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Día 05: "Confesión"

Día 05.
❝Enamorado❞

—Es lindo, ¿cierto?

Las colas de Nine se esponjaron del susto al oír una voz femenina bastante cerca de su oreja. Dió la vuelta, encontrándose con Batten.

—¡R-Rebel!— Exclamó, suspirando de alivio con una mano en el corazón —¿Qué estás haciendo aquí?

—El nombre es Batten.— Corrigió, aterrizando silenciosamente frente al vulpino —Y... Realmente no pude evitar oír su conversación.

Nine tuvo que apartar la vista hacia otro lado para que la murciélago no notara el sonrojo en su rostro.

—Realmente te gusta, ¿no?— Preguntó con un tono juguetón, golpeándole con el codo.

—¿Q-Qué?— Nine se apartó en seguida y se abrazó a sí mismo, sintiéndose bastante incómodo ante el tacto —¿Gustarme Rusty? ¡En lo absoluto! ¿Por qué iría a gustarme esa... Esa tostadora?

—Me refería a la vista, cerebrito.

No supo si fue por el enojo o por la vergüenza, pero la temperatura del rostro del oji-azul aumentó drásticamente tras aquel comentario.

—Eres una... ¡T-Te voy a-!

—Tranquilo, niño.— Lo interrumpió, colocando un dedo sobre su nariz para evitar que se le acercara —¡Solo estoy jugando contigo! Aunque por la forma en la que la miras era evidente.

—¿Estás burlándote o algo así? Porque si no vas a ayudar...

—Oh, querido, yo te puedo ayudar.

—¿Disculpa?

—Yo y el resto de la tripulación podemos ayudarte a que le confieses tus sentimientos. ¿Qué dices?

Nine se cruzó de brazos y comenzó a caminar en otra dirección mientras pensaba. ¿Sería realmente buena idea? ¿Por qué quería ayudarlo? ¿Dónde estaba la trampa?

—No estoy seguro.— Suspiró —A mí... Nunca antes me había gustado alguien... No quiero estropearlo.

—Tranquilo, no lo harás.— La de ojos turquesa lo tomó de la mano y lo guió dentro de El Kraken —Sígueme.

Nine solo estaba seguro de una cosa, y eso era que apestaba a desastre.

Una vez dentro, Batten no tuvo ningún tipo de remordimiento en despertar a toda la tripulación (obviamente exceptuando a la androide), para ponerlos al tanto de la situación.

—Tripulación, necesito su ayuda.— Anunció la albina una vez estuvieron todos reunidos.

—Batten, son las dos de la mañana.— Dijo Dread con voz somnolienta.

—Sí, ¿por qué nos despertaste?— Cuestionó Sails restregando sus ojos. Black Rose, a su lado, se limitó a bostezar.

—El pequeño Nine gusta de Rusty.

Toda la tripulación jadeó de la impresión tras lo dicho por la murciélago. En respuesta, Nine agachó las orejas y su rostro enrojeció.

—Oh, creo que sé a dónde va esto.— Dijo Black Rose con emoción.

—No te preocupes camarada.— Habló Sails colocando una mano sobre el hombro de Nine —Nosotros te ayudaremos.

—Aún no estoy seguro de esto.— Expresó el de nueve colas con inseguridad.

—Descuida zorro, ¡mi tripulación ya ha hecho esto antes!— Dijo el equidna.

—Sí, y no es por alardear, pero la última vez resultó bastante bien.— La albina dirigió su vista hacia Black Rose y Sails, quienes se observaron con una sonrisa para después tomarse de las manos. Los ojos de Nine se abrieron de par en par al darse cuenta —Es curioso. Es como si estuvieran destinados a estar juntos.

—Oye.— El zorro del pañuelo volvió a hablar al ver como su otro yo se encogía de hombros con inseguridad —Confía en nosotros, ¡saldrá bien!

—Primero, necesitamos un plan.— Batten volvió a hablar —Esto es lo que haremos...

La tripulación estuvo planeando todo lo que harían el resto de lo que quedaba de la noche y gran parte del día siguiente. Por suerte, no había sido difícil mantener a Rusty Rose distraída mientras preparaban todo.

Finalmente, el sol se ocultó por el Oeste de Ningún Lugar. Era hora de poner en marcha el plan.

Todo debía salir perfecto.

Nine había comenzado a dar vueltas de aquí para allá, ordenando sus pensamientos, siendo interrumpido por la albina.

—¿Estás listo, compañero?

—No...

—¡Erk! ¡Respuesta incorrecta!— Exclamó Black Rose, apareciendo repentinamente —Ella preguntó: ¡¿Estás listo, compañero?!

—...¿Arr?

—¡Arr!— Exclamaron todos al mismo tiempo.

De pronto, la velocidad de El Kraken comenzó a disminuir.

—Muy bien, ¡dispersense todos!— Ordenó Dread, a lo que todos corrieron a sus posiciones.

La vista de Batten se dirigió a Nine una vez más, percatándose rápidamente de lo nervioso que se encontraba.

—Tranquilízate, todo va a salir bien.

Sin más, la murciélago abrió sus alas y desapareció de la vista del vulpino.

—Vamos Nine, concéntrate... Puedes con esto.— Se animaba a sí mismo —Rusty, tengo que decirte algo... No, demasiado serio... Hay algo que he querido decirte... Sí, así está mejor. Eres más que un gran... ¿Compañera? Quizás amiga sea demasiado...

El vulpino continuó dando vueltas por un rato mientras murmuraba posibles cosas que podría decirle a la androide.

Sin embargo, estaba tan ensimismado entre las palabras, que no notó la llegada de Rose.

—Hola Nine.— Saludó la erizo.

El menor se asustó tanto por su "repentina" aparición que hasta dió un pequeño salto.

—¡Santo cielo, Rusty!— Exclamó colocando una mano cerca de la zona de su corazón.

—El capitán dijo que me buscabas.

—S-Sí, verás, yo...— La vista de Nine se dirigió hasta Sails, Catfish y Batten, quienes se encontraban escondidos detrás de unos barriles a modo de apoyo moral. Ellos le hicieron algunas señas para que continuara hablando —He notado que... ¡Trabajaste bastante hoy! ¡Sí! Y me preguntaba si querías... Sentarte a comer algo y charlar... sobre... Ya sabes, cosas.

—Es una invitación bastante tentadora.— Reconoció con una sonrisa —Está bien, acepto.

—¡Genial!— Exclamó con emoción, sin embargo, se vió obligado a detenerse al ver el rostro confundido de Rusty —D-Digo... Toma asiento.

La pareja tomó asiento en la pequeña mesa improvisada y Black Rose no tardó en aparecer con una bandeja con salchichas de mar y agua de coco.

—¡Saludos, camaradas!— Saludó con su típico acento pirata —Permítanme servirles nuestro plato estrella: ¡Salchichas de mar!

Seguido de eso, ambos comenzaron a comer.

Al principio, la conversación que mantenían se reducía a bromas sin sentido y temas triviales. El zorro se sentía tan a gusto en la conversación que por un momento olvidó el propósito inicial de aquella reunión.

Hasta que, de un momento a otro, los temas de conversación se acabaron y comenzó a formarse una tensión terrible.

Aquello comenzaba a desesperar a los piratas, pero sobre todo a la contraparte de Nine, Sails.

—¡Ugh, ya no puedo seguir soportándolo!— Exclamó el menor, elevándose con ayuda de sus colas y perdiéndose de la vista de sus amigos.

—¡Sails! ¿A dónde crees que vas? ¡Lo estropearás todo!— Regañó la murciélago.

De pronto, Nine escuchó la suave melodía de una guitarra. Por supuesto, se trataba de Sails, quien desde arriba tocaba algo de música romántica para aliviar el tenso ambiente que se había formado.

Su vista se dirigió hasta la androide, quien buscaba el origen de la música. Nine aprovechó esa pequeña distracción de su parte, respiró profundo y reunió todo el valor que pudo antes de retomar la palabra.

—Rusty...— Su rostro enrojeció en cuanto ella lo miró. Los nervios estaban comenzando a jugarle en contra y ni siquiera había comenzado aún —Escucha, hay... H-Hay algo importante que tengo que decirte.

—Claro, dímelo.

—Yo... creo q-que... Uh-

—Vamos... Tú puedes, Nine.— Animó Sails desde arriba.

El ambarino dejó salir un suspiro pesado de su boca antes de retomar la palabra.

—Creo que estoy enamorado de ti.— Confesó por fin, cerrando los ojos por miedo a ver la expresión en el rostro de la robot.

—Ena... ¿morado?— Articuló Rose luego de unos segundos de silencio, con los ojos muy abiertos por la impresión.

—Esto puede ser repentino y quizá un poco muy descabellado.— Admitió el menor con nerviosismo, aún sin atreverse a mirarla a los ojos, sentía que si la miraba, todo el valor que había logrado reunir hasta ahora se esfumaría y se acobardaría —Después de todo, reconozco que me porté bastante mal contigo cuando nos conocimos, pero... Nunca me había sentido así con nadie, y-yo... No tenía idea de cómo debía actuar y-

El vulpino no pudo continuar hablando al ser interrumpido por las manos de la androide tomando las suyas.

Ella sonrió. No fueron necesarias las palabras para saber que sus sentimientos eran correspondidos, y aunque hubiera querido decir algo, habrían sido interrumpidos de todos modos por el sonido de un cañón y los gritos de celebración del resto de la tripulación.

Esa sería una noche larga sin duda.

¿Continuará?

¡Hola, hola! ✌️

Quinto día de la Niusty Week publicado 💖 espero que les haya gustado.

Este capítulo me tomó más tiempo de lo usual y pido disculpas por ello, me había entrado el bloqueo, pero ya estamos de vuelta, wuu.

Y ojito, que esta historia todavía no termina. 👀

Nos vemos en la próxima actualización, byeee. ✨

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