19. El peligro.
Cole's POV.
Intento por décima tercera vez destruir uno de los muros de piedra del laberinto. Aprieto mis dedos contra el mango de oro de mi ultra guadaña y hago que el cristal del filo se encienda con una luz anaranjada. Dirijo todo mi poder concentrado hacia el muro frente a mí, pero es en vano. La energía se retrae y es absorbida por el arma, igual a como pasó las veces anteriores.
-Bueno, lo intenté -murmuro, por décima tercera vez.
Aunque estoy conciente de que no iba a funcionar para nada, algo me hizo volver a intentarlo. Éste lugar me da muy mala espina.
<<-¡Oh, wow! ¡Excelente observación Cole!>>.
Me detengo un segundo y permanezco atento, esperando mi metida de pata. Como no pasa nada, sigo caminando.
-Pastel -digo en voz alta.
No, no aparece ese delicioso postre. Valió la pena intentar. Vaya, piensas algo malo y se hace realidad, piensas algo delicioso para apaciguar tu hambre y no pasa nada...
-¡Cole!
-¿Eh?
Me doy la vuelta, extrañado. Cybermad me mira con una sonrisa de auténtico orgullo, como un padre que acaba de ver a su hijo graduarse de la universidad.
-Bien hecho.
-Tú... -mascullo, apretando los puños, listo para darle la paliza que se merece.
-Cole, ¿Por qué lo hiciste?
Es como si un interruptor hubiese apagado toda mi ira y odio contra el tipo. En un segundo tengo las manos relajadas, con los dedos extendidos.
-¿M-Mei?
Me doy la vuelta, con la vista en blanco. La chica de ojos color mar me mira con tristeza y decepción, atada junto con Kai, Lloyd, Jay y Zane, todos con las mismas expresiones.
-¡Chicos!
Trato de correr a liberarlos, pero la voz de Jay me detiene.
-N-no, no te acerques. ¿No le has hecho suficiente daño a Ninjago?
-¿Qué? ¿De qué hablan?
-¡Eres un mentiroso! -grita Kai.
-¡Traidor! -añade Zane.
-Debimos dejarte en el Corredor de los Concejales -masculla Lloyd, con la cabeza gacha, dejando que su pelo rubio le cubra medio rostro-. ¡Debimos dejarte en su guarida! Es en donde perteneces, después de todo...
-No, yo no... yo jamás haría algo para lastimarlos.
-¿Y por qué lo sigues haciendo? -pregunta Mei, con un tono que me rompe en pedazos.
Siento el mundo cerrarse sobre mí. Sin querer miro mis manos, y el cetro en ellas.
-Hazlo -exige Cybermad-. Termina lo que empezaste.
-¡No!
Pero mis manos no me obeceden y acerco lentamente el cetro hacia Mei, quien me mira con los ojos llorosos.
-¡No, no, no! ¡NO!
Noto las lagrimas en mis ojos, intento hacer uso de toda mi fuerza, pero es como si mi cuerpo tuviese mente propia.
-¿Es lo que quieres, Cole? -murmura Mei, con un hilo de voz.
-No, Mei, yo no...
-Entonces... te quedas solo.
Lloyd's POV.
Al fin, después de estar caminando un rato, el camino llega a un área abierta y que emite una luz azul. Corro hacie ella, entusiasmado. Noto que la luz azul es producida por cristales que crecen del suelo y que también están incrustados en las paredes y el techo. Pero no es tiempo de admirar la vista.
Después de caminar un poco encuentro el prisma de la mente. Es el único cristal de color amarillo incrustado en la gema más grande que haya visto en mi vida. Pongo ambas manos sobre ella y uso todas mis fuerzas para sacarlo, pero no cede. Frustrado, me limpio el sudor de la frente con la manga de mi traje e intento pensar en algo.
¡Eso es! Me llevo las manos a la espalda, apoyo el filo de una de las espadas de mi ultra trueno y sujeto con fuerza el mango en el mango del medio que la une contra espada. La empujo hacia abajo, para formar una palanca. El prisma elemental sale y es expulsado hacia arriba. Sonrío. Bien pensado, Lloyd.
Me agacho para recojerlo, aún con la sonrisa triunfal surcando mi rostro.
Levanto la vista al percibir el reflejo de algo en todos los cristales, pero es muy tarde. El golpe me manda lejos. Choco contra el gran cristal que tenía el prisma de la mente y siento una de sus puntas encajarse dolorosamente en la parte baja de mi espalda.
-Argh...
me esfuerzo por recuperar la visión, por que ésos destellos borrosos se aclaren. Cuando lo hacen, Cybermad aparece en mi campo de visión. El hombre mira con satisfacción la gema amarilla en sus manos. Me pongo de pie con trabajos, fromo una esfera verde de energía en una de mis manos y la lanzo hacia mi oponente. Cybermad reacciona con rapidez y levanta el prisma. La piedra absorbe el plasma verde y asume su color por un segundo. Miro extrañado como el prisma de la mente lucha por expulsar ése poder, aquel elemento que no le pertenece.
Entonces, el rayo verde sale expulsado, ésta vez hacia mí. Doy una voltereta hacia tás para esquivarlo y me acerco a Cybermad con los puños en alto.
Consigo asestarle una patada, que lo expulsa hcia atrás. Cybermad guarda el prisma en su cinturón e intenta asestarme una patada, la cual consigo esquivar pasndo velozmente bajo su pierna. Doy una voltereta y me envuelvo en una espiral verde. Cybermad corre a una de las paredes, toma impulso y salta hacia mí con los brazos extendidos.
Rodamos por el suelo, con una lluvia de puñetazos, patadas y rasguños por partes iguales a cada uno. Nos golpeamos de nuevo contra los cristales de la pared y siento como vuelve a surgir aquel dolor feroz en mi espalda, que me deja paralizado.
Cybermad aprovecha mi estado y se pone de pie, tomando el prisma amarillo de su cinturón.
-Éste -Cybermad sujeta con tanta fuerza el prisma de la mente que creo que se rompera, y con su mano de titanio sujeta el cuello de mi traje ninja-.Éste es el último prisma y supongo, el más significativo, porque era su última esperanza.
Justo como temo, deja de ver el prisma y me mira a mí. Hay algo distinto en sus ojos, algo que no estaba cuando lo vi por primera vez, al robar los prismas en la Isla de Chen, ni inclusive cuando usó su cetro en mí y su mirada reflejaba que alguien lo controlaba. Ésta vez, su mirada está vacía, carece de emoción alguna.
Quiero imprimir la mirada más desafiante que jamás he tenido en mi vida, pero no puedo. Tengo miedo, y él lo sabe, puede verlo en mis ojos, por eso sonríe.
-Aléjate, Lloyd -me empuja con un solo brazo, provocando que me estrelle contra el suelo de roca. Escucho un crujido. Mi espalda, algo se rompió. Entre luces y parpadeos puedo ver a Cybermad acercándose a mí, amenazante, una silueta poderosa y yo... debo verme como un enclenque ante él.
Acerca su cara, tanto que su cicatriz está a centímetros de mis ojos. Por un momento llego a temer que sea lo último que veré en mi vida.
-Podría acabar contigo, justo aquí, justo ahora -su voz no es más que un siseo hipnotizante y aterrador, igual al cascabel de una serpiente que te alerta de una amenaza-. Pero no lo haré. Porque así como yo sufrí toda mi vida, tú lo harás también. ¿Puedes sentirlo? ¿La soledad? Así ha sido toda mi vida desde que me quitaron lo que tenía. No es divertido cuando te quedas solo, ¿no?
Veo su puño reluciente de titanio alzarse hacia mí.
-Y creéme. Estás completamente solo.
Mei's POV.
Ilumino el camino con mi hacha, intentando mantener mi mente centrada en lo que hago. Es reconfortante saber que las semanas meditando con el Sensei Wu dieron sus furtos.
El suelo se tambalea de repente. Me cubro la cara con el brazo libre al tiempo que todos los muros de roca que formaban el laberinto se derrumban, uno a uno, como fichas de dominó.
Miro a mi alrededor y contemplo, extrañada, como el Templo de la mente ahora sólo es una cueva común que se extiende abiertamente, bastante más pequeña a como me la imaginé.
Algo más llama mi atención. Cole está en el suelo, de rodillas y con su cara entre sus manos. Pongo el hacha en mi espalda y corro hacia él.
-¿Cole? -lo llamo, preocupada, agachándome a su lado y poniendo mis manos en sus hombros.
Cole levanta tan solo un poco la mirada de sus manos y me mira. Al principio parece incrédulo y alarmado, pasa con delicadeza su mano por mi mejilla, como si así pudiese cerciorarse de que soy real. Me abraza con fuerza.
-Mei, estás bien -murmura, agradecido.
-Claro que estoy bien -correspondo su abrazo y cuando nos separamos lo miro a los ojos-. ¿Qué fue lo que-...?
Dejo de hablar al notar a Jay, Kai y Zane, alejados unos metros de entre cada uno, todos con las mismas expresiones de temor.
-Ven, hay que ayudar a los demás -le digo, poniéndome de pie.
-¿Eh?... Oh, sí.
Cole se acerca a Jay y sacude su hombro, en cambio yo voy con Zane, ya que es el más cercano.
-Zane -el nindroide me mira, confundido, para luego regresar la vista al frente.
-¿El dragón...?
Miro hacia donde apunta.
-Allí no hay nada, Zane -le digo, con delicadeza.
-Ahora no, pero...
-¡NO! -el grito de Kai lo interrumpe.
Nos acercamos a él, junto con Cole y Jay. Me inclino a un lado de Kai y lo sacudo suavemente. El castaño parpadea y nos mira, alterado.
-¿N-Nya?...
-No era real, Kai -le explica Jay-. Sólo era una ilusión.
-Nightmare nos engañó... -añade Cole, serio, desde atrás.
Volteo a mi alrededor, intentando encontrar a Lloyd, pero no lo veo por ningún lado.
-¿En dónde está Lloyd?
Nya's POV.
Esto está matándome. Las personas que más me importan en el mundo están justo ahora en el que podría ser uno de los sitios más peligrosos de Ninjago. Me siento tan inútil, no puedo hacer nada.
-Ya no lo soporto -declaro, oprimiendo botones frenéticamente en el tablero, intentando comunicarme con ellos como sea.
-Nya -Skylor dice mi nombre, suena más bien como una insistencia, el tipo de tono que se usaría para pedirte que pares-. Nya.
Noto que eso sólo sirve para tensar más mis músculos. ¿¡Por qué no enciende ésta cosa!? Le doy algunos golpes para que reaccione, frustrada. Mi cabello negro cae sobre mis ojos y me nubla la visión... o quizá sea otra cosa... ¡No me digan que Borg apagó las reservas de energía!
-Nya, detente -Ronin toma mis hombros y me gira hacia él.
De todo lo que llevo de conocer al mercenario jamás había visto esa emoción destellando en su único ojo color caoba. Mis propios ojos recorren con nerviosismo sus facciones, son faroles que alumbran con torpeza un camino que ansío encontrar.
-Nya, sabes que no tenemos comunicación con ellos.
Si no lo conociera incluso me atrevería a decir que está apenado.
-T-tengo que intentarlo -insisto, mirándolo con los ojos ardiendo de determinación-. Son mi familia, son... lo único que tengo.
-También son mis amigos -Skylor sonríe, comprensiva-. Pero no podemos hacer nada más que esperar.
Acomodo los mechones oscuros tras mis orejas y me cruzo de brazos.
-Detesto quedarme de brazos cruzados...
-Pues aprovecha de cruzar los dedos -dice alguien, al fondo.
Me sorprende ver a Rune recargada contra la pared, con los brazos cruzados y la vista fija en el suelo. Se ve...nerviosa, lo cual es extraño.
Un zumbido de estática llama nuestra atención. El primero en mirar la pantalla es Dareth, después Borg pasa de largo a Midori y Walter para llegar al tablero.
-Hay una interferencia con la señal -explica, mientras se acomoda los anteojos, sin despegar ni un segundo la vista de los botones.
-¿Son los ninjas? -pregunta Dareth con tal tono de inocencia que me hace tener esperanza por un segundo.
Por costumbre, tal vez, miro al sensei Wu, quien simplemente observa la pantalla aún surcada por una franja blanca, dubitativo.
-¿Son... los chicos? -esta vez es Misako quien pregunta, en un tono un tanto esperanzado, aunque intenta ocultarlo.
-No lo-
El cambio de negro y blanco a una imagen todo color es tan rápido y repentino que todos retrocedemos ante la sorpresa. No me agrada la respuesta, ni un poco.
-Ciudadanos de Ninjago -escuchar la voz de Cybermad me provoca ira, pero también algo de temor. No sabría decir con exactitud dónde está, ya que tras él no hay más que un fondo negro-. ¿No están cansados de vivir bajo la sombra de otros? Guerreros de piedra, nindroides, fantasmas, ninjas... Ha llegado la época de cambio, y comienza justo ahora.
Casi como en una película de terror las luces del edificio se apagan. No hace falta ver los rostros de los demás para saber que están tan alarmados como yo.
-Están en el edificio -dice el sensei Walter, y es el único que se atreve a hablar.
Sea como sea estoy segura de que si toman posesión de Industrias Borg... será fatal.
-Rápido, Dareth y Borg a la rampa de emergencia, el resto por las escaleras -ordena Midori, tomando una linterna para alumbrarnos el camino.
Trac, trac, trac. El sonido de nuestras botas chocando contra los escalones metálicos es lo único que se escucha. La luz de la linterna, al frente, danza de arriba abajo, consiguiendo iluminar con torpeza el paso para quienes vamos atrás. Lo único que evita que me caiga son las franjas de luz que aún brillan en las paredes, y las luces de mi traje.
Cuando llegamos al recibidor... es un caos en todos los sentidos. Enormes Mech de combate, cyborg furiosos enfundados en gruesas armaduras, y, delante de todo ello, Cybermad y Nightmare. Parecían estar esperándonos.
La entrada está cubierta por un tapete de cristales quebrados de lo que antes eran las puertas y estos crujen cuando el ejército se aproxima lentamente.
-Van a arrepentirse por esto -masculla el sensei Walter-. No dejaré que lastimen a nadie.
Cybermad y el maestro de las pesadillas comienzan a reírse, como si acabasen de escuchar el chiste del siglo.
Bajó el tumulto de las carcajadas masculinas una débil vocecilla intenta filtrarse. Voz cuál gota de agua intentando opacar una tormenta de relámpagos.
-Mejor... olvídelo... ellos... son muchos.
No puedo creer que Rune haya dicho eso.
Creí que jamás dejaría al malo ganar, pero si ella no va a intentarlo yo sí. Me pongo en posición de pelea, al igual que los demás.
-Corven, basta. Hay un modo mejor, déjame enseñarte -le pide Borg, extendiendo su brazo.
-Tú ya no tienes nada que yo pueda querer.
Levanta su brazo de titanio, los cyborg detrás de él alzan sus armas, hacia nosotros, como versiones más pequeñas del cetro de materia oscura, con mayor alcance.
-Se acabó. Está vez, yo gano.
Kai's POV.
Es increíble saber que llevábamos horas dentro de esa cueva, porque tan sólo lo sentí como algunos minutos. Cuando salimos del templo de la mente, con Lloyd apoyando sus brazos en los hombros de Cole y Zane, el Sol ha comenzado a ocultarse en el horizonte. El cielo está tan cubierto de nubes que es difícil apreciar los tonos pastel que habitualmente surcan el cielo de toda Ninjago, aunque siento que, de ser distinto el clima, igual no me fijaría demasiado en lo bello que se ve el cielo este día.
Pateo un guijarro del suelo al llegar al borde de la saliente rocosa y me quedo mirando como sale disparado y se pierde metros más allá. Intento no pensar en la ciudad, en quienes están allí, ni en que Cybermad puede haber llegado mientras nosotros buscábamos a Lloyd.
Se acabó. Perdimos.
Pero el pensamiento no me entristece ni me desanima, me irrita. Aprieto los puños hasta que mis nudillos se tornan blancos y las sienes comienzan a dolerme. Nunca he sabido perder, pero ésta es una pérdida diferente. ¿Qué más da que lo que haya visto no fuese cierto? ¡Porque está por serlo! ¡Nya está en la ciudad y Cybermad va para allá! ¿Y qué tenemos nosotros aquí? Nada. Todos los prismas que conseguimos están resguardados en Industrias Borg.
Me vuelvo hecho una furia hacia mis amigos. Mei ha terminado de curar a Lloyd con sus poderes de sanación, y aunque sus heridas ya no son tan evidentes sigue pareciendo frágil y herido.
-¿Cómo está? -pregunta Zane, con mirada cansada. Nunca me imagine ver a un nindroide cansado.
-La herida de su espalda es algo grave -responde la castaña, poniéndose de pie con un suspiro-. Pero mejorará.
Cole se pasa una mano por el cabello azabache e imprime una expresión seria.
-¿Y ahora qué?
La pregunta se queda en el aire más tiempo del que me gustaría. El tiempo que los demás se tardan en responder solo sirve para hervirme más la sangre.
-Tenemos que intentar calmarnos -dice Mei. Jay es el primero en levantar sus ojos azul cobalto del suelo-. No podemos invocar nuestros dragones... así. Estaremos bien solo...
-No estaremos bien -interrumpo, con una mano en la frente. Abro los ojos y la miro, con frustración-. Sigues diciéndolo sin saber lo que haces.
Supongo que lo que más me irrita es que ella ni siquiera intenta defenderse, sólo me mira con esos ojos azules de tristeza. Odio que las personas sientan lástima por mí, odio que estemos aquí atrapados, pero sobre todo, odio que los demás estén tan callados. Estoy como un polvorín a punto de estallar sin siquiera tener algo o alguien en quién desatar mi ira. ¡Solo quiero gritar!
-¿Qué te sucede? -exclama Cole, furioso. Admito que una de las comisuras de mi labio se eleva ligeramente-. ¡Mei solo está intentando que salgamos de aquí!
-¡Exacto! Solo lo intenta, y ¡mira! Seguimos aquí, ¿no? Pero deberíamos estar allá...
-¡Oye al menos está intentando algo! -la voz de Cole se eleva cada vez más. Parece que conseguí hacerlo estallar.
-¿Qué quieres decir con eso?
Me acerco a él y lo reto con la mirada. Cole acerca su rostro un poco, su expresión es la vivída imagen del enojo.
-¿Tú que crees que quiero decir?
Mis dientes chocan, al tiempo que levanto mi puño y lo asesto contra su rostro. Cole retrocede, aturdido. Alguien jala mi brazo y yo intento librarme. Mi pulso se ha acelerado por la adrenalina que bombea por mi sangre.
-¡Ya detente Kai! -estalla Jay. Nunca lo había escuchado tan furioso.
-No es momento de hacerte el payaso, Walker.
Eso solo sirve para enfurecerlo más. Una lluvia de golpes rápidos como un rayo me llegan a la cara.
-¡Hey, deténganse! -escucho exigir a Mei por encima del barullo de la pelea.
-¡Esto es completamente un atropello!
-¡Por enésima vez, Zane, nadie entiende tus palabras de diccionario ambulante! -exclama Jay, deteniéndose por un momento de golpear el rostro de Cole.
El nindroide de titanio frunce el ceño y embiste a Jay con su cuerpo, y por consecuencia hace que tanto Cole como yo demos contra el suelo.
-¿Qué...sucede? -una débil voz aparece cuando estamos por volver a los golpes.
Lloyd se reincorpora sobre el suelo con dificultad. Sus ojos verdes van y vienen de uno a otro, sin poder creer que realmente nos estemos peleando entre nosotros. Ninguno de los cuatro sabe bien qué decir o cómo reaccionar.
-¿Q-qué es esto?
El rubio mira con extrañeza su mano que sostiene con firmeza un sobre color carmín.
-¿No lo sabes? -pregunta Jay, extrañado-. La tenías cuando te encontramos.
-Es de Cybermad -añade Cole, sin siquiera preguntar, con total seguridad en su acusación.
-Tu... lo tuviste en frente -murmuro, cabizbajo-. Pudiste frenarlo.
-Kai...
-No, Mei -Cole se pone de pie y se limpia el labio con la manga de su traje-. Es cierto.
-Lloyd, debías detenerlo...
-¿¡Crees que no lo sé!? -su voz se ha tornado ronca y empeora aún más al intentar alzarla. Se aclara la garganta, pero ésta vez baja la voz hasta convertirla en tan solo un murmullo-. Sé que no he sido el elegido que Ninjago merece, ni siquiera soy capaz de vencer a Cybermad... y Nightmare... Pero ustedes son mis amigos, dijeron que estarían allí, a mi lado. ¿Y dónde estaban cuando los necesitaba?
Ahora somos Zane, Jay y yo los que nos reincorporamos con expresiones vacías. Es cierto, Lloyd tiene razón.
-Tal vez no somos un equipo... -la voz de Jay se ha quebrado, pero suena totalmente honesto.
Y aunque estoy seguro de que a todos nos duele, Cole, Zane y yo asentimos con la cabeza, de acuerdo. Un equipo estable jamás habría estallado así contra sus compañeros, ni habría dudado de uno de ellos. Tal vez Cybermad nos hace un favor, al hacernos verlo: este equipo nunca existió.
Mei va a decir algo, pero un zumbido lejano la interrumpe. El polvo se levanta cuando el dirigible REX de Ronin aparece sobre nuestras cabezas y tira una escalera de cuerda.
Rodeo a Lloyd con un brazo para ayudarlo a subir, junto con los demás. Justo al llegar al interior noto una extraña luz azul que indica que el videomisor está encendido. Siento un alivio profundo al ver el rostro de mi hermana, pero la sensación se desvanece casi enseguida, al notar la angustia en sus ojos.
-¡Nya! -exclamo, abriéndome paso entre Jay y Zane para quedar frente a la imagen.
Mi hermana mira el suelo, sin poder soportar ver nuestras expresiones perdidas, o quizá no queriendo ver nuestros rostros después de decirnos lo que sea que vaya a decirnos. Aunque creo que es más que obvio.
Nya lanza un suspiro antes de hablar.
-Cybermad tomo control de la ciudad.
Mei's POV.
El camino hacia el único lugar al que podemos ir y estar libres del control de Cybermad es horrible. El viaje más largo de mi vida. Normalmente prefiero el silencio mucho más que el ruido, pero... definitivamente no disfruto esto para nada. Es un silencio lúgubre y pesado, como esas veces donde quieres decir algo y no sabes bien el qué. Todos quieren llegar cuánto antes para alejarse la mayor distancia posible.
Al llegar al monasterio de Garmadon cada uno baja presurosamente de REX y entra cuanto antes, cabizbajos, evitando cualquier posible contacto.
-¡Esperen! -los detengo. Se vuelven hacia mí, luego de unos segundos-. ¿Qué hay de la ciudad?... ¿De Ninjago?
-Ninjago ya no existe, Mei -me dice Cole, desviando la mirada.
-¿De qué estás hablando? ¡Aún hay personas allá y nos necesitan! Debemos volver, derrotar a Cybermad y todo será igual que antes...
Kai intenta fijar sus ojos en los míos.
-¿Aún no lo entiendes, o sí? Se acabó. Perdimos.
-¡No es verdad! -noto que se me forma un nudo en la garganta y se me llenan los ojos de lagrimas, como me pasa cuando estoy molesta.
-Mei tiene razón -me apoya Jay, poniéndose a un lado mío-. Seguimos vivos, por lo que técnicamente Cybermad no ha ganado.
¿Es enserio?
-Jay, no es momento para una de tus tontas bromas -lo reprende Cole, cruzándose de brazos.
-¡Oh, perdóname! Es sólo que creí que ese era mi papel en el EQUIPO.
-¡Es bueno que lo notes, para variar!
No, no, no. No otra vez...
-¡Basta! -exclama Lloyd, y ambos se callan-. Mei está en lo cierto. No podemos abandonar a la gente cuando más nos necesita. Pensaremos un plan para vencer a Cybermad.
Me permito sonreír ligeramente, aliviada.
-Bien -masculla Kai, dándose la vuelta hacia las escaleras-. Y cuando todo esto termine... el equipo también lo hará.
Lloyd's POV.
Entro a mi habitación y cierro la puerta de golpe, sin importarme el estruendo, incluso lo hago a propósito. Quiero que todos lo escuchen, quiero que ellos lo escuchen.
Cybermad ganó.
Tiene a Ciudad Ninjago y es sólo cuestión de días para que se extienda por el resto del continente. Él ganó, y yo lo dejé.
Me duele tanto la cabeza que tengo que sujetarla con ambas manos, temiendo que pueda estallar en cualquier segundo.
-Éste -Cybermad sujetó con tanta fuerza el prisma de la mente que creí que se rompería, y con su mano de titanio sujetó el cuello de mi traje ninja-.Éste es el último prisma y supongo, el más significativo, porque era su última esperanza.
Justo como temía, dejó de ver el prisma y me miró a mí. Había algo distinto en sus ojos, algo que no estaba cuando lo vi por primera vez, al robar los prismas en la Isla de Chen, ni inclusive cuando usó su cetro en mí y su mirada reflejaba que alguien lo controlaba. Ésa vez, su mirada estaba vacía, carecía de emoción alguna.
Quise imprimir la mirada más desafiante que jamás había tenido en mi vida, pero no pude. Tenía miedo, y él lo sabía, pudo verlo en mis ojos, por eso sonrío.
-Aléjate, Lloyd -me empujó con un solo brazo, provocando que me estrellara contra el suelo de roca. Escuché un crujido. Mi espalda, algo se había roto. Entre luces y parpadeos pude ver a Cybermad acercándose a mí, amenazante, una silueta poderosa y yo... debía verme como un enclenque ante él.
Acercó su cara, tanto que su cicatriz estaba a centímetros de mis ojos. Por un momento llegué a temer que sería lo último que vería en mi vida.
-Podría acabar contigo, justo aquí, justo ahora -su voz no era más que un siseo hipnotizante y aterrador, igual al cascabel de una serpiente que te alerta de una amenaza-. Pero no lo haré. Porque así como yo sufrí toda mi vida, tú lo harás también. ¿Puedes sentirlo? ¿La soledad? Así ha sido toda mi vida desde que me quitaron lo que tenía. No es divertido cuando te quedas solo, ¿no?
Ví su puño reluciente de titanio alzarse hacia mí.
-Y creéme. Estás completamente solo.
Después de eso, sentí una punzada de dolor en la cara y ví luces brilantes por doquier. Destellos danzarines y dolor, y luego, la risa de Cybermad, como vidrio quebrado. Y entonces, todo se volvió oscuro. Lo había conseguido, había vencido al ninja verde.
Le doy un golpe a la pared, creando un agujero. Luego otro, y otro. El polvo se levanta a mi alrededor. Me detengo, sudoroso y molesto. Me siento tan torpe. Recargo mi frente en lo que queda de la pared agujerada y me quedo así unos minutos, con los ojos cerrados.
Cuando los vuelvo a abrir recuerdo la carta, ésa que dijeron que estaba sosteniendo cuando me encontraron. Me dirijo al buró y veo el sobre rojo, a un lado de mi súper trueno. Lo tomo entre mis manos y lo abro.
Lloyd.
Desde hace tiempo tu madre y yo hemos tenido la intención de hacer ésto, una recopilación de cartas que puedas leer, cuando seas mayor. Es curioso, a penas tienes tres meses, y ya estoy planeando cosas a futuro. Probablemente las leas al graduarte o una tarde lluviosa, con el calor de la chimenea. Probablemente incluso tengas esposa e hijos. Pero, no quiero adelantarme con éso.
A éste punto de tú vida es posible que ya seas consciente de lo que me ocurrió cuando niño. Fui mordido,por el Gran Devorador y temo que el veneno avanza sigilosamente y me obligue a hacer cosas, cosas malas. Quiero que sepas que lo único que me mantiene cuerdo es que, al leer ésto estés orgulloso de tu padre.
Quiero verte crecer, Lloyd. Quiero estar en tus momentos más importantes y felices. Quién sabe, tal vez incluso te enseñe Spinjitzu. En cualquier caso, hijo, yo siempre voy a estar ahí para ti, incluso aunque ya no esté en "éste mundo". Porque tú eres lo único bueno de mí, lo mejor que me ha pasado, al igual que tú madre. Eres lo mejor de ambos. Por eso cuando dudes, o te sientas indefenso o triste o temeroso y ya no sepas si podrás seguir adelante, mira en tú interior. Las respuestas siempre van a estar ahí. Tú nunca vas a estar solo, siempre habrá gente que te apoyará, porque hay luz y bondad en tú interior y mientras lo mantengas así eso será lo que siempre vas a encontrar.
Las personas crecen Lloyd, no tengas miedo a los cambios que llegan con éso. Son aprendizajes, que te preparan para el futuro, el cual, estoy seguro, será brillante.
No temas, vive. Experimenta. Diviértete. Sonríe.
MEJOR HUYE. LES FALLASTE. FUE TÚ CULPA QUE YO GOBERNARA NINJAGO Y LO SEGUIRÁ SIENDO. NO LO MERECES, Y AHORA TÚ Y TODOS LOS DEMÁS TAMBIÉN LO SABEN.
Las respuestas siempre van a estar ahí para ti, sólo necesitas ser valiente para encontrarlas.
S.G. LA REALIDAD.
Mi respiración está agitada y empeora aún más cuando le doy la vuelta al papel y lo veo. Enormes letras negras, justo en el centro del papel amarillento.
ESTÁS COMPLETAMENTE SOLO.
FIN DEL SEGUNDO LIBRO.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro