Universo 182005

Dimensión 100

—¡Come one! —dijo la voz de un hombre frente a ti.

—No de nuevo, otra vez tú. No sé qué es lo que deseas de mí, ¡¿soy tu sujeto de prueba o qué?! —te quejaste abruptamente por la presencia del hombre.

—Cállate, esto es un evento canónico. Ni aunque conjures con regalos inesperados, no podrás conseguir una carta evento que te ayude aquí —respondió el hombre enmascarado con una sonrisa.

—¿Carta evento? ¿Soy tu sujeto de prueba? —le preguntaste mientras él asentía descaradamente.

—Al menos te di un cuerpo que puede mejorar y usar las respiraciones. Pude haberte dado algo peor; esa maldita chica cuervo me la pone difícil —dijo el hombre enmascarado.

—Tsk —reprochaste, sentándote en el suelo con los brazos cruzados—. ¿Dijiste chica cuervo? —preguntaste tras escuchar su última frase.

—Sí, el viaje interfiere con la nueva guardiana de las reencarnaciones —explicó el hombre.

—¿Qué? ¿Cómo? —dijiste, confundido.

—La vez pasada que viniste aquí llegaste para cumplir una misión. Es lo mismo que esa vez —continuó el hombre enmascarado.

—¿Quién eres tú? —preguntaste, buscando respuestas.

—Eso no importa. Solo te diré que soy el Captain del lugar, pero estoy en competencia con la reencarnación —contestó el hombre, evadiendo la pregunta.

—¡Eso no responde a nada de lo que pregunté! —te quejaste nuevamente.

—Sí, lo sé. Igual que la vez anterior, te entrego esto —dijo el hombre enmascarado, sacando dos objetos de su bolsillo trasero—. Tu teléfono y una Ai.

—¿Una Ai? —preguntaste, confundido.

—Sí, esta es 3ds. Te ayudará con tu misión.

—¿Qué misión exactamente? —le seguiste el juego, aunque sin entender del todo.

—Bueno, últimamente se están poniendo de moda las idols por aquí —respondió, como si fuera algo obvio.

—¡¿Idols?! ¿Estoy aquí por eso que imagino, verdad? —dijiste, sorprendido.

El hombre enmascarado asintió.

—Salva a Ai con la ayuda de esa Ai —dijo con seriedad, aunque te resultaba ridículo.

—¡¿Pero cómo me acercaré a ella siendo un simple civil?! —preguntaste, preocupado.

—Tienes la ventaja de la voz de doblaje, y también ventaja con varios objetos —respondió el hombre.

—¿La voz de doblaje? —repetiste, aún más confundido.

—A diferencia de tu otro cuerpo, que tenía habilidades con las respiraciones, este cuerpo posee la habilidad maestra de la voz de doblaje —explicó el hombre.

—Sigo sin entender a qué te refieres —dijiste, molesto.

—Sé que no te agrado, pero tú sí me agradas a mí. Todo lo que tienes ahora es creación mía. Lo sé, muy conveniente para el guion —añadió riéndose, pero tú seguías sin comprender.

—¿Qué demonios pasa aquí? —frunciste el ceño.

El hombre enmascarado comenzó a explicarte en detalle que la voz de doblaje te permitiría entrar al mundo del entretenimiento. Podrías imitar cualquier canción o voz que escucharas durante veinte minutos.

—El tiempo es capaz de conectar nuestras vidas —dijo el hombre, enigmático.

—¿Tengo una voz que copia prácticamente cualquier voz solo por escucharla veinte minutos? —preguntaste incrédulo.

—Tenías una versión diferente cuando llegaste aquí por primera vez. Así aprendiste japonés —respondió, dándote más información.

—Olvidaba eso —dijiste, recordando que estabas en Japón, un lugar donde se hablaba japonés, aunque estaban hablando en tu idioma original.

—Así que ahí está. Me voy, debo cuidar los cosmos y el universo —anunció el hombre enmascarado.

—Se me hace que esos cosmos van a morir —dijiste con sarcasmo.

—Sabes que puedo quitarte esta oportunidad y dársela a alguien nuevo —amenazó el hombre.

—¡No, no, no! ¡Eres genial! —le dijiste, cambiando de tono rápidamente.

—Eso quería oír. Bien, protégela. Me cabreó cuando la mataron, así que hazlo bien —dijo el hombre, mirando hacia el cielo—. Hay veces que el corazón se paraliza por el miedo, pero el tiempo es capaz de conectar nuestras vidas.

—¿Qué? —preguntaste, confundido.

—Me voy —respondió antes de que una nave azul apareciera de la nada. El hombre se subió y la nave desapareció en un segundo.

—No sé si esto sea bueno o malo, pero, por lo que sé, no soy alguien importante en la trama de ningún anime de aquí —dijiste molesto, cruzando los brazos.

La situación te molestaba. Te habían quitado a la chica que te gustaba, con la que incluso habías considerado casarte. Y, según lo que el hombre enmascarado te había dicho, esto ya había pasado antes.

La última vez que estuviste en ese mundo, conociste a una chica y pudiste tener una relación en nombre de otra persona. Pero esta vez era diferente, y mucho más difícil.

—Bueno, puedo sacar las intros de varios animes y subirlas aquí para hacer lo mismo que con los mangas... —dijiste en voz alta, mientras caminabas por la calle.

Recordaste que el cuerpo que usaste la última vez seguía ahí, así que decidiste buscar la forma de encontrarlo.

—(No tengo ni la menor idea de dónde estoy...) —pensaste, mientras caminabas cerca de un hospital.

Decidiste entrar para pedir direcciones que te llevaran a Tokio y así ver a la persona que se quedó con tu fortuna. Planeabas pedirle que te ayudara a entrar al mundo del entretenimiento y hacerte amigo de Ai para salvarla de su "inevitable muerte".

—(Por lo que veo, el hombre Falcón y la chica cuervo deben odiarse) —pensaste, abriendo la puerta del hospital—. Buenas noches, disculpe, ¿me podría decir dónde estamos? Estoy algo perdido —preguntaste algo avergonzado.

—Estamos en un hospital, ubicado en la zona rural de la prefectura de Miyazaki —respondió una voz grave, algo conocida para ti.

—(Un momento, yo te conozco) —pensaste con desconfianza—. ¿Usted es el doctor Gorou? —preguntaste.

—Sí, ¿necesitas algo más? —respondió el doctor Gorou.

—No, nada por ahora. Solo agradecerle por sus indicaciones y su arduo trabajo como doctor, muchas gracias. Regresaré mañana —dijiste, sonriendo con cortesía.

—Hmm, de acuerdo. Cuídate —respondió Gorou, asintiendo.

—(Bueno, esto va a ser divertido en cierta manera) —pensaste.

Sabías que la historia de Oshi no Ko apenas comenzaba. Estabas igual que la última vez, justo al inicio. Sin embargo, esta vez no eras el protagonista. Tal vez encontrarías la manera de conectar tu vida con la de Ai, cumplir tu misión y volver a casa.

—Sinceramente quiero protegerla... y largarme de aquí —dijiste en voz baja, sintiendo una mezcla de frustración y determinación.

Aún te dolía haber perdido a tu novia, que también resultaba ser de un anime, aunque esos recuerdos eran vagos. A pesar de todo, sabías que estabas en un cuerpo que no era tuyo.

—Ai... ¿Qué demonios haré con esta idol? —susurraste.

Fin del Prólogo.

¿Qué te parece ahora?

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