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16 | HERIDAS


Jungkook se encontraba prácticamente recuperado, sus fuerzas habían llegado con ímpetu después de recibir altas dosis de caricias por parte de su omega.

Él le había ayudado a Jimin a higienizar su ojo quitando la sangre seca adherida a la piel. La llaga seguía abierta pero había dejado de sangrar hacía varios días. También le curó las muñecas y las vendó con amor y precisión.

—¿Te duele?

—Casi nada. No siento mucho dolor.

—Mejor así, no quisiera sumar más dolor a tu cuerpo cuando te muerda.

—¿Qué dijiste? —Jimin río y entendió que el comentario audaz de su alfa significaba una sola cosa, él había regresado del letargo y su animal interno empezaba a reclamar atenciones.

Jungkook había arrimado su boca al cuello del rojo y su respiración se hacía acompasada al ritmo de los deseos por su chico.

—Voy a clavar mis dientes tan profundo que oirán tus gritos hasta los lobos de Trueno.

—¿Es una promesa?

—Es una amenaza.

Jimin sonrió con picardía recordando esa misma frase que él le había dicho a JK aquella noche que se entregaron por primera vez al placer y la lujuria.

—Quiero escucharte jadear mi nombre hasta enloquecer. Te necesito Jimin, te deseo, me muero de amor, me muero por hacerte mío y comerte de a poco. Necesito reforzar el lazo…

—¿Qué te detiene mi amor? Tómame ya. Te deseo con locura.

Jungkook giró y se detuvo a observar con detenimiento a la hermosa criatura que ama con delirio.

—Eres el dueño de sus sueños, Jimin

Sus bocas se encontraron en una danza húmeda y deliciosa. Un beso suave, tibio, que le daba a sus bocas la oportunidad de reconocer sus sabores.

—Oh, mi amor, como te he extrañado, Jungkook. Si no te hubiera encontrado, si no hubiera llegado a tiempo, yo, yo-o e-estoy seguro que no estaría entre los vivos en este momento.

—Shhh, no digas esas cosas, me encontraste y…

Jimin no pudo continuar con la sesión de besos. Un huracán de recuerdos le llegó a su cabeza y rompió el abrazo dejando a Jungkook atónito.

—Necesito hablar, necesito sacar esto de mi cuerpo o terminará en desastre.

Kook se rascó la nuca y mordió el interior de su boca.

—Déjame que lo diga, por favor, llevo clavado esto en mi garganta desde que el xolo con tan solo unas palabras, rompió mi alma en pedazos.

—¿Qué te hizo mi amor? Lo odio tanto.

—Déjame que te cuente y no me interrumpas por favor o no tendré el valor de seguir, aunque me quiebre, tú solo escucha, necesito decirlo…

Jungkook asintió.

             "Solo bastaron unas cuantas palabras para que él me destruyera emocionalmente, Kook, ya casi había logrado que mi cuerpo se rindiera, no me alimentaba, y me daba brutales palizas, pero aquel día, él se había preparado para hundirme, para romper mi mente y mi corazón de la peor manera.
Ese día había aflojado la correa que cada noche ataba a mi cuello para inmovilizarme. Yo pensé que se trataba de alguna clase de tregua, que de a poco dejaría de lastimarme. Sobre todo porque mi cabeza no comprendía cómo una persona que declara estar enamorada de mí y estar tan obsesionado conmigo, fuera capaz de producirme tanto dolor físico. Pero no estaba preparado para lo que se vendría…

Kook acariciaba sus manos y sentía una furia isoportable frente a lo q le contaba del xolo.

"Luego de soltar del todo la correa, me tomó del cuello y comenzó a asfixiarme. Cuando creí que moriría, él aflojó la presión, se rió y comenzó a decirme las cosas más horrendas que alguien me haya dicho jamás…

—¿Qué crees que haría tu querido Jungkook si me viera en este momento?
¿Qué crees que estará pensando él de tí, en este momento, Mimi?
Y tú… ¿Qué piensa ahora mismo, mi lindo colorado?
¿Crees que valió la pena arriesgar todo por una niña que conoces… ¿hace cuanto? ¿Un año? ¿Dos?
¿Sabes lo que yo pienso?
Creo que te importó una mierda tu novio. Creo que eres el tipo más egoísta que conozco. Creo que… no, no creo, estoy seguro que solamente pensaste en ti y en lo que tú querías. No niego que querer salvar a la niña fue algo muy generoso de tu parte. Pero no mediste las consecuencias. Y ahora tu pobre perro debe estar muriéndose por allí, solo y sin el omega que lleva su marca. Marca que por cierto, va a desaparecer en breve. Y cuando seas mío y yo te marque, tu querido malamute, morirá.

Jimin no podía seguir hablando por el llanto. Jungkook solo lo abrazó pero cumplió su promesa de no interrumpirlo.

—Continúa amor. Tú puedes.

—Jungkook, perdóname, perdóname amor mío.

—No pidas perdón, no tengo nada que perdonarte Jimin, tu no eres culpable de nada. El único ruin, fue el xolo, él es un ser despreciable que merece que lo mate a patadas cuando lo encuentre…

—No Kook, aún no has escuchado lo que necesito que escuches. Y después de eso, si deseas dejarme, lo entenderé

Jimin, no me asustes, ¿De qué hablas?

—Kook, y-yo… yo…

—Minnie, mírame, es algo que te hizo Uxmal? Él te obligó a estar con él? Te violó?

Jimin seguía llorando y tapaba su cara con sus manos.

—Amor, eso no me importa. Lo que te haya hecho, debe quedar atrás, nada es tu culpa, si ese hijo de la mierda te violó  no tienes la culpa y a...

—No, no —hipaba— no me violó, pero abusó de mí. Muchas veces, amor. Se metía a la cama y me tocaba —El llanto se intensificaba—Deja que me recomponga, no puedo hablar…

—Ese día decidió destruirme emocionalmente, sujetó mis brazos y mis piernas a la cama y mientras se tocaba, comenzó a decir cosas horribles.

Jungkook sintió miedo de lo que se venía…

—Yo, yo… Jungkook, después de lo que me dijo, corroboré lo que ya rondaba por mi cabeza y no lo quería admitir.

—¿Qué te dijo, amor?

—Dijo, nunca más serás la misma persona después de estar conmigo, y menos volverás a ser ese niño de corazón generoso, cariño. Porque ahora estoy yo en ese músculo que aún late en el pecho. Y late porque yo te lo permito y porque a mí se me ocurre que así sea ¿Bien sabes que si quiero te arranco el corazón, ya mismo, verdad?
Nunca más volverás a ver a ninguno de los tuyos, y eso querido Jimin, eso, es gracias a ti. Porque tú y solo tú, eres el artífice de todo esto. Gracias a ti, tu alfa morirá pronto.
¿Estas orgulloso?

—Jimin, amor...

—Perdón mi amor... Perdón.

—Jimin, no me pidas perdón.

—Déjame decirlo o moriré Jungkook... Se subió encima mío, y simuló embestidas contra mi regazo y se rió de mí cuando mi cuerpo reaccionó instintivamente ante su fricción. Se separó de mí y tras morder mi boca con furia, se retiró feliz. Me dijo que pensara bien en lo que había ocurrido antes de volver a decirle que no lo deseaba.
Perdón amado mío. Yo, te juro que no lo deseaba, nunca, yo... Yo, me quiero morir....

Jungkook lo abrazó fuerte y acarició su cabeza y las palabras de amor más profundo salieron a calmar tanto dolor.

—Escúchame bien Jimin, tú no tienes responsabilidad de nada de lo que ese engendro te haya hecho. Él hizo cosas imperdonables, viles, asquerosas, pero, mírame, Jimin, tú no seguirás siendo su  víctima. Él no es dueño de tu felicidad ni de tu semblante, ni de tus pensamientos. Sé que no será fácil olvidar. Pero lo haremos juntos. Yo estoy contigo en todo. Él te lastimó de todas las formas posibles, amor, pero necesitamos que queden atrás, por honor a nuestro amor y porque necesitas sanar tu corazón, Jimin de mi alma. Hagamos entre los dos, que el amor sea más fuerte. Necesito creer que dejaremos atrás todo.

—Te amo, Jungkook.

—Yo más Park Jimin, yo más, con mi alma y mi vida, te amo para siempre.

—Voy a contarte una última cosa, y prometo no hablar más del tema.

Cuéntame, pero del tema vamos a seguir hablando todas las veces que sean necesarias. ¿Sí?

—Sí, mi amor.

—Cuéntame

La próxima vez que intentó hacer lo mismo fue cuando escapé.
Mientras corría me asaltaron pensamientos de miedo y culpa que aún hoy tengo y me atormentan...

Sus ojos hinchados por el llanto buscaban los de Kook en un intento de encontrar perdón y paz en ellos.

—Yo me arrepentí de haber ido al caldero, de haberte arrastrado hacia allá, fui tan egoísta… Kook, tuve un pensamiento espantoso. Y no puedo más con eso...

—¿Qué pensamiento, Jimin?

—Me da vergüenza decirlo..

—Jimin soy yo, dímelo

—Bueno, yo llegué a culpar a Trueno y a Maikoh por lo que nos estaba pasando. Pensé que si él no hubiera corrido a buscarme para que lo ayudara a curarla, yo no te hubiera obligado y arrastrado conmigo al infierno.
Antes de ingresar a la aldea, le pedí a los cielos que me ayudaran a enfrentarme con mis demonios. Casi diría que escuchaba la risa de mi torturador. Yo de verdad que amo a Maikoh, pero… soy un monstruo.

—No amor, cálmate, basta de llorar así, te hará mal. No eres un monstruo. Mirá necesito que sepas algo, niño —Kook lo atrajo sobre su pecho— Cuando yo llegué a TangBan y los vi a todos exultantes de felicidad, me sentí fatal. Yo llegaba de perderte, de no saber por qué habías desaparecido y sus sonrisas eran puñales en mi alma.
Voy a confesarte algo muy pero muy triste, Jimin... No quise ver a Maikoh. Me quisieron llevar a verla, pero me negué. No hubiera soportado verla feliz a costa de tu sacrificio. Me fui antes. No pude con ese sentimiento.
Como ves, somos dos monstruos… jaja— besó la tierna sonrisa de Jimin que acababa de aparecer entre tanto dolor.

—Yo sí la vi. Ella entró a la sala donde estábamos todos reunidos ¿Sabes que me dijo? —JK hizo no con la cabeza— besó mi nariz y dijo «Gracias, tío»…. Y ahí, recién ahí entendí que ella era pura luz y que el universo me sonreía de poder verla con vida. Pero en el acto volví a sentir en la boca del estómago el puñal que el xolo me había clavado con sus palabras. "Te importó una mierda tu novio" y me sentí desdichado.

—Creo amor, que será difícil que ese demonio salga pronto de tus pensamientos, pero cuando él aparezca, sacude tu cabeza y sacalo de ahí. Buscame a mí para que ayude a calmarte.

—Quiero sanar, Kook.

—Yo también, lo haremos juntos, mi amor.






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