Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13. Tobias Eaton

Por la noche ⚽

Aún no sé como me he dejado convencer para hacer esto. Es una puta locura. Pero locura de verdad. A medida que entramos en el club, estoy más nervioso. La mujer que llevo a mi lado me aprieta el brazo.

- Tranquilo, todo va a salir bien -me giro para mirarla e intento sonreír a través de la máscara. Me cubre los ojos y la nariz. Es dorada y negra y según ella me da un aspecto tremendamente sexy.

Aquí todo el mundo lleva máscara, algunas sólo para los ojos y otras de toda la cara. Según Marian, a estas fiestas vienen políticos, actores, cantantes, empresarios... gente muy famosa que no quieren que los reconozcan y pasar un buen rato.

Nos ha sido muy fácil entrar gracias a la invitación de Lidia. Y también porque ella conoce estos sitios. Marian es una amiga de una de las madres del colegio donde trabaja mi hermana. Entre ella y Marco se han encargado de gestionarlo todo y... aquí estoy, buscando como un loco a mi rubia.

Este sitio es bastante grande. Ocupa la última planta de un edificio en la parte norte de Madrid. La decoración es dorada y negra, todo bastante ostentoso.

Ni siquiera sabía que existieran esta clase de sitios. Y desde luego, yo no podría imaginarme que me vería en una de estas. Estoy arrepintiéndome a cada segundo que pasa. Pero entonces la veo. La veo sentada en la barra. Aunque lleva una máscara negra con plumas, la reconocería en cualquier sitio del mundo. Lleva un vestido negro con un escote de pico dejando parte de sus hombros al descubierto. El pelo se lo ha dejado suelto y lo lleva peinado hacia atrás. Las sandalias que lleva le hacen unas piernas infinitas. Está preciosa. Preciosa. Y al verla se me quitan todas las inseguridades.

¿He venido para salvarla? Algo así. 

- Son ellos -le digo a Marian señalando hacia donde están Lidia y David, el cual, a medida que nos acercamos, es inconfundible que es él, por su voz y por su risa desmesurada

- Pues que empiece la función querido -Marián se agarra más a mi brazo y andamos hacia ellos. 

No puedo dejar de mirar a Lidia mientras nos acercamos hacia la barra. Aunque no puedo ver sus ojos desde aquí con la máscara, sé que no le gusta estar aquí por los gestos que hace.

- Buenas noches, ¿está ocupado este sitio? -le pregunta Marian a David con una voz muy sensual. Él se da la vuelta para mirarla y puedo vislumbrar una sonrisa muy lasciva cuando lo hace. Este tío me da asco extremo.

- Si te sientas tú, ya estará ocupado -le dice él con una carcajada. Marian le responde de igual manera y se sienta en el taburete más cercano a él. Yo hago lo mismo y me siento más cerca de Lidia. Ella me mira y se revuelve en su silla algo incómoda

- Me llamo May -dice Marian mojándose los labios mirandolo. Él no ha dejado de mirarle las piernas desde que se sentó. Marian lleva un vestido rojo bastante corto

- Yo soy David -le contesta el muy idiota dándole su nombre. Coge la mano de Marian y se la lleva a los labios para besarlos. Lidia suspira a mi lado- y esta es mi novia Prim

- Es un placer Prim, me encanta tu vestido por cierto -Lidia le da una media sonrisa y coge su bebida para darle un sorbo. Se lo bebe de un trago y mira al infinito- este es mi marido, Tobias Eaton

Lidia deja escapar un jadeo el cual sólo escucho yo. Me mira con disimulo y yo le sonrío. Marian está hablando con David y yo no abro la boca o el moreno se dará cuenta de quien soy y no quisiera fastidiar nuestro plan. Marian nos pide 2 copas y yo me bebo la mía con calma. Lidia está ahora más nerviosa. La veo retorcer sus manos y mirarme de vez en cuando. Me encantaría hacer algo para tranquilizarla y hacer que se sintiera mejor, pero le he prometido a Marian que la dejaría encargarse a ella

- Tu marido tiene poca conversación -le dice David poniendo una mano en su muslo

- Oh, es que él es mudo...de nacimiento... -le contesta Marian riéndose

- Vaya. Cuanto lo siento tío -contesta él. Ellos siguen hablando, y Marían le susurra en el oído cualquier cosa que lo hace reír

Llevamos aquí unos minutos y yo estoy deseando hablar con Lidia.

- ¿Y crees que podríamos ir tú y yo a algún sitio donde pudieramos charlar más a solas? -le pregunta Marian a David relamiéndose los labios. Él sube sus manos cada vez más arriba de su muslo

- Me encantaría. Pero aquí mi novia no quiere quedarse sola y no le apetece hablar con nadie -le dice él besando su cuello. Es asqueroso que haga esto delante de Lidia

- Pues mira -dice Lidia levantándose del taburete- da la casualidad de que si me apetece hablar... con Tobías. Espero que no te importe cariño

- Bueno querida -dice él colando sus manos entre las piernas de Marian- poco vas a hablar con él, desde luego

- Para lo que yo lo quiero, no hace falta hablar. Nos vemos luego, "cariño". Que te lo pases bien

Lidia me coge de la mano sin mirar hacia atrás. No sé donde me lleva, pero me dejo guiar por ella. Atravesamos un largo pasillo y puedo ver a gente con máscaras besándose y hacer otras cosas sin ningún pudor en cualquier esquina.

Lidia me lleva hasta la puerta de una habitación. Saca una tarjeta de su bolso y la pone en la banda magnética. Esta se abre y pasa hacia dentro. Yo la sigo y cierro mi puerta detrás de ella. Ella se apoya en la pared suspirando con fuerza. Veo que algunas lágrimas asoman por sus mejillas. Me llevo mis manos a la máscara y me la quito dejándola encima de la mesa de la entrada. Llevo mis dedos hacia la suya y voy a quitársela cuando sus manos me detienen.

- Me muero de vergüenza de que me veas así -me dice sin dejar de llorar

- Y yo me muero si no veo tus ojos -ella suelta mis manos y yo le quito la máscara con delicadeza poniéndosela también en la mesa. 

Pongo mis manos a ambos lados de sus mejillas y con mis dedos le borro las lágrimas. Lidia está mirando al suelo.

- Mírame, Lidia, por favor -le digo alzando su barbilla. Sus hermosos ojos marrones están bañados en lágrimas, pero alza sus ojos para mirarme

- ¿Qué haces aquí Marcos?

- Es una larga historia. Mi hermana, una madre del cole y bueno...dios Lidia, no podía soportar la idea de saber que estabas aquí sola en la cueva de los lobos...

- ¿Y has venido a rescatarme? -me dice ella riéndose

- Algo así. Sé que es una locura, pero...algo dentro de mi, me decía que tenía que hacerlo, que tenía que venir...

- Tú eres mi locura Marcos -Lidia lleva sus manos a mi mejilla y me acaricia con lentitud. 

Me acerco a ella y beso sus labios. Saben a miel, a ron con miel. Me demoro en su labio inferior. Pone sus manos en mi cintura y se acerca más a mi. Besar a Lidia es perder la noción del tiempo, es rozar el cielo con los dedos y bajar al infierno, todo a la vez. Su lengua acaricia la mía con timidez, y yo dejo que repase mis labios una y otra vez. Me separo de ella y pongo mi frente contra la suya.

- Siento lo del viernes -le digo mirándola a los ojos- lo siento

- Marcos, no tienes que disculparte por nada, de verdad. Sé que esta situación es...muy mala. Soy una chica que está en una relación...complicada y no puedo aspirar a nada más contigo. No puedo arrastrarte a esta vida que tengo. Así que tranquilo, me conformo conque seamos amigos

- ¿Y si yo no me conformo? ¿Y si resulta que yo quiero algo más contigo?

- ¿Amantes? ¿Eso es lo que quieres Marcos?

Lidia se suelta de mi agarre y empieza a deambular por la habitación. Pone sus manos en jarras en la cintura resoplando. Llega hasta la enorme cama que hay en el centro de la habitación y se sienta en ella. Me acerco y me siento también. Me mira a los ojos, esta vez, su mirada es de tristeza.

- Marcos. Me gustas mucho y lo sabes. Me encanta estar contigo y estoy segura de que poco a poco esto va a ir a más, porque me estás haciendo sentir más cosas...

- ¿Pero? -le pregunto alzando su barbilla. Mis dedos la acarician con suavidad

- Me encantaría que fuéramos amantes. Deseo estar contigo muchísimo. Pero no puedo hacerte esto, no puedo. Mi vida es muy complicada, y tengo que ir solucionándola poco a poco, resolviendo todas las piezas de mi puzzle

- Y ahora mismo yo sería una complicación -le digo quitando mis manos de su mejilla

- Serías una increíble complicación -me contesta sonriéndome- Marcos, ahora no es nuestro momento, pero estoy segura que lo va a ser. Lo que no puedo pedirte es que me esperes, sería una puta egoísta si lo hiciera

- Ay, Lidia -le digo resoplando- por ti esperaría hasta que el infierno se congelara

Lidia se ríe con mis palabras y ahora sí, ahora la veo más contenta. Pone su cabeza en mis hombros y yo cojo su mano para entrelazarla con la mía. 

- Me estás dando calabazas -le digo separándola de mi y haciendo un puchero

- Tonto -Lidia me mira y se moja los labios. Pone su mano en mi cuello y se acerca a mi para besarme. Sus labios siguen estando muy dulces y suaves. La beso despacio, saboreandola. Mi lengua entra en su boca buscando la suya para poder tocarla y acariciarla. Nos besamos con muchas ansías el uno del otro. Porque ella me quita la cordura.

- No pienso negarte nunca un beso -me dice Lidia separándose de mi mirándome fijamente a los ojos

- Pues entonces te voy a besar cada vez que me de la gana -su sonrisa está ahí otra vez. Tan bonita. Tan perfecta. Lidia se quita las sandalias y se mueve hasta tumbarse en la cama. Yo la imito. Me quito los zapatos y me tumbo a su lado. Nos giramos para estar uno enfrente del otro

- Esta habitación es la típica de puticlub -le digo mirando a mi alrededor- pero de puticlub de los caros

- Es verdad. Estos sitios a mi no me van Marcos. Yo respeto que la gente haga lo que quiera con su vida. Pero este ambiente a mi no me gusta

- Tampoco va conmigo. No entiendo que sentido tiene el traer aquí a tu pareja para acostarse con otros, y perdona si lo que te digo te molesta

- No, no me molesta. Sobre todo porque es la realidad de mi vida -Lidia suspira con fuerza y cierra un momento los ojos para abrirlos y mirarme de nuevo- David me pidió hace casi 3 meses que quería que tuvieramos una relación abierta...

- ¿En serio? ¿Qué le pasa a ese tío, joder? -le pregunto cabreado- no entiendo como teniéndote a ti quiere follarse a otras, y perdona que te lo diga así...

- No pasa nada Marcos. Él es muy...especial. Le gustan mucho las mujeres, ya lo has visto. No ha dudado en irse con esa amiga tuya sin conocerla siquiera. Así que bueno, acepté cuando me lo propuso, porque sinceramente, ya no siento casi nada por él. Y no me preguntes más Marcos, por favor

- Vale. No te pregunto más -le cojo una de sus manos y me la llevo hasta mi pecho. Quiero tocarla, quiero sentirla- ¿tú...tú también...?

- Contigo...sólo contigo... -me responde ella sonriendo- ay Marcos, cuando me miras así me es muy dificil resistirme a ti...

- Pues no lo hagas. Ya me has dicho que teneis una relación abierta...así que... no veo cual es el problema

- Llorente. Piénsalo un poco. En lo que sería que fuéramos amantes. Escondiéndonos, sin que nadie se enterara de que estamos juntos, sin poder hacer cosas de pareja por miedo a que nos vieran. Porque los amantes, sólo quedan para follar... -miro a Lidia asimilando cada una de sus palabras, y de imaginármelo, la verdad es que me está doliendo- sin promesas, sin futuro...

- A cambio te haría feliz en todos esos momentos robados -Lidia se incorpora en la cama. Pone su mano en mi mejilla y me acaricia con suavidad

- Sé que lo harías, lo sé. Pero, ¿cuánto tiempo serías capaz de aguantar Marcos? 

Lidia se recuesta en mi pecho y yo no puedo más que abrazarla. Me quedo callado pensando en cada una de sus palabras. En que a pesar de todo, tiene razón, toda la razón. Sé que me enamoraría de ella, lo sé. Y me dolería que lo que tuvieramos juntos no pudiera ir a más. Y puede que llegara un momento que le pidiera avanzar y ella no pudiera dármelo. Y eso nos destruiría. Estamos un rato en silencio, sin hablar. Solo escuchando el sonido de nuestras respiraciones.

- Sería capaz de quedarme aquí dormida. Tu corazón es el mejor sonido del mundo Marcos

- Hablas en sueños -le digo recordando la noche que dormimos juntos

- Lo sé. Una vez desperté a tu hermana a gritos diciéndole que estaba lloviendo dentro del dormitorio y que cogiera el puto paraguas -Lidia se ríe mientras me lo cuenta

- Hablabas de una tal ¿Ari?

- Mi hermana pequeña -Lidia se incorpora y se sienta en la cama. Llevo mi mano hasta su mejilla y se la acaricio- vive en Alemania, bueno vivía, porque la semana que viene se vuelve a Madrid

- ¿Estarás contenta entonces?

- Si que lo estoy. Aunque mi hermana se ha complicado la vida en Munich. Espero que aquí se tranquilice un poco

- ¿Va a vivir contigo?

- No quisiera que estuviera cerca de David. Tu hermana quiere que se vaya a vivir con ellos, por lo menos hasta que le busque un piso o algo donde pueda estar. Pero si, va a estar bien tener a mi hermanita conmigo. Desde que murieron mis padres, estamos las dos solas

- No estás sola Lidia -me siento en la cama sin dejar de acariciar su mejilla- tienes a mi hermana y a Marco, y ahora me tienes a mi

 No puedo evitarlo, tengo que besarla. Me acerco a ella muy despacio y lo hago. Recorro sus labios intentando ser tierno, pero en cuanto nuestras bocas se tocan, no puedo y la beso hambriento de su boca y de sus labios. Lidia me responde de igual manera. La tumbo en el colchón y ella lleva sus manos a mi pelo tirando de mi para profundizar más el beso. Mi boca la ataca una y otra vez saboreando sus salvajes labios.

Estamos un rato besándonos, hasta que nos separamos buscando aire. Nos sentamos en la cama y seguimos hablando de cualquier cosas, de lo que sea. Porque todo lo que ella me cuente me interesa. Y a ella le pasa igual, porque está entusiasmada hablando conmigo y preguntándome cosas. Sabemos que ya tenemos que irnos. Que esto ha sido un tiempo robado. Nos levantamos para salir de la habitación y ponernos nuestras máscaras. 

Lidia me mira algo seria y fijamente a los ojos cuando coge su máscara negra.

- Marcos, no quiero que pienses que no me gustas y que no quiero estar contigo

- Lo sé Lidia, lo sé

- Así que he estado pensando que te mereces ser tú el que lo decidas

- ¿El que Lidia?

- Te doy la posibilidad de elegir

- ¿Lidia? -le pregunto algo sorprendido con lo que me está diciendo. Sorprendido y esperanzado

- Si quieres ser mi amante, no seré yo quien me oponga

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro