Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

F**k me (Kim Mingyu)

El siguiente OS contiene escenas de BSDM, Amo-sumisa, igual no es tan rudo como pudo haber sido, pero sigue siendo algo degradante para algunas personas, si no te gusta, si no es de tu agrado el tema, ¿Que haces aqui? si ya saben como soy, en fin, besitos en la cola para los que se queden.


Danae.


Nunca digas nunca.

Esa frase debería de tatuármela en el culo, juraba que tenía una idea clara de lo que deseaba en cuanto al sexo, mi personalidad es dominante, mi carácter fuerte, siempre me ha gustado tener el control, y no nada me excita más que el tener sometido a alguien a mi disposición, verlos rogar por mas, que las mujeres que me han tenido se olviden con los hombres que llegaron a tener, que los hombres con lo que he estado entiendan que es mucho mejor soltarme el control.

Siempre era una idea clara, siempre un papel concreto.

Por eso ahora que estoy boca abajo con las manos atadas jadeando por un nombre.

—Mingyu, mi señor por favor...

¡Solo escúchenme! ¡Lo patética que estoy!

Estaba sensible, me había estimulado demasiado, el solo hecho de escuchar su voz dándome una orden me tenía húmeda, me tenía irritable por no tenerlo dentro, pero debía comportarme, si no lo obedecía me quitaba mis orgasmos, no me dejaba correrme, me hacía verlo masturbarse mientras me tenía con algún aparato dentro de la vagina.

Lo detestaba tanto, su cara terriblemente perfecta, esa mirada penetrante, es jodidamente alto, piel morena, cabello negro pulcro, todo el irradia erotismo, incluso la sonrisa de niño travieso es un arma letal, puedo jurar que más de una de la oficina se mojó mientras el solo pedía una puta grapadora.

La primera vez que caí ante su horrible encanto fue en un viaje que hicimos los dos para conocer a dos inversionistas, ambos tenemos el mismo rango en la empresa y somos los mejores en nuestra área, quería echarle la culpa al alcohol, me "curiosidad" de dejarme dominar solo un poco con él mando todo a la jodida. Toda la cena coqueteamos, pero terminamos peleando por un desacuerdo por el trato, pero esa pelea se convirtió en besos, toques atrevidos y yo de rodillas engullendo su miembro como si fuera el manjar más codiciado de los dioses.

Claro que lo era, tanto que no me cabía en la boca.

No pensaba mostrarme tal como soy, no pensé que pasara de una aventura de una noche, pero la manera en que me llevo, como me hizo correr hasta sentir que mis piernas no respondían, se volvió una adicción.

Con tal de seguir recibiendo tal placer me convertí en su puta sumisa, hacia cada cosa que me pedía, recibí cada ligera humillación, porque sabía que todo se haría un rio de placer entre mis piernas llegando a mi departamento.

Mi acuerdo sexual con él era único, porque si llegaba ir a la cama con otra persona, mi rol de dominante seguía. Lo malo que esto ya no me satisfacía, mis orgasmos no eran igual de intensos, y lo que yo pude a llegar a provocar en otra persona, yo solo quería sentir lo mismo.

Por eso estoy aquí, en su cama, atada y con el culo a su disposición.

—Mírate nada más, ¿Dónde está la mujer de hace unas horas? —escuche el sonido de una hebilla y el sonido de la tensión del cuero —Esa que casi estaba encima de ese imbécil, el pobre idiota creyó que era su día de suerte, pero nunca le dijiste que tu lindo coño tiene dueño, perra desagradecida.

Escuche como se cortó el aire con el sonido del primer azote, fue tan intenso el dolor que el primer grito se ahogó con el ardor que sentía en ese momento, no me dejo captar la idea lo que acababa de hacer cuando sentí otro azote más, sacando el grito que tenía atorado, me mordí el labio dejando escapar un par de lágrimas por la intensidad de cada golpe, sentí un tercero y después los labios de Mingyu presionando en la carne dolorida.

—Maldita sea Danae, me tienes ya muy duro, escucharte gritar es una droga.

Me giro con facilidad, haciendo que mis brazos dolieran por caer en esta posición, mi labio sangraba un poco por la presión que ejercía al tratar de reprimir más gemidos, mi lado dominante a veces quería tomar el control y quitarme el disfrute que tenía estando con él.

Que se joda mi lado dominante, quiero más.

Mi vista estaba algo borrosa debido a las lágrimas, pero note con detalle el cuerpo escultural del hombre que me tenía tan embriagada, se relamió los labios y se froto un poco el rostro con su mano libre, ya que en la otra aun traía el cinturón. Mis ojos se fueron directo a su miembro que estaba hinchado y erguido, se movía anunciándome lo ansioso que estaba también por someterme, instantáneamente abrí las piernas.

—Tan servicial para tu amo, mi linda zorrita —dio un azote en el interior de los muslos —tan desesperada de que te joda.

—Aaahh —abría y cerraba mis puños atrás de mi espalda, por la desesperación de no poder moverme —mi señor, por favor.

Dio otro azote, mientras se inclinaba a morderme cerca de la entrepierna.

—Estas escurriendo, deberías de tener un poco de vergüenza, la poderosa e imponente Danae esta rogando que se la follen, mientras la someten —mordió encima de la piel de mis labios vaginales —tan complaciente para mí.

—Solo para usted, mi señor, solo usted.

No reconocía mi propia voz, era unos niveles más bajos de lo normal, me desesperaba tanto escucharme así, pero no lo podía evitar, mis mejillas ardían, el sudor se asomaba por mi frente, y Mingyu solo me estaba azotando.

—Tus pechos están tan rígidos, ¿Mi pequeña perra quiere que los atienda? —ya estaba perdida que no podía responder de manera coherente —te has portado tan bien, creo que podría darte un premio.

No fue un premio, fueron dos, al momento que su boca se acercó a mi pezón duro, en cuanto su lengua lo rozo, mi corrí, como una vil cualquiera, esto fue vergonzoso, mis zonas erógenas se extendían cada vez más por culpa de él. Se dio cuenta al instante, como si mis gemidos y pequeñas convulsiones no fueran notoria, mis dedos se acalambraron y sentía que mis oídos zumbaban.

—Estas más sensible que de costumbre, ¿Te gusta que sea tan agresivo? ¿No tienes tantito amor propio? Pequeña puta.

—Mi se...

Apenas pude mencionar algo, su miembro se había clavado en mí, aun había restos de mi orgasmo anterior, lo que hizo que la sensación fuera diez veces más intensa, gire mi cabeza para intentar morder algo, pero él me la volteo de una bofetada, haciendo que mi cabello me cubriera un poco el rostro.

—¡Mírame mientras te follo! Quiero que veas como te vez a través de mis ojos, detesto que seas tan hermosa.

Su mano fue subiendo por mi abdomen, hasta llegar a mi cuello, mis muslos ardían por los azotes, pero mi interior lo apresaban para que ni un solo centímetro saliera de más de entre mis piernas, cuando su mano envolvió mi garganta, juro que estaba por volver a correrme.

—Si terminas sin que te lo ordene, te castigare una semana sin tocarte.

Quería pensar en otra cosa, algo desagradable, pero las punzadas de mi piel por todo el castigo anteriormente recibido no me dejaban pensar en otra cosa. Apretó sus largos dedos impidiendo que el aire entrada de manera regular, sus gruñidos aumentaban cuando me veía abrir la boca para intentar tomar algo de aire, pero también estaba atento de todos mis movimientos, mi coño recibía fuertes embestidas, pero con toda la humedad el entraba con facilidad, se inclinó para morder mis labios y después besarme, quitándome el poco aire que recibía, pero yo prefería su lengua explorando mi boca a recibir oxigeno de manera adecuada.

Sentí que se separó dejándome agarrar un poco de aire, al mismo tiempo con su otra mano apretaba la carne de mi trasero dando ligeros pellizcos, todo me estaba dando vueltas, cada fibra nerviosa de mi cuerpo estaba a su merced, a su voz, al solo hecho de que me mirara fingiendo un desprecio cuando sus ojos destellaban deseo, pasión, lujuria.

La imagen de cabello desordenado, con esos hombros anchos tensándose por el esfuerzo en sus meneos de cadera, cada vena de su cuello que se marcaban al hacer la cabeza hacia atrás entrando en ese éxtasis que ambos compartíamos, poco a poco su agarre en el cuello se aflojo, para tomar mis caderas y arremeter con más violencia anunciando su orgasmo, dejando liberarme a mí también, perdí la conciencia por unos segundos, escuchaba su voz a lo lejos.

—Dana, Dana —sus manos me desataban comenzando a besar mis muñecas doloridas —responde peque.

—Odio que me digas peque.

Escuchar su risa después del sexo creo que era lo mejor, comenzó a limpiarme, tenía muy claro el after care, pero era mucho más delicado de lo que me gustaría, aun así lo dejaba hacerlo, porque su rostro analizando cada marca de mi cuerpo desnudo, me ayudaba a tener material con el cual tocarme más tarde.

—Ya déjame —arrugue mi nariz al verlo acomodarme el cabello —no doy tan delicada.

—Compórtate, eres una malcriada.

—Aun así, te encanta darme lo que necesito.

—No mas de lo que te encanta a ti que te lo de.

—Quisieras.

—Deberia de llenar esa boca tuya con mi verga, para que guardes silencio, porque tu lindo coño casi me la arranca después de tu ultimo orgasmo.

—Necesitaria mas de un intenso orgasmo para arrancar todo el trozo.

Me dio una bofetada de nuevo.

—De rodillas y abre la puta boca.

No creo soportar una ronda mas, pero no puedo evitar obedecerle...


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro