🤎 CASEY - PRIMER ENCUENTRO 🤎
Casey es el tipo de novio...
Su primer encuentro sería algo así...
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Casey Jones nunca había sido del tipo de persona que evitaba el peligro. De hecho, lo buscaba. Ya fuera enfrentándose a matones en las calles de Nueva York o trabajando junto a las Tortugas Ninja para detener los planes del Clan del Pie, Casey siempre estaba en el centro de la acción, sin pensarlo dos veces. Sin embargo, cuando entró en ese oscuro almacén abandonado, se dio cuenta de que ese encuentro sería diferente.
Mientras recorría el lugar con su bate de hockey en mano, sus sentidos estaban alerta. Sabía que el Clan del Pie estaba por allí, pero lo que no esperaba era encontrarse con alguien más.
—Vaya, vaya... ¿qué tenemos aquí? —una voz suave pero cargada de confianza lo sacó de sus pensamientos.
Casey se giró rápidamente, y allí, entre las sombras, vio a una chica. Su postura era relajada, pero sus ojos estaban llenos de intención. Llevaba una chaqueta de cuero negro y una sonrisa coqueta, como si no le importara el peligro que representaba su presencia. Pero lo que más llamó la atención de Casey fue el símbolo del Clan del Pie en su cinturón.
—¿Quién eres tú? —preguntó Casey, sin bajar la guardia, pero con una curiosidad evidente.
—T/N. Hija de Shredder —respondió ella, dando un paso hacia él. Sus movimientos eran felinos, llenos de gracia y control—. ¿Y tú? Eres Casey Jones, ¿verdad? El que siempre anda metiendo la nariz en los asuntos de mi padre.
Casey sonrió de lado, sin perder el contacto visual. —Eso es. Y parece que hoy también me estoy metiendo en tus asuntos.
T/N rió suavemente, acercándose más. —No me molesta, Casey. De hecho, me parece... interesante. —Su voz estaba llena de coquetería, sus ojos brillando con una mezcla de desafío y curiosidad. Era evidente que disfrutaba del juego.
—¿Así que eres la hija del gran Shredder? —dijo Casey, manteniendo el tono ligero pero con una chispa de provocación—. Pensé que tendría mejor gusto al criar a sus secuaces.
—¿Secuaz? —T/N arqueó una ceja y luego se rió—. Yo no soy como el resto de los tontos que siguen ciegamente sus órdenes. Tengo mi propio estilo. —Se detuvo a pocos centímetros de él, lo suficiente cerca como para que Casey pudiera sentir el calor de su presencia.
Casey no retrocedió ni un paso. Al contrario, le encantaba el desafío. —Bueno, si tienes tu propio estilo, supongo que no te importará coquetear con el enemigo, ¿verdad?
T/N sonrió, sus ojos bailando con diversión. —Solo si el enemigo es lo suficientemente interesante. —Sus dedos rozaron el bate de hockey que Casey sostenía, casi como si jugara con la idea de desarmarlo, pero no lo hizo.
Casey se inclinó un poco hacia ella, sin perder su sonrisa confiada. —Oh, te aseguro que lo soy.
El ambiente entre ellos era cargado, pero ninguno de los dos parecía dispuesto a romper el juego. Casey sabía que estaba coqueteando con el peligro, literalmente, pero algo en T/N lo hacía querer seguir adelante.
—Veremos, Casey Jones. Veremos si puedes estar a la altura de las expectativas —dijo T/N con un guiño antes de retroceder lentamente hacia las sombras.
—Vas a ver que sí —respondió Casey, mientras la observaba desaparecer, sabiendo que su encuentro no sería el último.
Casey Jones patrullaba las calles de Nueva York como de costumbre, con su bate de hockey en una mano y la adrenalina corriendo por sus venas. Era tarde en la noche, el aire fresco y silencioso, perfecto para un enfrentamiento con el Clan del Pie o cualquier otro criminal que intentara causar problemas. A Casey le encantaba el peligro, y esa noche sentía que algo diferente iba a pasar.
Justo cuando cruzaba un callejón oscuro, un sonido apenas perceptible lo alertó. Al girar rápidamente, una figura se lanzó hacia él desde las sombras, y Casey apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de sentir un golpe fuerte en el pecho. Rodó hacia atrás, recuperando el equilibrio con rapidez, y levantó su bate.
—¿Quién demonios eres tú? —gruñó, mirando a la figura frente a él.
Una chica estaba allí, su postura relajada y confiada. Llevaba una máscara que cubría la mitad de su rostro, pero sus ojos brillaban con una mezcla de diversión y peligro. Estaba claro que no era una enemiga cualquiera.
—Soy T/N. ¿Te suena el nombre "Shredder"? —dijo ella, con una sonrisa coqueta que no combinaba del todo con el filo de las armas que sostenía en sus manos.
—Ah, genial. Una de las chicas del Clan del Pie —Casey dijo con sarcasmo, alzando una ceja—. ¿Vienes a probar suerte conmigo? No soy tan fácil de vencer, ¿sabes?
T/N rió suavemente, y su risa era casi burlona. —No me subestimes, Casey Jones. Te he estado observando, y déjame decirte que no estás a la altura de mi padre... pero quizás seas un poco divertido de jugar.
Sin previo aviso, T/N atacó de nuevo. Sus movimientos eran rápidos, fluidos, como si el combate fuera algo natural para ella. Casey intentó bloquear, pero pronto se dio cuenta de que ella era mucho mejor de lo que había anticipado. Cada vez que él lanzaba un golpe, ella lo esquivaba con facilidad, devolviendo los suyos con precisión.
Finalmente, con un movimiento hábil, T/N lo derribó, sujetando su bate contra el suelo y sonriendo desde arriba.
—Parece que gané —dijo ella, bajando la guardia lo justo para inclinarse sobre él.
Casey, sin perder la compostura, sonrió desde el suelo, respirando con fuerza. —Tal vez... pero me gustan las chicas que saben pelear. Hace que las cosas sean más interesantes.
T/N levantó una ceja, claramente sorprendida por la falta de preocupación de Casey. —¿De verdad estás coqueteando conmigo después de que te pateé el trasero?
—Oh, sin duda. Si me vas a ganar, al menos puedo disfrutarlo, ¿no? —respondió él, sin dejar de sonreír, a pesar de que seguía atrapado.
T/N rió nuevamente, liberándolo y dando unos pasos atrás. —Eres bastante valiente para alguien que acaba de perder. Tal vez te deje vivir esta vez, Casey Jones. Quizás te guste más la próxima vez.
—No tengo dudas de que me gustará —replicó Casey, poniéndose de pie con rapidez—. Y la próxima vez, no creas que será tan fácil.
T/N se volvió hacia las sombras, lanzándole una última mirada. —Espero con ansias ver si puedes estar a la altura de tus palabras, Jones. Nos veremos pronto.
Y con eso, desapareció en la oscuridad. Casey se quedó allí, con una sonrisa satisfecha en el rostro.
—Esto va a ser divertido —murmuró para sí mismo, sabiendo que este enfrentamiento estaba lejos de haber terminado.
Casey Jones recorría las azoteas de Nueva York, en una de sus patrullas nocturnas, como siempre en busca de problemas. Llevaba su máscara de hockey y su bate en la mano, listo para enfrentarse a cualquier enemigo. La ciudad estaba relativamente tranquila, pero Casey tenía el presentimiento de que algo estaba por ocurrir.
Y no se equivocaba.
Una figura femenina apareció frente a él en la azotea de un edificio cercano, su postura despreocupada pero desafiante. Vestía ropa negra, ajustada y funcional, claramente perteneciente al Clan del Pie, pero con un toque personal que le daba una vibra de peligro... y atractivo.
—Vaya, vaya... si no es el famoso Casey Jones —dijo la chica con una sonrisa coqueta, dando un par de pasos hacia él, sin ningún tipo de prisa—. Me sorprende verte patrullando por aquí solo.
Casey la miró de arriba abajo, sin bajar la guardia pero tampoco sin perder el interés. —¿Quién eres tú? No pareces uno de esos tipos cobardes del Clan del Pie.
—T/N, hija de Shredder. Y créeme, no tengo nada de cobarde —respondió ella con un tono juguetón, sus ojos fijos en los de él—. ¿Te sorprende ver a una chica peleando?
—Para nada. De hecho, me gusta ver a alguien que no tiene miedo de enfrentarse a mí —replicó Casey con su característica sonrisa engreída, apoyando el bate en su hombro—. Aunque, tengo que decir, ser hija de Shredder no te da muchos puntos conmigo.
T/N soltó una risa suave, acercándose aún más, sin mostrar ninguna señal de intimidación. —Oh, ¿y a ti qué te importa? No necesito que me des puntos. Además, diría que tú tampoco eres el típico héroe.
—Eso es lo que me hace interesante —respondió Casey, ahora disfrutando del intercambio—. Pero dime, ¿estás aquí para pelear o solo para coquetear?
T/N lo miró con una sonrisa atrevida, sus ojos brillando con picardía. —¿Por qué no ambos? Después de todo, el coqueteo es mucho más divertido cuando hay algo de acción de por medio.
Casey se rió por lo bajo, claramente disfrutando del momento. —Me gusta tu estilo, pero no creas que me voy a dejar ganar solo porque eres... bueno, tú.
En un movimiento rápido, T/N sacó una de sus dagas y la lanzó con precisión hacia él, apenas rozando el costado de su máscara. Casey esquivó por instinto, sorprendido por su velocidad, pero aún con la adrenalina corriendo por sus venas.
—Buena puntería —comentó, sin perder la compostura, pero ahora en guardia.
—Lo sé. Pero te estoy dando la oportunidad de mejorar la tuya, Casey —respondió ella con una sonrisa, claramente disfrutando del juego—. No muchos sobreviven a un encuentro conmigo.
—Pues estás hablando con alguien que no sabe cuándo rendirse —dijo él, dando un paso hacia ella, listo para el desafío.
T/N lo observó, sus labios curvándose en una sonrisa satisfecha. —Eso es lo que me gusta escuchar.
Ambos sabían que estaban jugando con fuego, coqueteando peligrosamente al borde del combate. Y, aunque eran enemigos por naturaleza, la atracción y la tensión entre ellos era innegable.
—¿Te veo en otro de estos tejados, Jones? —preguntó ella, retrocediendo lentamente hacia el borde del edificio.
—Cuenta con ello —respondió Casey, observándola desaparecer en la noche.
Era una noche oscura en Nueva York, y Casey Jones patrullaba las calles con la vigilancia de un gato. Había rumores de que el Clan del Pie estaba en la zona, y él estaba decidido a asegurarse de que no causaran problemas. Armado con su bate y su ingenio, estaba listo para cualquier cosa... o al menos eso pensaba.
Mientras se movía entre las sombras de un callejón, una figura apareció ante él. Una chica de cabello oscuro, con un aire atrevido que le recordaba a un trueno. Su ropa era negra, elegante y funcional, y sus ojos brillaban con confianza. Casey levantó una ceja, sintiendo que había algo inusual en su presencia.
—¿Así que eres el famoso Casey Jones? —preguntó ella, cruzándose de brazos y sonriendo coqueta—. Me esperaba a alguien más... imponente.
Casey se mantuvo firme, aunque no podía evitar que un pequeño rubor se asomara en sus mejillas. —¿Y tú quién eres, la nueva recluta del Clan del Pie?
—T/N, hija de Shredder. Y sí, estoy aquí por trabajo, pero también me divierto un poco —respondió ella, su tono lleno de desdén y diversión.
Casey dio un paso adelante, su bate descansando en su hombro. —No deberías jugar en este lado de la ciudad, T/N. No todos son tan amables como yo.
Ella rió, un sonido ligero y burlón. —¿Amable? ¿Desde cuándo? Escuché que te gusta causar problemas, especialmente a los de mi familia.
—¿Tu familia? Bueno, eso explica tu actitud desafiante —dijo él, sintiendo una mezcla de intriga y tensión en el aire. Por un momento, se olvidó de la amenaza que representaba su presencia.
—¿Desafiante? Solo estoy disfrutando del momento. No es mi culpa que te encuentres en mi camino, Casey —replicó ella, acercándose un poco más, su mirada fija en él.
Casey, aunque no era tan atrevido como ella, sintió que debía mantener su postura. —No creo que este sea el mejor lugar para un juego de coqueteo. La ciudad puede ser peligrosa para alguien como tú.
—Oh, por favor. He estado en situaciones mucho peores. Y creo que tú también —dijo T/N, mostrando un destello de complicidad en sus ojos. —¿Qué tal si hacemos un trato? Un pequeño combate. Si me ganas, me iré y dejaré de molestar a tu adorable grupo de tortugas. Si gano, me quedo... y veré lo que hay detrás de esa máscara.
Casey sintió una mezcla de sorpresa y emoción. Sabía que estaba jugando con fuego, pero algo en su sonrisa lo animaba a aceptar. —Está bien, un duelo. Pero no te quejes cuando te ganen.
T/N sonrió, mostrando su confianza. —No te preocupes, Casey. No soy de las que se quejan.
Con una risa que resonaba en la noche, comenzaron a moverse, la tensión palpable entre ellos. Casey se dio cuenta de que, aunque estaba frente a la hija de su enemigo, había algo en ella que lo intrigaba.
Cuando la pelea terminó, ninguno de los dos había ganado, pero había una chispa en el aire. Ambos se detuvieron, riendo y jadeando, disfrutando del desafío.
—Eres más divertido de lo que esperaba —dijo T/N, con una sonrisa traviesa.
—Y tú, más difícil de lo que pensé. ¿Nos vemos de nuevo? —Casey preguntó, sintiendo que algo nuevo estaba comenzando.
—Contigo, definitivamente —respondió ella, dándole un último guiño antes de desaparecer en la oscuridad.
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