En serio me re obsesione con este sujeto, tan precioso y divino.
Les dejo el OS de Chae Hyungwon de Monsta X

Jinri

No puedo concentrarme, no puedo dejar de verlo, es que no entiendo como alguien tan perezoso puede atraerme a este nivel.

Trabajamos en el mismo departamento somos encargados del marketing de la empresa, el se encarga de los estudios de mercadeo y yo de las campañas, pero a veces me desespera, se queda dormido en todos lados, si estamos comiendo en la sala de juntas mastica cerrando sus ojos y cabeceando.

Pero no pueden regañarlo, no quejarse, es el mejor en su área.

La primera vez que lo vi estaban presentándolo con el equipo, traía el cabello negro con partidura en medio con la frente descubierta, el armazón negro de sus lentes de aumento relucía en su blanca piel, ojos pequeños, labios rojos y gruesos. Su cara angelical contrastaba con su cuerpo, hombros anchos, cintura pequeña, piernas torneadas que se marcaban en esos lindos pantalones de vestir.

Sin duda su físico me atrajo en primera instancia.

Pero Chae Hyung Won, parecía no prestar atención cuando le hablaba, luego conocí su narcolepsia y mi estrés al tratar de mantener una conversación con alguien así.

Decidí que no era mi tipo, pero que lucharía por mantener una relación laboral estable, mientras el hiciera su trabajo no me importaría.

Eso creí hasta que lo vi sonreír.

Uno de contabilidad contó el chiste más absurdo del mundo, pero ya estábamos pasados de copas y a todos nos pareció simpático, entonces reímos, pero todos préstamos atención a la preciosa sonrisa del bello durmiente.

Era como ver una reliquia invaluable.

Sin duda no fui la única cautivada ese día, Hori de fotografía empezó a llevarle “detallitos”

Un café.

Galletas.

Incluso el almuerzo, pero el seguía mostrando la misma emoción de siempre, no parecía interesado en parte me alegraba, aunque no es como si yo hiciera algo para llamar su atención.

No podría lidiar con su personalidad perezosa.

—Señorita Bae, aquí tiene el reporte para la sesión —Hyungwon dejo una carpeta en mi escritorio mientras bostezaba —también le dejé un café.

—Gracias Señor Chae —tome el café y lo mire frotarse los ojos —pero creo que le hace más falta el café a usted que a mí.

Apenas le estaba dando un sorbo a mi vaso cuando me es arrebatado de las manos, limpia una gota de mis labios con su dedo pulgar y la lleva a su boca, después bebé del vaso. Yo solo parpadeo mientras el asiente al soborear el café.

—Si tiene razón, me hacía falta.

Se aleja como si nada hacia su lugar dejándome confundida.

Los siguientes días tenía actitudes similares, mientras Hori se la pasaba dándole dulces, el venía y dejaba unos cuantos en mi lugar, o si veía algo de mi almuerzo que le llamara la atención me lo robaba.

Trataba de no darle importancia, pero tenerlo cerca me estaba gustando, aunque siempre deseaba darle un golpe en la frente cuando se dormía en mi escritorio.

Era fin de semana y habíamos tenido un proyecto muy demandante, así que decidí salir con una amigas del colegio, dijeron que había un nuevo bar donde los meseros y el dj eran muy atractivos. Que la máxima atracción era verlos servir solo en pantalón mostrando sus músculos.

Siempre hace falta algo de picardía a una semana pesada.

Así que me vestí con el vestido más lindo que tenía, también estaba algo ajustado y corto de la falda, me puse unos tacones cómodos y solo utilice un labial color vino para el maquillaje.

Estaba dispuesta a disfrutar esta noche, me lo he ganado.

El lugar estaba bastante apartado, pero era llamativo tanto en la fachada como al entrar, por obvias razones la mayoría de los asistentes eran mujeres y las mesas eran pequeños espacios con sillones, dónde los meseros te atendían de manera sexy.

Una de mis amigas, pidió el shot caliente, el cual consistía en beber el trago directo del abdomen marcado de mesero, todas le aplaudimos su valor y continuamos con la fiesta.

Hasta que salió el dj a presentar su show, pasamos a la pista para bailar un poco, pero en cuanto sentí una mirada sobre de mi caso me fui de boca, al ver a Hyungwon en la tornamesa solo con un croptop marcando su musculatura y unos jeans apretados.

Era la imagen de la tentación y ya había notado que lo ví, solo me guiñó un ojo mientras seguía con lo suyo.

Esto explica porque duerme tanto en la oficina.

—¿Por qué te quieres ir?

Rose se colgaba de mi brazo mientras se trataba de equilibrar de lo ebria que estaba.

—Mañana tengo trabajo y ya estoy muy pasada de copas —también quiero huir antes de toparme con Hyungwon —tomare un taxi, dile a Julia que les llamo en cuanto llegue a casa.

Estaba a dos pasos de la salida cuando alguien sujeto mi muñeca, mire al dueño del agarre y de la nada estaba siendo arrastrada hasta la parte trasera del club.

—¿Te ibas sin saludar?

Me tenía acorralada contra la pared.

—Yo..Yo..creo que estoy algo ebria y debo de irme ahora.

La verdad que se me había bajado mucho mi estado etílico al verlo así de cercas.

—¿En verdad? —su dedo rozo mi hombro —pensé que al menos me aceptarías un trago.

—No..no quiero desvelarme tanto…—mire sus labios y como paso su lengua por ellos —yo…

—Hay algo que he querido hacer hace tiempo.

No tuve tiempo de preguntar, sus carnosos labios estaban sobre los míos, no sabía si estaba alucinando, pero era la gloria, la manera en que me besaba me estaba haciendo sentir calor, su lengua sabía que hacer en mi boca, y sus manos me atraían a su cuerpo.

Estaba aferrada hacia su croptop, quería más contacto, no quería tener que respirar pero necesitábamos separarnos.

—Si, sabes tal y como lo imaginé.

Para nada se veía como en la oficina.

—Esto no está bien, trabajamos juntos y…

—Ambos nos gustamos, no necesitas saber más —se acerca a mi oído —aunque tal vez ¿Quieras saber dónde está mi camerino?

Y ahí estaba yo, siguiendo a Hyungwon hasta un pasillo, los meseros solo nos saludaron por encima, en cuanto entramos a su camerino, me levanto colocándome en su tocador, se quitó el croptop dejando ver lo poco que faltaba, ahora mismo deseaba un shot caliente en ese tordo desnudo.

—Ese vestido me tiene mal, ya sabía que poseías un cuerpo divino, pero verte así fue mi perdición.

Sentí sus labios sobre mi cuello, mis manos ayudaban a desabrochar su pantalón.

—Dime que también me deseas.

Su voz ronca acompañada de sus manos bajo mi falda, me tenían sin control.

—Pensaba que te gustaba Hori.

—¿Hori? —sonrió — si ha la que me la paso coqueteándole eres tú —noto mi cara de confusión —supongo que no soy muy bueno en la oficina.

Tomo mi mano y la llevo a su bulto endurecido.

—¿Tienes idea de las veces que me he masturbado pensando en ti? —dio una lamida larga a mi cuello — me gustas Bae Jinri.

—También me gustas Chae Hyungwon.

Era lo que se necesitaba para volver a atacarnos los labios, logré quitar su pantalón y bajar su ropa interior a la par que el arrancaba la mía.

Abrió un cajón de su tocador y saco un preservativo colocándoselo sin dejar de atender la línea entre mis pechos con dulces mordidas.

Después me bajo del tocador para levantar mi trasero y entrerrarse desde atrás, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, su miembro caliente se sentía tan bien dentro de mi.

—¡Mierda Jinri! Eres tan apretada.

Jalo mi cuerpo hacia el dando una embestida, lo escuché jadear muy apenas ya que mi gemido lleno por completo la habitación iniciando un martilleo constante.

No pensaba que alguien que dormía la mayoría del tiempo fuera tan enérgico en el sexo.

—¿Vamos a mi departamento? No tendré suficiente de esto.

Sus dedos se habían instalado en mi entrepierna haciendo círculos en mi clítoris duro he hinchado.

—Dios voy a correrme.

Me temblaban las piernas, tampoco tendría suficiente de esto, así que nuestra noche continuo en su departamento.

Ahora sabía la razón de su cansancio en la oficina, porque al día siguiente dormía de manera más descarada sobre su lugar.

Lo curioso que ahora me gustaba verlo dormir porque lo imaginaba en esos vestuarios tan reveladores.

—Hyungwon ¿Quieres almorzar juntos? —Hori no cedía con él.

—No puedo, Jinri y yo tenemos que finalizar un proyecto antes de esta tarde — tomo sus cosas — la espero en la sala de juntas, llevaré un café.

Evite sonreír porque ambos sabíamos que las cámaras de esa sala estaban desconectas, decía que necesitaba energías y yo se las daba en nuestras sesiones privadas.

Ahora la que a veces se quedaba medio dormida era yo…