Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9| ENCUENTRO DE DOS ALFAS

Conforme las horas pasaban el alaskan empezó a preocuparse porque Jimin no regresaba del cerro.

Comenzaba a amanecer y un nudo en su estómago le advertía que algo malo estaba ocurriendo. Sintió a través de la marca que Jimin había perdido el conocimiento. Corrió a buscarlo y en ese preciso instante sintió un brusco corte con el lazo que lo une a su omega.

Llegó al sitio donde claramente Jimin había estado pero no lo encontró. No había rastros de él, tampoco estaban sus ropas solamente podía vislumbrar una especie de mancha sobre el suelo que le indicaba que era el sitio donde el refulgir del espíritu de su chico se había manifestado minutos atrás.

Se desesperó. Gritó su nombre. Aulló a los cuatro puntos cardinales. Pero no obtuvo respuesta. Hizo esfuerzos para tratar de sentirlo a través del lazo.
Comenzó a hiperventilar, lloraba ante el desconcierto.

—¿Dónde estás, Jimin?

No sabía qué hacer, pensó que el niño había descendido por otro sendero, entonces cambió de forma y Sialuk comenzó una demencial carrera hacia el refugio. Cuando llegó, vio que la figura de un perro desconocido para él, lo estaba esperando.

Con su aliento agitado por la corrida, solo pudo pronunciar...

—¿Quién eres? ¿Dónde está Jimin?

—Cálmate por favor, Jimin está bien.

—¿Quién eres?

—Mi nombre es Uxmal.

Sí. El xolo quién se había prometido a sí mismo, volver a reunirse con Jimin a cualquier precio, estaba ahora de pie frente a quién él consideraba su enemigo, por tratarse del Alfa que había marcado a su amado pelirrojo. Nada bueno ocurriría a partir de éste momento.
A Jungkook se le heló la sangre ante ese nombre. El mismo por quién él y Jimin habían discutido semanas atrás. El único nombre que lo hacía temblar de celos estaba frente a él, para hablar de su omega... ¿Algo peor podía suceder?

—Estoy acá por pedido de Jimin. Él está bien. El milagro sobre la niña herida, se concretó. Ella está sana y salva al lado de sus padres.

Jungkook comenzó a reír de felicidad por la salud de la pequeña pero las próximas palabras del xolo le arrancarían la sonrisa para siempre.

—Jimin no regresará. Él mismo me encomendó que te pidiera que regreses a la aldea solo. Ese es el precio que el druida le impuso para curarla.

Sí, algo peor podía suceder. Maldito destino....

—Ese no era el trato —gritó Sialuk.

—Eso es lo que ocurrió yo solo te transmito lo que Mimi me dijo.

—¿Mimi? ¿Quién eres tú? No te conozco. ¿Por qué llamas a mi omega de ese modo? Llévame ya con Jimin.

—Ya te dije quién soy, mi nombre es Uxmal, soy un Xoloitzcuintle aprendiz del druida —mintió descaradamente el lampiño.

«Sé quién eres, xolo, fuiste amante de Jimin …» —el pensamiento le dolió en la mente al recordar las palabras del omega al referirse a él como «un alfa, lindo».

—Cambia de forma —le ordenó Jungkook— Quiero ver al humano detrás de ti.

Ambos cambiaron a su forma humana y Jungkook sintió la angustia de estar frente a alguien que ha compartido lecho con su amado antes que él.

—Tú eres quien les lleva cacao a la aldea de los Park, no eres aprendiz de druida.

—Eh-ehh, antes repartía especias, pero ahora soy mano derecha del druida de la aldea —tartamudeó Uxmal, improvisando mentira tras mentira.

—Mira, si no me crees te he traído la carta que Jimin escribió para ti

Jungkook recibió un papel arrugado de la mano tembleque del xolo. Frente a sus ojos, bailaba una esquizofrénica sopa de letras y con desdicha debió aceptar que era incapaz de distinguir ni un solo signo.

—Jimin sabe que no puedo leer el Znaka. No es posible que él me haya escrito una carta, sabiendo perfectamente que no podré leerla.

Ese fue el instante en que Uxmal se sintió más asustado frente al imponente alfa, al pensar que sus mentiras quedarían al descubierto.

Jungkook había comenzado a llorar, tomó la supuesta carta de jimin entre sus manos y la llevó a su pecho. El xolo aprovechó el momento de debilidad de jungkook para posicionarse frente a él de manera más poderosa.

—No tengo idea por qué Jimin te escribió una carta si él sabe que no sabes leer —parecía un trabalenguas las excusas que inventaba Uxmal.

Los impresionante ojos del xolo transmutaban del amarillo al marrón, provocando una desagradable impresión en Jungkook.

—Pero no te preocupes, yo sí sé leer la grafía de su pueblo y puedo decirte lo que dice, si quieres.

JK hizo un recorrido intenso de arriba a abajo por toda la carta y se la entregó a Uxmal para que la leyera.

             "No regresaré contigo a la aldea de los lobos, no puedo hacerlo, los Dioses se han manifestado y exigen que me quede a cumplir mi mandato como druida natural. Ese es el precio a pagar por el milagro de la vida de la niña. Regresa a la aldea y cuéntale a tu líder que su hija está curada."

Jungkook escuchó atentamente cada palabra, en el fondo de su alma supo que detrás de esas líneas no se encontraba la voz de su amado Jimin.

¿«Tu líder» en lugar de Trueno? ¿La «niña» en lugar de Maikoh?... pero tampoco le constaba ni podía corroborar esa duda.

De lo único que estaba seguro era de que Jimin no había regresado a él, y ese hecho, tristemente era irrefutable.

De la forma más desgarrante y cruel debía aceptar que lo que el desconocido le decía, era cierto.

Observó al xolo marcharse y cayó en el llanto visceral y lacerante.

Ingresó al refugio, tomó una de las prendas de Jimin y las llevó a su nariz para intentar tranquilizarse con el olor de su omega. Pero el caramelo de azúcar aún presente en la ropa, lejos de calmarlo, fue un puñal candente en su alma. Miedo cerval.

—Ahhhhhggrrrrrrrrr…  —lloró, aulló, golpeó los puños sobre su pecho. Se culpó por dejarlo ir solo, por permitir que regresaran a este maldito lugar. En ese estado de angustia, se quedó dormido luego de, literales, doce horas de llanto.

Despertó de esa maldita ensoñación y por una micronésimas de segundos pensó que Jimin estaba a su lado. Cuando la realidad le taladró la cabeza, un aullido sordo estalló en su gaznate.

Se incorporó, su cuerpo aterido por las inclemencias del clima requería abrigo, agua y calor. Alimentó a los samoyedos y regresó a la colina donde había perdido a Jimin, se quedó por muchas horas con la ilusión de que el rojo volviera a él.

No podía creer que el lazo se hubiera roto. A menos que Jimin hubiera muerto. Y si ese era caso, él hubiera sentido el deceso del Omega.
Frente a la horrorosa idea de muerte de su chico, se desesperó aún más y su mente comenzó a consolarse a sí misma, aceptando con resignación los dichos del Xoloitzcuintle.






1154

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro