*Narra Male T/N*

Juan se fue a traer a mi hermana, me senté en mi cama para poder pensar en lo que pasó hace rato. Juan me gusta demasiado, pero no se lo digo, por obvias razones. Cuando estuve lejos de él, no podía dejar de pensar en su todo. Yo trato de disimular un poco, si, he tenido muchas novias, pero no me siento cómodo en esas relaciones, Juan no sale de mi cabeza.

Y aunque duela mucho, tengo que aceptar la realidad, Juan es novio de mi hermana, y yo no le puedo hacer eso a ella.

-Mierda!!! -me levanté enojado, quería sacar quería sacar toda esa energía que sentía acumulada.

Salí de la casa, un grupo de hombres iban pasando. Yo como estaba cegado del enojo que sentía, me les acerqué y empecé a pelear con ellos.

-Idiota -un tipo me dió un golpe en la cara.

Pero yo no me dejé y se la devolví más fuerte, en eso escuchamos unas patrullas, ellos se fueron corriendo, mientras que yo entré de nuevo a la casa.

Solté todo el aire que estaba conteniendo, miré mis manos, estaban con sangre y mi labio también. Fui a buscar el botiquín y al rato escucho unas voces.

-Ya vinimos hermano -era Kimberly.

-Ok -dije seco.

Como estaba en el baño, saqué un algodón y alcohol, para luego pasármelo por mi labio. Yo sólo soltaba jadeos por el dolor.

-¿¡Qué rayos te paso!? -Kimberly estaba en el marco de la puerta.

-Nada -boté el algodón al basurero y volví a repetir la acción del principio.

-Hermano, que pasa? -ella trató de acercarse pero yo la detuve.

-Nada, vete con tu noviesito -la saqué del baño sin lastimarla, para luego cerrar la puerta con llave.

Me sentía enojado, pero también celoso, no creo poder seguir viviendo con mi hermana, por que veré todos los días a Juan, y no voy a poder soportar de que ellos se den mucho amor delante de mío. Dejé de limpiar mis heridas y ordené todo, salí del baño y fui directo a buscar a mi hermana. La encontré en la cocina.

-Oye -ella volteó a verme -lamento lo de hace un rato, por como te traté -me le acerqué.

-No te preocupes -ella me sonrió -algo más que me quieras decir? -puso toda su atención en mí.

-Mañana voy a buscar un apartamento, no quiero estar aquí... me refiero... Juan y tú... ocupan espacio a solas -me tensé cuando dije eso.

-No hay problema en eso -me sonrió -pero... tú y yo pasamos mucho tiempo separados, y no sé la verdad -ella fue a sacar agua en dos vasos.

-Todos los días saldremos tú y yo, de eso no te preocupes... -una voz a mi espalda hizo que se me erizara la piel.

-De qué no se tiene que preocupar Kimberly? -era Juan, entró a la cocina y se colocó a un costado.

-Mañana me voy hermana -ignoré a Juan y salí de la cocina.

Sin más, me fui a mi habitación, volví a acomodar toda mi ropa en mi maleta y me puse a ver televisión un rato. Creo que me quedé dormido, pero cuando abrí los ojos era de noche, busqué mi celular y eran las 10 de la noche, me sorprendí que si dormí mucho. Cuando me levanté de la cama, escuché que alguien tocó la puerta.

-Voy -dije acercándome a lo dicho anteriormente -ah, ¿Qué quieres? -era Juan.

-Enserio le dijiste eso a Kimberly? -dijo cruzándose de brazos.

-Entra -tomé su brazo y lo metí -¿Dónde está ella? -le pregunté.

-Ya está dormida -dijo sin entender -ahora explícamelo -me miró serio.

-Me voy de la casa, no quiero presenciar todo el cariño que ustedes se den -rodé los ojos.

-Sólo por eso? -su expresión cambió a una divertida.

-Olvídalo, ¿Por qué no estas dormido? -me sentía un poco incómodo después de decirle lo anterior.

-Tienes razón -lo miré sin entender -no puedo dejar de pensar en ti -soltó un suspiro.

-Y eso que no nos hemos acostado -dije sin rodeo alguno.

-Qué? -me miró sorprendido.

-Cuál es tu punto? -quería reír por su expresión.

-Sabes... -él fue a cerrar la puerta con llave -tengo curiosidad de lo que empezamos -se me acercó directo a besarme, yo como si extrañaba sus labios, le seguí ese beso.

Nos separamos y nos quitamos la camisa, luego yo arrecosté, empecé a dar besos húmedos por su pecho, Juan enredó sus dedos en mi cabello.

—Seguro qué lo quieres hacer? —levanté un poco mi cabeza para verlo.

—Si tú quieres, yo igual —me sonrió.

No dije nada, le quité el pantalón junto al bóxer, y wow.... si tenía un gran amigo. Relamí mis labios y metí su querido amigo a mi boca.

—Joder!! —él soltó un gran suspiro.

Seguí chupando y lamiendo como si de una paleta se tratara. A veces le daba besos o lamia la puntita.

—Te gusta? —le pregunté mientras empezaba a masturbarlo.

—Mjm... joder... si... —él cerró los ojos mientras soltaba jadeos.

—Calladito pues... por que recuerda que no estamos solos —lami la puntita y luego me le acerqué a darle un beso apasionado.

—Me toca —dijo Juan cuando nos separamos del beso.

Lo miré confundido, nos dimos la vuelta, él encima mío. Me quitó las últimas prendas y empezó a masturbarme.

—Joder!! —hice mi cabeza para atrás —siempre soñé en hacerlo contigo —puse mi mano encima de la de él y aumenté los movimientos.

Él sólo sonrió y me dio la vuelta. De reojo vi que echó un poco de saliva en la puntita de su miembro, luego lo rozó en mi entrada.

—Cumpliré tu sueño —sin previo aviso entró en mi.

—Agh!!! —gemí algo fuerte.

Juan empezó con embestidas fuertes, hasta sentía sus testículos chocar contra mi miembro. Me puso en cuatro y siguió con las embestidas.

—Agh!!! Siii!!! Joder!! —no pude evitar gemir.

—Cállate —él me dió una embestida profunda, que sentía que llegó a mi vientre —no quiero castigarte gatito —siguió con las embestidas mientras que una de sus manos empezó a masturbarme.

—Me... me... me vengo!! —sentía mi miembro duro y si me dolía.

—Hazlo gatito —Juan aumentó las embestidas y me dió cuatro nalgadas.

—Mierda!! —sentía un líquido en mis piernas.

Juan salió de mi, me acostó en la cama y empezó a lamer el líquido que estaba en mis piernas. Luego se me acercó y nos besamos.

—Me toca —se separó y se puso a ahorcadas, empezó a moverse arriba de mi miembro.

—Mierda amor —puse mis manos en su trasero y las apreté.

—Agh!! —Juan hizo la cabeza para atrás.

—Quiero que me montes —él me obedeció.

Se levantó un poco y mi miembro entró en él. Los dos soltamos un suspiro, empezó a subir y a bajas, mientras que yo lo masturbaba.

—Muévete rápido!! —le ordené.

Juan puso sus manos en mi pecho y aumentó los movimientos.

—Joder gatito!! —sentía que ya estaba por tener mi segundo orgasmo.

—Me... me vengo!! —dijo Juan aumentando más los movimientos.

—Hazlo!!! —lo ayudé masturbándolo.

Los dos nos venimos al mismo tiempo, yo me vine adentro de él y Juan en mi pecho.
Salió de mi y se acostó a mi lado, pero antes nos dimos un beso.

—La mejor noche de mi vida —dijo Juan limpiándome mi pecho.

—No lo habías hecho con mi hermana? —me atreví a preguntarle.

—No, y si, ya sé que parece sorprendente, pero no la he tocado en ese sentido —terminó de limpiarme y acostó su cabeza en mi pecho.

—Ah —me puse serio, al pensar de que tal vez Juan haga el amor o tenga sexo con mi hermana.

—Qué? —él empezó a pasar su mano por mi abdomen, mi vientre y cerca de mi miembro.

—Nada —agarré su mano y la entrelacé con la mía —mejor duerme —le di un beso en su frente.

No dijimos nada más y ambos caímos en un profundo sueño.

(....)