Pov. Zeldris..............................

Ahí estaba yo, mirando a la diosa que arruinó la vida de Meliodas.
Estaba molesto, pero debía mantenerme tranquilo.
Al parecer, ella no ha notado mi presencia.

En eso, más asaltantes llegaron al lugar, rodeando a Liz.
Ella se veía confiada, tomando su espada.

Fue ahí donde yo intervine y acabé con los sujetos con mis propias manos y espada, obviamente ella lo notó, al ir yo rápido y haciendo ataques muy pero muy rápidos para los ojos de un humano.

Al haber acabado con esos humanos, guardé mi espada y mientras daba la espalda a la escena de los sujetos ya muertos.

Liz: Oye pero qué te pasa!? Yo iba a acabar con ellos aguafiestas!
Zeldris: *me volteo a verla* Aguafiesta? Ja, eso no es nada.
Liz: Quién eres?, quién te crees? Jamás te había visto por aquí.

Me quedé callado en ese momento, dejando un silencio entre nosotros en ese momento, el cual duró 1 minuto.

Liz: Ya veo... así que eres extranjero.

Liz guardó su espada y se acercó a mí, estando ambos de frente en frente.

Liz: Soy Liz, soy una de los caballeros sacros de Liones.
Zeldris: Zeldris para servirle.

Decidí mejor tomar esto con calma, no como mi hermano Meliodas que tiene problemas de ira de vez en cuando, y me gustaría ver a donde llego con todo esto.

Liz: Y dime Zeldris, qué te trae aquí?
Zeldris: Me perdí y terminé aquí.
Liz: Y a dónde ibas?
Zeldris: Eso no importa, de todas maneras no tengo prisa, así que puedo quedarme aquí por un tiempo.
Liz: Bien, así que... de casualidad...
Te gustaría unirte a los caballeros sacros?
Tu poder y tu forma de atacar son increíbles, pueden ser de mucha ayuda.

Al escuchar la propuesta, pensé si debería hacerlo o no...
Sea lo que sea que esté pasando, supongo que no importará mucho qué decido yo.

Zeldris: Está bien, acepto.
Liz: Genial, ven conmigo.

Seguí a Liz hacia el castillo.
No sé si esto es un sueño o no, pero sea lo que sea, no sé por cuánto tiempo estaré aquí, ni qué me pasará al final.