Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 2

Sarina se había ido. Había pasado a una mejor vida, preparándose para su reencarnación. Aproximadamente faltaba un año para que Ai llegara embarazada, lista para seguir adelante con su propia historia. Todo esto era bastante confuso para ti.

— (¿Espera, y si yo soy el padre y evitamos todo esto?) —murmuraste, mirando los alrededores mientras el tren avanzaba rumbo a Tokio—. (Me gustaría, pero sería demasiado complicado. De todas formas, ella es una idol... y las idols no tienen sentimientos).

El pensamiento te dejó un sabor amargo en la boca. La muerte nunca es fácil de procesar, mucho menos cuando ocurre a una edad tan temprana. Sarina había muerto joven, y esa realidad te golpeaba con fuerza. Aunque sabías que renacería como Ruby, no podías evitar sentir el peso de su final. Verla partir, aunque sabías lo que vendría, no quitaba la tristeza que te invadía.

Recordaste esos dos arduos años que habías pasado con ella, buscando darle algo de confianza y sentido. Le enseñaste lo que sabías sobre la vida, con la esperanza de que, cuando regresara como Ruby, esas experiencias le sirvieran. Durante ese tiempo, se había convertido en alguien especial para ti.

— (Todavía no me puedo sacar esa pregunta de la cabeza)

FlashBack

— ¿Tú crees en las reencarnaciones? —preguntó Sarina un día, mientras la tarde caía suavemente por la ventana del hospital.

Le sonreíste. A pesar del dolor y la tristeza que cargabas, te esforzabas por transmitirle esperanza.

— La verdad es que sí creo en ellas —dijiste, jugueteando con una pequeña cadena que colgaba de tu cuello—. Creo en todo lo mágico. Con saber que tú serás una de ellas... con saber que existen los universos y la magia...

Sarina te devolvió una sonrisa brillante, mientras el doctor Gorou te observaba desde el otro lado de la habitación, algo pensativo.

— ¿Y usted, doctor? —le preguntaste de pronto—. ¿Cree en las reencarnaciones?

Gorou soltó una pequeña risa, pero su tono fue más serio de lo que esperabas.

— La verdad es que no. No creo en el cielo ni en el infierno... siento que, cuando morimos, todos vamos a la nada.

Eso te golpeó un poco más de lo que querías admitir. El doctor no creía en las reencarnaciones, y eso te complicaba la misión. Tenías que convencerlo de alguna manera.

— (Maldición... si Gorou no cree, podría descubrir que soy alguien fuera de lo común... Espera, ¿existirá Kira en este mundo?).

Gorou también te observaba, como si estuviera intentando descifrar algo de ti.

— (Está actuando sospechoso. No parece alguien cercano a Sarina).

Sentiste la tensión crecer. Tenías que encontrar una forma de aliviar el ambiente y cambiar de tema antes de que el doctor empezara a hacer más preguntas incómodas.

— Creo que las reencarnaciones existen para aquellos que sufrieron en su vida pasada —dijiste finalmente.

Sarina te miró con emoción desbordante.

— ¡¿En serio?! —preguntó ella, casi saltando en su cama—. ¡¿Reencarnaré?!

Sonreíste con ternura, pero intentando no dar falsas esperanzas.

— No lo sé con certeza, pero algo que sé es que tú mereces una mejor vida. He aprendido en estos meses que la medicina es una de las mejores carreras porque aprendes a cuidar y proteger a los demás.

Sarina asintió, sus ojos brillando de esperanza.

— ¡Sí! Aun así, no pierdo la fe de que podré salir de aquí y convertirme en una idol.

— Seguro que puedes brillar mucho —dijo Gorou, intentando sonar optimista.

Sarina rió con dulzura y, en un gesto repentino, dijo:

— Gracias, Gorou. Te amo tanto.

— (Es un poco turbio que esté enamorada de su doctor...).

El ambiente se tensó nuevamente, pero intentaste bromear para aligerar la situación.

— Qué bonito. ¿Te casarás con ella cuando tenga 16 años? —preguntaste con una sonrisa forzada.

Gorou rió un poco, aunque algo nervioso.

— Lo consideraré —dijo, entre la broma y la seriedad.

— Bueno, me voy. Debo ir a Tokio a ver a un amigo. Quiero empezar con una idea de carrera.

Gorou asintió, dándote su apoyo.

— Suerte. Si necesitas algo, ya sabes dónde encontrarnos.

Le agradeciste y te despediste, saliendo de la habitación con una extraña mezcla de emociones.

Fin del Flashback.

— (Buenos momentos pasé... pero da igual. Es solo una parte de este trabajo. Aun así, duele).

Llegaste a los departamentos que se te hacían familiares y tocaste la puerta. Majin apareció casi de inmediato, con una expresión tranquila.

— ¡Hey! —te saludó—. ¿Todo está bien?

Suspiraste, algo irritado.

— ¿Por qué todos dicen esa frase?

Majin rió un poco.

— No lo sé. Se volvió tendencia. La dijo una famosa idol antes de retirarse por asuntos personales.

Alzaste una ceja, sorprendido.

— ¿Ya tan rápido? Me sorprende...

Majin asintió, y ambos sabían por qué.

— Sí, tú y yo sabemos la razón —respondió Majin, dándole un toque más serio a la conversación—. Pero, ¿qué pasó con el dueño de este cuerpo?

Majin suspiró, explicando lo que ya sabías en el fondo.

— Mi Captain me mandó a ayudarte. Me dijo que eligiera entre 100 personajes famosos. Elegí este porque ya estaba entrenado como cazador y tiene la marca.

— ¡Yo fui quien le dio esa marca! —exclamaste, con algo de orgullo.

Majin solo sonrió.

— Sí, sí. Detalles. El verdadero dueño está en el cuartel, como un alma... flotando.

El concepto te resultaba perturbador.

— Eso es... turbio.

Majin se encogió de hombros.

— Lo sé, pero él está aprendiendo algo mientras tanto.

Cambiaste de tema.

— ¿Cómo nos comunicaremos? Tengo mi teléfono, pero está inhabilitado.

Majin te miró con curiosidad.

— ¿Esta vez?

Asentiste, recordando.

— Cuando tenía tu cuerpo, podía usar mi teléfono como si fuera de aquí, pero ahora está restringido. Tal vez porque hice cosas que no debería haber hecho... como matar a Yor Forger.

Majin te miró, incrédulo.

— ¿Qué?

— La dejé tirada en una alcantarilla con quemaduras de cuarto grado. Nadie sobrevive al Hinokami Kagura.

Majin sacudió la cabeza, riendo incrédulo.

— Estás bien loco. Yor Forger sigue viva aquí. Además, ¿cómo entrenaste eso si se perdió hace años?

Sonreíste con malicia.

— (Eso, déjalo para otro día).

Majin suspiró, resignado.

— De todas formas, tienes tu 3DS. Es suficiente.

— Supongo... —murmuraste, distraído, mientras Majin te pasaba algunos recursos para continuar tu misión.

De vuelta en el hospital

Caminabas por las calles del pueblo, pensando en lo que habías hablado con Majin. Tenías que convencer a los managers de Ai de que te dejaran quedarte en el hospital.

— (Este mundo cruel sigue jugando conmigo...) —susurraste, apretando los puños.

De repente, al llegar al hospital, viste a Gorou, nervioso, esperando. A su lado, una mujer y un hombre con gafas oscuras.

Tu corazón dio un vuelco.

Ai había llegado.

Fin del capítulo 2

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro