⚫18. Después de todos estos años⚫
Mei's POV.
Otra fuerza a la que enfrentarse, otro enemigo que busca el poder y ahora otra ninja en el equipo. Aunque aún nos quedan muchos prismas elementales por encontrar siento que hemos estado subestimando a Cybermad. Y aún así...
¡Aquí estamos! En pleno desierto, cenando.
Alzo la vista al techo. Unas enormes vigas de madera yacen sobre nuestras cabezas. Las sigo con la mirada hasta el otro extremo del edificio. Siempre he odiado la decoración de éste lugar. Parece que la estructura podría derrumbarse en cualquier segundo. Siento algo en la frente y me llevo los dedos a la cara. Sí, el techo se está desmoronando. Algo a mi derecha me llama la atención: Rune. Tiene los pies sobre la mesa y los brazos detrás de la cabeza. Sonrío, divertida. Debería molestarme su actitud despreocupada, pero lo dejo pasar. También sonrío al darme cuenta de que Lloyd la mira con el entrecejo fruncido. Supongo que va a ser interesante, tenerlos a ambos peleando de vez en cuando.
El griterío de los hombres que juegan villar me retumba en los oídos. Mientras Ronin no apueste el dinero de la cena, todo estará bien...
Mi vista baja al líquido color verde brillante. Meneo el vaso y me quedo viendo el liquido salpicar las paredes de cristal. Las palabras de Cybermad siguen muy presentes en mi cabeza.
—No te equivoques. De haber querido herirte, lo habría hecho.
Y no se equivoca. Pudo haber aprovechado que decidí confiar en él. No puedo creer que haya sido tan tonta. ¡Casi nos quita a Zane, por mi culpa! Porque siempre confío antes de sospechar...
-¿Qué tal un brindis? -pregunta Lloyd, mientras alza su vaso de jugo-. ¡Por Mei, porque gracias a ella volví a la normalidad!
-¡Por Mei! -corean los demás (Kai, Nya, Rune, Dareth, Ronin, Cole, Jay y Zane).
-Sí... por mí... -murmuro, levantado solo un poco mi vaso.
No me siento orgullosa de lo que hice. Porque sé algo que los demás ignoran, no estoy preparada para curar a TODOS los maestros elementales. Aún sigo recuperándome de la curación de Lloyd. Ésto me lo gano por no haber entrenado....
Veo que Rune escupe el jugo... ¡En la cara de Lloyd!
-¡Wacala, ésto sabe horrible!
-No tenías por qué escupirlo sobre mí -refunfuña Lloyd, mientras se limpia, a regañadientes.
Kai, Jay, Cole, Zane y Ronin se parten de la risa. Debo admitirlo, fue un poco gracioso...
-Va a ser genial tenerte en el equipo, Rune -le dice Cole, mientras pone su mano en el hombro de Rune.
La chica sonríe, con orgullo.
-Mientras no me escupa, todo estará bien -dice Lloyd, con un poco de humor.
-¿Quieres por una vez dejar de ser un aguafiestas y relajarte un poco? -bromea Rune, con una sonrisa, mientras se aparta el flequillo color ceniza de los ojos.
Lloyd desvía la mirada.
Rune le da otro trago a su jugo.
—Creí que sabía horrible —le dice Lloyd, con el ceño fruncido.
—Sí, así es. Pero si es posible acostumbrarse a tu cara, no veo porqué no al sabor de éste jugo.
—Rune… —intento sonar un poco autoritaria, pero se me escapa una sonrisa.
Trato de centrarme más en la conversación, pero, en lugar de éso, me quedo absorta en mis pensamientos. De nuevo, no puedo quitarme de la cabeza cómo dejé que me engañaran tan fácil. Los chicos habrían sospechado, incluso no habrían dejado escapar la oportunidad de vengarse por lo que le hizo a Lloyd.
Morro habría desatado la ira del viento, y qué irónico es que justo ahora me sienta como él. Un huracán se arremolina en mi interior y noto una ligera brisa a mi alrededor.
Empiezo a inquietarme. ¿Y si pierdo el control como aquella vez en que casi derribo el navío con un tornado? Es por esto que he ignorado mis poderes del viento. Y justo ahora estoy tan nerviosa y temerosa que sin notarlo ya empecé a sacudir la mesa, golpeando mi puño contra ella varias veces y muy rápido.
-Iré a tomar aire -digo, mientras salgo de ahí, apresuradamente.
-Eso es definitivamente irónico -comenta Zane.
Claro que es irónico, porque aire es lo que menos necesito ahora.
Me encamino dando pasos rápidos y como de pingüino hacia la puerta. Siento unas náuseas atroces, pero tal vez ésas se deban al jugo.
-Uff -suspiro, mientras dejo caer mis brazos en el barandal que está en la entrada.
Este lugar. De todos los lugares, tenía que ser este. ¡La comida es horrible! Lo único bueno es el jugo, pero claro, Kai nos convenció.
-Tengo descuento de ex empleado -nos dijo.
-¡Ah, sí! -exclamó Jay-. Cuando peleabas como el "chófer rojo".
-¡El zoghun rojo, el zoghun rojo!
Hago una mueca. Los viejos tiempos. Saco una fotografía que guardo en el bolsillo de mi chaqueta. Está doblada en cuatro partes así que la descubro con cuidado. Lanzo un suspiro al ver las caras felices en la fotografía.
—Tú no te habrías dejado engañar, ¿o sí? —murmuro, y acaricio con un dedo la superficie lisa.
Entrecierro los ojos, con tristeza. Una ráfaga de viento me arrebata la foto y la sacude lejos de mí. No sin antes restregarla en mi cara. Estiro mi brazo para alcanzarla, pero el viento la desvía
-¿Por qué me odia tanto el aire? -mascullo.
Y allá va mi ultimo recuerdo de los tiempos antiguos y felices. Sueno a viejita, pero es la verdad. Ésa foto me hacia ganar fuerzas al sentirme triste. Pero como todo lo demás, el viento me lo arrebató.
-Mei, ya llevaron tus fideos -me dice alguien.
No me doy la vuelta. Sigo mirando el desierto nocturno, con las altas montañas de piedra color terracota y uno que otro árbol viejo y encorvado.
-Ya no tengo hambre -espeto.
El chico avanza a dónde estoy y recarga su espalda en el barandal. Mira por un rato la entrada iluminada del restaurante. La luz color ámbar lo atraviesa como en un prisma, cambiando el tono de su piel a uno cálido.
Cole gira la cabeza y me mira con curiosidad.
-¿Estás bien?
Me encojo de hombros, con sencillez.
-Supongo, si ahora esto es sentirse bien.
-¿Qué tienes?
Se vuelve completamente hacia mí, haciéndome imposible no mirarlo a los ojos. Todo él puede ser un fantasma pero sus ojos grises son lo único que sigue igual. Cuando lo miro a los ojos siento que estoy viendo al antiguo Cole, y me olvido que es un fantasma.
-¡Cole, soy un fracaso! -admito, al fin-. No puedo invocar un dragón, no puedo hacer ni Airjitzu y… me dejé engañar por Cybermad... Tal vez no soy material ninja, después de todo.
Me rodeo con los brazos. Tal vez decir eso en voz alta debería hacerme sentir mejor, pero no es así realmente. Solo sirve para ocultar que en realidad tengo miedo. Miedo a Cybermad y lo que puede hacer. Y también, por qué no admitirlo de una vez, tengo miedo a terminar igual que Morro.
-Pues en ese caso yo también soy un fracaso -Cole deja de verme y mira al desierto-. Tampoco puedo controlar mis "habilidades" de fantasma... ya ni squiera puedo comer...
Hace un puchero con la boca que casi me hace sonreír. En su lugar vuelvo a mirar el paisaje, y esta vez la mirada de Cole sigue la mía.
-¿Por qué tenían que ser así las cosas? Lo digo por ti. Tal vez si yo hubiese ido por el pergamino y no tú...
-¡Eso es!
Exclama Cole. Sus gruesas cejas se alzan sobre su frente. Una enorme sonrisa se asoma y casi pega un brinco en el aire.
-¿Qué cosa?
-Iré al templo de Yang y le pediré que me convierta de nuevo en humano —me dice, alegre, mirándome con gran emoción.
Se me dibuja una mueca. No quiero ser dura con él, mucho menos cuando lo veo así de feliz. Es sólo que ha estado días buscando como volver a la normalidad y si la opción fuese así de obvia él ya la habría visto.
-No lo sé, Cole, no creo que funcionen así las cosas...
-Claro que sí.
-Cole, debe haber otra cosa.
-¿Cómo cuál?
Agacho la cabeza porque no se me ocurre nada. Supongo que si Yang fuera capaz de volver a los fantasmas en mortales él mismo ya habría salido de su templo. La inocencia en lis ojos de Cole me quiebra y me impide decirle una cosa más.
-Escucha, Mei -la voz de Cole irrumpe en mis pensamientos-. Sé que las cosas han ido muy mal para todos, pero... -después de una pausa, continúa-. Tras lo que pasó en el Monte de la Luz, de no haber sido por ustedes... y luego, en el laberinto de Hiroshi no pude entrar al agua, debo estar lejos del agua, eso me está... -Cole sopesa la siguiente palabra- frenando.
Por la forma en la que dice agua me hace sentir que se refiere a alguien.
-Cole -me mira a los ojos-. Te estás bloqueando a ti mismo, por eso no puedes desbloquear tu arma...
Wow, debería seguir mis propios consejos.
-Lo sé, pero es difícil aceptar mi futuro, quién soy ahora, ¿Crees que solo es cuestión de tiempo? ¿Que de un día para otro podré decir: "Oh, claro, me siento olvidado y eso qué".
Veo el dolor y miedo en sus ojos. Trastabilleo intentando decidir si acercarme a él sea lo correcto, pero cuando intento poner mi mano en su hombro esta lo atraviesa. Cierro mi mano en un puño y la apoyo en el barandal al ver su expresión triste.
-Oye -le digo, con dulzura-, a ninguno le gusta lo que el destino le tenia preparado. Yo tampoco quiero ser la ninja del viento, pero pase lo que pase, estamos juntos en esto.
Él sonríe. Ojalá yo pudiese ayudarlo. Cosas como éstas son las que me aterran. No poder ayudar a alguien, menos a mis amigos... menos a Cole.
-Y luego... está eso... -Voltea la cara, de nuevo hacia el desierto.
-¿Qué cosa?
-Tú.
No digo nada. ¿Qué podría decir? Mis labios se sellan como si acabara de comer su sopa de pato. Okay, Mei, para las bromas. Odio mi sentido del humor en momentos así…
-Cole, yo...
-No, descuida, ya se me pasará.
El ninja de la tierra entra de nuevo al restaurante. Dejo caer mi barbilla en el barandal y doy un laaargo suspiro. Un bulldog que dejaron atado a un poste para motos me mira.
-Ojalá yo fuera como tú -murmuro. El bulldog ladea la cabeza—. Sólo comer, dormir…
Giro sobre el barandal, hasta quedar boca arriba y con la espalda y los brazos extendidos sobre el metal frío. La vida perruna no suena nada mal. ¿Por qué no nací siendo un husky o un labrador?
<<-Te detesto, Morro>>, pienso, viendo las estrellas.
-Oye, ¿De casualidad no conoces una pizzería por aquí? -me pregunta alguien, a quien no miro.
-Estamos en medio de un desierto -respondo.
-Aún así hay un restaurante.
-Ja, irónico ¿no?
-Lo sería más si vendieran pizza.
-No hay pizza, en su lugar venden un jugo pasado de ázucar y carne dura.
-Jum -bromea el extraño.
Sonrío y miro al sujeto. Una capucha me impide ver su rostro. Entonces, me fijo en un escudo en su chaqueta, ese escudo... es el escudo de Lloyd.
-Gracias de todas formas, niña -el extraño se aleja.
-De na-
Pero él ya se ha ido. ¿No es extraño que se haya marchado por la parte trasera del restaurante? Alzo la cabeza y boto un brillo extraño y dorado. Luego, una gran brisa de aire amenaza con sacarme volando y revuelve el polvo. El bulldog ladra como loco. Me cubro de la nube de polvo y trato de averiguar qué sucede. Lo único que noto es algo dorado salir disparado al cielo y perderse entre las nubes.
Lloyd's POV
¿Qué es lo que le pasa a Mei?
Nunca la había visto tan preocupada por algo desde que descubrió la verdad sobre Morro. Que son familia. Se la pasó días enteros intentando descubrir cómo controlar sus poderes. El sensei Wu se ofreció a entrenarla, y ella aceptó aunque no muy segura.
Ni siquiera cumplió una semana entrenando cuando terminó asustándose por habernos lanzado contra una de las paredes del navío accidentalmente. Le dije que estaba bien, que sólo había sido un accidente. Pero ella estaba enserio preocupada y asustada por volver a herir a alguien.
Un día después, en el desayuno, Mei nos avisó a todos con una gran sonrisa que tenía la clave para poder controlar los poderes del viento. Después de eso jamás intentó volver a usarlos, ni siquiera los mencionó.
No es como que tampoco saquemos mucho el tema. La entiendo perfectamente. El como es que un miembro de tu familia haya herido a muchas personas, y al enterarte te sientes como el mismo monstruo. A veces es más fácil ignorar los problemas que enfrentarlos, pero eso no los resuelve.
Pensar en eso me hace voltear debajo de la mesa. Frente a mis pies está una caja color tinto con decoraciones doradas. Mi padre me la dio. Y justo ahora no sé qué hacer con ella. Los recuerdos me duelen, así que tenerla no es muy reconfortante, y por eso la traje.
De verdad que Mei y yo estamos igual. A los dos nos cuesta dejar ir el pasado.
La cosa es que, como ninja verde, yo no tengo el lujo de poder ignorar los problemas y hacer como si no existieran. A veces daría mucho por poder hacer las cosas de ése modo…
—Oye, Lloyd ¿Te encuentras bien? —me pregunta Nya.
Levanto la cabeza. Todos han dejado de reírse y conversar entre sí. Ahora (y para mi desgracia) tienen los ojos clavados en mí. Las miradas penetrantes solo me ponen más nervioso. Me muevo un poco en la silla.
—Eh, claro ¡Qué va! —exclamo, con una mano tras la nuca.
—¿Estás seguro? —vuelve a preguntar Ronin, inclinándose hacia delante en la silla.
Es el único que accedió acompañarnos, además de Rune y Nya. Dareth y el sensei Walter se quedaron con Borg. Si algo le pasa a la ciudad, ellos están ahí. Además de la mamá de Mei, que se queda en su Dojo. Ella también es una gran guerrera.
—No queremos que te conviertas en zombi en medio de la cena… Así: —Jay tuerce su boca y gira los ojos de tal manera que los iris desaparecen. Okay, tal vez enseñarle a hacer eso no fue una buena idea—. ¡Blah!
Kai, Zane y Nya lanzan una carcajada.
—Okay, Jay, ya basta —le pide Nya, poniéndose seria—. Eso es desagradable.
—Do deo de hado una duena iditacion —asegura el pelirrojo, con la lengua de fuera aún mientras habla.
—Ya, enserio, es asqueroso —me río, cubriendo mi cara con una mano y con la otra empujando a Jay devuelta a su asiento. Se levantó hacia mí para intentar “comerme” como un verdadero zombi.
-Ay, espero que no se hayan comido mi pastel porque... -Cole entra y ve a todos riéndose- ¿Se están burlando de Jay? ¿¡Por qué no me avisaron!?
*Face palm.
El pelirrojo y yo regresamos a nuestros asientos. Mi risa desaparece y cambia por unas náuseas atroces. Me llevo las manos a la boca. Me pongo de pie y salgo disparado hacia el baño.
—¿Vas a buscar al mesero? —me pregunta Jay a lo lejos, mientras corro entre las mesas—. ¡Dile que tengo media hora esperando mi hamburguesa!
Diviso los cuartitos a lo lejos. Ya falta poco, Lloyd. Contengo la bilis un poco más, que me está empezando a quemar la garganta. Me cruzo con alguien familiar que va camino a nuestra mesa.
Rune se ríe al ver mi estado.
—Oye ¿Estás bien? Estás más verde que tu traje.
Frunzo el ceño. Miro el baño tras ella y hago lo posible por llegar hasta allá. Cuando el sensei Walter me dijo que el vomito podría ser un efecto secundario de la curación no me molesté en preocuparme.
No es culpa de Mei, es la forma de mi cuerpo de expulsar lo que no quiero dentro. Ay, eso suena asqueroso…
Contengo otra arcada.
—Greeny, voy a llamarte así —sonríe Rune.
No me puedo ni quejar. Entro directo al baño, pero las nauseas ya se han ido. Me lavo la cara y las manos. Al salir choco contra un sujeto enfundado en un traje blanco.
—Perdón —me disculpo y voy directo de regreso a la mesa.
—¿Y mi hamburguesa, Lloyd? —pregunta Jay, molesto.
Me llevo una mano a la frente. Lo olvidé…
—Eh… y-yo, yo…
-¡Atención todo el mundo! -exclama un empleado del restaurante.
Las luces se apagan, menos unos reflectores que apuntan al centro del lugar, en donde hay una especie de "ring de pelea".
-¿Y ahora qué? -pregunta Ronin.
-¡Lo olvidé por completo! Es la noche de pelea -explica Kai-. La gente apuesta por su combatiente favorito.
-Aaah, así que por eso Karloff nos citó aquí -dice Jay.
Claro. Karloff es un sujeto enorme y le gustan las peleas. Tiene sentido por qué cuando Nya se puso en contacto con él para buscar el prisma del metal nos dijera que lo viéramos aquí primero, antes de ir al corredor de los concejales.
-Espera ¿Dijiste "apuesta"? -exclama Ronin. Pone las manos tras la cabeza y se reclina en su silla-. Ahora sí se puso interesante este lugar.
-Ni se te ocurra apostar el dinero de la cena -le advierte Cole.
Miro a la silla vacía a su lado. ¿Mei aún no entra? Creí que al volver del baño ella ya estaría aquí.
-Sólo veremos a un montón de sujetos lanzándose cosas, ¿verdad? -farfulla Nya.
-¡Sí! -exclama Rune, levantándose de un tirón de la silla.
-¿Eh? -murmuro, extrañado.
Quién diría, tan pequeña y tan ruda… Aunque supongo que yo sé eso perfectamente, cuando se la ha pasado insultándome o evitándome.
La peligris vuelve a sentarse. Nos dirige una mirada.
-¿No deberían avisarle a Mei?
-Oh, no. Creo que ella va a estar afuera un rato -le dice Cole, con una mueca de tristeza.
Aplasta una aceituna con el tenedor. Cuando la esferita negra sale volando sobre su cabeza creo que ni siquiera lo nota, porque sigue aplastando algo invisible. Mi boca se curva hacia abajo.
-Uh, es una pena -comenta Rune- ¡Vamos, ya quiero ver la pelea!
Mi mueca se desvanece. Pongo los ojos en blanco.
-En una esquina tenemos a "La roca"-anuncia un señor-. Y en la otra tenemos al "Kappa fantasma"
La roca, un sujeto plagado de tatuajes púrpura que antes trabajaba para Chen. Grande, fornido, el Kappa fantasma parece una hormiga frente a él. Es tan grande que la lanza que tiene en las manos parece de juguete. Su contrincante viste un kimono blanco con un pañuelo y máscara ninja azul marino. Las mangas de su kimono son negras y en su uniforme reluce un emblema de serpiente Marina. Algo en él... me resulta familiar, pero no sabría decir de dónde.
✳⚫✳⚫✳⚫✳⚫✳
Acabo de ver los nuevos sets de "Hands of Time". 😱 Hay uno en donde vienen Cole y Lloyd ¡Cole y Lloyd! Son mi crush, tengo que ahorrar para comprármelo...
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