—¡Alto! ¿Quién eres? —cuestionó a los gritos el vigía que protege las puertas del asentamiento TanGban.

—M-mi nombre es Uxmal, estoy buscando a un amigo que, por lo que me han contado, ahora vive entre ustedes. Se llama Jimin. Park Jimin.

—Él no se encuentra.

—¿Podría entonces, hablar con Min Yoongi? O con algún siberiano que esté disponible.

Espera un momento, comentó el guardia y solicitó a su compañero que acudiera en busca de Yoon.

Le permitieron ingresar al interior de la aldea para reunirse con Yoongi.
El alfa siberiano llegó al encuentro del xolo y lo saludó con una reverencia.

—¿Qué haces aquí, Uxmal? Hace tiempo que no nos veíamos.

—Así es, Yoongi, ha pasado mucho tiempo. He venido por Jimin.

—¿Por Jimin? —respondió Yoongi haciendo énfasis en la desacertada preposición que le sonó a pertenencia.
—¿«Por» Jimin? —Volvió a preguntarle al foráneo haciendo comillas con sus dedos.

—A ver a Jimin —se corrigió el visitante.

A Yoongi no le satisfizo la corrección del xolo y puso énfasis en aclararle que el omega ya no está solo.

—Ya sabrás que fue reclamado y se encuentra en este momento en su Luna Escarlata.

—¿Qué mierda es eso? —comentó el xolo con evidente desagrado— nunca oí de esa luna.

«¿Mierda?» la cabeza de Yoongi era un descalabro de ideas y ninguna era buena.

—Es una costumbre de los lobos, y Jungkook es casi uno de ellos.

—Jungkook… —masculló el híbrido entre dientes— «Así que, así te llamas»

—Tienen para varios días más. Calculo que tú ya no estarás acá cuando ellos regresen. ¿Por qué querías ver a Jimin, exactamente?

A esta altura, Yoongi ya había advertido que detrás de la aparente calma del chico, había intenciones para nada sanas.
Pero no le constaba, con lo cual, debería indagar un poco más para que Uxmal dejara ver sus verdaderos propósitos.

El híbrido Xoloitzcuintle poseía una condición que ninguno de los híbridos conocidos por Yoongi, tenía. Podía cambiar el color de sus ojos sin necesidad de cambiar íntegramente a su forma animal. Estar ante la presencia de alguien que transmuta la mirada es tan perturbador como amenazante. Y los ojos del xolo mutaban de un profundo color café a un amarillo inquietante que parecían echar chispa cada vez que Yoon nombraba a Jungkook.
Así que adrede, lo hizo varias veces para confirmar esa sospecha.

—Te lo pregunto porque tal vez ellos se tomen más tiempo de lo que dijeron, ya sabes cómo son los que se aman. Y Jungkook no dejará que Jim…

—¡Ya deja de nombrar a ese maldito! —gritó cuando el chico menta dijo por octava vez el nombre del alaskan.

—¿Maldito? —La cara de Yoongi se desconfiguró— Mira, no sé que diablos te ocurre ni cuáles son tus intenciones, pero a esta aldea no puedes llegar con tus insultos hacia un miembro amado y respetado por todos sus habitantes.

El xolo se incorporó, su forma humana no era tan intimidante como lo es la perruna. Con su metro setenta y ocho bien distribuido, Uxmal poseía una belleza exótica tras la que nadie podría imaginar, tan solo viéndolo, que ese joven fuera capaz hacerle mal a alguien.

Era atractivo y cualquier omega hubiera caído rendido a sus pies. Pero no el omega que este alfa quiere, porque Jimin, ya tiene dueño, y a él parece no importarle que haya sido reclamado, ni tiene intenciones de respetar las jerarquías y es allí donde comenzaría todo el drama.

Por encima del metro setenta de Yoongi, el híbrido xolo lo miraba con desprecio y sus ojos bicolor metían miedo. Había intentado por todos los medios disimular pero fue poco el tiempo que soportó para mostrar la verdadera razón por la que estaba allí…

—Dime donde están. Dímelo ya. Iré por Jimin, iré por él. Debo recuperarlo, debo recuperar a mi amor…

—¿Tu amor? ¿Estás loco? Jimin no te ama a ti. Nunca lo hizo.

—Tú no sabes nada.

—Sé lo suficiente, Uxmal. ¿Olvidas que mi padre era quien me encomendaba buscar a quiénes serían los amantes fortuitos de los aprendices? Yo fui quién, por mandato de los sacerdotes, te presentó a Jimin. Nunca estuve de acuerdo que él se relacionara contigo. Nunca me pareciste confiable y ahora lo confirmo.

—Nada de eso me importa. Jimin es la persona que amo, y por quién he regresado una y otra vez a esa aldea roñosa a la que perteneces. Y estoy dispuesto a todo para recuperarlo y marcarlo.

—Tú de verdad estás absolutamente loco. Vete ya mismo de aquí. Aléjate de este clan, de Jimin y de Jungkook.

—Vuelves a nombrar a ese hijo de puta y te juro que te..…

—¿Te atreves a amenazarme? ¿En mi casa? ¿En mi tribu? ¿Ya sabes que te encuentras, literalmente, en la boca del lobo? Una sola frase mía hacia los vigías y no las cuentas, maldito. 

—Me iré. Ya me voy. Solo dime dónde están… por favor.

Yoongi articuló su voz de mando y al xolo se le crisparon los pelos, retrocediendo dos pasos ante el alfa de menta que a pesar de ser notoriamente más bajo, el sonido grave, áspero y tan peculiar de su garganta le dejó muy en claro quién era el macho dominante allí.

—Cuento hasta cero, para que desaparezcas…

El joven moreno, se encaminó cabizbajo hacia el encuentro de los vigías que habían llegado para escoltarlo hacia el pórtico de salida.

Yoongi lo observó hasta que salió de su aldea pero supo en su interior que volverían a saber de Uxmal y no sería nada bueno.