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Capitulo 6

Mientras la bestia descansaba, Taehyung sintió una mano firme en su hombro. Se giró para encontrarse con la mirada intensa de Jk-95, la bestia que ahora parecía más humana que nunca. Taehyung percibió una mezcla de determinación y tristeza en sus ojos.

–Ahora me perteneces,– dijo Jk-95 con voz ronca pero llena de emoción. –Y protegeré este lazo con mi vida. Pero ten en cuenta que mataré a cualquiera que intente hacerte daño.

Taehyung observó la transformación en la bestia y vio la sinceridad en sus palabras. Comprendió que, a pesar de su apariencia y su historia, Jk-95 tenía un corazón noble y protector.

–Entiendo,– respondió Taehyung, asintiendo con respeto. –Pero juntos podemos ser más fuertes. No necesitas enfrentar este mundo solo y lleno de ira. Hay otro camino, uno de redención y perdón.

Jk-95 bajó la mirada por un momento, reflexionando sobre las palabras de Taehyung. Finalmente, levantó la vista y asintió.

–Estoy dispuesto a intentarlo,–dijo Jk-95. –Juntos, encontraremos la manera de sanar nuestras heridas y mataré a quien  sea para poder lograrlo

A la mañana siguiente. El sol comenzaba a despuntar en el horizonte, lanzando haces de luz que se filtraban a través de las hojas de los árboles y creaban un juego de sombras en el suelo del bosque. Taehyung salió de la cueva, estirando sus músculos adormecidos después de una noche inquieta. A su lado, la bestia Jk-95 se movía con una inquietud creciente. Sus ojos, normalmente fríos y calculadores, estaban encendidos con una intensidad feroz.

Taehyung se dio cuenta de que la bestia no dejaba de mirarlo, como si temiera que desapareciera en cualquier momento. Con cada paso que daba, Jk-95 se acercaba más, su cuerpo masivo proyectando una sombra amenazante sobre el joven.

–Jk-95, ¿qué te pasa?,–preguntó Taehyung, su voz cargada de preocupación. –Pareces... diferente.

La bestia gruñó, pero no de la manera agresiva a la que Taehyung se había acostumbrado. Este sonido era más profundo, casi triste. De repente, se detuvo, sus ojos clavados en el suelo, y comenzó a hablar, su voz ronca y llena de un dolor antiguo.

–Hay cosas que no sabes sobre mí, Taehyung y dime Jungkook. Cosas que deberían quedarse enterradas, pero siento que necesitas entender. Antes de ser lo que soy ahora, fui un experimento. Fui creado en un laboratorio, un lugar oscuro y frío donde sufrí más de lo que cualquier ser debería sufrir.

Taehyung escuchó en silencio, sin interrumpir. Sabía que esto era importante para Jungkook, que este era un momento crucial.

–Había una doctora. La Dra. Min. Ella era diferente al resto. Me trataba con algo que podría haber sido cariño, o al menos eso parecía. Solía susurrarme palabras amables, me traía comida cuando los otros sólo me daban sobras. Pensé que podía confiar en ella.

La voz de Jungkook se volvió más tensa, sus ojos brillando con una mezcla de furia y tristeza.

–Pero todo era una mentira. Un día, me traicionó. Me entregó a los demás científicos para un experimento particularmente doloroso. Me ataron, me cortaron, me hicieron cosas indescriptibles. Y ella estaba ahí, observando, tomando notas.

Taehyung sintió un nudo en el estómago. Podía imaginarse el dolor que Jungkook había soportado, pero no el nivel de traición que había sentido.

–Cuando pude escapar de mis ataduras, estaba encegado por la ira y el dolor. No pensaba con claridad. Vi a la Dra. Min, y algo en mí se rompió. La confronté, y en su mirada vi miedo. No el miedo de alguien que teme por su vida, sino el miedo de alguien que sabe que ha hecho algo terrible.

Jungkook se detuvo, su respiración pesada. Taehyung sintió una tensión en el aire, como si el mismo bosque contuviera la respiración.

–En un arranque de furia, la ataqué. No fue rápido. No fue limpio. Ella intentó detenerme, intentó hablar, pero no podía escucharla. En ese momento, la maté. No fue sólo por venganza, sino como un acto de liberación de mi propio sufrimiento.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Taehyung no sabía qué decir. Sentía una mezcla de compasión y horror, entendiendo ahora por qué Jk-95 era tan receloso, tan lleno de ira.

–Taehyung,–continuó Jk-95, su voz más suave ahora, –no quiero que te alejes de mí porque tengo miedo de perder a la única persona que ha mostrado algo de humanidad desde entonces. Pero también temo que me veas como un monstruo, tú ya sabes de lo que soy capaz de hacer y huyas o peor me traiciones, por qué te pasará lo mismo que a esa doctora.

Taehyung dio un paso adelante, colocando una mano en la enorme garra de Jungkook.

No eres un monstruo, Jungkook. Eres el resultado de una crueldad indescriptible. Pero también eres alguien que ha aprendido a confiar de nuevo, y eso es lo que importa. No voy a dejarte. Vamos a salir de esto juntos.

Jungkook miró a Taehyung, sus ojos suavizándose por primera vez en lo que parecían años. Tal vez, sólo tal vez, había esperanza para ambos después de todo.

Con una nueva determinación, comenzaron a moverse nuevamente a través del bosque, dejando atrás la cueva y los fantasmas del pasado, avanzando hacia un futuro incierto pero lleno de posibilidades.


Jk-95, ahora conocido como Jungkook, se agachó para que Taehyung pudiera subirse a su espalda. Con una facilidad sorprendente, Jungkook lo levantó y comenzó a moverse rápidamente a través del denso follaje, sus pasos resonando con fuerza en la tierra blanda del bosque.

Taehyung se aferró con fuerza, sintiendo la musculatura poderosa de Jungkook moverse bajo su piel. Mientras avanzaban, los pensamientos de Taehyung vagaban entre la confesión de Jungkook y el peligro constante que los rodeaba. Pero pronto, algo llamó su atención.

A lo lejos, entre los árboles, Taehyung divisó una figura humana tendida en el suelo. El corazón le dio un vuelco cuando reconoció el uniforme blanco ensangrentado de uno de los científicos. El hombre parecía estar gravemente herido, probablemente había huido en medio del caos cuando Jungkook había destruido la base.

–Jungkook, espera,– dijo Taehyung, golpeando suavemente el hombro de la bestia. –Hay alguien ahí.

Jungkook gruñó, pero se detuvo. Taehyung bajó rápidamente de su espalda y corrió hacia el científico herido, sus pasos resonando sobre las hojas secas. El hombre levantó la cabeza, sus ojos llenos de terror y dolor.

–Por favor... ayuda,–murmuró el científico, apenas capaz de hablar.

Taehyung se arrodilló a su lado, intentando ver cómo podía ayudar. Pero antes de que pudiera hacer algo más, sintió una presencia oscura detrás de él. Se giró justo a tiempo para ver a Jungkook acercándose, sus ojos llenos de furia.

–¡No!– gritó Taehyung, levantando una mano para detener a Jungkook. –Está herido. Necesita ayuda.

Pero Jungkook no escuchaba. Su furia había sido desencadenada por la simple visión de uno de los científicos que tanto dolor le habían causado. Con un rugido, levantó una de sus enormes garras y, en un movimiento brutal, destrozó al científico frente a los ojos horrorizados de Taehyung.

La sangre y los trozos de carne salpicaron el suelo, y el grito del hombre se apagó casi instantáneamente. Taehyung retrocedió, su corazón martilleando en su pecho, incapaz de procesar lo que acababa de suceder.

–¡Jungkook!,–gritó Taehyung, su voz llena de indignación y terror. –¡¿Por qué hiciste eso?!

Jungkook se volvió hacia Taehyung, su respiración agitada, pero había algo en sus ojos, algo que Taehyung no había visto antes. Un miedo profundo, casi primitivo.

–Él no merecía vivir,–dijo Jungkook con voz ronca. –Todos ellos son responsables de lo que soy. No puedo permitir que vuelva a sufrir por su culpa.

Taehyung sintió una mezcla de emociones. Entendía el dolor de Jungkook, su odio hacia aquellos que le habían hecho daño. Pero también sabía que la violencia solo engendraría más violencia.

–Jungkook,–dijo con voz suave, dando un paso adelante. –Sé que estás herido. Sé que ellos te hicieron cosas terribles. Pero no puedes dejar que el odio te consuma. No podemos convertirnos en ellos.

Jungkook bajó la mirada, su furia comenzando a disiparse. Taehyung se acercó y colocó una mano en su brazo, sintiendo la tensión que aún recorría su cuerpo.

–Estamos juntos en esto,–continuó Taehyung.– No importa lo que pase, no te dejaré. Pero tenemos que encontrar una manera de avanzar sin convertirnos en monstruos.

Jungkook asintió lentamente, su respiración volviéndose más regular. Taehyung vio una chispa de entendimiento en sus ojos, una promesa tácita de que intentaría controlar su furia.

Con un suspiro, Taehyung volvió a subir a la espalda de Jungkook. El viaje continuó, pero algo había cambiado. Habían enfrentado un abismo de horror y dolor, y aunque las heridas eran profundas, había una esperanza tenue de redención.

A medida que se adentraban más en el bosque, Taehyung sabía que el camino sería difícil, lleno de desafíos y peligros y que pronto vendrían por el y a matar a jungkook.

Les dejo un nuevo capítulo
Mis lectores 🥰😘
Espero les guste 🥰

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