Eres real
Tres meses más tarde:
Estaba sentada en mitad de una sala, sentada en una mesa alargada esperando la primera visita de mis padres. Coloqué ambas manos sobre la mesa y observé la pulsera de mi muñeca. En ella ponía mi nombre y el numero de paciente, yo era la paciente 666. Qué ironía, ¿verdad?
Miré a través de la ventana que quedaba a mi izquierda y noté el calor del sol calentar mi piel. El resto de los enfermos caminaban por el jardín, muchos con la mirada perdida y caminando sin rumbo. Al principio me impactó bastante, pero acabé acostumbrándome en poco tiempo.
Adjunté mis manos y entrelacé mis dedos. Expulsé el aire de mis pulmones de manera pausada, tenía mis dudas de como afrontaría la visita de mi familia. Me seguía doliendo en el alma que aquel día decidieran abandonarme. Aunque ahora ya no quería salir aquí.
Si, podía resultar extraño, pero quería seguir aquí.
Escuché voces en el pasillo y agudicé el oído para conseguir lograr escuchar la conversación.
–Ahora mismo está tranquila. En este tiempo ha hecho pequeños avances, pero todavía es pronto para hablar de una recuperación o mejoría. Hay que tener paciencia y esperar a que el tratamiento haga su labor – explicaba el doctor. – Todavía sigue afirmando que un monstruo la observa mientras duerme, sentado en una esquina de su cama.
–¿Cuándo cree que mejorará, doctor? – la voz preocupada de mamá era inconfundible.
–No sabría qué decirte. Cada paciente es mundo y cada uno tiene un tiempo diferente de recuperación. El truco está en encontrar la medicación y la dosis necesaria. Creo que estamos cerca, pero no podría estimar un tiempo – hubo una pequeña pausa y prosiguió: - Ha hecho amigos, es algo muy importante.
–¿Si? – preguntó mamá sorprendida.
–Si, tienen un lazo muy fuerte con una de sus compañeras y pese a que nos mostramos un poco reacios en este sentido, estamos contentos.
–¿Por qué os mostráis reacios a las amistades? – mamá siempre tenia algo que preguntas o inquirir. Meneé la cabeza con una sonrisa en la boca.
–Es bastante complicado de explicar y no tengo mucho tiempo. ¿Han traído su diario?
–Si.
–Tienen tareas semanales y Dana ha cumplido muy bien todas sus labores. Creímos conveniente concederle una recompensa y ella pidió que le entregáramos su diario.
–Puedo entregárselo yo misma – pidió mamá.
–Si, claro. Le hará muy feliz. Solo una ultima pregunta, ¿saben el motivo por el cual necesita con tanta urgencia su diario?
–No tengo ni idea – explico mamá. Sé que para ella es muy importante, pero jamás lo abriría. Creo que tiene derecho a mantener su privacidad y no soy nadie para violar ese espacio.
–Totalmente, señora Moore, era únicamente una curiosidad.
La puerta se abrió y supe que había llegado la ahora de actuar. Comencé a balancearme hacia delante y hacia atrás. Repicoteé las puntas de mis dedos sobre la mesa y comencé a tatarear algo parecido a una nana. Mis padres entraron, supe que acababa de partirles el corazón, pero debía seguir el plan que había trazado.
Necesitaba seguir aquí hasta lograr la mayoría de edad y elegir mi propio camino. No volvería aquel pequeño pueblo, donde de seguro, todos, ya sabían de mi supuesta demencia. Total, aquí no se vivía tan mal. Había aprendido a dejar mis pastillas justo en la campanilla de mi garganta y expulsarlas después. Sabia que si me las tomaba dejaba aquella puerta abierta para una posible posesión que no estaba dispuesta a sufrir. Creía en Nithael. Él existió. Nunca un beso fue tan real, nunca un sentimiento fue tan verdadero.
La muestra de que existió estaba en mi vientre, esa electricidad que se manifestaba cuando recordaba sus ojos, su rostro. Y eso nadie lo iba a cambiar.
Los ojos de mamá se humedecieron y camino hacia a mi estirando los brazos. Yo dejé mi mirada en un punto fijo de la mesa.
–Mi vida... - su voz tremoló al verme en esas condiciones. Realmente me sentí una hija mezquina, pero esto lo hacia por el bien de las dos.
Mi padre me miraba desde la lejanía, parecía que tuviera miedo a infectarse con mi demencia.
Me esforcé por seguir tatareando aquella nana que cantaba toda la noche una de las enfermas del hospital.
Mi madre acabó aceptando que entre nosotras no existiría una conversación y dolorida por verme así, sacó el diario de su bolso y lo dejó sobre la mesa. Olvidé el tono de la canción por un segundo, pero retomé rápidamente.
–Ha estado en el mismo lugar donde lo dejaste, sobre tu cama.
Mi canto se paró en seco. El diario estaba donde siempre, bajo la lamina de madera. Yo nunca lo dejaba sobre la cama.
Cogí aire lentamente y volví a tatarear de nuevo la canción, meciéndome suavemente y repicoteando de manera repetitiva mis dedos sobre la mesa.
Mamá besó mi sien para despedirse, papá me miró desde la lejanía.
Me hubiera gustado preguntar por Addie, pero imagino que no entra en el perfil de la imagen que quería procrearles.
Se marcharon, dejándome en silencio y con los ojos húmedos. Frené mi balanceo y dejé apartada mi actuación. Mi diario estaba allí conmigo. Lo abrí por la ultima página donde escribí y noté como mi pecho latía desesperado al leer lo siguiente:
Siempre fui yo quien leía tu diario.
Eres preciosa.
Nithael.
FIN
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Si, lo sé, ahora pensareis que os engañé y que prometí tres capítulos para hoy, pero todo tiene una explicación y vengo a explicarla.
Hacia mucho que no escribía una historia con tantas ideas. Muchas ideas. Me lo he pasado pipa escribiendo cada capitulo, cada giro, cada matiz.
He decidido guardar un capitulo en el cajón de próximos proyectos porque....
¡¡¡¡Porque Nithael es demasiado hermoso para dejarlo en el cielo!!!
Solo necesito un tiempo para organizar las ideas e hilar hasta construir una bonita historia.
Por lo tanto, si has llegado hasta aquí y Nithael te ha cautivado, te pediría que dejaras este relato en tu biblioteca porque próximamente tendréis noticias de Mi Angel de la guarda.
Y sin a largar esto mucho más, me gustaria dar las gracias a todas las personas que han seguido esta historia y comentado. Gracias, de verdad. Sé que son poquitos lectores, pero estoy infinitamente agradecida. No es la cantidad sino la calidad :)))))))
Por cierto, comenten este final. Muero de ganas por saber vuestras opiniones.
¿No tenéis curiosidad por saber quien es la nueva amiga de Dana?
¿Será el hospital realmente un lugar seguro para Dana?
Soy mala, lo sé.
un rebesazo enorme!!!!
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