Capítulo 4: Una piedra en el zapato
Shiro's POV:
Miré con rabia al chico que tenía frente a mí y este me sonrió con sorna.
¿Se podía odiar con tanta intensidad? ¿Y en tan poco tiempo?
Y era un crío. Un chico de no más de 16 años. ¿Qué demonios le pasaba para ser tan arrogante?
¿Y a mí que me pasaba para juzgar y aborrecer a una persona tan rápidamente?
—¿Qué pasa, canoso? ¿Quieres que te dé una foto? —lo fulminé con la mirada y bufé.
—Lo que quiero es que desaparezcas de mi vista y te alejes de Pidge —sus ojos brillaron al escuchar el apodo de Katie.
—¿O qué? ¿Me golpearás? —mi ceja se alzó en un tic. Realmente este chico me estaba molestando— ¿Eso harás, señor tutor legal? —siguió picándome. No sé cómo sabía qué relación tenía con Pidge o como la conocía a ella, pero en ese momento no me interesó. Sólo sabía que odiaba a ese muchacho y le dejaría muy en claro que si no se alejaba de Pidge, lo lamentaría.
—No quieres saber lo que te haré, mocoso —su sonrisa se ensanchó y lo cogí del cuello de la camisa—. No me tientes y no molestes a Pidge o te las verás conmigo —su sonrisa arrogante no desapareció pero pude ver un chispazo de miedo en sus ojos, sonreí satisfecho y lo solté; justo cuando un profesor había gritado diciendo que dejara ir al "alumno".
Menudo alumno que tenían. Resoplé y me dirigí de vuelta al auto. A la distancia escuché como el profesor se acercaba al bicho ése y le preguntaba cómo se encontraba.
—¡Nos volveremos a ver, canoso! ¡Más pronto de lo que crees! —no volteé la mirada y cerré la puerta del auto. Justo cuando ya estaba dejando la entrada del colegio dijo algo que sí llamó mi atención— ¡Sabrás de mí por ella! —tensé la mandíbula y volteé a mirarle con furia. Él me devolvió la mirada con socarronería. Le había dado justo la reacción que esperaba obtener. Fruncí el ceño fastidiado y dirigí el coche a casa de Keith.
Necesitaba desahogarme. Y necesitaba a mi amigo.
•••••••
—Espera, ¿¡qué!? ¡¿Casi golpeaste a ese chico por haberle guiñado el ojo a Pidge?!
—¡Tú no lo viste, Keith! ¡Se notaba que Pidge lo odiaba! ¡Y el muy...! ¡Muy...! ¡Agggh! —gruñí no encontrando la palabra que necesitaba para describir a ése crío. Keith me miró burlón, ganándose un bufido de parte mía, ¡a lo que el muy cínico se rió!
—¿No crees que estás siendo un poco sobreprotector, Shiro? —le gruñí— Oh, vale. ¿Y quién crees que pueda ser entonces?
—No lo sé, Keith —suspiré. Lo único que me quedaba claro era que no quería que tuviera nada que ver con Pidge—. Sólo que me da mala espina y no quiero que se acerque a Pidge.
—¿Por qué? ¿Por que se autoproclamó el mejor amigo de Pidge? Tal vez lo haya sido y su relación haya terminado mal. Ahora podría ser la oportunidad perfecta para que arreglen sus diferencias.
—A Lance y a Hunk tampoco pareció agradarles mucho —Keith bufó y me miró molesto, con las mejillas levemente sonrojadas. Una sonrisa se asomó en mis labios.
—Lance es prejuicioso, ¿pero tú? —no queriendo pensar más en el tema decidí preguntar por algo que me venía cuestionando desde hace un buen rato.
—Hablando de Lance —dije cautelosamente, ganándome una mirada avergonzada de Keith—. ¿Él era la "chica" de la que tanto hablabas?
—¡Nunca dije que fuera una chica! —contestó a la defensiva.
—Tampoco dijiste que fueras gay —señalé. A lo que él me miró como no creyéndose lo que acababa de decir.
—¿Me estás diciendo que nunca te diste cuenta? —me sonrojé avergonzado, la verdad nunca me había fijado en eso— ¡Oh, por Dios, Shiro! ¡Era más obvio que un pony arcoiris bailando con John Lennon!
—¡Oh, vamos! No creo que lo haya sido —Keith alzó las cejas incrédulo.
—Tienes que estar bromeando —me dijo—. ¿Nunca notaste que era alérgico a las zorras del Garrison?
—Keith —le advertí a lo que él rodó los ojos—. No te refieras así respecto a esas chicas.
—¡Oh, vamos! Tú también crees que lo son. ¡¿Quién carajos corta su uniforme porque es "muy aburrido"?! —rodé los ojos. Claro que esas chicas eran... Cariñosas. Y algo extravagantes. ¿Pero llamarlas zorras? Un caballero, jamás. Keith pareció adivinar lo que estaba pensando porque añadió— Y no me vengas con lo de "Un caballero, jamás". Nyma era una oportunista y no menos —en eso tenía que darle la razón.
—Bueno, pero yo tampoco era íntimo con ellas y eso no significa que sea gay.
—¡Nunca entendí cuando una chica me coqueteaba! —dijo frunciendo el ceño y sonrojándose. Pensando, sin duda, en lo mismo que yo.
—Ni me lo recuerdes —reí recordando aquella vez que Jane había intentado invitarlo a salir y Keith salió por la puerta, literalmente.
—Vale, vale. Ya lo capté, soy un poco lento para leer las sutiles señales de tu orientación sexual —Keith me miró divertido.
—¿Un poco? Y... ¿sutiles?—dijo sonriendo de lado.
—Vale, vale. ¿Pero cómo pasó lo de Lance? —Keith se sonrojó y me alegré de haberle borrado esa sonrisa socarrona del rostro.
—E-eso...
De repente, el celular de Keith sonó. Haciendo que éste soltara un suspiro de alivio y se pusiera al habla.
—Salvado por la campana —murmuré. Keith me acalló mirándome molesto y comenzó a asentirle al teléfono, luego de un rato colgó la llamada y me miró serio.
—Lamento no poder contarte hoy esa historia —dijo sarcástico—. Pero, Lance me ha llamado, dice que es urgente que vayamos a recoger a Pidge al colegio.
Abrí los ojos sorprendido y algo preocupado pero no cuestioné nada.
•••••••
Al llegar a la salida lo primero que noté fue a una mujer morena y de cabello blanco con ropa de aspecto formal parada al costado de Pidge y los chicos. Parecían estar esperándonos. Pidge traía una sonrisa radiante y Hunk una más tímida. Luego estaba Lance, que se lo veía entre contento, sonrojado y nervioso. Jugaba inquieto con sus manos y miraba en todas las direcciones hasta que vio a Keith. Entonces, sus ojos se concentraron en él y su cara adquirió una sonrisa boba y un tono carmesí.
Keith al verle así se ruborizó y paso una mano por su nuca. Sonreí de lado ante el nerviosismo de ambos. ¿Ya habrían arreglado las cosas?
Cuando llegamos junto al grupo la chica, que de cerca se veía mucho más joven, me extendió su mano y me sonrió cálidamente.
—Señor Shirogane, es un placer conocerle. Mi nombre es Allura —le estreché la mano sin saber muy bien porque se estaba presentando conmigo. ¿No era a Keith a quien habían llamado?—. Me han comunicado que usted es el tutor legal de Katie, y, del departamento de servicios sociales, me gustaría pedirle, si pudiese, claro, que aceptara la custodia legal de Keith mientras su padre se encuentra fuera del país por asuntos de trabajo.
Abrí los ojos hasta el tope y me quedé pasmado durante un buen rato.
—¿Q-qué? —tartamudeó Keith adelantándose a lo que iba a decir.
—Solo es temporal —se apresuró a añadir la chica—, para que Keith pueda volver al Garrison y así se reintegre y haya alguien que sea su tutor —dijo a modo de aclaración— ¿Qué dice? ¿Acepta? —cuestionó con una gran sonrisa.
Volteé a ver interrogante a Pidge y ella me devolvió la mirada con un gesto inocente y una sonrisa.
Ay, Pidge. ¿Pero en qué me has metido?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro