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Capítulo 7

El frío viento golpeaba tu rostro desde la superficie. Te encontrabas encima de un edificio con un francotirador desde lo lejos, simplemente divisando las alturas. Las cosas habían tomado un rumbo serio, el tiempo pasaba diferente a tu hogar. Esto te había impedido sentirte cómodo o tener sentimientos hacia algunas personas. Ahora te dedicabas a observar la ciudad desde lejos, esperando que esta tarea terminara. Cuatro años habían pasado, y se acercaba uno de los momentos cruciales para esta trama.

El asesinato de la Idol.

Sí, este asesinato era una de las formas en que la historia tomaba su rumbo original, el rumbo oscuro y roto que tenía. Aun así, sin importar quién fuese el afectado, este mundo estaba diseñado para corromper a quienquiera que lo viviera.

El ejemplo fue Aqua: la venganza mata el alma y la envenena. Quizás él tuviera razón para que esto llegara a suceder. Gorou, en su anterior vida, era "un pan de Dios", y la razón era sencilla: era muy noble, su sonrisa radiaba esa tranquilidad.

El mundo del entretenimiento se destaca por sacar sonrisas a quienes lo ven, unas sonrisas radiantes y llenas de emoción, siendo capaces de hacer reír a una niña con una enfermedad terminal, haciéndola feliz hasta el inevitable día de su temprana partida.

Los temas de muerte no son algo que se tome a la ligera, pero en la industria del entretenimiento esto se ignora por completo, explotando a la mayoría de las Idols, actores e intérpretes.

Aqua era el claro ejemplo de esto. Apenas con cuatro años de edad, empezó a entrar a este mundo del entretenimiento, que parecía interesante de descubrir, pero era una trampa de arenas movedizas, porque cuanto más te mueves para salir de ellas...

Había pasado más tiempo lejos de casa. Cuatro años habían transcurrido de la forma más lenta posible. Vivir para alimentarte y sobrevivir en un país así no era sencillo. "El que es loro, donde sea es verde", habías escuchado esa frase, que insinuaba que la vida en otros países mejoraba. Pero si no eres el mejor...

Te comerán vivo donde sea.

Tenías una idea en marcha, la de volverte un cantante famoso usando aquella habilidad que te dieron, "La voz doblaje", clonando las canciones populares de tu mundo y trayéndolas hasta aquí. Eso te había dado la fama del buen tirador de rimas.

— ¿Hacia dónde nos dirigimos en la oscura noche? —mirabas al cielo estrellado. Era una noche "tranquila".

Faltaban unos cuantos días para el evento más famoso que todos esperaban, el cual en la historia original se canceló por la sencilla razón del asesinato de la Idol. Tu misión se había plasmado a largo plazo, entrenando con el francotirador silencioso para eliminar a esa pobre vil rata que fue enviada por él.

Hikaru Kamiki.

No había rastro de él. Podrías considerar que esto sería difícil por su excelente manipulación hacia las personas.

— Majin a T/n, ¿me copias? — diria el mencionado.

— Te copio. ¿Qué sucede? —dijiste ante el comunicador de la inteligencia artificial 3DS que los conectaba sin ser rastreados por nada en el mundo.

— Hay un asalto en la colonia de Hakibara — te comentaria.

— Voy para allá —cortaste la llamada, colocándote el pasamontañas y el rifle en la espalda, para saltar de edificio en edificio.

Una idea era esa: salvar a las personas. En tu cinturón llevabas unas cuantas cosas curiosas; una de ellas era la IA, otras una katana, un cuchillo y una pistola Sig Sauer. En la espalda llevabas el rifle, un McMillan Tac-50, además de un chaleco antibalas de masa no newtoniana.

A veces se cree que las IA dominarán el mundo.

Entre todo, llegaste al lugar donde sucedía el asalto, mirando desde lejos a una joven azabache que estaba siendo atacada por tres hombres. Uno de ellos estaba en una motocicleta, con una expresión claramente pedófila y cínica.

— Déjame en paz — gritaria una chica

— ¿Cómo? Si ni siquiera te estoy haciendo nada, cariño. Me llamo Shibuimaru Takuo, y nos divertiremos hoy —dijo descaradamente el tipo, a plena luz de las lámparas nocturnas, mientras intentaba violar a la pobre muchacha.

— Majin, me dijiste que era un asalto — comentaria serio.

— El asalto está a unas cuadras más — repetiria.

— ¿Crees que me dé tiempo de frenar ambos cometidos? — preguntaste.

— La verdad, no lo sé. ¿Qué tan rápido eres? — cuestiono.

— Soy veloz... soy un rayo... — susurraste.

Sin embargo, mientras apuntabas a la cabeza del hombre para matarlo, te diste cuenta de que la chica logró zafarse de golpe y salir huyendo rápidamente. En eso, viste cómo un camión salió de la nada. Prácticamente, no había ningún vehículo cerca, y menos un camión de carga de esa capacidad en un vecindario tan pequeño.

Este golpeo al hombre de la motocicleta matándolo instantáneamente, a esto solo lo concordaste con algo, esto no fue casualidad, fue homicidio, ¿Cómo lo supe?, mire al joven asombrado por la ventana que sostenía un cuaderno negro, estaba ante una versión diferente de la Death Note.

Entonces ¿Era real la Death note en este mundo, no se supone que pasa por 1999?

Y yo publicando su manga creyendo que no.

Tendré que confiscarla y usarla a mi favor, ¿Esperen, Y si mato al mal nacido, progenitor de Aqua y Ruby con eso?

Seria perfecto.

— Majin, ¿qué tan probable es que exista la Death Note aquí? — preguntaste, preocupado por lo que venía.

— No lo sé, la verdad.

— Creo que me encuentro ante Kira.

— ¿Eso crees? Entonces confíscale la libreta, evitemos que esa historia se desarrolle aquí.

— Bien, eso haré. — Tomaste tu arma para guardarla de nuevo en su funda. — Dame diez.

— Hazlo. — cortó la llamada, dejándote inmerso en tus pensamientos.

"Y así comencé a ir a detener aquel asalto, primero para detener a otra joven azabache que igual estaba siendo acosada por otros sujetos malos malotes."

— ¿Estás bien? — preguntaste con una sonrisa bajo el pasamontañas.

— Sí, estoy bien. ¿Quién eres tú? — respondió la chica, aún algo temerosa.

— ¿Yo? Podríamos decir que soy tu vecino arácnido favorito, no tengo nada de araña (por ahora), pero considérame así.

— Ya, ya veo... Me llamo Samantha.

— (¿Y yo para qué quiero su nombre?) — pensaste, pero no quisiste ser descortés. — Un gusto, Sam.

— ¿Nos volveremos a ver? — preguntó ella con gratitud en su voz.

— Creo que sí, pero primero debo detener a Kira.

— ¿A quién?

— Detalles, luego te los cuento. — Y así te retiraste mientras la lluvia comenzaba a caer.

Saltaste de pared en pared, llegando al techo, y te dirigiste a otro callejón. Ahí, viste al joven sosteniéndose de un poste. Caíste frente a él, asustándolo.

— Tienes algo que me pertenece, Yagami Light — diria seriamente.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — preguntó, nervioso.

— Yo lo sé todo. Soy el vigilante de la ciudad, me encargo de hacer justicia. Pero tú te llevaste mi elemento principal... lo que me convierte en Kira.

— ¿Kira? — cuestiono el.

— Sí, tienes mi Death Note — dirias.

— No, es mía, me la encontré.

— Solo porque se me cayó a mí. — Mentiste descaradamente.

— No te daré nada.

— No me queda de otra. — desenfundaste tu pistola. — Me la das o te mato.

— No te creo... — no pudo continuar su frase antes de recibir un disparo en la punta del pie. Cayó al suelo y soltó su mochila, donde robaste la libreta de la muerte. — ¡Maldito! ¡Eso era mío! ¡Yo debo ser el Dios de un nuevo mundo!

Desapareciste saltando hacia las copas de los edificios y llegaste a los departamentos donde vivía el joven, la central de todo esto multiversal.

— ¿Qué onda? — preguntó Majin cuando llegaste, dejando el rifle de francotirador junto a otras armas.

— Tengo noticias, mira. — Le mostraste el cuaderno, y él lo tocó. — ¿Dónde tienes una pluma?

— ¿Piensas matar a alguien ya? — cuestiono Majin.

— Sí, al padre de Aqua y Ruby — responderias.

— ¿Pero no acabarías con toda la historia rápido? — preguntaria.

— Para mí es mejor irme ya a mi casa. Quiero volver — respondes.

— A mí me gusta estar aquí, me la paso relax, aunque sí quisiera volver a mi cuerpo. Siento que robarlo es malo.

— Ni me lo digas.

— ¿Unas partidas de Gears ahorita?

— Obvio, microbio.

Así mismo, tomaste la pluma y escribiste rápidamente el nombre del padre de Aqua en la Death Note, imaginando su rostro. Esperabas que se suicidara después de escribir un testamento a Ai. Ahora tocaría acercarse a la Idol de nuevo para confirmar esto.

Será difícil, pero la situación se tornó muy retorcida y rebuscada. Sin embargo, sería fácil lidiar con esto teniendo todas las reglas a tu favor.

Solo quedaba esperar 40 segundos.

Fin del capítulo 7.

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