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19. El odioso cumpleaños

Domingo

Sala Príncipe

Lidia miró su móvil y respiró tranquila. Mónica acababa de mandarle un mensaje diciéndole que ya estaban todos dentro. Lo guardó en su bolso y se dispuso a posar para la prensa en el Photocall. Deseaba que las horas pasaran todo lo rápido que pudieran y largarse de allí lo antes posible.

David puso su mano en su cintura y la atrajo hacia él para dejar que les hicieran fotos como si fueran una pareja feliz. Lidia les sonreía y contestaba a sus preguntas con las menos palabras posibles. Vio a su hermana cerca de ellos, y la prensa, que también se percató les pidió que se hicieran fotos juntas, algo a lo que Lidia se negó rotundamente.

Unos minutos después se deshizo del abrazo de David y entró dentro de la sala recibiendo las felicitaciones de todo el mundo. Había mucha gente a la que saludar y sonreír falsamente. En eso era una auténtica experta. 

Marcos la miraba apoyado en una de las barras. Desde que la vió llegar no había podido apartar sus ojos de ella. Estaba absolutamente preciosa con ese vestido que llevaba, no, estaba sexy como el infierno, porque eso es lo que le estaba haciendo pasar Lidia con ese puto vestido que le estaba disparando la imaginación.

Estaba muy arrepentido de todo lo que le había dicho la otra mañana en su casa. Con la noche tan increíble que habían pasado juntos y él, se había comportado como un niñato celoso. Y se sintió aún peor despues de lo que pasó en casa de si hermana. Había salido corriendo a buscarla para pedirle perdón, y cuando la vio llorar se le rompió el alma. Él solo quería abrazarla y prometerle que todo saldría bien.

- No me gustan estas fiestas -le dijo Mónica acercándose a su hermano

- Ya somos dos -le respondió Marcos bebiendo un trago de su bebida

- Tres -les dijo Marco poniéndose entre ellos- que asco de gente por dios. No sé ni cuantas tías se me han acercado ya a hacerse fotos conmigo. Es que ni que Mónica y yo fuéramos cogidos de la mano le ha impedido a una tía darme su teléfono... estoy deseando largarme de aquí...

- Pues nos queda todavía un ratito amor -Mónica se acercó a Marco y puso sus brazos en la cintura- tenemos que aguantar por Lidia, ¿vale?

- Hablando del rey de Roma... 

Mónica se giró para ver venir a su amiga de la mano de su hermana.

- Por 50 euros, ¿quién es el más petardo de toooda esta puta fiesta? -les pregunto Lidia acercándose a ellos

- David -contestaron Marco y Mónica a la vez

- Luego os hago un Bizum -les contestó ella riéndose

- Lidia - le dijo Marco acercándose a ella con cara de arrepentido - siento mucho lo del otro día. Me pase un montón contigo y espero que me perdones. No tenía que haberte dicho las cosas que te dije, me pasé un montón Ladybug

- No hay nada que perdonar tonto. No serias tú si no me dijeras lo que piensas - ambos se miraron y se abrazaron haciendo las paces

- Estás muy guapa con ese vestido Lidia -le dijo Mónica mirándola de arriba a abajo

- Parezco una puta que acaba de levantarse de la cama -contestó ella haciendo que Marcos casi se atragantara con la bebida. El resto la miraron y ella se rió a carcajadas- es un regalo de Palomo Spain. Bueno, regalo, luego tendré que hablar de lo maravilloso que es el puto vestido... ¡Dios, que ganas tengo de largarme de aquí!

- Es la primera vez que conozco a alguien que odia su propia fiesta de cumpleaños -le dijo Mónica mirándola divertida

- Eso es porque yo no quería ni esta fiesta ni celebrar mi cumpleaños. Este año paso, no quiero celebrarlo

- ¿Ni siquiera vas a soplar las velas conmigo, hermana? -le dijo Ari poniendo morritos

- Mejor te invito a cenar en el indio y vas que te chutas -le contestó ella- venga, por dios, pedir algo de beber a ver si me embriago y las horas pasan más rápido

Marco se dió la vuelta en la barra y pidió una botella de champan. Las chicas se dedicaron a observar a todo el que estaba en la fiesta. Una vez hecho el paripé, a casi todo el mundo se le olvidaba porqué estaba aquí. Lidia se dió la vuelta para coger la copa que le tendía Marco y no pudo evitar que sus ojos se encontraran con los de Marcos. Lo echaba mucho de menos, muchisímo y le dolía mucho más de lo que ella hubiera podido imaginar. 

- Esto parece la revista Hola -dijo un muchacho en voz alta acercándose a Lidia. Ella lo miró sonriente y se acercó a él para abrazarlo

- ¡Dios! Como me alegro de que estés aquí -le contestó ella separándose de él

- Joder Lidia. Que hay hasta un puto photocall

- Lo sé

- ¿Sabes que si sacara mi cámara y me pusiera a grabar, mañana lo petaba en youtube?

- ¿Sabes que por mi me encantaría que lo hicieras, pero que seguramente mañana te caería una denuncia? Chicos, este es Jaki, además de mi editor, es uno de mis mejores amigos

Lidia le presentó al resto de sus amigos, y ni que decir tiene que Jaki congenió rápidamente con los dos futbolistas

Los minutos fueron pasando con mucha lentitud y la fiesta estaba en pleno apogeo.

- Se me ha caído un mito con Mario Casas -les dijo Mónica a las chicas volviendo de la nuevo a la barra - acabo de hablar con él y sólo tiene media neurona. Su hermano Óscar le da diez mil vueltas...

- Estos sitios sirven para esto Moni, para ver que no es oro todo lo que reluce...

Lidia vió que Karin le había un gesto con la mano para que fuera hacia donde ella estaba. La ignoró dándose la vuelta. La rubia oxigenada resopló fastidiada y no tuvo más remedio que ir hacia donde ella estaba. Porque Prim le hacía ganar mucho dinero porque realmente no la soportaba. Pero bueno, estaba acostándose con su novio, y eso era algo que le apetecía mucho restregarle, y en cualquier momento lo haría. Tenia unas ganas de ver la cara que pondría cuando se lo dijera. Se alisó su vestido entubado rojo y llego hacia donde ella estaba. No pudo evitar fijarse en el pedazo de rubio de ojos azules que estaba apoyado en la barra. Se relamió los labios excitada. Era Marcos Llorente, todo un bombocito. 

- Prim, necesito que te pasees un poco por la sala con David saludando a la gente. No puedes quedarte toda la noche aquí en la barra, ¿que van a pensar los demás? -le dijo ella con los brazos en jarras repasando al rubio de arriba a abajo sin ningún pudor

- La mayoría están borrachos o drogados -contesto ella bebiendo de su copa- creo que les importa una mierda

- Ya. Pero hay que hacerlo. Por las fotos y eso. Además, en un rato tendrás que cortar la tarta. David te espera en la otra barra

Lidia apuró su copa de champan y resoplando fastidiada se fue a buscar a David. Karin aprovechó y se acercó más a Marcos. Él la miró desganado. Esta clase de mujeres no le atraían en lo más mínimo, ni siquiera para un polvo rápido, algo que él no buscaba, y si lo buscaba, desde luego que era con la rubia que acababa de irse. Y por supuesto que no quería que fuera nada rápido.

- Hola. Soy Karin la representante de David y Prim, ¿tú eres Marcos Llorente, verdad?

- Lidia, se llama Lidia -le respondió Marcos ahora más cabreado

- Oh, bueno. Es que yo la llamo Prim, es su marca comercial. Y bueno Marcos, ¿me acompañarías a tomarnos algo en algún rincón más tranquilo? -la rubia volvió a relamerse los labios llevando una de sus manos al pecho del futbolista. Él miró esa mano y luego alzo sus ojos para mirar a la chica

- Lo siento guapa -le dijo Ariadna enroscando sus brazos en los de Marcos- lo tengo ocupado

Ari le dió la sonrisa más falsa que pudo a esta tía, y se dió la vuelta con Marcos para pasearse por el local y perderla de vista. 

- ¡Que asco de tía por dios! -dijo Ari- en serio que creí que quería follarte ahí mismo en la barra

- ¿Tú también lo has notado? -le pregunto Marcos mirando a la pequeña rubia

- Había pensado que podíamos prepararle a mi hermana una buena fiesta de cumpleaños, no esta mierda, ¿que te parece Marcos?

Marcos miró como Lidia hablaba con los participantes del último talent show musical del momento. Hablaba con ellos desganaba, casi ni reía. Intentaba quitarse con sutileza las manos de David de la cintura, pero él la agarraba cada vez más, haciendo que ella pusiera mala cara. 

- Cuenta conmigo para lo que quieras Ari. Tu hermana se merece tener el mejor cumpleaños de su vida -le contestó Marcos sin dejar de mirar a la rubia

- ¡Ese es mi Marcos!

Lidia estaba ya llegando a su límite. Le dolía la cara de sonreír tan forzosamente. Estaba deseando soplar la velas de la tarta y poder largarse de aquí con cualquier excusa. Estaba bastante agobiada y había momentos que le faltaba el aire y que se sentía hasta mareada. Debía ser también porque no había comido nada desde a mediodía.

Beber si había bebido, un par de copas de champan. Es que ni beber a gusto la dejaban. Karin llegó hasta ellos con su falsa y perfecta sonrisa y les hizo un gesto para que fueran al centro del escenario donde unos camareros estaban trayendo la tarta. 

- Te estás portando muy bien hoy Prim, luego te daré un premio -le dijo David al oído haciendo que un sudor frío le recorriera el cuerpo

- No soy un perro. Métete tus premios por donde te quepan -le dijo ella sonriéndole 

Llegaron los dos abrazados hacia la tarta. Era rectangular y bastante grande. Cuando Lidia la vió tuvo que disimular una mueca de fastidio por lo que tenía escrito, "Feliz cumpleaños Prim". Esto había sido idea de David, seguro. Lo miró y él le sonrió irónico. Le encendieron las veinticuatro velas, y ella se agachó para soplarlas pidiendo el deseo que más quería en el mundo, que a su hermana y a sus amigos no les pasara nunca nada. 

Sopló las velas de golpe y todos en la sala la aplaudieron. Recibió un beso en la mejilla de David y ella sonrió como pudo. Sus ojos se cruzaron con los de Marcos, el cual la miraba desde el otro lado de la sala. Él le sonrió y ella en ese momento esbozó la única sonrisa genuina de toda la noche. Iba a bajarse del escenario, cuando la mano de David la cogió del brazo para impedírselo. Tenía un micrófono en su otra mano. Lidia lo miró confundida sin saber que pretendía.

- Buenas noches a todos y muchas gracias por venir aquí a celebrar el cumpleaños del amor de mi vida -empezó diciendo David. A Lidia se le revolvió todo el estómago. Todos seguían allí mirándola y pendientes de cada palabra del rojiblanco. Él se giró para mirarla mientras le hablaba- como sabéis, Prim y yo llevamos más de 3 maravillosos años juntos, y llega un momento en la vida de que te das cuenta de que quieres algo más. Y ahora es ese momento. 

David sacó una pequeña cajita del bolsillo de su pantalón y Lidia no pudo evitar soltar un jadeo y que un escalofrío le recorriera todo el cuerpo. El muy hijo de puta iba a pedirle que se casara con ella delante de todo el mundo. Esto era cruel hasta para él.

- Mi amada Prim, tú sabes que yo te quiero más que a nada en el mundo, ¿quieres casarte conmigo?

Lidia lo miró tragando saliva mientras una sonrisa maliciosa cruzaba la cara de David mientras la miraba abriendo la caja. Ella no quiso mirar el anillo, porque en ese instante sintió sudores fríos por todo el cuerpo y como las luces y los sonidos dejaban de existir. Alzo sus ojos y vió los de Marcos mirándola apenado, triste. Esos ojos azules que eran su ancla, los que le daban fuerzas para seguir adelante. Casarse con David era lo último que deseaba en la vida. ¿Atarse a él para siempre? No, gracias

Miró a David y pensaba darle la respuesta que merecía, cuando sintió un ligero mareo. Parpadeó un par de veces al verse rodeada de puntitos negros y lucecitas de colores. Sintió muchas ganas de vomitar y un pitido en la cabeza. Sintió muchos escalofríos por todo el cuerpo y sin poderlo evitar, se desvaneció encima del escenario. 

Y así, su querido David se quedó sin conocer su respuesta.

***Este capitulo y la historia entera se la voy dedicar a alguien que sus palabras me han llegado al alma. Sentir que mis historias ayudan a que otras personas se sientan bien es mucho mejor que cualquier lectura, voto o comentario.

Cariño, Andrea_Guaymasi

Muchos besos y gracias por estar ahí ***

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