N. de la A.: os aconsejo escuchar la canción de multimedia mientras leéis el relato. De este modo lograréis una mayor inmersión y gozaréis de una mejor experiencia.

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•──────── RELATO I ────────•

ROSIE

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❝ Ella solo quiere jugar. ❞

( NO OLVIDES VOTAR Y COMENTAR )

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        LA SONRISA DE CLARISSE SE ENSANCHA, provocando que un par de hoyuelos se formen en la piel subyacente de sus mejillas, que lucen un adorable tono rosado. Tanto ella como sus amigos se han colocado formando un pequeño círculo y, con las manos entrelazadas, dan vueltas al ritmo de la canción entonada por la chiquilla de cinco años.

Ring around the rosie.
Pocket full of posies.
Ashes, ashes.
We all fall down.

El vuelo de su vestido —que ha estrenado ese mismo día— se eleva grácilmente debido a los constantes giros y sus zapatos de charol resplandecen a la luz del sol matinal. Cruza miradas con Rosie, que está situada en el centro de la circunferencia, y una sonrisa pícara asoma al semblante de ambas.

Ring around the rosie.
Pocket full of posies.
Ashes, ashes.
We all fall down.

Vueltas y más vueltas. Giros, quiebros y piruetas.

Clarisse siente la cabeza algo abotargada. Está empezando a marearse, pero no quiere parar. No puede parar. Sus compañeros de juegos tampoco están dispuestos a hacerlo, de modo que sigue moviéndose entre continuos brincos y canturreos.

Es un día caluroso. La luz del sol le muerde la piel que tiene expuesta, ocasionando que una ligera capa de sudor se adhiera a su frente y a su pecho, que sube y baja a una velocidad desenfrenada.

No parece molestarle el fuerte olor que, desde que han comenzado a jugar, no ha dejado de colarse en sus fosas nasales, causándole alguna que otra arcada. Un olor intenso y desagradable, muy similar al de los huevos podridos.

Sin embargo, nada de eso le importa. Es como si una fuerza superior la empujase a seguir girando, como si una mano invisible le prohibiera deshacer el corro. Como si una voz hilarante le susurrase al oído que debe mantenerse en movimiento.

Sin dejar de cantar, Clarisse desvía la mirada hacia su derecha, topándose con el demacrado rostro de Charles, cuyas prominentes ojeras —las cuales destacan contra su tez cerúlea— le hacen pensar que ha pasado una mala noche. Después se voltea hacia la silenciosa Mildred. Intenta ver más allá del saco que cubre su cabeza, pero solo puede distinguir sus pequeños ojillos, que brillan mortecinos a través de los dos agujeros que hay en la tela raída.

Ring around the rosie.
Pocket full of posies.
Ashes, ashes.
We all fall down.

Pronuncia los últimos versos y, en el momento en que deja de cantar, todos se agachan. Se observan entre ellos, cerciorándose de que no haya quedado nadie en pie, y rompen a reír. Sus estruendosas carcajadas hacen eco por todo el patio ajardinado.

Rosie es la primera en recuperar la verticalidad, con su vestido de lino sucio y agujereado. Clarisse lo examina con detenimiento, centrándose en las manchas oscuras que salpican la ribeteada tela de la prenda.

¡Debió de ser muy bonito recién estrenado!

Con la vista clavada en Clarisse, Rosie avanza unos pasos y se detiene frente a ella. El olor a huevos podridos se intensifica, tornándose opresivo y asfixiante. Por educación, Clarisse reprime el impulso de taparse la nariz con los dedos.

En un vano intento por distraerse del hedor, sus iris castaños vuelven a posarse en Rosie. Al igual que el resto de sus amiguitos, esta luce pálida y ojerosa. Su pelo negro está enredado y le cae sobre la cara como una cascada de ébano, tapándosela parcialmente. Sus ojos apenas rielan y las costras de sus brazos y piernas supuran un líquido amarillento bastante desapacible.

Los labios de Rosie hilvanan una tétrica sonrisa.

Sin articular ni una sola palabra, levanta una mano en dirección a Clarisse, invitándola a que se acerque. Los chiquillos que las acompañan se congregan a su alrededor con rostros serios e inescrutables. Es entonces cuando estos empiezan a cantar. Se trata de la misma canción que Clarisse ha entonado antes, aunque la letra es algo diferente. Hay estrofas que ella no ha escuchado nunca.

Ring around the rosie.
Pocket full of posies.
Ashes, ashes.
We all fall down.

Todavía con la mano alzada, Rosie le indica a Clarisse que vaya con ella. Esta obedece y, sumida en una especie de trance, comienza a acortar la distancia que las separa.

Ring around the rosie.
What do you suppose
we can do to fight the darkness
in which we drown?

Los cánticos continúan llenando el aire en tanto el hedor se hace más y más intenso. El eco fantasmagórico de sus voces resuena por todo el jardín.

Ring around the rosie.
Pocket full of posies.
Ashes, ashes.
We all fall down.

A medida que Clarisse se aproxima a su compañera, un inmenso malestar se apodera de ella. De repente tiene frío, lo que se le antoja bastante extraño, dado que se encuentran en pleno mes de julio. Pese a ello, sigue avanzando. Ella también alza su mano. Sus dedos cortos y regordetes están a punto de rozar la palma de Rosie, que tararea la canción con un aura malévola cerniéndose sobre ella.

Ring around the rosie.
This evil thing, it knows me. 
Lost ghosts surround me.
I can't fall down.

Las voces de los otros niños apenas llegan como un simple eco a sus oídos. Lo único en lo que puede pensar es en Rosie y en el deseo irrefrenable de entrelazar su mano con la suya. Ni siquiera se da cuenta de que el sol se ha ocultado tras unas oscuras nubes que auguran tormenta.

En la penumbra, el semblante de Rosie parece una calavera, con la piel blanca estirada sobre las facciones aniñadas. Es ahí cuando Clarisse se percata de que es ella la que desprende ese olor tan pestilente, como si no se hubiera bañado en meses.

Como una autómata, sigue caminando. Por el rabillo del ojo puede ver cómo sus demás compañeros empiezan a cerrar el círculo que han formado en torno a ellas.

Casi puede sentir el aliento de Rosie entibiándole la cara.

Cada vez está más cerca de ella.

—¡Clarisse! —Antes de que sus pieles puedan entrar en contacto, una mujer aparece en el umbral de la portezuela que da acceso a los jardines interiores de la casa. Lleva puesto un delantal blanco y en sus manos sostiene un paño de cocina—. ¡Clarisse, cielo! Ya está lista la comida —anuncia. Su tez lechosa contrasta armónicamente con el carmín de sus labios.

Aturdida, la susodicha parpadea varias veces seguidas y se gira hacia su progenitora, que, con un suave cabeceo, le pide que ingrese en la vivienda. Su mano aún permanece alzada en el aire, tanteando la nada.

Luego de asentir, Clarisse mira de nuevo al frente, a fin de despedirse de Rosie y de los otros niños. Pero estos ya no están. Han desaparecido.

—¡Venga, que se enfría! —la apremia su madre.

La chiquilla sacude levemente la cabeza y, sin más dilación, echa a correr hacia su progenitora, que la recibe con un efusivo abrazo. El sol vuelve a brillar en un cielo completamente despejado.

Antes de entrar en el domicilio, Clarisse vuelve la vista atrás. Como cabe esperar, el jardín está vacío. Sus amiguitos se han desvanecido sin dejar rastro, tal y como hacen siempre que un adulto les interrumpe. Y, con ellos, el olor a rancio y el frío helador que siempre consiguen ponerle el vello de punta a la pequeña e inocente Clarisse.

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· INFORMACIÓN ·

— ೖ୭ Fecha de publicación: 25/07/2019

— ೖ୭ Número de palabras: 1222

— ೖ୭ Aquí os dejo la canción traducida al castellano:

Círculo alrededor de Rosie.
Bolsillos llenos de flores.
Cenizas, cenizas.
Todos caemos.

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Círculo alrededor de Rosie.
¿Qué se supone que debemos hacer
para luchar contra la oscuridad
en la que nos ahogamos?

Círculo alrededor de Rosie.
Este ser maligno me conoce.
Me rodean fantasmas perdidos.
No puedo caer.

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· NOTA DE LA AUTORA ·

¡Hola, calabacitas!

Bueno, pues este es el segundo relato original que me animo a publicar en Wattpad. Lo escribí hace tiempo (un año, más o menos), pero no me he atrevido a sacarlo a la luz hasta ahora. Es muy corto y no creo que sea nada del otro mundo, pero siempre me han gustado las historias bizarras. De hecho, antes de empezar con los FanFics, escribía relatos cortos, principalmente de terror x'D

Como habréis podido comprobar, este relato está inspirado en la canción infantil Ring Around the Rosie, que tiene unos orígenes un tanto oscuros y siniestros. A pesar de que su letra ha ido cambiando a lo largo de los años, la teoría más popular apunta a que habla de la Gran Peste que asoló Londres en 1665. The rosie es el término que se empleó para referirse a las costras que cubrían a los enfermos, quienes trataban de disimular el mal olor metiendo flores en sus bolsillos («a pocket full of posies»). La plaga mató a casi el 15% de la población del país, lo que da pie al final de la estrofa: «cenizas, cenizas, todos caemos/morimos» («ashes, ashes, we all fall down»).

Ahora tienen más sentido ciertos aspectos del relato, ¿verdad? Aunque también os digo que me he tomado la libertad de modificar algunas cosas, creando mi propia versión de los hechos ;)

Y eso es todo por el momento. Espero que hayáis disfrutado la lectura (o que, al menos, os haya inquietado un poquito). Si es así, por favor, no olvidéis votar y comentar, que eso me anima muchísimo a seguir publicando en esta plataforma =)

Besos ^3^