U N O
Narra ____:
Hoy era el día, Sonreí antes de levantarme, corrí hacia la bañera y mientras me daba un baño tarareaba algunas canciones, la espuma ya casi desaparecía así que decidí salir, cepille mis dientes y seque mi cabello. Busque que ponerme y Sonreí nerviosa, realmente avía guardado este vestido para esta ocasión.
Cepille mi cabello y ate los delicados tacos que mamá eligió, metí en el bolso mi celular, audífonos, el dinero y un brillito labial sabor cereza.
Baje las escaleras y mis padres estaban esperando por mi, papá se iría al trabajo y mamá me llevaría.
Ya en el auto las manos me sudaban, le subí un poco a la musica para relajarme, 20 minutos de viaje y ya estábamos en el lugar, estaba acumulándose la gente y aun quedaba tiempo, baje de el auto y saque el sencillo, no puedo creerlo, veía como de el otro lado salían chicas llorando de la emoción mostrando su firma y abrasando lo que sea que hayan llevado... 30 largos minutos conversando con las chicas de la fila y es mi turno...
-¡¡Tomlinson nos tenemos que ir!!
Mis piernas temblaban y abrasaba el disco con fuerza, lo observó y las manos me comienzan a temblar, su mirada choca con la mía.
-hola hermosa ¿por que bajas la mirada?- pregunta sonriendo. Es realmente perfecto, mucho mejor que en las fotos, levanto la mirada y mis ojos comienzan a arder un poco, no quería largarme a llorar frente a el, que vergüenza.
-L-ouis ... Yo- Estaba titubeando, Sonreí nerviosa soltando una pequeña risita- no se que decir - confieso y era verdad el me muestra una hermosa sonrisa y lo abrazo, mis brazos rodean su abdomen y mi rostro queda oculto en su lecho, HASTA SU AROMA ES EXQUISITO, ya me calmo, siento caricias en el cabello y me separo de el con una radiante sonrisa.
- eres muy linda sabes - dice dándome una de esas sonrisas, si, de esas mismas que le regalaba a Harry, mierda pero que hermoso.
- me llamo ____, ____ Carson ¿ y tu? - abro la boca y los dos soltamos una risita, el aliento se me había ido desde hace tiempo- lo siento estoy nerviosa- acomode un mechón de cabello tras de mi oreja.
- Louis - lo llama un chico alto cruzado de brazos, el suspira y me regala una media sonrisa curvando esos rosados labios
- supongo que debo irme - dice arrugando su nariz lo que literalmente había provocado que me estampara en el suelo de espaldas. Tomó un marcador negro y extendió su mano delicadamente, como sus malditos dedos.
- ho si- digo pasándole el disco, nuestros dedos se rozan, su piel no es muy suave pero tampoco es áspera, también es algo fría. Escribe algo dentro de el disco y enzima pone su linda firma para luego entregarme lo.
–a sido un placer señorita Carson – dice con ese típico tono de vos alto que solo el tiene, la emoción se podía notar en su rostro pero mi nerviosismo se expandía mucho mas lejos. Toma mi mano que esta desocupada y la lleva a sus labios, entre abro la boca sin decir nada, el color ya cubre todo mi rostro y su mirada no se despega en ningún momento de la mía, así se separa y quedo con la palabra en la boca mientras el camina de espaldas sonriéndose para luego girar e irse.
Me quede como estúpida viendo por donde se iba junto a sus guarda espaldas, definitivamente este es el mejor día de mi vida, suelto un risita para luego dar saltos emocionada, en eso me doy la vuelta y mas chicas de las que podía contar se encontraban a mi alrededor, sus rostros estaban igualmente emocionados, algunas me miraban con algo de envidia y otras enternecidas. En otro momento bajaría el rostro, en este caso acomode un mechón de cabello tras de mi oreja sonrojada y comencé a caminar donde se encontraba mi madre protegiendo en mi pecho aquel disco.
–¿y? – pregunta mi madre emocionada– ¿lo viste cariño? – dice observándome. Yo asiento y me abrasó a ella, quien ríe enternecida y me devuelve el abrazo. Cuando nos separamos ella me sonríe y luego de quitar el rastro de mis lágrimas, besa mi cabeza y enciende el auto.
Observe por la ventana todo el camino, en un momento mi mirada se dirige al disco, su conocida firma se encontraba en el, la intriga no pudo con migo y abrí este para ver lo que mi ídolo había escrito... Con una letra des prolija pero adorable se encontraban grabados unos números, minutos pasan y no e despegado la mirada pensativa de aquellos números, mi mente sabe lo que significan pero la emoción me tiene en un pequeño trance.
–s-su número – susurro y abro los ojos. Dios me a dado su número.
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