Pov. Narradora.

Un ambiente tranquilo estaba en ese sala de aquella mansión, dos jóvenes estaban viéndose entre sí; analizando el uno al otro. Con sus miradas trataban de comprender al contrario, un pelí-celeste observaba con cierto temor a un albino que lo fulminaba con la miraba.

Empezando a ponerlo tenso y que sus nervios poco a poco lo fueran dominando con pensamientos obscenos. Su respiración era tranquila y un tenue carmín posaba en sus mejillas y un brillo en sus ojos, dándole un aire de inocencia. El hebras blancas trataba de entender cómo alguien tan frío y distante puede ser a la vez tierno y lindo, dos polos muy opuestos que en él son un manjar de sensaciones. Descubrir que tan inocente y dulce es, para luego pasar a ese lado tan cruel e hiriente para hacerte sentir que eres el más ingenuo y débil que probablemente se rompan en cualquier momento. Exquisito~.

Narra. Shu.❤️

Su pálida piel, su fina figura con cierto parecido a el de una mujer, sus ojos lilas fríos y cálidos a la vez, su pequeña boquita y esos labios finos. Son tentadores para cualquiera que busque un amor.

Su cabello por más que parezca una flama hace recordar al invierno, por más raro que parezca. Quien dice que el hielo no quema.

Se lo que siento.

Sí lo intento tal vez podría. . Ganar. Paciencia y perseveran. . .

— Lui. . . ¿Qué. . Haces?—

La razón por la cual digo eso, es porque Lui está casi encima mía. En ¿qué momento se acercó tanto?. Sus ojos brillaban pero su expresión era de molestía. Y ahora.

— ¿Sucede algo?— lo observaba para obtener una respuesta a este comportamiento tan repentino. Sentía su respiración en mi cara; suave y tranquila.— He hecho algo malo— más parece que lo estuviera interrogando.— Lui—

Cómo si nada él se posó en mi hombro y se puso a lo que estaba haciendo antes, ver videos, ahora estoy un poco confundido por este acto. Con mi otra mano acaricie su cabello y era tan suave y sedoso, parecía algodón, ese tacto en mi piel era maravilloso nunca lo había sentido con nada ni con nadie, ¿Significará algo?.

— ¡Déjame de acariciar!—

Apartandose casi de  inmediato me dio un pequeño susto. No debí hacerlo.

— Lo siento, no debí- —

— ¡No debiste!, ¡Crees que al estar conmigo te dejaría hacer lo que tú quieras, como acariciar mi cabello!— sus ojos brillaban intensamente, igual cuando nos enfrentamos.— ¡No creas que me dejaré tan fácil!. Después de todo tu a mi aún me debes una batalla—

— Entiendo lo de la batalla, deberás esperar hasta que me recupere... Nosé cuánto tiempo será, pero estaré listo cuando ocurra— sentía algo en mi ser que me hacía sentir como si mi cuerpo estuviera en el fuego.

— ¡Esperaré pero no te tardes anciano!— esa mirada arrogante, creyendo que me vencerá y triunfará. Podría pasar, pero no lo dejaré ganar tan fácil.

— Bien. Espero que no estés holgazaneando como ahora— lo mire fijamente y un leve sonrojo apareció en su rostro.

— ¡No estoy holgazaneando!, Simplemente estoy. . . Estoy. .—

. . .

— Holgazaneando—

— ¡Que no es así!— empezó a golpear levemente por lo dicho, este comportamiento es el de un niño con caprichos.— ¡Retractate, Kurenai!—

— Está bien, está bien. ¡Perdón!— al momento de decir eso se quedó quieto casi de inmediato.

— ¡Siempre ganó!— dijo victorioso soltando esa risa tan característica de él.

— Cuando no holgazaneas. . .— susurré para que no me escuchará pero mi mala suerte actúa casi de inmediato.

— ¡Kurenai!—

— ¿Qué?— lo mire incrédulo.

— ¿Quieres que te haga otra cicatriz?— se acercó a mí con una sonrisa sádica.

— Hmmm. . . ¡Nop!, Aún así no estás haciendo nada y a comparación de mí, es porque los sirvientes no me dejaron ir—

— ¡Rayos!— se cruzó de brazos.— Igual, no necesariamente tienes que estar atado a mi—

— También tienes razón—

Tal vez debería enfocarme en otros aspectos, como en mi recuperación y el como debería llevar el Beyblade a partir de ahora, todo será un caos durante un tiempo. Debo obtener la confianza para seguir adelante y así superar este momento.

[4:45 p.m]

El aburrimiento nuevamente se apodera del ambiente, Lui apagó su teléfono al ya no sentir atracción al contenido que estaba viendo, por mi lado seguía pensando y solucionando problemas y una que otra incógnita, como: ¿Desde cuándo eh tenido esto?. Posibles resultados y distintos posibilidades del ¿Cómo? y el ¿Por qué? Paso.

Seguiría repensando, sino fuera porque un sirviente llegó y le dejo a Lui que tenía que ordenar su habitación y luego ayudará en el jardín. Solo escuché y me quedé callado, Lui se quejó y dijo que lo haría luego.

— Por favor, señorito Lui. De lo contrario no obtendrá postre está noche—

— ¡¿Qué clase de castigo es este?!—

— Es por su bien, no siempre haremos todos sus deberes—

— Si claro— cruzándose de brazos.

— ¡Señorito Lui!. Cree que este es comportamiento adecuado, debería avergonzarse por tal actuación—

— No veo cuál es el problema—

— Disculpé lo, joven Kurenai. A veces el señorito Lui es un poquito infantil, a la hora de hacer ciertas acciones, una disculpa de antemano—

Hizo una reverencia mientras yo intentaba procesar todo lo que acababa de pasar, parpadee unos segundos para poder decir algo pero ya no estaba en la sala ya que alguien me estaba jalando. Era Lui, es bajito pero fuerte, no se a donde me llevaba y solo lo seguía, hasta que se detuvo y me miró fijamente.
No estaba para nada feliz, una fría mirada y mostrando sus afilados dientes, de está no me salvó. Tan solo espere a que él hiciera lo que tenía que hacer. Acercándose de a poco a mi, solo respiraba con cierto temor recorrer mi ser; mi alma quería irse en esos momentos antes de ver ese lado bélico de Lui. Cerré mis ojos con cierto fuerza esperando el primer contacto el cual no llego, de lo contrario sentí sus brazos y luego su peso como si tan solo se hubiera dejado caer. Preocupado lo tome con mayor firmeza para no caernos ambos y verificar si estaba bien.

— Lui, ¿Estás bien?— su rostro estaba pegado a mi cuerpo impidiendo que pueda verlo, tome su mentón para poder levantar su rostro y saber que le pasa.— Vamos Lui, mírame. ¿Qué te ocurre?—

Se resistía a levantar su rostro y mirarme, pero no me rendiría, con un poco más de fuerza pude levantar su rostro y verlo.

Estaba sonrojado y con su respiración algo agitada, leves lágrimas se acumulaban en sus ojos y su mirada tan inocente con un brillo perverso en ellos.
Me sonroje bastante al verlo así, una carita que solo haría en una situación lujuriosa. Oírlo y pedir más.

¿¡¿¡El juguete?!?!

Lo busque en mis bolsillos, en cada uno, pero no encontré el muy dicho control del juguete, se habrá caído.

— Shu~ ahh~ apagalo~ aah~—

Mierda!, Esos gemidos son tan lindos y tan adictivos. Cálmate y concéntrate, ¡no hagas una estupidez!.

— Shuu~ ayudame~ Aaah~— una de sus manos se poso entre sus piernas.— Shu~— su rostro era una súplica de ayuda.

. . .

Cargue a Lui y empecé a caminar a. . . A cualquier lugar que nadie lo vea así. No pienso aprovecharme de él en ese estado.

Camine durante un rato cuando pude divisar una puerta levemente abierta, me acerqué y antes de entrar me aseguro de que nadie estuviera adentro. Al no haber nadie entre y baje a Lui y cerré la puerta, se aferró a mí tratando de no caerse por las vibraciones del juguete.

En eso sentí que alguien quería entrar al lugar. Observé el lugar y divise lo que era una especie de armario, espero y él entre en armario.

— Hmmm, ¿Que hace usted aquí?—

— Yo Ehmm, solo paseaba por la mansión y llegué hasta aquí—

— ¿A la despensa?—

— Si, solo observaba lo bien organizado que está—

— Nos esforzamos en que todo esté en su lugar— se acercó a unos estantes que estaban del lado derecho de la despensa.— Si ve al señorito Lui dígale que la cena estará lista dentro de poco y luego arregle su habitación. Entendido—

— Se lo diré en cuanto lo vea—

— Bien, adiós—

En cuanto salió abrí las puertas del armario y Lui estaba en suelo cubriendo su boca y apretando el problema entre sus piernas.

— No preguntaré si estás bien— al momento de acercarme para cargarlo y llevarlo a otro lugar él se tiró encima  mío, haciendo que cayera sentado con él en mi regazo.— Lui—

— Aah~ ah Aaah~ ayudame~!— empezó a acariciar su problema y cubriendo su boca para no soltar esos gemidos tan bellos, ¡Reacciona!.

Nuevamente lo cargue y le pedí que me dijera donde quedaba su habitación para que él se quedará ahí y yo pueda encontrar ese control y esperar a que todo salga bien.

Pov. Narradora.

En la cocina unos cocineros estaban preparando los últimos platos junto con los aperitivos. No obstante uno de los sirvientes poseía algo, en sus manos se encontraba un objeto de color lila y blanco, y él trataba de entender que era ese objeto.

— Juan, ¿Que es lo que tienes?—

— No lo sé, lo encontré en la sala cuando él joven Shirosagi y su amigo fueron a caminar—

Pasa una sirvienta que llevaba en sus manos una bandeja con porcelana para té, y observo el aparato.

— ¿De dónde sacaste eso?— mirando a su compañero.— Sabes al menos ¿Para qué es?— su compañero negó con la cabeza.— Estoy rodeada de imbéciles— le arrebató el aparato al peli-aqua.— ¡Ahora a trabajar!—

Los dos fueron a seguir con sus quehaceres mientras ella se va del jugar. Dejando la bandeja en el comedor para retirarse y buscar a alguien.

Mientras con dos jóvenes.

El albino llegó de milagro a la habitación del pelí-celeste para dejarlo e ir a buscar el aparato que lo tenía con ese problema entre sus manos. Aunque era más fácil decirlo que hacerlo, el oji-lila no quería que el albino se fuera y lo dejara con su problema, se aferraba como si fuera un salvavidas. No lo dejaría ir tan fácil. Shu intento apartarlo y hacerle entender que era necesario encontrar el control para que todo volviera a la normalidad, entre comillas.

— ¡Lui entiende por favor!, ¡Suelta me!— forcejeaba para salir y arreglar el accidente que había cometido, pero el menor no lo entendía y en vez de ayudar estaba empeorando el problema.

— ¡No quiero que te vayas!, ¡Ayudame!— quería satisfacer esa necesidad que sentía su cuerpo por segunda vez, como lo hizo el rubio, él lo puede hacer también, entonces. ¿Por qué no lo hacía?.

Cómo el juego de cuerda uno podía ganar y ese fue el albino, el Shirosagi estaba cansado y un poco irritado por todo lo que pasaba, Shu cayó de sentón al suelo ya que el pelí-celeste lo había tenido sujetado de los brazos.

Se quejó del golpe en su retaguardia para mirar al menor y ver qué esté estaba sufriendo y todo por culpa de un juguete y probablemente un juego del rubio. Se levantó y se dirigió a la puerta, la abrió y salió de ella azotando algo fuerte la puerta, miro la puerta durante unos instantes; giro sobre sus talones para encontrarse de frente a una sirvienta. Su rostro no mostraba ninguna emoción asustando al de ojos rojos.

— ¿Sucede algo?— miro atento al chico esperando una respuesta decente del porqué estaba en la habitación de su pequeño niño, forma a la cual se referían a Lui.

— No, solo ayudaba en algo— dio una leve sonrisa para ocultar su nervios para que ella no sospechara nada.

— Entiendo, ¿Por qué azotó la puerta?, No se lleva bien con el señorito Lui— pregunta directa, lo tenía entre la espada y la pared.

— Bueno...— *mierda! Ahora que digo*— No, no llevábamos bien y discutimos por eso azote la- —

— Escucha jovencito, si alguien le hace  daño a nuestro amó, la pagará caramente, lo hemos tenido a salvo y con su inocencia intacto y este aparato no será la excepción. Ahora, espero que nada malo pase, en ti y en ese rubio no confío. Cruzas la raya y tú junto con él la pagarán— se alejo del chico ya que lo había puesto contra la pared, le dio el control para irse del lugar y dejar a Kurenai con su alma saliendo de su ser.

Procesando lo que había ocurrido y ver posiblemente su muerte lo dejo blanco, literalmente, sus colores se habían ido y su corazón latía a mil.

— Siento como si me fuera a desmayar nuevamente~. . . (´-﹏-'；)—

Espero que les haya gustado :D

Cuando alguien se cree madre y te andan matan-, ¡digo! Mandando (• ▽ •;)

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Fui Allythewolf.
Me despido.
Chao 👋.