Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3: Un Desastroso Reencuentro

Pidge's POV:

Shiro seguía anonadado a mí lado mientras que yo estaba a punto de saltar de la emoción. Sabía que ellos dos habían tenido algo en el pasado y, esperaba, que con este reencuentro inesperado, recordaran lo que alguna vez habían sentido. Keith se acercó más y más hacia Lance y este, a su vez, hizo lo propio. De repente, Keith se paró bruscamente, y le lanzó una bofetada dejándonos a todos con la boca abierta.

—¡Auch! —se quejó Lance— ¿A qué vino eso?

—¿¡A qué vino eso!? ¡Me dejaste de hablar! ¡Rompiste conmigo sin darme ninguna explicación! ¡Me traicionaste!  —gritó el azabache con la voz a punto de quebrársele. Un nudo se formó en mi garganta.

¿Yo había provocado eso? ¿En el chico que era como un hermano mayor para mí? ¿En el chico que me había apoyado y comprendido sin pedir nada a cambio? Apreté los labios y sin darme cuenta di un paso adelante. Shiro me agarró por un hombro y, al voltear a verlo, solo negó con la cabeza. Él sabía que estaba sufriendo. Él lo conocía mejor que nadie. Pero también sabía que necesitaba sacarlo de su sistema. Así, que asentí levemente y me quedé en mi sitio.

—¿T-traicionarte? ¡Yo jamás lo haría! ¡Tú me mandaste esa estúpida carta terminando conmigo!

—¡¿Qué?! ¡Yo jamás haría eso! Tú eres... —Keith bajó la vista avergonzado— lo mejor que me ha pasado —admitió. Abrí la boca asombrada. Era lo más lindo que había escuchado jamás. Shiro me rodeó los hombros con su brazo y me sonrió, dulce pero triste a la vez. Le devolví la sonrisa. Sabía que él estaba tan feliz y angustiado por Keith como yo. Aunque a mí también me preocupaba Lance. Una gran sonrisa se formó en mis labios mientras los miraba y dejaba que Shiro me apretara contra su costado. Sin embargo una creciente sensación de angustia también aparecía en mi pecho.

De repente Lance rompió a llorar y Keith lo tomó en sus brazos.

—Pe-pero... La carta... Decías que desearías no haberme conocido jamás —Keith lo apretó más en su abrazo y susurró algo en su oído que no logré escuchar.

Alguien les había tendido una trampa.

Era más que obvio. Alguien había querido que rompieran. Y ambos habían quedado demasiado lastimados por ello. Apreté los dientes con furia.

Pude definir exactamente el momento en que Shiro llegaba a la misma conclusión, pues se tensó y su mandíbula quedó marcada. Me quedé mirando un momento su mandíbula. Shiro era realmente atractivo. Me pregunto si alguna vez alguien habría tenido la dicha de decir que Shiro era suyo. Como Lance y Keith habían podido decir en algún momento del otro. Tan absorta en mis pensamientos como estaba ni me di cuenta cuando finalmente Keith y Lance se separaron y se dirigieron a la cocina para traer el almuerzo.

¿Desde cuándo creía que Shiro era atractivo?

Ahuyenté la idea de mi mente y me dirigí hacia el comedor.

•••••••

Habíamos pasado una agradable tarde viendo películas y molestándonos   mientras comíamos las delicias que Hunk nos hizo.

Unas horas después del atardecer, Lance anunció que ya se iba. Su madre le había dado permiso hasta las nueve. Keith se ofreció a llevarlo, a lo que el cubano se sonrojó, pero terminó aceptando. Hunk decidió esperar un rato más para despedirse y salir de la casa.

La casa volvía a estar casi tan silenciosa como cuando sólo mamá y yo vivíamos aquí, pero esta vez era una clase de silencio diferente, uno cómodo, cálido, casi cariñoso.

Volteé a mirar a Shiro y vi que tenía una expresión apacible, una sonrisa tranquila y despreocupada ocupaba sus labios y sus ojos brillaban. Tenía un brazo alrededor de mis hombros y el otro recargado en el sofá. De alguna forma Shiro me hacía sentir segura, como si él me fuera a proteger de cualquier cosa que pudiera pasarme, como si mientras estuviese con él todo estaría de maravillas, sonreí también y él volteó a mirarme. Nuestras miradas se encontraron y nuestras sonrisas se ensancharon.

—¿Lo pasaste bien? —preguntó revolviendo mi cabello.

—Sí, fue maravilloso. Gracias, Shiro —dije apretando sus cachetes.

—¿Eh? ¿Porqué? —cuestionó levemente confundido arrugando el ceño.

—Por todo. Por sacarme de ese orfanato, por presentarme a Keith, por preocuparte por mí, por cuidar de mí. Gracias —le dije mirándolo con intensidad, quería transmitirle todo el cariño y agradecimiento que le tenía. Que supiera que sin él, mi vida no sería la misma. Yo no sería feliz. No podría serlo.

—No tienes nada que agradecer —me contestó agarrando mis manos—. Tú me has devuelto las ganas de vivir, Katie —bajó la mirada avergonzado, mientras las mejillas se le coloreaban y, a mí, se me aceleraba el pulso—. Después del accidente en la misión Cerbero —su voz se quebró y agarré dulcemente su mejilla.

—No es necesario que hables de eso, si aún no estás listo —me miró a los ojos con una gratitud inmensa y me sentí culpable. Culpable porque quería que me contará todo acerca de la misión Cerbero, quería saber que había pasado con mi padre y mi hermano. Quería saber, quería preguntarle y quería que me respondiera. Pero no lo haría. No. Porque Shiro se merecía que esperase hasta que él estuviese listo—. Vamos ya a dormir, ¿está bien? —cambié de tema tratando de arrancar esos pensamientos de mi cabeza. Shiro asintió sonriendo.

—¿Sabes? Se supone que soy yo quien te cuida a ti —señalo sonriendo mientras subíamos las escaleras.

—No es mi culpa ser tan eficaz en todo —bromeé. Shiro rió y me dio un beso en la coronilla, provocando una leve sonrojo en mí que traté de disimular lo mejor que pude.

—Descansa, Pidge —se despidió con cariño y me alborotó el cabello. Observé cómo se iba en dirección a su habitación y, luego de un rato, hice lo mismo.

Al caer en la cama, me dormí inmediatamente. Había sido un día agotador.

•••••••

Al día siguiente Shiro me despertó una hora antes del colegio, como era habitual. Decidí tomar una ducha y en quince minutos bajé, vistiendo unos jeans rotos y una pileta demasiado grande para mi talla.

Shiro sonrió al verme y me ofreció un plato de panqueques.

—Buenas días, bella durmiente. ¿Dormiste bien? —cuestionó alegremente.

—Como un bebé —respondí bostezando y estirándome.

—Es que eres una bebé —se burló con una sonrisa sarcástica.

—Claro que no —le saqué la lengua infantilmente. Demonios, acababa de contradecirme. Shiro rió y me revolvió el cabello.

—¿Quieres que te lleve a la escuela?

—Hmph, déjame pensarlo —me hice la indiferente—. Está bien, creo que puedes hacerlo —Shiro volvió a reír.

—Voy a preparar el auto entonces —le sonreí y comencé a devorar los panqueques. Eran la especialidad de Shiro, bueno, aparte del agua hervida. Que le salía exquisita. Sonreí ante el pensamiento y cogí mi mochila para irme al colegio.

•••••••

—Que te vaya bien, Pidge —se despidió Shiro alegremente con una sonrisa de oreja a oreja. Le devolví la sonrisa y comencé a alejarme aún mirándolo. Tan distraída iba que choqué con alguien y ambos nos caímos.

—Ouch, fíjate por dónde vas cuatro ojos —dijo una voz que conocía bastante bien. Me aparté asustada gateando de espaldas de él. Sus ojos se levantaron y me miraron. Pude ver el momento en el que me reconoció pues sus ojos se abrieron hasta el tope.

—¿Pidge? —era él, sin duda era él. Y estaba en mi escuela. ¿Qué demonios hacía en mi escuela? ¿Cómo había dado conmigo? ¿Por qué tenía que estar en la misma escuela?

De repente sentí unas manos tomándome de los brazos y ayudándome a parar. Esas mismas manos me tomaron de los hombros y me voltearon hacia la persona que me ayudaba.

—Pidge —dijo Shiro examinándome con la mirada—, ¿estás bien? ¿Te duele algo?

—Está bien —respondió el molesto chico de cabello castaño—, sólo fue un golpe. Y se cayó encima mío —Shiro lo fulminó con la mirada y gruñó en respuesta.

—¿Y quién eres tú para hablarle así? —le respondió Shiro mordazmente pegándome a su cuerpo. Tratando de protegerme, volteé disimuladamente a lanzarle una mirada cargada de odio a Ryan.

El idiota de Ryan.

—Su único amigo —dijo con burla.

—Claro que no, niño bonito —respondió Lance llegando al frente seguido de cerca por Hunk —. Nosotros somos sus mejores amigos —dijo retándole con la mirada a lo que Ryan le correspondió. Lance avanzó unos cuantos pasos y se situó a mi derecha. Hunk imitó su acción y se situó a mi izquierda. Me sentía como resguardada por bulldogs o algo.

Miré incómoda al idiota de Ryan y le saqué el dedo de enmedio a lo que él sonrió cínico y me lanzó un beso.

—Que bonita bienvenida para tu mejor amigo, Pigeon —dijo guiñándome el ojo a lo que apreté la mandíbula y Lance se colocó delante mío.

—Deja de llamarte amigo suyo, es obvio que monte tolera —y dicho esto me jaló adentro  mientras me despedía con la mano de Shiro y este mantenía una acalorada conversación con la chico de cabello castaño y ojos azules.

¿Qué estabas haciendo aquí, Ryan? ¿Que mierda estás planeando?

Hey ;) lamento haber tardado tanto, últimamente me han pasado muchas cosas. Pero en fin, ¿cómo les va a ustedes? ¿Qué les parece el capítulo y cómo se están poniendo las cosas?

¿Y más importante que opinan de Ryan? ¿Ya lo odian? ¿Aún no? Díganme lo que seaaaaa😉

Por favor díganme que opinan, los quiero 💕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro