⚽ 31 de Diciembre
Casa de los Llorente ⚽

Decir que estoy nerviosa, es poco. Estoy atacada. Habré venido a casa de los padres de Marcos un millón de veces, pero esta vez es diferente. Conozco a Mª Ángela, su madre, y ella me conoce a mi. Es como Mónica, no puedo esconderle nada. Y si descubre que su hijo y yo estamos juntos, no sé como se lo va a tomar. 

Marco y Ari vinieron a recogerme a casa. No tengo ni idea de lo que hace hoy David. Pero conociéndolo, seguro que alguna guarra termina en su cama. Acabamos de aparcar el coche en la puerta de la casa de los Llorente. Mónica me dijo que no hacia falta que nos arregláramos mucho, que estarían sus padres, sus tíos y sus primos. Así que simplemente me he puesto un vestido de punto gris de manga larga, con las botas a juego. Algo sencillo pero que me haga sentir cómoda.

Nos bajamos del coche y mi hermana lo primero que hace es enroscar sus manos en mis brazos. Hoy está bastante contenta, se le nota un montón lo feliz que es.

- Me han dicho en el Atlético que me voy a ir con ellos en algunos partidos cuando jueguen fuera de casa

- Eso es genial Ari. Quiere decir que lo estás haciendo muy bien cariño -le digo riéndome. La sonrisa de mi hermana le ocupa toda la cara

- Estoy muy contenta Lidia. Por primera vez solo tengo que preocuparme por mi

- Tiempo. Eso es lo que necesitabas gorda. Me alegro tanto de que estes tan feliz

- La culpa es tuya hermana. Tú me dijiste que hiciera la inscripción en el Atlético y no me arrepiento para nada

Abrazo a mi hermana con fuerza y me la como a besos, a pesar de que ella protesta.

- Ya veréis la de comida que han hecho la madre y las tías de Mónica. Como para estar aquí hasta el día de reyes -nos dice sonriendo. Mi amiga abre la puerta con una copa en la mano y mirándonos muy risueña

- ¡Feliz año nuevo! -nos dice alzando su copa- ay, no que todavía no es

Suspiro riéndome y después de abrazarla pasamos dentro. Dejo mi abrigo en la entrada y sigo a los demás hacia dentro de la casa. La cena tendrá lugar en el inmenso comedor de los Llorente. Cuando entramos, saludo a todo el mundo mientras mi mirada lo busca. Pero Marcos no está aquí todavía.

- Ay Lidia -me dice su tío Julio dándome un gran abrazo- no tienes locos con tus videos

- ¿Ah, si? ¿Los veis? -le pregunto sorprendida

- ¡Pues claro! Y hasta hacemos los ejercicios, pero de los últimos vídeos que estás colgando en Youtube. Son la mar de divertidos. Que buen rato nos haces pasar

- Pues mira, me alegro, de verdad -les digo sinceramente

- Tú último video aprovechando que vas a Mercadona a la compra...buenísimo...

- Mi mujer el otro día te imitó cuando fuimos a Carrefour... -me dice Paco, el padre de Marcos riéndose

Me rio imaginando a la madre de Marcos haciendo mis ejercicios en el súper, pero la verdad es que me da alegría de que ellos los vean y les guste. Seguimos hablando un rato más de mis vídeos y decido buscar a la madre de Marcos, y si, a él también. Salgo del comedor y voy hacia la cocina y allí me encuentro a Mª Ángela con dos de sus tías, a Mónica y a Marcos. Oh, Marcos. Dios, que guapo está con sus vaqueros rotos y su jersey gris. En cuanto entro por la puerta nos miramos unos breves segundos que hacen que me sonroje. 

- ¡Lidia! -me dice su madre dándome un gran abrazo- ¿cómo estás cariño?

- Bien, muy bien. ¿Y tú?

- Pues ya ves, aquí liada. Que parece que estos no comen el resto del año y hoy tienen que hartarse. Estás muy guapa, pero guapísima, ¿a qué está muy guapa Marcos?

Trago saliva y fuerzo una sonrisa mientras las dos nos giramos para mirar a Marcos, el cual estaba bebiendo y su bebida se queda a medio camino de su boca. 

- ¿Ésta? ¿guapa? -responde él riéndose- no, es muy fea

- Tú si que eres feo -le respondo siguiéndole el juego

- Pero si mi Marcos es irresistible con las mujeres -dice la mujer de su tío Julio dándole un pellizco en la mejilla a su sobrino

- Pues porque no lo conocen. Marcos es insufrible. No hay quien lo aguante -les digo. Mónica está sentada en una de las sillas y nos mira divertida sin soltar su copa de vino

- Pues anda que tú, "señorita Youtuber" -Marcos me habla con retintín y hasta me parece divertido

- Pues tus padres me ven y te recuerdo que has salido en uno de mis videos -le digo sacándole la lengua

- Para darle algo de glamour

- Perdona, que a mi de eso, me basta y me sobra, ¿o es que no me ves? -le digo dando una vuelta sobre mi misma haciendo que las mujeres se rían

- Sí que te veo si -contesta él bebiendo de su bebida y guiñándome el ojo cuando nadie nos ve

- ¿Y David, Lidia? -me pregunta en esta ocasión la mujer de su tío Toñín

- Uy, parece que va a llover, ¿o sólo me lo parece a mi? -le contesto mirando por la ventana. Miro a su tía y ella me da un beso en la mejilla y un gran abrazo

- Eres increíble Lidia -me dice ella acariciando mis mejillas- y te aseguro que por ahí hay alguien que es feliz sabiendo que tú existes

Acaba de dejarme descolocada con sus palabras, y esta vez vuelve a abrazarme. Y yo estoy a punto de echarme a llorar con tanto amor que estoy recibiendo en esta casa. Me separo de ella y cuando me doy la vuelta veo a Marcos que me mira con mucha dulzura. 

- Bueno Lidia -dice Mª Ángela- a ver si tú puedes ayudarnos, porque Marcos no quiere contarnos quien es la chica con la que sale

- ¿Sales con una chica? -le pregunto haciéndome la sorprendida- no me lo habías dicho

- Es que no salgo con nadie -me responde disimulando pero con una media sonrisilla cuando me mira

- La cara de felicidad que tiene es por una chica -la madre de Marcos entrelaza su brazo con el mío mirando a su hijo

- No tiene porque ser por una chica, mamá

- ¿Es por un chico? -le pregunto yo. Marcos me mira frunciendo el ceño

- Os podéis ir a tomar...lo que sea, las dos. Pesadas que sois muy pesadas

- Creo que a veces dudo de que sea tu hijo Mª Ángela, me da por pensar que lo parió un teletubbie de lo tonto que se pone a veces... -miro a Marcos riéndome y él alza sus cejas 

- Para que me dejéis en paz -les dice él dejando de apoyarse en la encimera- si, estoy con alguien, pero vamos a poco a poco y sin prisas. No quiero presionarla para absolutamente nada, porque me gusta tanto que quiero que todo salga bien y lo primero es que ella esté agusto a mi lado y que sea feliz

Nos quedamos todos callados y no puedo evitar sentir que los colores se me suban a la cara con lo que acaba de decir. Mónica me mira con una sonrisilla y desvía su mirada mirando a su hermano.

- ¡Eres un romántico hermanito!

- Y tú estás muy borracha -le contesta él

- Anda, porque no le enseñas a Lidia tu camiseta del Real Madrid firmada por Beckham, que tiene un crush con él desde que estaba en el Madrid

-Ay, si. Beckham, que pedazo de hombre -le digo haciendo palmitas

- No, de buen futbolista, querrás decir -me dice él mientras sale de la cocina y yo lo sigo

- Vale, si, eso también. Pero...sigue siendo uno de los jugadores más guapos que ha habido en el mundo -sigo a Marcos a través de un pasillo hasta llegar a su habitación. Entramos dentro y en cuanto cierra la puerta me acorrala en la pared poniendo sus manos a ambos lados de mi cabeza

- ¿Y yo no soy guapo?

- Tú eres sexy como el infierno Marcos Llorente

No me da tiempo a terminar de hablar cuando su boca ataca la mía besándome desesperado. Llevo mis manos a su cuello y me agarro a el para no caerme porque sus labios están haciendo que me derrita. Marcos se separa de mí demasiado pronto y yo protesto.

- Rubita, te besaría hasta que nos doliera la boca a los dos, pero no podemos volver con los labios hinchados, que todos se darían cuenta

- Intentaré aguantarme las ganas que te tengo entonces Marcos

- ¿Dormirás esta noche conmigo? - los dedos de Marcos acarician
con suavidad mi mejilla y yo asiento feliz. Marcos vuelve a rozar mis labios y salimos los dos de su habitación

Esta es una de esas veces que me encantaría entrar en este comedor cogidos los dos de la mano y contándoles a toda su familia que estamos juntos. Me siento tan culpable de no poder hacerlo. Y no es por mi, es por Marcos. Él es absolutamente increíble y se merece que yo se lo pueda decir a todo el mundo.

Nos sentamos a la mesa, la cual está muy bonita decorada. Hay mucha comida y el ambiente es muy agradable. Me encanta esta familia, a mi que sólo tengo a mi hermana, me hacen sentir que soy parte de ellos y hasta me emociono y todo.

Me siento entre Marcos y mi hermana, teniendo cerca a Mónica y a Marco. Mi amiga está ligeramente achispada y no para de bromear con su tío Julio, el cual es muy divertido y no para de contar chistes y anécdotas que nos hacen reír. No puedo mirar a Marcos porque sé que si lo hago me voy a perder en esos ojos y no voy a ser capaz de mirar a otro sitio. Nos reímos, comemos todos juntos y disfrutamos de estar en familia.

- Que diferencia de Nochebuena a hoy, ¿verdad? -me dice mi hermana susurrandome al oído

- Ni que lo digas hermana -le digo pasando mi brazo por sus hombros- te quiero mucho Ari, muchísimo. Me alegro tanto de que te vinieras a Madrid, de que estés a mi lado

- Yo también te quiero mucho Lidia -mi hermana me abraza y no puedo evitar emocionarme- sé que has hecho muchos sacrificios por mi. Gracias. Gracias por ser mi hermana y por cuidarme tanto

Le sonrío a Ari y le doy un gran beso en la mejilla. Llevo mis dedos a los ojos para quitarme algunas lágrimas que se me han saltado. Por lo menos mi hermana está tranquila y está feliz y eso es lo más importante para mi. Marcos pone su mano en mi muslo pillándome por sorpresa. Entrelazo sus dedos con los míos y lo miro.

- ¿Estás bien? -me pregunta. 

Yo le sonrío y asiento. Pasamos el resto de la noche así, con las manos cogidas sin que nadie se dé cuenta. Sólo me separo de él para ayudar a recoger la mesa y preparar las cosas para despedir el año.

Salgo un momento al jardín y miro la luna llena en el cielo. No puedo evitar suspirar y acordarme de mis padres, en lo que daría porque estuvieran aquí. Y pensando también que espero que no estén sufriendo mucho por mi culpa.

- ¿Estás bien cariño? -me doy la vuelta para ver a la madre de Marcos venir hacia mi

- Si...es que...me he acordado de mis padres y me he puesto triste -le digo mirándola algo melancólica. Mª Ángela me agarra de los hombros y me abraza

- Pobre de mi niña. Lo que has sufrido en la vida. Y lo que estás sufriendo -me separo de ella y la miro mordiéndome los labios y reprimiendo las ganas que tengo de llorar

- Estoy bien. No te preocupes. Intento ser fuerte, cuando puedo claro... -Mª Ángela me acaricia la mejilla con mucha ternura. Esta mujer es increíble, pero increíble de verdad. Es muy dulce y siempre me hace sentir bien

- Voy a pedir un deseo por ti al nuevo año... que ojalá encuentres alguien que nunca quiera perderte, que pudiendo elegir a cualquiera seas tú su elección cada día...

Me quedo mirando a Mª Ángela porque sus palabras han sido absolutamente maravillosas. Nos abrazamos de nuevo hasta que escuchamos botellas de champan abrirse. Entramos las dos agarradas y cuando veo a Marcos mirarnos, no puedo evitar que mi corazón lata desbocado. 

El deseo de Mª Ángela lo tengo delante de mí. Es lo que quiero. Quiero a Marcos, lo quiero. No puedo evitarlo, estoy tan enamorada de él que me duele, me duele muchísimo, porque este amor que siento por él me da un miedo terrible. Porque no quiero hacerle daño, y no quiero tener que olvidar algún día este amor que le tengo. Esbozo una sonrisa y me pongo a su lado con cautela. 

Quiero empezar el año como lo estoy acabando, a su lado. 

Quiero que el primer beso de año nuevo sea el suyo.

 Y vale, de lo demás, ya me ocuparé mañana.