2. La Sensación De Vacio
No sé como me siento. Bueno si lo sé. Es una sensación de vacio, de soledad, de tener que haber despedido a alguien a quien no te ha dado tiempo ni a conocer. Me han arrancado una parte de mi cuerpo. Y cuando te quitan algo que es tuyo, el dolor es insoportable. No he querido pensar en nada hasta ahora. Me he dejado llevar. Por cobarde. Por amor. Pero duele, duele mucho. No puedo evitar llorar.
Llorar porque he perdido una parte de mi ser que no voy a recuperar en la vida. Sé que esto no lo voy a olvidar jamás, digan lo que digan. Es la peor sensación que he vivido nunca. No he luchado, no he gritado ni he protestado. Simplemente he aceptado por ¿amor? Desde que sucedió mis emociones son como una montaña rusa, ahora estoy triste, después furiosa, algo de ira contenida y decepción mucha decepción de mí misma.
- ¿Cómo estás mi amor? -David se acerca a mi y acaricia mi frente y mis mejillas. Me da un suave beso en los labios que no me hacen sentir nada. Sus ojos marrones me miran fijamente.
No quiero que me toque. No quiero. No quiero que nadie me toque. Me doy asco a mi misma. Soy una mierda de persona. Soy mala. He hecho algo terrible por el cual no tengo perdón. Yo podría echarle la culpa de todo a él para sentirme mejor. Pero también es mi culpa porque yo he dejado que sucediera. Porque no he sido capaz de negarme. Porque dejé que él tomara la decisión con tal de no pelearnos. Con tal de que no me dejara. Con tal de no estar sola.
- Cansada. Muy cansada -le contesto entrecerrando mis ojos
- Tranquila cariño. Descansa hoy y mañana podrás volver a casa. No estés triste amor. No lo estés. Sabes que esto era lo mejor para ti, para nosotros. Ahora mismo no podemos tener un hijo y lo sabes. Más adelante tendremos todos los que tú quieras. Sabes que nos jugamos mucho Prim, mucho. Y no están las cosas ahora como para andar teniendo hijos
Miro a David fijamente con una mueca de dolor. Y tengo que convencerme a mi misma que lo que dice es verdad. Pero no puedo. Yo no quiero tener hijos más adelante, yo quería tenerlo ahora. Yo quería este hijo. Quería ver como mi vientre se hinchaba y crecía dentro de mi. Quería sentir como se movía. Y después, después quería criar a mi hijo y ser feliz. Pero como siempre sus palabras, la forma como me lo dice todo, siempre me convencen. Siempre me manipula hasta el punto de hacerme sentir culpable y ser yo la que tomo las malas decisiones. Aunque sé en el fondo de mi corazón que lo que he hecho está mal y no voy a perdonármelo en la vida.
- ¡Joder Prim! -me dice él cabreado. Se levanta de la silla y se pone a dar paseos por la habitación - ¡no me mires así! ¡Que esto lo decidimos los dos, no me pongas esa cara!
- Estoy cansada David. No te pongo ninguna cara. No tengo ganas de nada, ¿o es que no te estas dando cuenta? -quiero que se calle, que simplemente me coja la mano y me prometa que todo va a salir bien y que esta decisión que hemos tomado es la correcta. Necesito que me lo diga. Necesito que me diga que me quiere.
- Cuanto antes olvides esto, mejor para todos. Así que, descansa y mañana a seguir para adelante -me da un beso y veo que va a salir de la habitación
- ¿No te quedas conmigo? -le pregunto con un hilillo de voz muerta de miedo por quedarme sola
- Sabes que no. Si no duermo esta noche mañana no entrenaré bien, y el equipo es lo primero, y lo sabes. Que ser titular en el Atlético está complicado y hay que luchar mucho. Un mal paso y se va todo a la mierda Prim. Además, aquí estás atendida y no estás sola. Hay mucho personal médico que con la pasta que les pago, están encantados de cuidar de ti
- ¡Acabo de abortar a tu hijo, joder! ¡Lo mínimo que podías hacer es quedarte conmigo! -le grito levantándome de la cama sumamente cabreada. Pero tengo que acostarme otra vez porque me duele mucho ahí abajo
- No tengo ganas de discutir contigo Prim. Ya sabías lo que había, tú aceptaste esto -mueve su mano abarcando la habitación- ¿a qué viene ahora tanto reproche?
- Porque no quiero estar sola. Necesito que estés a mi lado. Te necesito David -le digo con lágrimas en los ojos
- Hoy no puedo. Lo siento Prim, pero la vida continúa. Descansa y recupérate -él sale de la habitación sin mirarme siquiera. Sin un beso de despedida. Sin un te quiero.
- Lidia, me llamo Lidia -le digo cuando cierra la puerta de la habitación
Siempre me llama Prim. Nunca por mi nombre. Primrose. Ese es mi nick. Soy lo que llaman ahora una influencer en el mundo del fitness. Las marcas deportivas se me rifan y en sólo un par de años me he labrado una reputación en el mundillo de las redes sociales. Tengo millones de seguidores. Entre mi canal de youtube, twich e instagram, creo que andaré sobre...bueno ni recuerdo los suscriptores que tengo. Yo no llevo la cuenta de eso. Primrose es mi nombre comercial, pero parece que a él le gusta torturarme y pocas veces me llama por mi verdadero nombre. Siempre me llama Prim. Dice que es más sofisticado que Lidia y que además, la gente me conoce por mi apodo. A veces odio que me llame así. Pero otras veces siento alivio porque ser Lidia es lo que me mantiene cuerda en todo este circo.
Me doy la vuelta en la cama y me pongo a llorar desconsolada. Yo ya no puedo más. No puedo. ¿Por que estoy tan enamorada de él que se lo aguanto todo? ¿Por que no lo dejo? ¿Porque cuando pienso que no está a mi lado me ahogo? Ahora mismo me siento como una mierda. Lo necesito tanto conmigo, como lo odio a partes iguales.
La puerta se abre a los pocos minutos y mi corazón late nervioso pensando que él ha recapacitado y ha vuelto. No es él, pero a ella la necesito también. En cuanto la veo me pongo a llorar. Mi mejor amiga, mi hermana del alma. Mi Mónica.
- ¿Creías que íba a dejarte sola mi niña? -ella se acerca mi y me abraza. Mi cabeza reposa en su pecho y me pongo a llorar desconsolada. Ahora mismo sus brazos son el mejor sitio del mundo. Es la única que sabe porqué estoy aquí. La única que me ha apoyado sin condiciones, sin reproches, este o no de acuerdo conmigo. No sé ni cuanto tiempo estoy así, sólo sé que ella me da paz y calma. Acaricia mi pelo y me separo de ella cuando creo que estoy más tranquila
- Gracias por venir Mónica -le digo secándome las lágrimas con mis dedos
- Ese hijo de puta te ha dejado sola otra vez, ¿verdad? -la miro y está furiosa. Yo solo puedo asentir. No voy a esconderlo, no voy a justificarlo. Hoy no -genial. Te obliga a abortar y luego se va a casa a dormir...
- Moni, ahora no, por favor. Estoy muy mal. Estoy muy triste. No tengo ganas de nada, de verdad -la abrazo de nuevo y dejo que sus dedos se enreden en mi pelo haciendo que sienta cosquillas en mi cuello
- Lo sé mi niña, lo sé. Llora todo lo que quieras Lidia. Esta noche me quedo aquí contigo. No pienso dejarte sola. Tú no estarás nunca sola mientras yo esté aquí
- No hace falta. Mañana trabajas Mónica -le digo intentando convencerla para que se vaya
- Shh. Me he pedido el día libre para estar mañana contigo y cuidarte. De hecho he pensado que te vengas unos días a casa para que puedas recuperarte mejor...
- Te lo agradezco pero no creo que sea una buena idea. No sé si David...
- ¡Olvídate de él joder, Lidia! Piensa un poquito en ti cariño. Acabas de pasar por...por... lo siento cariño pero es que no quiero ni decirlo -me mira apenada y yo asiento y se lo agradezco. Aborto es una palabra tan horrible. Es la palabra que más odio ahora mismo- voy a llamarlo y decírselo y me la pela lo que me diga. Te vienes a mi casa y punto. Y si no le gusta, que se hubiera quedado aquí contigo...
Mónica se levanta enfadada y la veo salir de la habitación con el móvil en la mano. Cuando ella se propone algo, siempre lo consigue. Y la verdad, es que tiene razón. Deseo irme a su casa y no volver a la mía. Ahora mismo no estoy preparada. Estoy muy triste y me siento tan mal conmigo misma.
Ni cuando murieron mis padres me sentí así. No me dió tiempo a asimilar su muerte. Un día estaban conmigo, y al otro un camión se los llevó por delante matándolos en el acto. Por lo menos no sufrieron. Si hubieran estado a mi lado, ahora mismo yo no estaría aquí, de eso estoy segura. Sé que mi madre hubiera sido la primera en apoyarme en todo.
Ahora mismo me duele todo, emocional y físicamente. Los médicos me han dicho que un par de semanas estaré recuperada. Que haga reposo y no haga esfuerzos. Gracias a dios que me han puesto anestesia general y no me he enterado de nada. Entré embarazada al quirófano, y ya no lo estoy. Es la sensación más horrible del mundo. Soy consciente que me va a costar mucho superar todo esto, lo sé. David dice que yo soy fuerte, pero no lo soy . No lo soy, porque si fuera tan fuerte, no habría abortado. Me habría enfrentado a él y ahora estaría embarazada y feliz. No sintiéndome la peor persona del mundo.
