➳03
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Taehyung había vuelto al infierno, donde todo era igual que ayer e igual que mañana. Almas sufriendo, otras devorándose y algunas luchando, los demonios buscaban por sexo entre ellos mismos y también pensaban en cómo conseguir más poder o simplemente como lograr llegar a la Tierra para comer algunas almas, no todos los demonios tenían acceso a la Tierra, los portales no eran un juego.
Para Taehyung su vida era notablemente aburrida y carecía de chispa o emoción que pudiera acelerar su interior, o al menos lo era hasta que conoció a Jungkook, aquel ángel de cabellos oscuros y ojos grandes. Lo tenia de cabeza y con la mente en blanco, no pensaba nada que no fuera él y lo notaba, lo cual lo hacía sentir avergonzado consigo mismo, pero no negaría que ansiaba con ansias que el día de mañana llegara pronto, todo para poder escaparse con su ángel, claro.
A diferencia de los humanos, los demonios no necesitaban dormir y el pretender que sí sería totalmente ridículo. V se dedico a andar vagando por la oscuridad y las tinieblas del infierno. Durante su paseo frecuento varios lugares interesantes, incluso llego a otros que ni el mismo conocía, pero al ver como de algún modo sus pies lo habían traicionado y había vuelto a la torre principal de su hogar, bufo molesto. No deseaba estar más en ese lugar y le dolía el que así tenía que ser.
Taehyung ya no se sentía mas como un demonio, se sentía mas vacío de lo normal, siempre había llenado un vacío invisible con las muertes y la pureza que arrebataba de las almas humanas. Además de uno que otro ángel que había logrado hacer cenizas en el pasado por mera diversión o aburrimiento en su reciente caso. Taehyung ya no se sentía bien en el infierno, pero tampoco encajaba en el paraíso.
El paraíso... ¿Qué estaría haciendo Jungkook en ese momento? Se preguntaba mirando hacia arriba como si buscara por un cielo azul, siendo esto imposible ya que el único cielo que poseía el infierno era rojizo, oscuro y carbonizado. Estaba preocupado por el ángel, temía que aquellas escandalosas y horrendas trompetas representaran malas noticias, no quería que dañaran a Jungkook por su culpa.
—¿Y si ya se enteraron? ¿Y si nos descubrieron? ¿Qué haré si no vuelvo a verlo...?
El demonio había comenzado a desesperarse, no importaba como, pero él tenía que ver a Jungkook ya mismo o moriría de una sobre carga mental. Automáticamente su mirada viajo hacia el enorme reloj de luz que estaba centrado en el suelo del infierno, las manecillas era rayos de luz que se colaban entre las pesadas y oscuras nubes infernales, anunciaban que un nuevo día había llegado.
Taehyung sin pensarlo más corrió a toda velocidad hacia los portales, justo cuando estos fueron envueltos por tinieblas negras comenzaron a funcionar y se zambulló en ellos para viajar directo a la Tierra. Los portales eran poderos al transportar seres maléficos, pero eran malos para las direcciones, Taehyung debía mentalizar el lugar al cual quería llegar antes de aterrizar. Fue así como rápidamente formo la imagen del sitio especial que compartía con el ángel, llegando así hasta el.
El demonio miro alarmado hacia los lados en busca del ángel y al no verlo entro en pánico, temía que algo en verdad grave hubiese pasado. Temía que lo hubieran castigado por su culpa. Todo era su culpa, nunca debió involucrarse con un ángel, estaba prohibido, las leyes se lo prohibían y aun así, aun así....
—Jungkook, Jung...
—Aquí estoy, V. Te esperaba.
Taehyung miro asustado hacia el cielo ¿Cómo no lo pensó antes? Jungkook siempre estaba volando, jamás pisada la Tierra más que cuando estaban juntos. No lo demostró, pero por dentro sintió como una carga de preocupación abandonaba su cuerpo. Estaba tan feliz de que su ángel se hallara a salvo.
—Esto... ¿Está todo bien?
—Sí, bueno... no. No lo se, estoy tan confundido, no se qué hacer, yo-
El demonio veía como el ángel se hacia un manojo de nervios y dudas entre sus propios balbuceos, no comprendía que sucedía así que solo tomo su mano y lo hizo descender lentamente hacia el suelo con él. Jungkook obedeció y al pisar el fresco y verde césped avanzo hacia el demonio y lo rodeo en un fuerte abrazo. El demonio lo correspondió y sintió como el menor se acurrucaba entre su cuello suspirando agotado.
—Recibí mi caja de vida.
—¿Tu qué?
—Cierto... Nunca te hable de estos detalles. Veras, todos los ángeles que antes fuimos humanos tenemos una caja de vida, esta se nos entrega cuando es encontrada. Muestra como fue nuestra vida humana y también muestra el porqué morimos...
—Vaya, nunca creí que algo así existiera, p-pero ¿Qué esperas para ver que hay dentro? Es decir, no puede ser tan malo ¿O sí?
El ángel mordía su belfo con inseguridad y apretaba la pequeña cajita blanca con un lazo rojo atado en moño encima, parecía un inocente regalo, pero esa caja significaba todo para el ángel. Quería abrirla, claro que quería, pero tenía mucho miedo de lo que vería ¿Y si había sido asesinado a sangre fría por un mal humano? ¿Y si habían destruido todo su cuerpo? ¿Y si le habían dado la muerte más cruel del mundo entero? Era muy sensible y no soportaría ver algo así, caería derrumbado de inmediato, no quería deprimirse por su pasado.
—Tengo miedo, V. Si llega a ser algo muy feo yo no podre soportarlo... He visto a mis compañeros ángeles recibir su caja de vida y caer en depresión hasta inhabilitarse. El paraíso no nos prepara para lidiar con nuestras propias emociones ¿Sabes? Nuestro único deber es cuidar de los seres humanos, tenemos prohibido llegar a tener sentimientos fuera de nuestro alcance.
Taehyung frunció el ceño, sabía que el paraíso era un sitio horrible y asqueroso aun mas que el infierno aunque los humanos no lo supieran, sin embargo nunca se imagino que tanto ¿Cómo podían ser tan crueles y fríos con un ángel tan hermoso como lo era Jungkook? Sin pensarlo más entrelazo sus dedos con los del ángel y asintió en un intento de querer transmitirle un poco de su seguridad.
—Ábrela, si te derrumbas, yo te sostendré y si caes, yo iré a salvarte. No importa si no tengo alas con que atraparte, yo veré la forma de protegerte de la caída.
El ángel no sabía qué era lo que sentía en su pecho cuando V dijo aquello. No sabía porque golpeaba con fuerza y tampoco sabía porque sentía como si su cuerpo fuese a derretirse, pero sabía que debía de abrir esa caja, tenía que descubrir lo que ocultaba y ahora que sabía que el demonio lo protegería se sentía casi tan seguro como en las manos de Dios.
Decidido, dejo la cajita sobre el césped y ambos seres se colocaron sentados a cada lado de esta. Tomo un lazo del moño y tiro de este haciendo que el nudo que la sostenía se deshiciera y la caja se abriera al instaste liberando sus cuatro paredes ahora que la tapa había desaparecido con el moño. Un rayo potente de luz fue liberado y una burbuja amplia y grande se alzo siendo está lo suficientemente como para que ambos observaran las imágenes que comenzaron a mostrarse en ella.
Jungkook estaba tan sorprendido como lo estaba Taehyung, ninguno había visto antes algo así y les causaba suma impresión. Podían ver en perfecta calidad la vida que pasaba frente a sus ojos. Era sobre un pequeño niño con dientes de conejo que jugaba en su jardín, después muchas imágenes más fueron apareciendo y mostrándose ante sus ojos. El ángel poco a poco comenzaba a recordar algunas cosas y le contaba al demonio acerca de lo que las imágenes mostraban, el demonio solo reía enternecido por lo que el menor musitaba con tanta emoción.
Bastantes horas habían pasado ya desde que la caja había comenzado a revelar la vida del ángel, sin embargo ninguno de los seres estaba aburrido, por el contrario estaban cada vez mas emocionados y divertidos con lo que veían. El demonio le repetía constantemente lo lindo que Jungkook era en su adolescencia y este solo se sonrojaba y le pedía parara.
De pronto llego un punto en que la caja había terminado de cambiar su color blanco por uno negro, se había estado tiñendo lentamente y Jungkook sabía lo que significaba. Se acercaba el momento de saber su muerte, por más que este lo intentaba no lograba recordar o hacerse una idea del porque murió. Tomo la mano del demonio y este la estrecho con fuerza, quería que su frágil ángel estuviera tranquilo para la verdad.
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Jungkook era un joven de 17 años, estaba en la cima de su juventud, era un chico inocente y de corazón puro, sin embargo algo había cautivado el corazón de aquel joven.
Jungkook tenía una compañera de clases que era sumamente preciosa y aunque aquello le avergonzaba se sentía muy atraído hacia ella, pero era muy tímido como para confesarse en un lugar tan público. De la manera más educada Jungkook le pidió verse en una cafetería de la ciudad, la chica acepto.
Ese fue el día mas feliz en la vida de Jungkook, estaba emocionado y con el corazón acelerado. Se ducho, se vistió, se arreglo y salió apresurado media hora antes que la hora fijada. Necesitaba llegar antes para pasar a la florería, no podía llegar con las manos vacías.
Llego a un hermoso y gigantesco sitio donde las florerías abundaban, fue hacia el sitio que poseía las más hermosas y compro los girasoles más grandes y bellos de ahí, miro su reloj de mano y al notar que ya casi se acercaba la hora de verse, corrió acelerado hacia la cafetería, pero una luz cegó su paso y un estruendo aturdió sus oídos, dejándolo ajeno al mundo y a la realidad que lo rodeaba, dejándolo lentamente sin vida.
Ese mismo día, un demonio que se hallaba en su adolescencia igualmente, jugaba en la Tierra, el torturar las almas humanas era su pasatiempo favorito, estaba en la cima de su poder y adoraba ver como otros demonios alimentaban su ego con cumplidos sobre su crueldad. Ese día él le demostraría a todos el gran demonio que podía llegar a ser. Cometería un accidente en la Tierra.
Taehyung vagaba en busca de una víctima. Estaba comenzando a cansarse de que no hubiera nadie bueno, pero sabía que los demonios lo observaban desde el infierno y esperaban algo bueno y malvado. No se rindió y apresuro sus pasos hasta toparse con el humano dueño de un camión de carga.
Taehyung pensaba en lo interesante que podía ser que este se estrellara contra el banco que estaba unas cuadras más adelante, pero necesitaba un incentivo. Fue así como se adentro en la mente del humano quien al parecer era un recién "ex alcohólico", este se debatía entre beber o no, pero había un demonio justo a su lado y sus intenciones eran crueles.
Basto menos de una hora para que el hombre estuviera completamente ebrio gracias a las malas intenciones del demonio, quien reía a carcajadas en el asiento de copiloto. El hombre tomo las llaves y encendió el vehículo, lo puso en marcha y piso a fondo el acelerador. Miles de autos sonaban su claxon y gente en las calles gritaba y se alejaba corriendo fuera de su alcance.
Taehyung reía aun mas fuerte observando el espectáculo en la Tierra, lo que no contaba era que el hombre padecía de ataques cardíacos y justo su hora de morir había llegado, frustrando así los planes principales de Taehyung, quien se acomodaba firmemente en el asiento de copiloto con el camión aun andando a toda velocidad, solo que este ya no se dirigía hacia el banco. No... El camión se impacto antes y no fue con un edificio. Fue con un niño de apenas 17 años...
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Jungkook estaba en silencia solo observaba la imagen frente a su rostro. Tocaba la burbuja con su índice y tiraba de esta suavemente hacia la izquierda para que el momento del choque se repitiera y lograra observar como su cuerpo era impactado y arrojado por el pavimento. Repetía una y otra y otra vez, sus ojos solo detallaban la escena en cámara lenta. Pudo haber seguido con ello por cien años, pero algo interrumpió su concentración.
Taehyung estaba llorando.
El demonio apretaba con fuerza su mano libre y lloraba de una manera un tanto escandalosa, por más que trataba detener su llanto no lo conseguía y le era imposible esconderlo del menor. Jungkook a pesar de hallarse estático, sacudió un poco su mente y abrazo al demonio para acunarlo entre su pecho y que lograra calmarse así. Sin embargo aquello estaba costando trabajo.
Taehyung estaba aferrado al pecho de Jungkook lloraba y entre sollozos repetía "perdón". Jungkook no comprendía el porqué, pero entonces el demonio limpio sus ojos con el antebrazo y con debilidad miro hacia el ángel.
—Fui yo. Yo te mate, Jungkook... Yo fui quien causo el accidente.
—¿D-de que hablas, V?
El ángel esta aun mas conmocionado, las lagrimas amenazaban con escapar de sus orbes y lo único que podía hacer era sostenerse a los hombros del demonio, deseando que no fuera verdad.
—E-en ese tiempo yo era muy joven, no sabía qué hacer con tanto poder. Estaba consumiéndome ¡Yo no planee que las cosas resultaran así! Por favor, perd-
—Comprendo.
El demonio había sido interrumpido por el bondadoso ángel que sonreía débilmente mostrando pequeñas y delgadas líneas en donde antes estaban sus ojos café claros.
—¿Qué dices?
—Comprendo lo que dices y digo que te perdono, V. En mi corazón no hay maldad, no hay rencor y no hay resentimientos... Lo que debías hacer, lo hiciste y puedo ver en tu mirada que estas arrepentido... Los ángeles podemos leer las almas de los seres. Eres honesto y yo soy bondadoso.
—¿Por qué estas siendo tan bueno conmigo? Yo no merezco tu bondad, Jungkook.
—No lo se, solo se que no quiero tener un sentimiento de odio hacia ti.
—¡Pero debes hacerlo! Eres un ángel que murió por mi culpa ¡Ódiame! Te lo ruego.
El demonio había vuelto a soltar algunas lagrimas, pero estas ya no eran de tristeza, eran de odio hacia sí mismo, necesitaba ser odiaba por el ser que amaba. Lástima que el ángel no podía cumplir aquella orden. Jungkook se acerco a Taehyung y con sus miradas conectadas y rostros cercanos, se atrevió a hablar...
—V, hay algo que no me explicaste sobre los humanos.
—¿Qué? ¿Por qué preguntas eso ahora?
—Estos poderes que poseo en mis manos, en mi interior... Con los que los humanos pueden sentir eso que es llamado amor. V, yo no puedo sentirlo y te juro que por años lo he estado buscando pero parece no haber respuesta ¿Por qué los humanos lo consiguen tan fácil?
—Jungkook... Eres tan joven, tan bueno y tan noble. Este universo no te merece, yo no te merezco...
De algún modo Taehyung comprendía lo que el pequeño ángel se refería, sabía lo que buscaba y también lo que necesitaba. Pero lastimosamente también sabia el porqué lo buscaba. El demonio tenía un vacío en su interior que había sido llenado en cuanto Jungkook apareció, sin embargo el ángel aun poseía su propio vacío, era un vacío que poseía desde que había sido creado como un ángel.
—El motivo por el cual eres un ángel que resguarda los sentimientos humanos, que ayuda a las almas a encontrar a su otra mitad, que las hace enamorarse perdidamente el uno del otro... Es porque cuando fuiste humano nunca conseguiste el amor de una pareja. Eras tan joven y yo te arrebate esa oportunidad. Jungkook, tu nunca conociste al amor de tu vida por mi culpa. Ese es tu dolor interior, el que dices no tener, no sentir. Ese dolor soy yo.
En ese momento el ángel rió amargo y solo negó con su cabeza. Estaba equivocado y no quería confiar en las palabras ajenas porque aquello no era cierto, todo era un error. Jungkook no había logrado conocer el amor en vida, pero ahora sí que lo conocía y podía sentirlo arder en su interior. Jungkook sabía lo que era el amor.
—No digas tonterías, V. Ese dolor no existe más, dices haberlo causado, pero de ser así créeme que ya desapareció, tu eres mi amor ahora. Esa sensación que los humanos adquieren cuando son tocados por mí, quiero sentirla más a tu lado. Tu eres mi amor ¿No te das cuenta?
El demonio tenía un semblante de asombro, sabia de lo que hablaba el ángel, pero no lo esperaba. Llevaba solo tantos siglos que la palabra amor le parecía un mito para los seres como ellos. Mas no negaría que el también lo sentía.
Ambos seres eran de sitios distintos, con vidas distintas, apariencias distintas y metas distintas, pero... sus sentimientos eran los únicos en no ser distintos porque ambos se amaban y no importaban ya las reglas, la distancia o las consecuencias. Solo importaba su amor y sus sentimientos.
—V...
—Taehyung.
—¿Ah?
—Llámame Taehyung, ese es mi nombre.
—P-pero... Dijiste que cuando los seres conocen el nombre de un demonio ustedes...
Taehyung formo una sonrisa de esquina. Sabía lo que había dicho y no había mentido, ellos morían, pero de otra manera. El revelar tu identidad a alguien más significaba que ese ser es importante para sus vidas, significa que son débiles ante ellos y pueden llegar a sufrir por haberse enamorado... Taehyung tal vez no moriría físicamente, pero algo dentro suyo estaba en peligro.
—Mátame, Jungkook.
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