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VII

Baek Hyun empezó a alistar su mochila donde metió algunas prendas de ropa y un par de zapatillas camufladas entre ciertos libros que también llevaba. Se colocó al hombro una de las tiras de la mochila y abrió la puerta principal de su casa para poder dirigirse hacia la parte posterior donde se encontraba la florería de su madre. Apenas sonó la campanilla de la entrada, su madre dejó a un lado un macetero pequeño que traía entre las manos para echar una mirada a su posible cliente, dándose con la sorpresa de que se trataba de su hijo.

—¿Ya estás listo, Baek Hyun? —se acercó hacia ella para abrir su mochila y hacerle muestra de lo que estaba llevando: libros y ropa de dormir—. Perfecto —anunció sin ninguna sospecha—. No te olvides llamar cuando llegues. También si sigues despierto a las doce vuelves a llamar que a esa hora vendrá tu padre. Avisas si quieres regresar a casa. Que él no dudará en ir a recogerte —Baek Hyun asintió y cerró la cremallera de su mochila.

—Hasta luego, madre —se despidió de ella con un beso en la mejilla y se dispuso a salir de la florería para dirigirse hacia la parada del autobús.

Tuvo que hablar lo poco que conocía de la familia de Xiu Min para convencer a su madre que estaba por llamar a su padre para ser quién le diera el permiso. Pero conociendo a su papá, Baek Hyun intentó de todas maneras que fuera su madre la persona encargada de darle autorización. Logrando obtener el ansiado permiso que lo condujo a encontrarse con Lu Han en cierta calle para caminar hacia la casa de Xiu Min. Era la primera vez que Baek Hyun se quedaba a dormir fuera de casa.

El lugar al que llegaron iba en subida, por lo que parecía que estaban dando una caminata por una colina que poco a poco empezaba hacer plano de nuevo para notar la dirección que le comunicó Xiu Min a Lu Han. Una casa modesta de dos pisos y un pequeño jardín observaron frente a sus ojos. No hizo falta llamar a Xiu Min para que salga porque se encontraba justo abriendo la puerta de su casa.

—¡Xiu Min! —exclamó Baek Hyun por pasarle la voz.

—¡Creí que vivías en un palacio, Xiu Min! —expresó Lu Han por creer que vivía en una lujosa casa, como en las series que veía su madre y sus hermanas por la televisión, con respecto al padre de Xiu Min ser médico. Una profesión muy bien pagada.

—Mi padre es un tacaño —fue lo que manifestó riendo mientras bajaba las cortas escaleras para dar ciertos pasos por el caminito a las rejas de su jardín y hacerles entrar.

La familia de Xiu Min, así como la de Baek Hyun, venía de un largo historial de médicos, por lo que no era de extrañar que los hermanos de Xiu Min hayan estudiado medicina y en los mismos pasos se encuentre el hermano que aún vivía con ellos, pues los otros dos se encontraban casados y conviviendo con sus respectivas familias. Xiu Min sabía que él también debía estudiar medicina cuando culmine el bachillerato, pero no conseguía tan altos puntajes como sí lo hicieron sus demás hermanos para un beneficioso ingreso a la universidad.

—¡Qué bellos son! —anunció una mujer más pequeña que ellos con una emoción que hacía mantener sus ojos en media luna cuando empezó a abrazarlos. Se trataba de la mamá de Xiu Min. Una mujer muy amable y cariñosa.

—La mamá de Xiu Min es enfermera, por lo que será una buena coartada para lograr salir cuando se vaya a hacer su guardia —susurró Lu Han a Baek Hyun.

Por supuesto, la mamá de Xiu Min estudió enfermería y fue en una de sus prácticas que conoció al padre de Xiu Min y procrearon cuatro inteligentes y guapos hijos.

—Dejé comida preparada, en el refrigerador hay jugo y té de hierbas, no usen mucho la estufa, aquí hay algo de dinero por si piden pizza, pero procuren mejor comer la comida y... —la mamá de Xiu Min trataba de recordar que más se le olvidaba por anunciar en lo que abría la puerta principal—. ¡Ah, sí! Joon Ho vendrá tarde, pero tiene sus llaves. No te molestará para que le abras la puerta. De todos modos, pon tu alarma a las once y media para verificar que sea tu hermano quién ingresé por esa puerta.

Con un beso en la mejilla que le propinó su hijo y saludos en despedida por parte de Lu Han y Baek Hyun, la señora Kim salió más tranquila hacia su trabajo.

—¡Es hora del plan! —declaró Lu Han cuando Xiu Min le avisó de que su madre ya se encontraba cerrando las rejas del jardín—. ¿Qué tipo de ropa trajeron?

Xiu Min los condujo hasta su recámara para hacerles muestra del outfit que tenía preparado, recibiendo una negativa por parte de Lu Han al poner los brazos en equis.

—¿Qué trajiste tú, Baek Hyun? —Era su turno de mostrar las prendas que trajo para cambiarse. Al igual que Xiu Min, recibió una negativa por parte de Lu Han.

—Tienen suerte que he modelado desde los tres años y conozco más de moda que ustedes.

Con respecto a Lu Han, su familia es originaria de China. Su padre es un exitoso empresario de entretenimiento y su madre una ex reina de belleza y actualmente diseñadora de modas. Desde pequeño convivió con los reflectores y la ropa de alta costura. Sus hermanas mayores se dedican al rubro de la moda y su hermano menor se encontraba estudiando en Shanghái. Lu Han era el único de su familia que vivía en Corea. Es muy hábil con los idiomas, por lo que aprendió con facilidad el lenguaje de aquel país y poco a poco las costumbres a la edad de diez años. Como sus padres suelen estar muy ocupados y dejan a sus hijos hacer lo que quieren, no se negaron que un Lu Han de doce años quisiera estudiar en Corea. Le fascinó aquel país en los dos años que su madre y una de sus hermanas se instalaron por asuntos de negocios.

—¡Listo! ¿Qué les parece? —quiso saber cuándo los hizo verse frente al espejo de mano que trajo. Aunque mejor les tomó una foto con su móvil para que se aprecien mejor.

Xiu Min mantenía la boca entreabierta por lo encantado que quedó con su vestimenta casual que parecía aumentarle dos años más y no verse de un año menos como suele parecer. En cambio, Baek Hyun no se sentía encantado con su ropa, sino estupendo. Ya no parecía un niño de doce años teniendo quince y a meses de cumplir dieciséis.

—Esas caras lo dicen todo. Estamos listos —afirmó Lu Han para alistarse también por notar la hora en su móvil. Tenían cuarenta minutos para llegar al sitio que se les citó.

Era la primera vez que Baek Hyun visitaba aquel centro comercial que era demasiado grande. Con varios pisos y teniendo tantos locales y oficinas comerciales en espacios determinados para una mayor cantidad de clientes en el recinto. Lu Han se comunicó con Seung Hee para saber dónde iban a encontrarse. Ella solo les mencionó el nombre del restaurante donde en la entrada se iban a encontrar con un muchacho de su misma edad. Era el hermano gemelo de Seung Hee que si le ponías peluca de mujer parecía ella. Sin duda, dos gotas de agua. Hasta Lu Han cuando lo vio quiso asegurar que no se trataba de Seung Hee vestido de hombre.

—Sí que eres idéntico a tu odiosa hermana —afirmó Lu Han, al mismo tiempo que también intentaba disculparse a su manera por haberlo avergonzado.

—Sí, nos lo dicen muy a menudo. Soy Hyun Ji Hoon —se presentó ante los tres con una venia y el mismo gesto recibió por parte de Baek Hyun y Xiu Min.

—¿Sabes si nuestras citas ya llegaron? —consultó Xiu Min.

—Sí, Jung Woo las está entreteniendo —respondió dando obviedad que llegaron algunos minutos tarde.

Baek Hyun comenzó a tomar aire para darse ánimos por ser su primera cita en un restaurante algo costoso a medida que ingresaba y veía el interior.

—¿No les parece muy sofisticado? —susurró hacia sus amigos.

—¿Sofisticado? Puff —bufó Lu Han—. Esto parece un McDonald 's.

—¿Es la primera vez que vas a un restaurante chino, Baek Hyun? —le preguntó Xiu Min y Baek Hyun asintió—. La mayoría de los restaurantes chinos son muy elegantes, pero, no te intimides, cualquiera puede entrar.

Al culminar de subir las escaleras para llegar al segundo piso, notó que cada mesa estaba separada por su propio cubículo y una cortina que era usada como puerta.

—Han separado tres mesas. Dos serán grupos de cuatro y la tercera solo de una pareja. Jung Woo y yo estamos ocupando una mesa, así que faltan dos mesas a ocupar. Ustedes decidan quienes harán grupo y uno por separado —comunicó Ji Hoon dejando helados a los tres por no esperarse algo así—. Solo diré que las chicas son muy lanzadas.

Con esa advertencia, Lu Han maldijo haberse involucrado en algo como esto y estaba a nada de retroceder, pero sintió que Seung Hee mandaba malas energías por percibir estar calentándose una de sus orejas.

—¿Les parece si jugamos piedra, papel o tijera?

Lu Han y Xiu Min chocaron las manos por tocarles ser grupo, pero cuando miraron a Baek Hyun tuvieron que disimular su alegría para darle palabras de aliento y empujarlo a la mesa que ocuparía. Por supuesto, Baek Hyun sorprendió a la chica que se encontraba en el interior del cubículo cuando apareció casi tropezando por la cortina.

—¿Por qué entras así? —le reclamó la muchacha cuando pasó a verse rápido contra el pequeño espejo del estuche de su maquillaje por haberse pintado mal un costado de su boca ante la repentina aparición de Baek Hyun. Ella suspiró fastidiada—. ¿Eres agente007? —consultó en lo que se limpiaba con una servilleta.

Baek Hyun le echó una rápida mirada y sintió que estaba saliendo con una especie de chica rebelde que se quería agrandar un par de años con tanto maquillaje en el rostro.

—¿Acaso no me escuchaste? ¿Eres agente007?

Sin duda, notó que no tenía paciencia.

—Sí, supongo —trató de disimular su vaga respuesta cuando tomó asiento y comenzó a tamborilear los dedos sobre la mesa—. ¿Qué vas a querer pedir?

—Creí que serías más alto, pero al menos no eres feo —Baek Hyun no sabía si responder ese extraño halago o solo ignorar lo que oyó. Optó por lo segundo—. ¿Sabré por fin tu nombre? Me has tenido paseando casi un mes con que pronto sabría tu nombre real. Ya es el momento, ¿no crees?

—Baek Hyun. Byun Baek Hyun —por esa demandante actitud, escogió ser sincero con ella al respecto de revelar su identidad, por supuesto. Porque si le decía la verdad respecto al plan, ya se imaginaba recibiendo una bofetada de su parte y tal vez algunos golpes más.

—Bueno, Baek Hyun. Veamos qué hay para comer —la muchacha levantó una de las cartas sobre la mesa para mirar los diferentes platos que se preparaban en el restaurante.

Justo en ese momento recibió un mensaje en su móvil, por lo que se puso a leer y se percató que era de Lu Han, contando de quién se trataba la muchacha, que era su cita. Baek Hyun fingió morderse el dorso de su mano por estar jodido. Le tocó la chica más problemática de todas y quién fue la cabeza maestra para humillar a Seung Hee. Se preguntó cómo sería un patán ahora con una muchacha que sin duda no lo pensaría dos veces el darle un golpe en la entrepierna.

—¿Ya escogiste? —preguntó la muchacha dejando a un lado la carta para dedicarse con tocar un botón en la esquina de la mesa y solicitar por un mozo que los atienda.

—Iré al baño, escoge por mí —dijo, para salir pronto de aquel cubículo que empezaba a hacer asfixiante. Tuvo que ir al balcón que vio al pasar para tomar algo de aire.

—¿Te encuentras bien? —preguntó una ronca voz que causó a Baek Hyun mirar hacia un costado para quedar sorprendido de encontrarse con alguien que había visto dos veces en su vida.

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