Mónica entra por la puerta resoplando. Se sienta en la cama y me mira sonriendo.
- Mañana te vienes a casa unos días -me dice agarrando mi mano y acariciándome con mucho cariño. La miro sin poder creérmelo
- ¿David ha dicho que sí?
- Sip. Creo que se sentía hasta aliviado y todo... -miro a mi amiga y no puedo dejar de sentirme decepcionada porque haya aceptado tan pronto no estar a mi lado - estarás mejor conmigo y con Marco, créeme. Te voy a cuidar y mimar todo lo que pueda
Ella me abraza y yo me dejo envolver por ella, por su calidez. No puedo evitar ponerme a llorar de nuevo y me quedo dormida en sus brazos. Y sueño, sueño con mi bebe. Sueño con lo que pudo haber sido y no fue. Y sé que de ahora en adelante, esto me va a acompañar el resto de mi vida. Y también sé que no me voy a perdonar nunca lo que he hecho.
Al día siguiente
Por la tarde
Despierto medio adormilada y miro la hora en el reloj de la mesilla. Son ya las ocho de la tarde. Llevo todo el día acostada. Mónica me trajo la comida y la medicación que debía tomar. Casi ni comi. Un poco de sopa y un yogur. No me entra más en el estómago. Lo tengo revuelto. Me duele bastante el vientre .
Estoy un rato más en la cama y decido levantarme y moverme un poco o me voy a volver loca de tanto pensar. David me mandó un escueto mensaje preguntando si estaba bien y que para el fin de semana me quería de vuelta en casa. Que tenía que grabar un vídeo o la gente empezaría a especular conque me pasaba algo. Es que ni me ha llamado para ver como estoy. Y eso me hace sentir triste. Llevo 3 años compartiendo mi vida con él y a veces me da la sensación de que vivo con un extraño. Me pongo las zapatillas, cojo una sudadera de Mónica y salgo de la habitación.
No he visto a Marco Asensio, el novio de mi amiga desde que llegamos. También porque cuando llegamos él se había ido a entrenar.
Bajo las escaleras con dificultad. Aún me duele toda la zona del vientre. Unos gritos en la cocina me llaman la atención cuando estoy abriendo la puerta. La pareja están discutiendo y cuando me ven aparecer se callan.
- Ei, ¿Qué haces levantada? -me pregunta Mónica acercándose a mi. Me ayuda a sentarme en una silla y veo al mallorquín que me mira con mala cara
- Estaba harta de estar en la cama. ¿Os pasa algo?
- No, ¿porqué? -contesta ella quitándole importancia
- Si, pasa si -dice Marco cruzando sus brazos
- ¡Marco! ¡Déjalo, ya hemos hablado de eso! -le chilla su novia. Los miro un poco confundida porque no sé lo que les pasa
- ¡Lo has hablado tú, joder! Lo siento Lidia, pero es que de verdad, es superior a mis fuerzas, pero... -Marco me mira resoplando- es que no te entiendo
- ¿Qué es lo que no entiendes? -le pregunto a mi amigo algo confusa. Me llevo la mano hacia el vientre e intento sentarme mejor en la silla
- ¡Marco! me lo has prometido -le chilla su novia enfadada, poniéndose delante de él
- Déjalo Mónica. Está claro que quiere decirme algo. No me importa. Habla, por favor -miro a Marco y le hago un gesto con la mano para que hable. Además, necesito saber la opinión de mi amigo
- Que no entiendo que hayas querido abortar...de verdad...tenías más opciones cariño. Darlo en adopción por ejemplo... joder Lidia que tú sabes que mi hermana Coral es adoptada y la quiero más que a mi vida. Podías haberlo hecho... podías haberle dado a ese bebe una oportunidad...
- Lo sé -le contesto avergonzada bajando mis ojos al suelo. Aunque esa no era una opción para mi. Era tenerlo o no tenerlo
- David dice que lo has hecho porque no querías que un embarazo estropeara tu cuerpo para lo del fitness y los videos y eso...
- ¿Él te ha dicho eso? -le pregunto enfadada. Siento como la rabia me sube por todo el cuerpo. Siempre hace lo mismo, me deja a mi como la mala
- Si -me contesta Marco algo azorado- le he preguntado si es que estabais peleados...porque como te has venido a casa. Y me lo ha contado todo. Que ayer te hicieron un aborto porque no querías tener el bebé. Y lo he visto bastante afectado, la verdad
- ¡Y una mierda! -grita mi amiga alzando mucho la voz- ¡será cabrón! ¡hijo de puta!
- Marco -le digo con toda la tranquilidad que puedo. Pero no puedo evitar ponerme a llorar porque me está haciendo a mi la culpable cuando él fue el quien más insistió- eso no es cierto...
- ¿Porqué iba a engañarme Lidia? -me pregunta Marco mirándome fijamente
- Porque está enfermo -dice Mónica respondiendo a su pregunta- es un puto manipulador y un mentiroso compulsivo
- Cariño, es mi amigo, no te pases... -le dice él. Veo como aprieta los dientes mirando a su novia
- Un amigo dices. Pues un amigo no obliga a su novia a abortar dándole a elegir entre hacerlo o echarla a la puta calle. Un amigo no la convence de que lo mejor para la "marca" de parejita sana y feliz que ellos venden es no tener un bebé para que ella no engorde ni estropee su cuerpo y dejen de ganar dinero. Un amigo no la deja sola después de obligarla a abortar, sola, me oyes sola. Y un amigo encima no me da las gracias por "encargarme" de su novia, porque cree que ella sólo quiere hacerle sentir mal a él y porque a su novia le gusta mucho llamar la atención. Ese es tu puto amigo Marco
El mallorquín me mira y yo sigo llorando. La cara le acaba de cambiar y se ha puesto blanco. Me muerdo los labios intentando calmarme y de pronto él se endereza. Viene hacia mi y se sienta en una silla a mi lado. Coge mi mano y me la acaricia mirándome a los ojos.
- ¿Eso es verdad Lidia? -me pregunta. Yo sólo puedo asentir y mirar como resopla y con su otra mano se la lleva a la frente
- Yo no quería abortar Marco -le digo con la voz entrecortada- pero él me convenció de que era lo mejor para...para ambos. También es culpa mía porque no he sabido detener esto a tiempo. Porque no he sabido decir que no. Pero la idea fue suya. Desde el momento que le dije que estaba embarazada, él me dijo que no quería hijos y que no fuera egoísta y pensara un poco más en él y en lo que supondría para nosotros tenerlo ahora...
Marco me mira en silencio mientras en la cocina sólo se me escucha a mi llorar. A los pocos segundos, él vuelve a hablarme.
- Cariño. Me lo estás diciendo y no me lo creo -Marco acaricia mi mejilla con mucho cariño
- Entiendo que quieras creerlo a él porque es tu amigo, pero yo quería tener este hijo, te lo juro
- Te creo a ti Lidia -Mónica deja escapar un jadeo mirando a su novio y yo me emociono y vuelvo a llorar otra vez- no hay más que verte cariño. Se nota que estas sufriendo. Siento haber dudado de ti, lo siento de verdad
- No pasa nada Marco. Lo entiendo . Supongo que debe ser difícil de asimilar que tú mejor amigo es un cabrón
- Espero que me perdones mi niña - Marco aprieta mi mano y me mira con mucho cariño. Él siempre me da paz. Me gusta estar con él porque me transmite mucha tranquilidad y es una de las personas más racionales que conozco. Además de que es muy buena persona y tiene un corazón que no le cabe en el pecho.
- No tengo nada que perdonarte, de verdad - y se lo estoy diciendo de corazón
- Y espero que me perdones tú también amor -Marco se gira y mira a Mónica con un amor y una dulzura que hace que no pueda evitar sentir una punzada en el corazón porque a mi hace mucho tiempo que no me miran así. Ella se acerca a él y lo abraza por detrás
- Te quiero Marco -le dice ella dándole un beso en la cabeza. Él aún no me ha soltado de la mano en ningún momento y se lo agradezco porque ahora mismo es lo que necesito
- Cuenta con nosotros para todo lo que te haga falta cariño -me dice Marco- para lo que sea, nosotros estamos aquí
- Gracias. Significa mucho para mí vuestro apoyo
Marco aprieta mi mano y de pronto se acerca a mi y me abraza. Dejo que lo haga reposando mi cabeza en su pecho y empiezo a llorar desconsoladamente. Me acaricia la espalda y sólo escucho de su parte buenas palabras. Me separo de él con los ojos rojos y llorosos.
- Lidia -me dice Marco mirándome serio
- Dime
- Ahora quiero que me cuentes porqué cojones sigues con él después de lo que te ha hecho...
Miro a Marco y suspiro con fuerza. Y ni yo sé que contestarle.
¿Qué porqué sigo con él?
*** Lo sé. Esta historia es muy fuerte. El aborto es un tema muy delicado y lo he intentado llevar lo mejor posible. Espero que nadie se sienta ofendido, no era mi intención. Como veis, hay un personaje odioso, que me temo que seguirá siendo odioso el resto de la historia. Sólo os pido paciencia y algo de cariño para esta historia. Os juro que valdrá la pena. Muchos besos para todos y gracias, gracias por apoyarme ***
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