12. Decisiones
⚽ Al día siguiente⚽
Mónica esperaba a su amiga Lidia para desayunar. Llegaba algo tarde, pero, le había mandado un mensaje diciéndole que ya estaba aparcando el coche. Le pidió la leche de avena que tanto le gustaba y una tosta de aguacate. Divisó a la rubia entrando por la puerta y le hizo un gesto con su mano para que fuera hacia donde ella estaba.
Al ver su cara, comprendió que algo malo pasaba, pues Lidia era experta en esconder sus sentimientos de todos, menos de ella. Se besaron en ambas mejillas y la rubia se sentó enfrente de ella intentando sonreírle.
- ¿Qué ha pasado? -le pregunto Mónica viendo como su amiga torcía el gesto
- ¿Por donde empiezo? ¿Por donde David quiere llevarme a un club de Intercambio? ¿o que mi hermana se viene a Madrid?
Mónica abrió sus ojos muy sorprendida sin poder creerse lo que su amiga le contaba. El camarero les trajo su pedido y cuando las volvió a dejar solas, la morena cogió la mano de su amiga y la apretó con fuerza intentando tranquilizarla.
- Empieza por lo de Ari, que me preocupa más Lidia
- Mira, no puedo contarte mucho porque sino luego ella me mata, pero digamos, que ha metido la pata hasta el fondo y quiere irse de allí. Por eso he llegado tarde, porque le estaba preparando las cosas para que se venga, pero, ya estoy preocupada y aún no está aquí
- ¿Y eso?
- Porque quiere que le busque un apartamento para ella sola. Dice que no piensa vivir con el parásito de David -Lidia se llevó las manos a la cara resoplando y se las restregó durante unos segundos- dios, ni un minuto tengo de paz en mi vida
Mónica miró a su amiga y se mordió la lengua no queriendo contestarle lo que de verdad debía. Tantas cosas que quería decirle con respecto a su relación, pero, ella no era nadie para meterse. Lo único que podía hacer, era estar ahí a su lado por si le pasaba algo.
- Tendré que buscarle algo Mónica, y mientras que se vaya a un hotel
- ¡Ah, no! De eso nada. Que se venga con nosotros a casa. Ya sabes que Marco la adora
- ¿Lo dices de verdad? -le preguntó Lidia algo más tranquila
- Claro que si, amiga. Entre las dos nos haremos cargo de la pequeña rubia. Tú tranquila, que a esa la pongo yo más recta que un palo
- Gracias Mónica, de verdad. Eres...bueno, ya lo sabes...
La castaña le sonrió a la rubia y ambas tomaron buena cuenta de su desayuno trazando planes sobre el traslado de la hermana pequeña de Lidia a Madrid. Llegaría en unos días y seguro que los volvía locos a todos.
- Además, no te preocupes -le dijo Mónica- la juntamos con Coral, que para eso tienen la misma edad y verás como pronto hace amigos
- Tu cuñada está medio zumbada Moni, no te lo tomes a mal
- Lo sé -le respondió ella rodando sus ojos- así me la quito de en medio también, que no veas el por culo que da con los videos de tik tok. Se tiene que venir al jardín de nuestra casa a grabarlos. Bueno, y ahora cuéntame la mierda esa del club de intercambio
Lidia le contó lo poco que le había dicho David. Incluso le sacó la tarjeta que él le había dado. Durante unos minutos, estuvieron hablando de eso. Intentando sobre todo Mónica de convencerla para que no lo hiciera.
- Lidia por dios. Espero que no se te ocurra ir. David no tiene ningún tipo de escrúpulos
- Tengo que hacerlo Mónica, aunque no quiera, tengo que ir
Lidia agachó la cabeza reprimiendo las lágrimas que llevaba aguantando desde ayer. Ella no quería ir. Esos sitios la repugnaban. Aún recordaba esa sola vez que fue, y todas las consecuencias que vinieron después. Aún se sentía mal y asqueada consigo mismo. Repetir esa experiencia, no era una opción en su vida, pero mientras David mandara en ella, no tenía nada que hacer.
- ¿Algún día me contarás porqué David te tiene amenazada amiga? -Mónica agarró la mano de la rubia intentando consolarla. Verla así le partía el alma y más si no podía ayudarla
- Algún día Móni. Pero ahora no. Cuanto menos gente lo sepa, mucho mejor. No son cosas de las que yo me orgullezca.
Mónica esbozó una pequeña sonrisa y le dio una palmada en la mano a su amiga. Siguieron desayunando hablando de otra cosa que no fuera lo de ese club y lo de Ariadna. Porque más que Lidia le diera vueltas a todo, siempre sacaba la misma conclusión, nunca tendría un momento de paz en su vida mientras David Cámara fuera su más terrible pesadilla.
⚽ Más tarde ⚽
Mónica había ido a recoger a su novio a Valdebebas después del entrenamiento. Por el camino, su hermano Marcos le había pedido el favor de que también lo recogiera a él, pues tenía el coche en el taller y hasta por la tarde no se lo daban. Su hermana les advirtió a los dos hombres que no pensaba hacer nada de coger y que lo mejor sería que pidieran comida a domicilio. Mientras Marco miraba el folleto del chino y pedía la comida, Mónica se sentaba enfrente de su hermano mirándolo fijamente a los ojos. Conocía a su hermano perfectamente y sabía cuando le pasaba algo.
- ¿No tienes nada que contarme? -le preguntó Mónica chasqueando su lengua- lo digo por la cara que tienes. Parece que se te ha muerto alguien
- Mi corazón es el que se me ha muerto -le dijo Marcos con algo de dramatismo
- ¿Mal de amores? -Marcos asintió con un deje de tristeza en su cara que dejó bastante preocupada a su hermana. Algo había pasado entre Lidia y él. Y aunque ninguno de los dos le quiso contar nada, la cara de ella, era la misma que tenía su hermano.
- En media hora está la comida. Te he pedido pan chino -Marco cogió su mano y se la llevó a los labios para besarla. Ella lo miró y emitió un pequeño suspiro
- Bueno, pues si tú no me quieres contar nada, te lo contaré yo -Mónica sacó la invitación del club de Intercambio de Parejas que Lidia le había enseñado. La rubia se la había dejado olvidada en la mesa, y su amiga la había cogido con disimulo pensando que ella no se daría cuenta
- ¿Qué coño es esto Mónica? -Marcos miró la tarjeta asqueado sin apenas leerla entera. Marco hizo lo mismo y miro algo sorprendido a su novia
- Es de Lidia. David la va a llevar esta noche allí -le dijo ella contando los segundos que tardaría su hermano en reaccionar
- ¡Hijo de puta! -dijo Marcos levantándose del sofá visiblemente cabreado- no se puede ser más cabrón. ¿Qué coño pretende? ¿Qué se acueste también con quien él diga?
- No lo sé Marcos -le dijo ella viendo como su hermano se cabreaba cada vez más- no creo que lo haga. Ella me ha dicho que como a David se le ocurra sugerírselo...
- ¿Y entonces para qué cojones va?
- Se ve que David va a hacer allí un negocio, o algo así...
- Irá a montar un puticlub -apuntilló Marco- es lo que le faltaba, vaya
Marcos empezó a caminar por el comedor con sus manos en la cabeza. Le hervía la sangre de pensar que David usara a Lidia para sus fines. Como se odiaba ahora mismo. La había tratado fatal después de lo del vídeo. Dándole la sensación de que no quería nada con ella cuando la realidad era que se moría por ella y lo único que quería en la vida era protegerla de todo.
- ¿Porque coño no lo deja? Joder, no lo entiendo Mónica
- Marcos. Es complicado, créeme. Yo sé que ella quiere dejarlo, pero... por alguna razón, no puede hacerlo. Si le vieras la cara que tenía hoy...
- ¿Y porqué no haces nada, joder? ¡Eres su amiga!
- Lidia me ha dicho que cuando llegue el momento, me lo contará. Y mientras tanto...
- ¡Y tú le haces caso! Hasta el día que pase algo y entonces te vas a arrepentir...
Marcos señaló a su hermana con el dedo perdiendo totalmente los papeles, y si, haciendo sentir a la menor de los Llorente como una mierda porque pensaba que era una mala amiga.
- A ver, chicos, vamos a calmarnos un poquito -dijo Marco poniéndose en pie intentando poner paz entre lo dos hermanos
- No puedo calmarme cuando sé que la tía que me gusta va a ir a una mierda de sitio donde la podrían obligar a hacer algo que no quiera
Por fin lo admitió en voz alta Marcos. Lidia le gustaba. Le importaba tanto que ahora mismo le daban ganas de ir a casa de David y que sus puños hablaran por él. Siguió removiendo su rebelde flequillo encontrándose con la mirada traviesa de su hermana.
- ¿Tú que miras coneja? -le preguntó Marcos a su hermana sonriendo también un poco
- Has dicho que te gusta -le dijo ella
- Pensé que ya lo sabías idiota -le contestó Marcos rodando sus ojos
- He tenido una idea chicos -dijo Marco cogiendo su móvil mientras buscaba en él un número de teléfono
- ¿Qué idea? -le preguntó Mónica
- Necesito que me busques el teléfono de la madre de Paula
- ¿La stripper?
- Esa misma -le dijo Marco con determinación. Estaba planeando algo y ninguno de los hermanos Llorente podía imaginarse lo que era
- ¿Para qué? -le preguntó Mónica bastante confundida recibiendo una sonrisilla por parte de su novio
- Para Marcos. Esta noche se va de fiesta
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