Sorpresas.
Y allí estábamos, en su moto, yendo a un lugar desconocido para mí.
Lo estaba abrazando. Nuestra cercanía me hacía imposible no percibir su masculino aroma, emitía una fragancia perfecta. En definitiva, quería que se quedara impregnada en mi piel, para así, al acostarme, sentir que él se había dormido junto a mí.
Llegamos 10 minutos después.
—¡Wow! —exclamé descomunalmente sorprendida.
No podía modular más palabras, ver aquel precioso lugar me volvía esa tarea irrealizable. Un restaurante lujoso al otro lado de la ciudad nos recibía.
Bajamos del vehículo. Me hallaba ahora, en el andén.
Quise dirigirme al lugar, pero no pude ya que él se me pernoctó en frente.
—Princesa, cierra los ojos... todavía no se ha completado la sorpresa. —Me tapó con distinción la cara con sus plácidas manos.
Y mientras lo hacía, no dejaba de pensar en que realmente sus manos eran tan suaves como la seda.
Pero no todo era goce, gracias a mi frenesí me torné más torpe, y, por ende, andando me tropecé varias veces. A pesar de eso, los dos estábamos muy eufóricos por los traspiés y medio caídas que reflejaban mi nerviosismo.
—Llegamos, hermosa —moduló antes de quitar sus manos de mi rostro—. No los vayas a abrir todavía.
Escuché varios sonidos por cortos momentos.
—¿Puedo ya? —pedí permiso con avidez.
—Espera. En 5, 4, 3, 2, 1...
Al aclarar mi visión, admiré todo el lugar. Al frente mío había una pequeña mesa con un mantel a cuadros de color rojo, comida, y alrededor de ésta, pétalos de rosas formando un sutil corazón.
«Que dulce» —vociferé para mis adentros.
Quedé muda, así que preferí acercarme y observarlo con un esmero incomprensible, inimaginable.
¡Y vaya qué mirada tan sagaz! Me hacía sentir única, amada, estimada, y, sobre todo: Protegida.
Su mirada era prodigiosa, jamás había visto algo afín. Cada vez que me quedaba detallándolo, sentía que se inmovilizaba el tiempo, que me divulgaba en el paraíso.
Después de apreciarlo por un largo plazo me acerqué más y lo abracé. Lo abracé tan formidable que ahora habíamos cambiado papeles y él fue quien se sonrojó.
Quién iba a pensar que aquel acto tan tierno y sencillo produciría una reacción de ese tipo.
Nos separamos, le sonreí y él me ejecutó señas para que me sentara a su costado.
Conversamos por un largo rato; eso me encantaba, —y más, cuando nos fluía como agua en corriente—, hablando de todo un poco, sin aburrirnos ni por un segundo.
Cerca de la hora, él dispuso un ambiente circunspecto, analizándome de pies a cabeza.
—¿Por qué me miras tanto? Me pones nerviosa —cuestioné enajenada.
—Sólo estoy adquiriendo valor.
—¿Valor? ¿Para qué? —pregunté sin entender.
—Para hacer esto... —difundió mientras me besaba.
Sentí fuegos artificiales en mi interior; quedé petrificada.
Luego de eso, me brindó un afectuoso y complaciente abrazo.
—Doncella me has hecho tan feliz que creo que ha llegado el mejor momento de la noche... ¿Quieres ser mi novia? —comunicó cerca de mi oído, haciéndome cosquillas.
—Cla-claro que sí —respondí con las mejillas carmesíes.
Silencio.
—Entonces ahora sigue el siguiente paso. ¿Quieres ir a la fiesta de mi hermano Carlos? Es en mi casa, y no queda tan lejos de aquí —propuso rompiendo el sosiego que nos aprisionaba.
Dudé un poco, pero al fin de cuentas, acepté su invitación.
•
El lugar estaba tornado un descontrol, estaba insólito. Y para ser parte del ambiente, emprendimos a la pista de baile.
Cada vez que nos sentíamos cansados íbamos a embriagarnos; luego, volvíamos a danzar. Nos la pasamos así el resto de la noche.
Vi la hora y eran las 3:32am.
—Es tarde. Tengo que marcharme —le manifesté a mi novio despidiéndome tiernamente de él para poderme ir.
Se preguntarán por qué no me llevó hasta mi casa, era simple, estaba tan azorado por el trago que preferí nuestra seguridad y pedir un automóvil de servicio público.
Llamé un taxi, y de esa sencilla manera, llegué salva y sana a mi hogar.
«Que velada tan perenne» —medité precipitándome en la cama con una vasta y enorme sonrisa.
__________________
Disfruta cuanto puedas, jamás sabrás cuando vuelvas a la realidad.
Espero que les haya gustado demasiado. Como siempre ya saben, espero que le den estrellita y lo compartan.
Gracias por su apoyo, los quiere:
GLPR. ♥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro