Entre las varillas y él.
Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo, ¿de verdad era mi hermano?
—¿Qué haces aquí? ¿Por qué tú? —inquirí sin poder asimilar nada aún.
—Estaba ayudando a tu mejor amigo a que por fin le colocaras atención.
—Pero es que ésta no es la manera. ¡¿Crees que para mí es divertido estar secuestrada?!
—No, pero para nosotros sí —rió.
—¡Me das lástima!
—¡Ya basta! ¡No más! —interceptó John—. Andrés, ¿y si mejor me ayudas a terminarle de explicar las cosas a mi queridísima doncella?
—Lo que tú decretes —afligió—. ¿En qué parte iban?
—Ya le conté la mayoría de la historia, sólo falta que conozca porqué estás aquí y porqué me estás ayudando.
—Bueno, hermanita. —me miró con frialdad—. ¿Te acuerdas la vez que ustedes dos estaban en el centro comercial y lidiaron con Richard? Pues ese mismo día tu compañero me buscó y me narró que estaba cansado que la misma historia se repitiera sin cansancio alguno. ¿Si estás consciente de lo inocente e ingenua que eres con los hombres?
Ratifiqué.
—Por lo menos lo aceptas. —Sonrió satírico—. Entonces como venía exponiendo... Ya nosotros estábamos agotados de eso, así que decidí ayudarlo, es decir, ¿por qué no? Esa tarde ideamos varios planes, analizamos cuál era el más seguro y factible, hasta que bueno, aquí estamos.
—Espera —interrumpí—, si este es su plan maestro, ¿por qué hicieron lo de las notas, los sustos y demás?
—El designio era despistarte para que jamás se te pasara por la cabeza que nosotros éramos los protagonistas de tus malos ratos, ¡y sí que nos funcionó a la perfección! Lo gracioso fue que terminaste sospechando de mí, pero luego que descubriste la verdadera apariencia del hombre misterioso, como tú le dices, dejaste de hacerlo.
—Son unos malditos —susurré—. ¿Qué intensión tienen ustedes de tenerme aquí encerrada?
—¿De verdad? ¡Te lo hemos dicho todo este estúpido rato! La intención es sencilla, niña. Te tenemos aquí para que te enamores de John. Y no vengas a reclamar nada, que él ha sido muy bueno contigo.
—Sí mi amor, lo que te dice él es cierto. Eso es lo que más deseo —completó John—. Te quiero para mí, sólo para mí; que sólo yo te pueda sentir, besar, tocar, ver... Absolutamente todo. Me tienes tan enloquecido de amor, me tienes en las nubes, y por esa misma razón no te dejaría ir jamás de mi lado, y menos aún, que te fijes en alguien más o que se fijen en ti.
—Eres un psicópata.
—No lo soy, solo te estoy amando.
Inmediatamente se fue acercando apasionado hacia mí.
—¡Aléjate!
—¿Sí? Pues no, mi vida. Nosotros habíamos quedado en un trato, ¿o no te acuerdas? Acordamos que luego de mostrarte quién era en realidad y de haberte explicado todo serías mía y harías lo que yo quisiera.
—¡No quiero nada! ¡Ya no! —Comencé a llorar por la impotencia que recorría mi cuerpo.
—Será mejor dejarlos solos en su caluroso nido de amor, ahora regreso, ¿va? —perturbó mi hermano.
No recibió respuesta, John estaba tan concentrado en mí que ni lo escuchó.
—Bueno dulzura, es hora de divertirnos. Espérame aquí.
«¡¿Y es que a dónde podría irme?! Si pudiera hacerlo hace rato me hubiese escapado de aquí, de estos dos imbéciles».
Seguí llorando mientras el obsesivo ese, iba buscando unas cosas. Mi cuerpo no dejaba de temblar.
Al alzar la vista observé a mi "mejor amigo" con 4 gruesas correas.
¿Por qué la vida era así conmigo?
—¿Por qué eso? ¿Qué me vas a hacer? —cuestioné con miedo.
—No te preocupes, ya lo sabrás —rió—. Párate mejor y vete a ese rincón donde hay dos varillas... ¡Pero ya!
Obedecí.
—Ahora, coloca tus manos encima de tu cabeza. Separa un poco los pies y pégate bien a las columnas de acero.
Asentí.
—Esa es mi chica —murmuró al lado izquierdo de mi cuello, mientras iba pasando uno de sus asquerosos dedos por mi pecho.
—Te odio —dije imaginando lo que me haría.
Él no respondió.
Concentrado cogió una de las pretinas y la colocó alrededor de mi muñeca derecha. Apretó hasta escuchar un quejido de mi parte. Su idea era amarrar todas mis extremidades.
Sonrió excitado. Lo ignoré.
—Seguimos con tu tobillo izquierdo —mandó en tono sádico.
Y así fue, ató una de mis piernas.
—Ahora la otra.
Sólo faltaba mi brazo izquierdo y ya estaría a completa disposición de él. Como quisiera huir, desaparecer, no ser parte de la vida de ellos dos, en especial de John... Pero bueno, parece que el destino no aspiraba eso para mí.
Cuando la última correa tocó mi estremecida piel, unos escandalosos ruidos se oyeron en la parte de arriba del sótano.
«¿Quién podría haber sido?»
¿Será que por fin el universo había escuchado mis súplicas? Mis esperanzas habían vuelto a crecer.
—¡Joder no! —confesó ansioso.
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LEAN LA NOTA POR FA!!!!!
¡Por fin actualicé! ¡Yayyyyy!
Disculpen la demora pero es que la estructura del libro y los siguientes capítulos se me habían borrado hace como dos semanas, al igual que este capítulo, el cual lo había escrito durante dos días, me había quedado tan perfecto. Pero lastimosamente la vida fue así conmigo y lo eliminó :'(
Como estuve baja de ánimos por esa razón me di un tiempo para estabilizarme, hasta que bueno, hoy fue el día. Espero que me comprendan, no fue difícil para mí aquella situación. :c
MAÑANA Y PASADO MAÑANA CAPITULO NUEVO PARA RECOMPENSAR LA ESPERA. :$ :3
Los quiere,
GLPR. ❤
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