo. Te comerías hasta la arena
Marcos le hace una mueca y ambos se dan empujones y puñetazos.
- A ver niños parad. Marcos, ¿Dónde ha sido la mejor cita de tu vida? Y no vale decir en el sofá de tu casa viendo Netflix
- Esa la tengo super-fácil. Fue en el planetario y te aseguro que esa si que fue la mejor cita de mi vida - procuro no mirarlo porque sé que me voy a poner como un tomate
- No estaba yo Marquito, no fue la mejor cita de tu vida
-Te digo yo que si amigo
- Marcos, dime cual es la situación más desastrosa que has vivido nunca -le sigo diciendo para que no se me noten los nervios
- La primera vez que le hice la cena a mi novia. Le hice macarrones y se me olvidaron cocerlos -me rio porque me sé esa historia- Bueno chicos, pues vamos a despedirnos ya, porque sino me equivoco nos vamos a merendar. Muchas gracias Marcos, gracias Marco porque ha sido muy divertido estar con vosotros
- Gracias a ti - ambos me ayudan a despedir el video. Apagó mi cámara y miro sobre todo a Marcos
- ¿A que no ha sido para tanto?
- No. Ha estado muy bien - me contesta él cogiendo un mechón de mi pelo. Marco se levanta y sale de la sala de descanso
- Os espero en el comedor. No tardéis y no os besuqueeis mucho
Le saco la lengua a mi amigo y me giro para mirar a Marcos el cual sigue con mi pelo enredado en su mano. Me recuesto en el sofá y giro mi cabeza para mirarlo.
- ¿Por qué saliste del dormitorio? ¿Te dijo algo Morata?
- Algo así - le respondo algo nerviosa y sin ganas de hablar de ello
- ¿Algo así?
- Me dijo que le recordaba a su mujer pero que yo era más guapa y luego me puso la mano en el muslo. Por eso me fui, porque me hizo sentir incómoda
Marcos deja de tocarme el pelo y veo endurecer su rostro y ponerse tenso. Me mira apretando sus puños.
- Si ves que intenta sobrepasarse contigo otra vez, me lo dices ¿vale?
- Marcos, solo ha sido eso, no te preocupes - pongo mi mano en su rodilla para que se tranquilice
- Ya, pero es que ese gilipollas es un puto cabrón de mierda que le pone los cuernos a su mujer cada vez que pilla. Y no me da la gana que se acerque a ti - Marcos está cabreado se le nota muchísimo en la cara, pero muchísimo
- Vale. No te preocupes. No me acercaré a Morata. Pero tú cambia esa cara o te como a besos
Marcos me mira y me sonríe. Me da un pequeño beso en los labios que me sabe a gloria bendita. Me da la mano para que me levante y nos quedamos uno enfrente del otro mirándonos.
- Anda vamos a merendar - me dice Marcos - o de verdad dejo que me comas a besos
⚽ Más tarde ⚽
- Eres muy simpática Lidia, de verdad y un encanto - Gérard Moreno se apoya en mi hombro mientras me habla - pero eres muy mala jugando al futbol
- Eso ya os lo dije yo - le dice Marcos mientras los dos se ríen. Yo cojo mi cámara y me enfoco
- Vale chicos, si. Se me da muy mal, que le vamos a hacer. Pero que quede claro que hemos hecho un circuito y les he ganado a todos, pero a todos
- Lidia - sigue diciendo Gerard- la última parte has ido corriendo en vez de saltando...
- Sabía yo que algo diríais para justificaros. Bueno chicos dejamos aquí el entrenamiento y luego seguimos
Apago la cámara y miro a estos dos que se ríen de mi a carcajadas. El entrenamiento ya ha finalizado y los jugadores se van retirando a las duchas.
- ¿Te vienes tú también a las duchas Lidia? - Morata llega por detrás poniendo su brazo alrededor de mis hombros. Yo se lo quito sutilmente mientras él sigue mirándome
- Prefiero ir a mi habitación y ducharme allí - le contesto bastante sería. Durante todo el entrenamiento no ha parado de acercarse y de lanzarme indirectas. Marcos no le quitaba ojo y lo he visto bastante enfadado con él
- Si luego quieres que suba a frotarte la espalda, me lo dices - Morata me habla al oído haciendo que a mi los pelos se me pongan de punta
- No lo creo. Y Álvaro, si sigues así voy a tener que decirte cuatro cositas, ¿Te queda claro?
Morata alza sus brazos y pone cara de que él no ha hecho nada. Marcos llega por detrás apretando sus brazos furioso. Lo que nos faltaba aquí era dar el espectáculo.
- Oye Marcos, ¿no ibas a enseñarme donde está el Museo? Es que quiero ir allí y hacerle una entrevista al míster - Marcos mira a Álvaro enfurecido y con los labios apretados. Mi cara y mis labios le piden que se relaje. Me mira y asiente
- Claro Lidia. Ven, está muy cerca
Sigo a Marcos mirando como Álvaro nos ve alejarnos. Andamos por el campo de entrenamiento en silencio. Él va bastante rápido y yo lo sigo como puedo. Al doblar la esquina de uno de los edificios, me agarra de la cintura y me lleva hasta detrás de unas columnas. A estas horas no hay nadie por aquí, es de noche y apenas hay iluminación.
Los labios de Marcos se estrellan contra los míos sin previo aviso. Sus manos siguen en mi cintura. Es un beso salvaje, de los que te quitan la respiración. Puedo notar lo enfadado y alterado que está. Pongo mis manos en su cuello. Mi lengua busca la suya lamiéndola, acariciándola, entrando y saliendo de su boca. Sus dientes me muerden el labio y yo gimo de deseo por él. Marcos se separa y me abraza. Puedo sentir su corazón como late muy deprisa. Estamos así unos segundos hasta que él se aparta y me mira. Su mirada es puro fuego.
- Te juro que le rompía los dientes a ese gilipollas -me dice resoplando
- Lo sé. Pero tienes que tranquilizarte Marcos - acaricio su mejilla con mucha lentitud y él agarra mi mano dándole un suave beso
- Joder. Me estas volviendo loco rubita mía. El puto chándal de la selección te queda de escándalo
No puedo evitar sonreír y besarlo de nuevo. Está vez lo hacemos más despacio, con más calma, sintiendo nuestros labios que se tocan y que se buscan una y otra vez.
- Eres mi perdición Lidia
- Y tú eres mi lugar favorito del mundo
⚽ Más tarde ⚽
Acabo de vestirme y estoy saliendo de mi habitación para ir a la cena. Voy a coger el ascensor cuando una chica con el uniforme de seguridad privada se va acercando a mi. Sé perfectamente quien es. Hasta ahora no la había visto, pero esta claro que es Marta. La veo mirarme muy fijamente y como me da una sonrisa forzada.
- Hola. ¿Tú eres la youtuber, verdad?
- Lidia, me llamo Lidia - le contesto muy seca
- ¿Vas al comedor? - asiento mientras las puertas del ascensor se abren y entramos las dos- pues venga, te acompaño
Las puertas se cierran y me permito mirarla disimuladamente. Es más alta que yo, morena y bastante exuberante. Pero, hay algo en su cara que no me gusta para nada y que no me da de confianza. También tiene que ver todo lo que Marcos me ha contado de ella.
- Dios, no sé si te pasa a ti, pero yo alucino de estar tan cerca de tanto jugador...y tan guapo, claro -me dice ella mirándome con una sonrisa burlona
- Pues no, no me pasa. Estoy acostumbrada
- Ya claro, se me olvidaba. Estás prometida a un jugador de fútbol. Pero no me dirás que por ejemplo Marcos Llorente no está bastante bueno
Giro mi cabeza para mirarla y si no fuera por lo que es, creería que está intentando sonsacarme. Las puertas del ascensor se abren e intento salir rápidamente para no tener que seguir hablando.
- ¿Si te cuento un secreto no dirás nada? -me pregunta ella
- Verás, yo...
- Estuve saliendo con Marcos durante un tiempo y he conseguido este trabajo para estar más cerca de él, porque...aún sigo enamorada de él -Marta me mira y la veo llevarse los dedos a los ojos e intentar limpiarse unas inexistentes lágrimas. O sea, David y ella se llevarían de puta madre
- Marta, ¿verdad? -ella asiente mirándome- pues no se si lo sabes pero Mónica Llorente es una de mis mejores amigas, así que...déjalo, de verdad, no te esfuerces. Es que paso de lo que quieras decirme... sé quién eres...
- No hagas caso nunca de lo que te cuenten, y menos Mónica, tenía envidia de la relación que teníamos Marcos y yo...y por eso se buscó al imbécil de Marco...
- No pienso permitir que hables mal de mis amigos. Tú y yo no nos conocemos y tampoco es que tenga ganas. Así que, déjalo o no querrás que me queje porque me estás acosando, ¿verdad?
La dejo en el pasillo entrando en el comedor. La miro y veo que tiene la cara desencajada, pero me da igual. La he visto venir de lejos, pero de lejos. Saludo a algunos jugadores y voy hacia la zona del buffet para coger un plato y servirme la cena.
- Hoy hay lasaña -me dice Pau con una gran sonrisa. Este niño es un encanto- es de verduras. Te lo digo por si no sabes que comer
- Probaré la lasaña entonces -le digo sirviéndome un trozo en un plato
- ¿Qué tal llevas tu día Lidia? -Pau se sirve otro trozo y andamos los dos hacia una de las mesas para sentarnos
- Bueno, pues...bastante bien. Está siendo divertido y bastante curioso
Pau se sienta y yo lo hago a su lado. Marcos entra en ese momento en el comedor y nuestras miradas se cruzan. Yo bajo mis ojos y me dedico a hablar con Pau, Unai Simón y Marco, que se sientan también con nosotros.
Pasamos el resto de la cena entre risas y confidencias. Saco mi cámara y decido pasarme por la mesa de algunos jugadores y grabarlos un poco. Me atienden todos encantados de la vida, aunque hay algunos de los que paso, como, de Morata y de Jordi Alba. Me voy mañana y bastante tengo, la verdad. Después de la cena voy con Luis Enrique al Museo. Le hago una entrevista de unos 20 minuto sobre él como seleccionador y algunas anécdotas de su vida como futbolista.
Más o menos hacia las once de la noche, entro a la residencia y veo a algunos jugadores en una de las salas de descanso. Ferrán y Gerard me llaman, así que voy hacia donde están ellos. Veo también a Marcos, Pau, David De Gea, Morata y Rodri que también están allí.
- Oye Li -me dice Gerard- ¿no te apetece grabar como le doy una paliza al billar a Marcos?
- ¡Eso no me lo pierdo!
Por supuesto que le da una paliza, y yo lo grabo todo. Echamos un buen rato de risas y juegos, y si, les gano a los dardos que eso si que se me da de maravilla. Una de las veces los dejo para ir al baño que hay al final del pasillo. No puedo negar que la experiencia de venir aquí ha sido mejor de lo que pensaba, quitando algunas cosillas claro. Hago mis necesidades y salgo del baño y cuando lo hago me quedo bastante sorprendida de ver a Álvaro apoyado en la pared de enfrente. En cuanto me ve se endereza y viene hacia mi.
- Te estaba esperando Lidia
- ¿Qué quieres Álvaro? -le pregunto algo fastidiada
- Pues hablar contigo...que hablas con todo el mundo menos conmigo...
- Hombre Álvaro, si dejaras de tirarme los tejos...
- Joder. Es que mira Lidia, me da la sensación de que tú estás igual que yo -Álvaro se acerca a mi hablándome cada vez un poco más cerca- en una relación en la que no quieres estar. Yo me he dado cuenta porque estoy igual que tú...mi matrimonio lleva un tiempo que no funciona...
- Pues ese es tu problema Álvaro, no el mío. Y como esté o deje de estar yo en mi relación, tampoco es tu problema
- Bueno, no sé...quizás tú y yo... -Álvaro me mira enarcando una ceja y pone una de sus manos en mi cintura- podíamos ir a tu habitación, seguro que por lo menos pasábamos un buen rato...
- Mira Álvaro, yo no sé que te crees tú, pero desde luego, eso, no va a pasar. Así que haz el favor de quitarme la mano de encima -siento los dedos de Álvaro que se clavan más en mi cintura y estoy haciendo verdaderos esfuerzos por no darle yo misma una hostia
- ¿Qué puedo hacer para convencerte de que conmigo te lo pasarías bien?
- Oh, Dios, Álvaro. Tú no te enteras de nada. Suéltame ¿quieres? -intento quitarle la mano a Álvaro pero lo veo acercarse cada vez más a mi
- Te ha dicho que la sueltes Morata, ¿o es que estás sordo?
La fuerte voz de Marcos apareciendo por el pasillo se siente como música en mis oídos. El jugador de la Juve aparta sus manos rápidamente y se las lleva a la cara visiblemente avergonzado. Marcos llega hasta nosotros y se pone a mi lado.
- ¿Estás bien Lidia? -me pregunta mirándome a los ojos. Asiento para que él también se tranquilice
- No le he hecho nada Llorente, sólo estábamos hablando. No tienes que venir y comportarte como un caballero andante... -le dice Morata muy resentido
- Yo me comportaré como me de la gana, ¿de acuerdo? Y ahora lárgate si no quieres que te de la hostia que te mereces desde esta mañana
Álvaro traga saliva al mirarme y se da la vuelta para irse. Marcos me mira y puedo ver en sus ojos la furia y el cabreo que se está aguantando.
- Venga, te acompaño a tu habitación -me dice Marcos cogiéndome muy suavemente del brazo
- Vaya, a él si lo dejas ir a tu cuarto y a mi no...ya veo yo por donde van aquí los tiros... -Morata se da la vuelta y nos mira a los dos muy, muy, rabioso. Marcos me suelta y se va hacia él apretando sus puños por el camino
- Mira Alvarito. Lidia es mi amiga, ¿te enteras? y yo la respeto. Por suerte yo no soy tan cabrón como tú que le pones los cuernos a tu mujer a la menos oportunidad. Lárgate anda, que aún te pego y me quedo tan ancho
Marcos está delante de Álvaro, y aunque el delantero de la Juve es más alto que él unos centímetros, Marcos parece haber crecido y tiene acojonado al moreno, el cual traga saliva y sale del pasillo con rapidez. Mi rubio se da la vuelta y me mira esbozando una sonrisa. Caminamos juntos hacia el ascensor y cuando entramos en el y las puertas se cierran, me abrazo a Marcos como si me faltara el aire. Él pone sus brazos en mi cintura y me estrecha con fuerza.
- ¿Estás bien? -me pregunta separándome de su pecho para poder mirarme
- Si, tranquilo, estoy bien
- Vaya energúmeno está hecho el niñato este
- Bueno, tranquilo Marcos. No ha pasado nada. Si no llegas a venir tú estaba preparando una patada mortal para todos sus cataplines...
- ¿Patada mortal? -Marcos alza una de sus cejas y me mira riéndose
- Que he dado clases de defensa personal. Que una buena patada en los huevos puedo dar -le contesto poniendo morritos y sacando músculo de mi brazo
- No quisiera ver yo eso
- Pues no me provoques Llorente o mi furia será mortal
Llegamos a la puerta de mi habitación y nos miramos en silencio.
- Me encantaría pasar ahí dentro y hacerte el amor toda la noche -me dice Marcos mordiéndose el labio
- Lo sé. Y a mi me encantaría que lo hicieras
- Bueno, pues buenas noches. Que descanses mi dulce niña
Marcos se acerca a mi y me da un beso en los labios para después darse la vuelta para irse a su habitación. Abro la mía sin dejar de sonreír y pienso que bueno, que tampoco ha estado tan mal estas 24 horas con la selección.
Aparte de lo de Álvaro y Marta no ha pasado nada grave, ¿no?
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