Los tres lobos que seguían de cerca a los siberianos que llevaban a Jimin a las rastras se quedaron varios pasos detrás cuando la manada Park llegó al pueblo.

Un pueblo muy numeroso. Lleno de personas que iban y venían alteradas porque el futuro druida natural había sido encontrado y llevado ante ellos.

Los lobos robaron ropa de una casa cercana, cambiaron de forma para mezclarse entre la gente y pasar desapercibidos. Hecho que podía darse ya que los siberianos son cientos y cientos y posiblemente no se conocen entre sí. Esto obviamente no podría haber ocurrido en el poblado TanGban, conformado por pocas familias, donde se conocen unos con otros.

Con sigilo rastrearon el sitio donde habían trasladado al pequeño rojo y se mezclaron entre el público.

Jimin, ya con su forma humana, había sido llevado, maniatado y con vendajes en sus ojos, al centro del Caldero de los Dioses donde exhaustivamente estaba siendo examinado por uno de los sacerdotes.

Le desnudó la parte superior del cuerpo y un grito se encajó en la garganta del hombre al ver la mordida en el cuello de Jimin.

—¡Ha sido mordido! —vociferó al público —esa marca en su cuello indica que ha sido reclamado por un alfa.

El druida se acercó al hombro de Jimin para observar la marca.

El líder que había sido el responsable de secuestrar a Jimin, habló:

—Él ha estado viviendo entre lobos desde hace meses. Vive con uno de ellos. Él no ha sido marcado por uno de los nuestros. ¡Él ha sido mordido por un hombre lobo!
El poblado entero, reunido en ese enorme sitio, aulló ante la noticia.

—En tres días habrá luna llena, no podemos correr riesgos de que él acabe con nuestro poblado cuando se convierta —prosiguió el líder— Hay que ejecutarlo.

—No, no, nooo, por favor escúchenme —gritaba Jimin— No es la marca de un lobo, por favor créanme...

Jimin no fue escuchado. Lo trasladaron a la mazmorra más oscura y húmeda donde recibió torturas infrahumanas.

Él intentó suprimir su sufrimiento para proteger a Jungkook y que éste no pudiera sentirlo a través del lazo. Pero fue en vano... Jungkook pudo percibir absolutamente todo. Experimentó en carne propia lo que su amor estaba sintiendo. Su miedo, su dolor, su padecer ante cada golpe.

El alaskan lloraba a los aullidos pero eso no detuvo su marcha.
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Los lobos vigías salieron del recinto y emprendieron regreso a toda velocidad. Debían avisar a Jungkook y a Namjoon lo que habían presenciado en la aldea: en tres días ejecutarán a Jimin.

A mitad del recorrido los encontraron y les contaron con detalles lo que la marca en el cuello de Jimin había generado creyendo que lo había mordido un lobo y el horror de lo que se avecinaba tras ese hecho.

—¿Marca? —Namjoon miró al alaskan— ¿Lo marcaste Jungkook?

—Sí. Lo marqué, nos amamos, él es mío. Y ahora, me estoy muriendo.

—Haz memoria Jungkook ¿en todos estos días que has estado con Jimin, cambiaste a tu forma animal? Quiero saber si los que los vigilaban pudieron ver que no eres un lobo.

—Sí, Nam, muchas veces, incluso el mismo día que se lo llevaron yo cambié de forma para ir a rescatar las ovejas.

—Es decir que ellos te han visto. Saben que no eres un lobo. ¿Por qué están haciendo esto?

—No perdamos más tiempo —dijo el vigía— En tres noche van a sacrificarlo.

Eso activó al grupo que retomaron la marcha a toda velocidad.

Dos días y sus noches corriendo sin descanso, llegaron a la aldea el tercer día, casi a punto de anochecer.

Una redonda y gigante luna se alzó sobre sus cabezas minutos antes de llegar al Caldero de los Dioses donde ya habían trasladado a Jimin a un espacio a cielo abierto y había sido colocado de pie, en el centro de una piedra circular de sacrificios.

Trueno y sus lobos no pudieron evitar la metamorfosis que la luna llena provocó sobre sus cuerpos. Él ordenó detenerse y quedarse atrás, siendo Jungkook el único que avanzó hasta el lugar donde se encuentra su niño.

A través del lazo él experimentó el corazoncito acelerado por el miedo que su amado estaba sintiendo. Eso lo retorció pero aún así, continuó corriendo.

Corrió, corrió, corrió....

Pero, llegó tarde.

La sangre de le congeló en las venas cuando levantó la cabeza y observó en cámara lenta a uno de los Park, empuñando un arma contra su omega.

El líder de la manada se paró frente a la piedra de sacrificios y disparó una bala de plata al corazón de Jimin.

Nadie comprende por qué lo ha hecho.

La luna ya estaba sobre ellos y Jimin no se había transformado. Todos los siberianos presentes aúllaban en protesta por el acto cruel y sin sentido del líder.

—¡¡Asesino!! —gritaba la multitud.

Lo último que los ojos de Jimin vieron, fue el rostro desencajado de su alfa corriendo hacia él.

Jungkook corrió en cuatro patas desesperado, abriéndose paso entre el mundanal.
Pero ya era tarde, la herida fue fatal, su niño rojo ahora yacía sin vida sobre la piedra helada.

Cambió a su forma humana y tomó entre sus brazos a su amado, le quitó las  sogas de su cuello y desató sus pequeñas manos.

—Mira lo que te hicieron, mi amor....

Lloraba sin consuelo.

—No cumplí, amado mío, te fallé, no te cuidé.

Tomó sus manitas heridas y quiso morirse ahí mismo, quiso dejar de respirar en ese instante, allí, al lado de su pequeño de trufa rosada.

Con su niño entre los brazos le suplicó de rodillas a los sacerdotes que hicieran algo. Él recordó que Jimin le había contado que el druida poseía la capacidad de hacer milagros.

Uno de los aprendices, compañero de Jimin, se acercó a Jungkook y tocó su hombro brindándole apoyo.

Éste increpó y ordenó al druida que le devolviera la vida al asignado.

—¡Debe hacerlo! Esto fue injusto, Jimin no era un hombre lobo. Todos fuimos testigos que él no se transformó con la luna llena —gritaba el chico de cabellos menta.

Un estallido popular estaba a punto de acontecer cuando el fogonazo de otro disparo iluminó el recinto. El líder aún con el arma en su poder, había apuntado y disparado contra Jungkook.

El alaskan levantó su cabeza y dirigió su mirada vacía hacia dónde se hallaba el asesino de Jimin.

El proyectil nunca llegó a tocar a Jungkook ya que fue desviado porque detrás del criminal, Trueno, exhibiendo su poderío como hombre lobo, le había arrancado la yugular con sus colosales dientes anticipándose a la acción del miserable.

Toda la aldea corrio despavorida y Jungkook aún con su amado en brazos, amenazó al druida con destruir toda la población en manos de sus hombres lobos si no ayudaban a Jimin.

—Lo haré, no porque me amenaces jovencito. Lo haré porque Park Jimin es el designado por los Dioses. Y si él se va de este mundo a causa de tremenda injusticia, nuestro clan sufrirá calamidad y desolación eterna.
Debo encontrar el modo de reconciliar estas tierras con aquellos cielos.

Déjalo en el suelo. Retírate hacia atrás.

Druida, sacerdotes y aprendice conformaron un círculo alrededor del cuerpo sin vida de Jimin. Se tomaron de las manos y comienzaron un cántico celta de alabanza y sortilegio.

La tierra debajo del chico comenzó a agitarse y como si algo o alguien lo sujetara de los tobillos, Jimin comenzó a ascender para quedar gravitando cabeza abajo y pies hacia los cielos.

La sangre que emanaba a chorros de su cuerpo invirtió el recorrido para ingresar a la herida.

Jungkook observó con descreimiento como el pecho de su omega se abría en dos y de él caía como en cámara lenta, la bala de plata que quedó suspendida en el aire a varios centímetros del cuerpo.

El druida se acercó a Jimin que colgaba de la nada y con su báculo de poder golpeó tres veces su corazón que había dejado de latir minutos atrás.

El bastón se iluminó con colores brillantes y el corazón de JM salió de su cuerpo. El druida lo tomó entre sus manos y sopló sobre él.

El cántico de los sacerdotes se pronunció más fuerte.

El corazón comenzó a latir entre sus dedos y lentamente lo dejó ascender hasta hacerlo encajar perfectamente en su pecho abierto en dos.

JK y la manada de hombres lobos lloraban en silencio. Nadie era capaz de comprender semejante poder.

Jimin de cabeza, colgado de los pies, boca abajo con sus brazos abiertos en una dolorosa postura de crucifixión invertida, aún no daba señales de vida, hasta que de pronto el pecho del híbrido comenzó a tomar tonos rojizos y un olor a carne quemada dió cuenta que la laceración estaba siendo cauterizada desde adentro, con... ¿con nada? ¿es solo magia?

El druida colocó nuevamente el bastión sobre el pecho cicatrizado y volvió a dar tres golpes sobre él.

El cuerpo inerte se sacudió y su respiración, ausente hasta ese momento, se hizo notoria y acompasada.

Jimin descendíó lentamente y Jungkook corrió a ponerse debajo para recibirlo en sus brazos.

Llorando lo sostuvo y besó su cuello donde las pulsaciones del chico ahora son fuertes.

—Ya está, mi amor. Ya pasó, estás de regreso. Estoy contigo.

Cayó de rodillas con el joven siberiano entre sus brazos. Lloraba silenciosamente sobre el cuello de su niño rojo. Nunca en su vida había estado tan aterrorizado de perder a alguien. Nunca en toda su existencia había experimentado ese dolor brutal, ese miedo cerval.

Sin vida lo había levantado de la piedra de sacrificios y sin vida estuvo también él, en ese lapso.

Jimin de a poco regresó del letargo de los muertos y sus ojos se fijaron en los oscuros ojos de su amor.

Volver a ver chispa de vida en sus ojitos de cielo, no era comparable a nada...

—Kook, estás acá...

—Sí amor, y no estoy solo.

Jimin levantó la cabeza para observar a los más de veinte hombres lobos que acompañaban a su alfa.

Las enormes bestias habían hincado sus rodillas a la tierra en demostración de respeto hacia Jungkook y Jimin, dos de sus hermanos del clan de lobos que han dejado expuesto en carne viva el poderoso amor que los une y que desde hace mucho tiempo ellos saben, que ambos, son dignos exponentes de pertenecer a la manada.

Kim Namjoon, se encontraba de pie con su respiración entrecortada sosteniendo la espalda del alaskan.

Es la primera vez que Jimin ve a su líder; sí, Jimin ya considera a Trueno como su líder sencillamente porque él se siente parte de la familia; convertido en hombre lobo.

Sacerdotes, druida, aprendices y aldeanos miraban con temor a los licántropos. En tiempos remotos ellos hubieran arremetido con todos y cada uno, dejando una masacre tras de sí.

—Esos son tiempos pretéritos —Comenzó a hablar Jungkook al pueblo de Jimin que de a uno, habían regresado al recinto.
—La evolución de una especie nunca se detiene y estos hombres lobos no son la excepción. Ahora actúan con voluntad propia y hacen uso de su conciencia, la que no pierden aún cambiando de forma. Su evolución es dramáticamente superior a la de cualquier ser que conozcamos. Trueno, ¿Puedes presentarte?

Trueno y su monstruosa altura de más de dos metros y medio, hizo una reverencia frente a los presentes.

—Mi nombre es Kim Namjoon, líder de la manada TanGban.
Al pronunciar el nombre de su manada él creció exponencialmente ante los atónitos presentes que se enfrentaban por primera vez a un hombre lobo sin que este los destazara en pedazos y que además ¡puede hablar!

—Estamos aquí con el único propósito de recuperar y llevar sano y salvo a un miembro de nuestra manada, Park Jimin, quién regresará con nosotros en este instante. Nada ni nadie se interpondrá en nuestro camino.
Él ahora forma parte de nuestro clan y ha sido reclamado por Jeon Jungkook y como ya se habrán dado cuenta, él no es un lobo. Jungkook es un alaskan malamute del Portal de los Gritos y es ahora nuestro alfa vigía.

Su voz atronadora sonó por cada rincón de esa aldea.

—Solamente me resta decirles que este líder y su jauría estará eternamente en deuda con el druida y sus sacerdotes por haber salvado la vida de nuestro pequeño rojo.
Pero no se les ocurra nunca hacer algo en su contra o intentar que él regrese a este sitio, porque entonces sí será una guerra sin piedad. Quedan advertidos.
Nos retiraremos en cuanto él pueda hacer el trayecto sin riesgos.

El aprendiz, amigo de Jimin se atrevió a hablar pese al miedo que estaba sintiendo frente a la bestia.

—No creo que sea conveniente, no deberían exponer a Jimin a semejante trayecto helado.

Jungkook miró a Trueno, este abría y cerraba sus garras con signo de desacuerdo.

Jimin, aún convaleciente, susurró algo a Jungkook.

—¿Qué, Jimin? No entendí, amor...

—Llévame ya. Sacame de aquí, por favor.

—No podemos arriesgarnos, Minnie.

—Sí, sí podemos. Trueno —levantó la voz y Nam se acercó a él— por favor, convence a Jungkook, saquenme de este lugar.

Kim y Jeon se miraron y no tuvieron que mediar ni una sola palabra más.

Los hombres lobos arrastraron un trineo muy conocido para Jimin, detrás de él se encontraban amarrados sus cinco samoyedos crema. Jimin sonrió al verlos y cuando fue subido al mismo, musitó a Kook que lo arropaba con ternura.

—Llévame a casa, amor.

El trayecto hasta el hogar de los lobos se realizó con total tranquilidad y a partir de ese momento Jeon y Park se han dedicado solo a amarse y a cuidarse mutuamente.

La experiencia vivida necesitará de mucho tiempo y demasiado amor para que pueda sanar.

No todos los días uno muere y renace a los golpes en el corazón.

No todos los días uno ve morir al amor de su vida colgado de los pies para verlo resucitar con el pecho abierto y resiste para poder contarlo.

No todos los días un alaskan negro te sonríe y te quedas sin aliento.

No todos los días un pequeño niño con los cabellos rojo óxido se mete en tu alma y se queda a vivir en ella.

No. Tal vez no todos los días ocurran estas cosas pero de seguro sí han ocurrido milagros en todas las vidas que estos dos majestuosos seres llenos de luz se han encontrado y han transitado juntos.

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—Desata mis trenzas, amor.

—Tu cabello rojo es mi delirio, Jimin.

—Y tu boca el mío, Kookie.

—Ven bebé, acurruca tu cuerpito en mis brazos. Tu caramelo hoy se siente más dulce.

—Es porque tengo sueño y no domino mi aroma.

—Entonces duerme sobre mi pecho Jimin, amor de mi vida. Siempre estaré para cuidarte mi niño rojo.

—Y yo para amarte, Jungkook, mi hermoso amor.

Fin

Un cuento de Caracola.
Publicado el 20 de febrero de 2022.

Estoy llorando. Siempre lloro al final de mis historias.

Escribí este último capítulo de la novela escuchando Stay Alive, así que las invito a que relean escuchando esa canción en el tramo en el que Jungkook corre a levantar a su amor que acaba de morir... Traten de no llorar, si pueden. 🥺

Gracias por leerme. Gracias por sus estrellitas y por sus hermosos comentarios. 💜💜💜

Ya está publicado el capítulo extra.
Pasen a leerlo.