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04. camping day

CHAPTER FOUR . . .
❝ camping day ❞

════════ ⋆🎙⋆ ════════

KATHERINE, PIP Y RAVI llegaron a casa de los Ward. Como Ravi había ido andando hasta el bosque, Pip se ofreció a llevarlo hasta allí, pues la casa de los Singh quedaba bastante cerca.

Ahora, los tres seguían en el coche.

―Buena suerte en vuestra noche salvaje. ―dijo Ravi con diversión mirando a ambas chicas desde el asiento trasero― Me imagino una batalla tipo «El Renacido contra los Elementos»: Pip y Katherine contra la naturaleza. ¿Quién ganará?

Katherine miró de reojo a Pip, para ver que esta sonreía mientras miraba al chico. La pelinegra se acomodó en su asiento.

―Imagino que la naturaleza.
―masculló ella para mirar por la ventana.

―Sí, ir de camping no es lo mío. ―añadió Pip mirando a Katherine de reojo, extrañada de ese cambio de actitud repentino.

―Ya, ni lo mío. ―contestó Ravi.

―¿Y tú qué vas a hacer? ―le preguntó Pip al moreno.

―Un par de fiestas. Igual algún club.

―¿En serio? ―dijo Pip con las cejas alzadas y Katherine rodó los ojos.

―Nop. ―respondió Ravi cruzándose de brazos para apoyar la cabeza en el respaldo de su asiento― Más bien un turno doble en el pub, bus a casa, seguido de una sesión de videojuegos en mi habitación.

―No es un mal plan. ―se encogió Katherine de hombros, y Pip soltó una risita.

Vieron cómo Cara salía de su casa y empezaba a hablar con su padre, quien le extendía las mochilas y todo lo necesario para el día de camping por su cumpleaños.

―Debería irme a casa. ―habló Ravi para hacer el amago de salir del coche.

―No, no, tienes que conocer a Cara. ―insistió Pip con una sonrisa, antes de salir del coche.

―No, tranquila, no es... ―y la joven Fitz-Amobi cerró la puerta del coche, dejándolo sin hablar.

Ravi miró a Katherine en busca de apoyo, pero esta solo se encogió de hombros para salir del coche también. El chico también lo hizo y los tres se dirigieron hacia Cara.

Pip agarró a Ravi del brazo para atraerlo más hacia ella y que así quedará más a su lado, pues el chico comenzaba a alejarse. Katherine miró aquello con el ceño fruncido.

―Uh... Cara, este es Ravi. ―presentó Pip al chico con una sonrisa nerviosa― Estamos trabajando juntos en el caso, como te dijimos. Ravi, esta es Cara, mi mejor amiga desde los cuatro años. Cara, Ravi, Ravi, Cara.

Katherine esbozó una pequeña sonrisa al ver a la de pelo corto tan nerviosa por eso. No era para tanto. A no ser... que a Pip le gustara Ravi y por eso estaba tan nerviosa por presentárselo a Cara.

No le gustó esa idea.

―Hola. ―saludó la joven Ward con una sonrisa amable pero un poco incómoda.

―Hola. ―saludó Ravi de la misma forma, y miró a sus compañeras detectives― Bueno, tengo que irme, disfrutad del viaje.

―Sí, claro. ―contestó Pip.

―Adiós, Ravi. ―se despidió Katherine y el chico le sonrió en modo de respuesta.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos, las tres chicas abrieron el maletero del coche de Pip. Cara tenía una sonrisa en los labios mientras que Katherine veía cómo Ravi se alejaba cada vez más hasta que no se veía.

―¿Qué está haciendo ahora? ―preguntó Cara metiendo las cosas en el maletero, refiriéndose a Ravi― ¿No dejó los estudios?

―Bill Gates se fue de Harvard y mira dónde acabó. ―respondió Pip.

Katherine asintió, dándole la razón sorprendentemente a la chica. Las tres chicas agarraron una tienda de campaña de color negro para intentar meterla en el maletero.

―Dios, ¡esta tienda es enorme! ―se quejó Pip mientras las tres luchaban por meter esta en el maletero.

―Lo normal en una tienda. ―contestó Cara entre risas, y finalmente pudieron conseguir meter la tienda en el maletero―¿Te ha dicho tu madre que cantes?

―Obvio. ―contestó Pip con retintín, metiendo un saco de dormir.

―¿Sigue sin pillar el doble sentido de «protegerse bien»? ―bromeó Cara.

―Sí. ―y las tres chicas rieron.

Unos segundos después, se escucharon los pasos de tres personas más detrás de ellas.

―¡En marcha, campistas! ―exclamó Lauren con emoción, seguida de Connor y Zack.

Las tres chicas los saludaron y terminaron de meter las cosas de los demás al maletero. Este parecía como si estuviera a punto de explotar por la cantidad de equipaje y elementos que llevaba, pero poco les importó.

―Hola, Katherine. ―saludó Connor con una sonrisa nerviosa a la chica, una vez se hubo sentado a su lado en el coche.

―Hola, Connor. ―saludó ella con una sonrisa amable, antes de sacar sus auriculares para ponérserlos.

Connor soltó un pesado suspiro. Le llevaba gustando la pelinegra desde hacía unos meses, pero nunca encontraba el momento para declararse. Él sabía que a ella no le gustaban los chicos. Pero nunca perdió la esperanza. Siempre esperaba lo inesperado.

Pip vio aquella interacción con una ceja alzada, pero decidió no decir nada al respecto. Se montó en el asiento delantero de su coche para arrancarlo una vez todos estuvieron con los cinturones abrochados. Miró por el retrovisor del coche una última vez a los dos adolescentes antes de empezar a conducir.

Pip y sus amigos cantaban las canciones que ponían en la radio, mientras Katherine escuchaba su propia playlist con sus auriculares. De vez en cuando sacaban algún tema de conversación, y Pip le hablaba para que así ella no sintiera excluida.

Unos minutos después, finalmente llegaron al bosque. Prepararon la tienda de campaña y se pusieron los bañadores para dirigirse a una especie de muelle de un lago, siendo el mismo por el que Katherine, Pip y Ravi habían pasado caminando una semana atrás.

Lauren y Zack fueron los primeros en saltar dentro del agua, seguidos de Cara y Connor. Katherine y Pip eran las únicas que aún no habían saltado. Todos las invitaban a que saltaran, pero ellas se negaban a hacerlo.

Sin embargo, Katherine aprovechó un momento de distracción para empujar a Pip hacia el agua. La chica no tuvo tiempo de reaccionar, pues se adentró en el lago para darse un capuzón. Todos empezaron a reír.

―¿Está fresquita, Sargentita? ―preguntó Katherine en un tono de burla mientras ella y los demás seguían riendo.

―No tiene gracia. ―contestó la castaña una vez hubo salido a la superficie, enfadada, para extender su mano en dirección a Katherine― Déjate de tonterías y ayúdame a salir, vamos.

―Eres una aguafiestas. ―Katherine rodó los ojos para tomar la mano de Pip.

Pero, cuando ella iba a tirar hacia atrás para levantar a Pip y sacarla del lago, la ojiverde fue más rápido y tiró hacia atrás con todas sus fuerzas, hasta que Katherine finalmente también cayó dentro del agua.

―¿Está fresquita, Bell? ―se burló esta vez Pip de la chica, una vez ella hubo salido a la superficie.

―¡Te vas a enterar! ―exclamó Katherine para empezar a salpicar a la de pelo corto, y esta intentaba defenderse como podía, pues no podía parar de reír.

Los demás se unieron a la batalla y comenzaron a echarse agua entre todos, mientras reían y disfrutaban de la compañía los unos de los otros. Quién iría a decir que ese sería uno de los pocos momentos de felicidad que el grupo tendría ese día.

Sobre todo Katherine y Pip.

YA HABÍA ANOCHECIDO y el grupo ya se había puesto sus respectivos pijamas. Todos estaban sentados en círculo y en el medio había una mini fogata que Katherine encendió al encontrar ramas y palos secos. Ellos ya habían cenado, y ahora se encontraban hablando sobre cualquier cosa o tontería que se les ocurriera y así hacer que la noche no fuera tan aburrida o algo por el estilo.

―Esta para la cumpleañera... ―habló Lauren con voz cantarina para extenderle una botella de alcohol a Cara― y esta para los demás. ―sacó otra botella de alcohol de su mochila.

Cara le dio un sorbo a su botella de alcohol e hizo una mueca que supo camuflar.

―Oye, Katherine, habrás cambiado la política sobre el alcohol después de Max Hastings y los «tres tragos pequeñitos de la altura de tu pulgar». ―dijo la joven Ward haciendo una cara graciosa mientras cambiaba su tono de voz a uno más agudo.

Katherine rodó los ojos con una sonrisa ―No me arrepiento de ello. De ver a Max... de eso sí que me arrepiento.

Todos rieron y Connor habló.

―¿Alguien quiere contar alguna historia de fantasmas? ―preguntó él.

―Oh, Pip, vamos ―habló Lauren girándlse para mirar a la chica―, cuéntanos tu top cinco de sospechosos de la muerte de Andie Bell.

Aquello le sentó a Katherine como un cubo de agua fría. No se esperaba que su hermana saliera en el tema de esa noche. Pip pareció darse cuenta de la expresión de la chica, ya que le dedicó una rápida mirada de apoyo.

―Tú estás en la lista. ―contestó Pip mirando a Lauren con una mini sonrisa.

Sin embargo, Katherine no sonreía. Todos se quedaron en un silencio sepulcral, esperando a que la castaña dijera algo más sobre eso.

―¿Qué estabas haciendo la noche del diecinueve de abril de dos mil diecinueve? ―le preguntó Pip a Lauren con los ojos entrecerrados, intentando calmar el ambiente.

La pelirroja miró hacia arriba, pensando en una respuesta.

―Estaba en una fiesta de pijamas contigo. ―respondió antes de echarse a reír, seguida de todos sus amigos.

Salvo Katherine. Ella no reía. Desde que Lauren había mencionado a Andie, no había podido volver a la realidad. No podía parar de pensar en su hermana mayor. Y le dolía.

―La cosa es que si Katherine y tú tenéis razón y Sal no mató a Andie ―habló Zack―, el responsable puede seguir ahí fuera. Y si averigua que lo estáis buscando, ¿no creéis que puede ir a por vosotras?

Todos miraron al asiático en silencio, asimilando las palabras que acababan de salir por su boca. Katherine bajó la mirada. No le gustaba el rumbo que estaba teniendo la conversación.

―¡No digas eso! ―exclamó Cara para dedicarle una mirada reconfortante a Katherine, y ella le sonrió levemente.

―Lo siento. ―se disculpó Zack.

―Nadie va a molestarse con unas niñas y su proyecto del colegio. ―informó Pip sintiendo un escalofrío recorrerle el cuerpo. No entendía por qué alguien querría hacerles daño cuando solo era un simple trabajo de investigación.

―¿Sabéis lo del «Asesino de la Cinta»?―preguntó Connor unos segundos después y todos lo miraron con curiosidad― Es una asesino en serie. Parece ser que les envuelve la cara en cinta americana antes de estrangularlos.

Katherine miraba al chico con las cejas alzadas, asimilando sus palabras. Le sorprendía lo enferma que podía llegar a ser esa persona para hacer algo así.

No querría vivir bajo su mismo techo.

―Qué asco. ―murmuró Cara, quien estaba abrazada a Pip, colocando una mueca de desagrado.

―Vale. ―dijo Lauren para sacar de su mochila una libreta.

La abrió para buscar una hoja en blanco, mientras los demás la miraban con curiosidad. Sacó de su estuche un bolígrafo para empezar a escribir.

―¿Qué haces? ―preguntó Katherine mirando cómo Lauren escribía «sí» y «no».

Puso dos lápices de colores en medio de la hoja, y la pelirroja miró a la chica.

―Vamos a jugar a «Charlie Charlie». ―explicó y todos se miraron entre sí.

―Esto no va a acabar bien. ―murmuró Cara en un tono cansado.

―¿A quién invocamos?

―A Andie Bell. ―respondió Lauren a la pregunta de Connor, y Katherine volvió a sentir ese enorme cubo de agua fría caer sobre ella helándole los huesos.

La pelinegra bajó la mirada mientras que todos accedían. Salvo Pip, quien le dedicó una rápida mirada asesina a Lauren. Y no por Andie, sino por Katherine. Sabía que todavía esa herida en la chica seguía abierta, y no tenía pinta de cerrarse muy pronto.

―No creo que sea... ―empezó a decir Katherine.

―¡Oh, vamos, Katie!

―Soy Katherine. ―contestó la chica con firmeza mirando a la pelirroja, pero suavizó su mirada casi al instante― Haced lo que queráis, no... no importa.

―¿Estás segura? ―preguntó Pip mirando a la joven con una expresión preocupada, y esta asintió.

Pero Pip sabía que Katherine había mentido. Habían pasado el suficiente tiempo juntas como para que supiera cuándo decía la verdad y cuándo mentía. Y esa era una de esas veces en la que lo sabía perfectamente.

Pero la castaña no dijo nada más, pues no quería discutir con ella sobre eso ahora que se llevaban más o menos bien después de todos esos años discutiendo por tonterías. No quería estropearlo.

―Está bien, pues en ese caso... ¡vamos allá!

Lauren miró a sus amigos antes de volver a hablar. Suspiró pesadamente y ellos empezaron a reír un poco, por lo que les chistó para que se callaran. Pero Katherine no reía. Solo podía mirar fijamente la libreta que tenía ante ella.

―Andie... ¿estás ahí? ―murmuró la pelirroja en un tono juguetón y tenebroso a la vez, y Katherine empezó a sentir sus pulmones comprimirse.

Uno de los lápices de colores se movió, señalando un «no» como respuesta.

―No puede ser real.

―Tiene que ser falso.

―Ha sido el viento. ―dijo Lauren.

―Pero si has soplado. ―se quejó Pip mirando a la pelirroja.

―La libreta está muy lejos, no puede haberlo hecho ella. ―argumentó Cara.

―Tiene razón. ―respondió Lauren para mirar a Pip con obviedad y después a la libreta― Andie... Andie... ¿puedes hablar con nosotros?

Después de unos segundos, uno de los lápices de colores se movió, señalando un «sí» como respuesta.

Todos dieron un respingo al ver eso.

―Venga ya. ―dijo Connor mientras todos se miraban entre sí, un tanto alterados.

Katherine no reaccionaba, tan solo miraba a un punto fijo sintiendo cómo las lágrimas amenaban con salir.

―Andie... ¿estás enterrada aquí? ―preguntó el menor de los hermanos Reynolds, y sus amigos lo miraron fijamente― ¿Qué? No encontraron su cuerpo. Podría estar en cualquier parte.

Nadie dijo nada más, pues el lápiz de color se volvió a mover, señalando de nuevo un «sí».

Todos volvieron a dar un respingo y salgan que otro grito, pero enseguida empezaron a reír. Aquella fue la gota que colmó el vaso. La vista de Katherine se nubló por las lágrimas y el cuerpo le temblaba, no sabía qué hacer.

―Yo... Lo siento, pero... creo que voy a dar un paseo por el bosque. ―avisó la chica levantándose del suelo, y los demás la miraron con extrañeza.

―¿Qué? ¿A estas horas? ―preguntó Lauren aguantándose la risa.

―Sí, es que... me duele un poco la cabeza y necesito despejar la mente. ―contestó la chica con una sonrisita falsa― Pero vosotros seguid intentando contactar con mi hermana muerta desde el más allá, ¿eh? Qué yo no os estropee la diversión. No soy una aguafiestas y menos en su cumpleaños.

Señaló a Cara con la mirada, y esta le dedicó una fugaz pero triste sonrisa.

―Katherine, yo...

―No, da igual. No importa. ―le restó importancia Katherine, mirando a Lauren con sarcasmo― ¿Sabes?, espero que te den algún premio si consigues comunicarte con ella. Ya entiendo por qué Ant pasó de ti y se tiró a Stella.

La chica suspiró, sintiendo todas las miradas sobre ella. No podía aguantar ni un solo segundo más ahí, viendo cómo Lauren y todos los demás se burlaban de Andie como si su muerte no hubiera marcado un antes y un después en su propia vida.

―Lo siento, ahora vuelvo. ―fue lo único que dijo antes de comenzar a caminar hacia el interior del bosque, sintiendo un nudo crearse en su garganta.

Todo se quedó en silencio, nadie decía nada. Pip miraba cómo la chica desaparecía entre los árboles para mirar a sus amigos con una mezcla de enfado y arrepentimiento.

―Sois unos idiotas inmaduros.

―Era solo una broma, Pip. ―intentó defenderse Lauren.

―No me importa que haya sido una broma, todos os habéis pasado de la raya al querer jugar a este maldito juego. Sobre todo tú, Lauren. ―la ojiverde se levantó del suelo con brusquedad, señalando a la pelirroja con su dedo índice― Está más que claro que ninguno de vosotros sabéis o tenéis la menor idea de lo que es perder a alguien cercano y que se burlen de ello constantemente como si su muerte no hubiera significado nada. Katherine, por desgracia, sí que lo sabe. Y aún así ella es mil veces más madura que todos vosotros juntos. Más os vale que cuando vuelva os disculpéis con ella como es debido, porque no se lo merece.

Sin decir nada más, Pip le echó una mirada asesina a Lauren antes de ir en busca de Katherine. No eran amigas, pero la verdad era que nadie merecía pasar por eso. Ni siquiera su mayor enemiga. Se merecía algo mejor.

Caminó por unos segundos hasta que por fin la divisó, tenía la cabeza agachada mientras iba en completo silencio, con las manos metidas en sus bolsillos para disimular lo mucho que estas le temblaban.

―Eh, Katherine. ―llamó Pip a la chica, pero esta parecía ignorarla, o simplemente no quería responder a la joven Fitz-Amobi― ¡Katherine!

Pip posó una mano en el hombro de la pelinegra, y esta se giró para que sus ojos cafés se encontraran con los de ella.

―¿Qué quieres, Pippa? ―preguntó Katherine con la voz apagada, y la nombrada pudo ver cómo sus mejillas estaban cubiertas de lágrimas.

―Yo solo... quería disculparme. ―habló ella bajando el tono de voz a uno más suave― Te prometo que normalmente no son así, no sé lo que les pasa, sobre todo a Lauren. No sé si es el alcohol o...

―No importa. ―la interrumpió Katherine con la mirada perdida.

―Pero...

―¡He dicho que no importa! ―exclamó la pelinegra y se temió que Pip la insultara, pero en cambio ella la miró con comprensión― No encajo en tu grupo de amigos. No me parezco en nada a ellos. Mi mejor amiga se mudó porque según sus padres yo era una «mala influencia». Yo solo soy la pobre hermanita rebelde de la gran víctima de asesinato en Little Kilton. La olvidada. La oveja negra de su familia a la que ni siquiera quieren. Yo no encajo en absolutamente ningún lugar. Ni siquiera en mi propia casa. No encajo en ningún sitio... y me siento destruida. Siento que no pertenezco a ninguna parte. Siento que yo también debería estar muerta.

Katherine volvió a romper a llorar. Le dolía demasiado que su hermana mayor no estuviera con ella. Le dolía no poder escuchar su voz, mirar sus ojos azules, trenzar su largo pelo rubio platino, extrañaba todo de ella. Se tapó su pálido rostro con las manos y siguió llorando desconsoladamente, intentando ahogar sus sollozos. Sin embargo, eso era imposible. El llanto era incontrolable.

Pip no se lo pensó dos veces.

Envolvió a Katherine en un abrazo.

Pip pensaba que la joven Bell la apartaría de un empujón o que la insultaría, pero sorprendentemente no fue así. De hecho, Katherine le correspondió el abrazo. No recordaba la última vez que se había sentido cómoda llorando en el hombro de alguien, pero sabía que con Pip había sido la primera en mucho tiempo. Y era la persona que menos se esperaba abrazar en su vida.

―Para mí encajas, Katie. ―dijo Pip con suavidad abrazándola, y la pelinegra sintió una extraña calidez al oír ese apodo que tan pocas usaban hacia ella salir por los labios de la castaña― Estoy segura de que no solo eres la rebelde hermana de Andie Bell. Eres algo mucho más que eso. Siempre me lo has demostrado en clase y en todos lados. Si los demás no ven lo que yo veo, entonces... déjame decirte que no saben quién es la verdadera Katherine Bell. Yo no la conocía hasta hace relativamente poco. Y conocerte mejor ha sido una de las mejores cosas que he podido hacer. Ahora sé quién eres en realidad, ahora sé que detrás de esta fachada de chica ruda hay una muy buena persona.

Katherine sonrió antes de separarse del abrazo. Ambas chicas se miraron para darse cuenta de que sus rostros habían quedado muy cerca el uno del otro. Katherine miró los ojos de Pip, y le sorprendió nunca haberse dado cuenta de lo bonitos y verdes que eran.

Pip no decía nada, pues solo podía contemplar cada facción del rostro de la pelinegra. La luz de la luna iluminaba los ojos oscuros pero profundos de Katherine, y las lágrimas que caían por sus mejillas brillaban.

Pip sintió algo raro en su estómago.

―¿Me has llamado «Katie»? ―preguntó Katherine soltando una risita burlona, y Pip simplemente rodó los ojos.

―Siempre tienes que arruinar el momento, ¿verdad?

Ella se encogió de hombros ―Digamos que es parte de mí.

La de pelo corto rió para darle un leve golpe en el hombro a la de pelo largo. Ambas rieron para empezar a caminar de nuevo hacia donde los demás se encontraban.

―Gracias por escucharme y por esas palabras, de verdad. ―agradeció Katherine para mirar a Pip.

―Tranquila, no es nada. ―le restó importancia la chica, dedicándole una sonrisa.

―Entonces, ahora somos... ¿amigas?

―Eso creo. Bueno, no lo sé. Solo si tú quieres, claro. ―dijo Pip con una sonrisa nerviosa.

Katherine sonrió ―Suena bien, podríamos intentarlo.

KATHERINE ABRIÓ SUS OSCUROS OJOS al sentir cómo alguien mecía su cuerpo levemente. Su mirada se encontró con la de Pip, quien la miraba con una mini sonrisa. Se reincorporó de inmediato para espabilarse del todo.

―¿Qué sucede?

―Lauren se hace pis y quiere que la acompañemos. ―respondió la chica― Tiene miedo de ir sola. No te importa, ¿verdad? Ya se ha disculpado contigo.

Eso era cierto. Cuando Katherine y Pip volvieron, Lauren fue la primera en disculparse por su comportamiento. De hecho, todos lo hicieron. Katherine los perdonó, pues al fin y al cabo ellos se habían convertido en los únicos amigos que tenía después de cinco años.

No sabía por qué se habían disculpado tan rápido con ella, pero lo agradecía.

―Está bien... ―murmuró la pelinegra y Pip asintió para salir de la tienda.

Katherine se puso sus converses desgastadas de color negro para salir también de la tienda. Todas las chicas se encontraban afuera, esperándola.

Empezaron a caminar hasta un sitio más alejado, mientras Lauren se desahogaba contando todo lo que le preocupaba sobre Ant Lowe, el chico que le gustaba. Katherine ni siquiera prestaba atención, pues estaba tan cansada que sus párpados se cerraban a medida que daba un paso hacia delante.

―¿Por qué te importa lo que piensen? ―preguntó Pip, siendo esa la única voz que pudo espabilar de nuevo a Katherine.

―Oh, porque quiere liarse con Ruby. ―contestó Lauren, y Katherine dedujo que en ese momento estaban hablando de Cara.

―¿Por qué quieres liarte con Ruby Foxcroft? ―preguntó Pip mirando a Cara con sorpresa. Al parecer ella era la única de sus amigas que no lo sabía, aparte de Katherine.

―Porque tiene unos muslos perfectos. ―contestó Lauren por su amiga con una sonrisa burlona.

―Ya, pero ¿por qué Ruby Foxcroft?

―Oye, calma, que tú has estado viéndote a escondidas con Ravi Singh. ―respondió Cara con diversión.

―¡¿Qué?! ¡¿Ravi Singh?! ―exclamó Lauren, sorprendida, para mirar a Pip con los ojos muy abiertos en busca de respuestas.

Katherine miró a la chica de reojo.

―Oh... por eso te interesa tanto el caso de Sal. ―dijo Lauren en un tono pícaro para darle un leve empujón a Pip con su brazo.

―No lo hago por eso. ―contestó Pip con seriedad para mirar a Katherine de soslayo.

No quería que la joven Bell pensara que a ella le gustaba Ravi o algo por el estilo.

―Seguiremos hablando de ello mañana. ―respondió Lauren abrazando a la joven Fitz-Amobi por el cuello.

―O no. ―se zafó Pip del agarre.

―Yo voto por que no. ―murmuró casi en un susurro Katherine para darle una patada a una mini piedra que había en el suelo del oscuro bosque.

―Vale, lo siento. ―se disculpó Lauren y se detuvo en seco para mirar hacia sus pantalones, y las demás la miraron con curiosidad― Ups, me he meado.

Las cuatro chicas rieron, pero pararon de reír al instante en el que escucharon unas pisadas cerca de ellas. Se sobresaltaron y Lauren soltó un gritito que asustó más a las demás.

Vieron a una persona con algo brillante en la mano, seguramente una linterna.

―Allí hay alguien. ―murmuró Pip con la voz temblorosa.

Al escuchar otro ruido, las cuatro chicas gritaron con miedo. Pip entrelazó su mano con la de Katherine rápidamente, pues era la que más cerca estaba de ella. Katherine tragó saliva y bajó la mirada para ver sus manos entrelazadas. Deseaba con todas sus fuerzas que su mano no empezara a sudar ahora.

Pero, después de unos segundos, Pip soltó la mano de la chica para empezar a correr y así perseguir a esa persona misteriosa.

―¡Pip! ―exclamó Cara al ver a su mejor amiga perderse entre los árboles.

―Tranquilas, voy con ella. ―aseguró Katherine de forma casi instantánea y empezó a correr para perderse también entre los árboles.

Corrió y corrió en silencio, pues empezar a gritar el nombre de su nueva amiga no era el método más eficaz si había alguien en el bosque, y encima sin saber sus intenciones. La encontró tirada en el frío suelo del bosque, con la gran linterna amarilla apagada.

―¡Pip! ―gritó Katherine en un susurro para acercarse a la chica y comprobar que estuviera bien, con el corazón en un puño.

La ojiverde se reincorporó en el suelo con ayuda de Katherine, y esta última soltó un suspiro de alivio al ver que no estaba muerta.

―Dios mío, Pip, ¿te encuentras bien?―preguntó Katherine mirando todo el cuerpo la castaña en busca de algún rasguño.

―Sí, solo me he tropezado. No te preocupes, estaré bien. Gracias por seguirme. ―contestó Pip restándole importancia, pero soltando algún que otro quejido.

―No iba a dejar que fueras tú sola.

Pip le dedicó una fugaz sonrisa antes de encender de nuevo la gran linterna amarilla con la ayuda de la manivela. Señaló hacia cualquier parte del bosque y ambas chicas pudieron observar a una silueta corriendo.

Katherine y Pip dieron un respingo, volviendo a juntar sus manos. Sus dedos se entrelazaron y se miraron una última vez para empezar a salir corriendo de allí.

Tras unos segundos de tensión, las chicas se chocaron con alguien y soltaron un grito digno de películas de terror. Pip alzó la linterna para percatarse de que solamente era Cara.

―Tranquilas, soy yo. ―Pip y Katherine abrazaron a la chica como si no la hubieran visto en años― Tranquilas.

Una vez las dos se hubieron calmado, volvieron a reunirse con los demás. Connor y Zack habían sido despertados por las chicas para contarles que no estaban solos.

Ahora, todos estaban fuera de la tienda.

―Era un puto asesino en serie. ―habló Lauren con seriedad.

―Estadísticamente es más probable morir en una bañera que por un asesino en serie. ―comentó Katherine mirando a un punto fijo.

―¿Quién era, entonces?

―Un senderista perdido. ―intentó Pip buscarle una respuesta lógica.

―O era el fantasma de Andie Bell.

―O solo un senderista que se ha perdido. ―afirmó Katherine tensando la mandíbula, pues no quería volver a tener esa discusión con Lauren sobre Andie. Ya era suficiente por esa noche.

―Tranquilas, chicas ―habló Connor y todos lo miraron, pero este tenía la mirada puesta en Katherine―, Zack y yo haremos guardia.

―No te ofendas, pero ya vimos lo que pasó cuando Dylan tiró tu libro al suelo. -dijo Cara con una mueca.

―Se llama «el feto». ―contestó el joven Reynolds― Es una postura defensiva que se usa en situaciones de combate.

Nadie dijo nada más. Katherine solamente sonrió y agradeció a Connor su amabilidad, y el chico, con los nervios a flor de piel, aseguró que no pasaba nada. Finalmente, decidieron que nadie haría guardia esa noche.

Seguramente se trataba de un senderista desorientado, tal y como Katherine y Pip habían dicho. No había nada por lo que preocuparse. Había que calmarse.

Todos volvieron a entrar a la tienda y cada uno se fue a su respectivo saco de dormir. Katherine y Pip fueron las últimas en entrar, pues ellas se quedaron pensando en qué podría pasar si no fuera un senderista.

Pip cerró la cremallera de la tienda de campana y Katherine fue la primera en acostarse. Pero, en cuanto la chica metió la mano debajo de su almohada para cambiarla por el lado más frío, tocó algo sólido. La joven Bell frunció el ceño ante eso, confundida, y levantó la almohada para encontrarse con una hoja de papel doblada perfectamente por la mitad.

Le hizo una seña a Pip para que se acercara en silencio. La de pelo corto se sentó al lado de la pelinegra. Miraron a sus amigos, quienes estaban durmiendo tranquilamente. Se les pasó por la cabeza que pudiera ser alguno de ellos gastándoles una broma de mal gusto.

Katherine desdobló la hoja de papel para ver lo que ponía, y casi se le cayó el alma a los pies al leerlo. Katherine y Pip se miraron a la vez, sintiendo cómo el miedo se apoderaba de ellas lentamente.

«Dejad de investigar, chicas».

ˏˋ°•*⁀➷ ↺ nahia's note .ᐟ 💿

omg mis mamis ya son amiguitas, no sé ustedes pero yo las adoro.

yo opino que ahora tendrían que darse un beso para reforzar la amistad ☹

AMBAS LLAMÁNDOSE POR SUS APODOS ES QUE AJKDFKEOLSKASJ

me da mucha penita connor, es un personaje muy infravalorado e importante en el segundo libro y me parece uno de los mejores en este 😭

pero bueno, así vemos a pip un poquito celosa porque leí un comentario que quería que ella también tuviera celos, y pensé en meter lo de connor JAJAJAJ

y no soporto a lauren, que alguien la silencie de una bofetada 🥺

ayuda, qué miedo la parte del bosque, a mí me pasa eso y juro que no vivo para contarlo del fokin infarto que me da.

¿parte favorita del capítulo?

AHORA SÍ SE VIENE LO BUENOOO!!!!

voten y comenten, please 💞

p.d: muchas gracias por las 2K lecturas en este fanfic, i love you so much!!

xoxo, nahia <3

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