Nya es la tipo de novia que...

Pasarían juntas Halloween...

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La noche de Halloween había llegado y la ciudad de Ninjago estaba llena de risas y colores. Nya y su novia, T/N, caminaban por las calles con disfraces que ellas mismas habían hecho. Nya iba vestida como una Sirena Guerrera, con escamas brillantes en tonos de azul y verde, y una tridente dorado en la mano. T/N, por su parte, llevaba un vestido majestuoso con detalles marinos y una corona de perlas, encarnando a la Reina de los Océanos. Ambas se veían impresionantes.

— Nos hemos superado este año —dijo Nya con una sonrisa confiada mientras miraba su tridente—. ¡Definitivamente somos la pareja más épica de Halloween!

— No lo dudo, Nya. La gente no deja de mirarnos —rió T/N, tomando suavemente la mano de Nya—. Aunque creo que en parte es porque te ves espectacular.

Nya le lanzó una mirada coqueta, arqueando una ceja.

— ¿Solo yo? Porque yo no puedo quitarte los ojos de encima, Reina de los Océanos.

T/N sonrió, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas. Continuaron caminando de puerta en puerta, recogiendo dulces y disfrutando del ambiente festivo. Sin embargo, en un momento, el cielo empezó a oscurecerse y las nubes cargadas de lluvia comenzaron a formarse rápidamente.

— ¡Oh no! —exclamó T/N, mirando hacia arriba—. Parece que va a llover.

Nya miró alrededor y vio una casa abandonada no muy lejos.

— Rápido, ven conmigo —dijo, tirando suavemente de la mano de T/N y corriendo hacia la casa.

Las primeras gotas comenzaron a caer mientras entraban corriendo en la vieja mansión, con el crujir de la puerta resonando a su paso. Una vez dentro, se sacudieron la humedad de sus disfraces y rieron.

— Bueno, esto fue inesperado —dijo Nya, echando un vistazo al lugar polvoriento—. Pero al menos estamos secas.

T/N se acercó a una chimenea vacía en una de las salas y, con una sonrisa traviesa, dijo:

— Parece que necesitamos algo de calor. ¿Crees que podrías usar tus habilidades para encender esto?

Nya sonrió con autosuficiencia, levantando una mano hacia la chimenea y, saco un encendedor de sus bolsillos y encendió un fuego que rápidamente prendió los leños viejos.

— Siempre lista para salvar el día —bromeó, mientras el calor comenzaba a llenar la habitación.

Ambas se sentaron frente a la chimenea, disfrutando del resplandor cálido. T/N se acurrucó más cerca de Nya, apoyando su cabeza en su hombro.

— Esto no es lo que teníamos planeado para Halloween, pero... no me quejo —susurró T/N.

— Yo tampoco —respondió Nya, envolviendo un brazo alrededor de ella. Después de un momento en silencio, Nya giró su cabeza y la miró fijamente—. ¿Sabes? Te ves aún más hermosa a la luz del fuego.

T/N levantó la cabeza y encontró la mirada intensa de Nya. Había algo juguetón en esos ojos oscuros, algo que hizo que su corazón latiera un poco más rápido.

— ¿Estás coqueteando conmigo, Sirena Guerrera? —preguntó T/N, con una sonrisa.

Nya sonrió y se inclinó un poco más cerca, hasta que sus labios casi rozaban los de T/N.

— Tal vez... O tal vez estoy a punto de hacer que esta noche sea aún más especial.

La tensión entre ellas se sentía palpable. El calor de la chimenea era solo una excusa; el verdadero calor provenía de la conexión entre ellas. T/N sonrió, sintiendo sus corazones latir al unísono.

— Entonces, ¿qué estás esperando? —susurró T/N.

Nya rió suavemente, pero en lugar de avanzar más, se apartó un poco, con una sonrisa traviesa.

— ¿Quién dice que no me gusta hacerte esperar?

T/N se rió y, antes de que Nya pudiera alejarse más, la atrapó por la muñeca, tirando de ella hacia sus brazos. La proximidad era reconfortante, y ambas compartieron un momento íntimo frente a la chimenea, el crepitar del fuego siendo el único sonido en la silenciosa y vieja casa.

— Te haré pagar por eso más tarde —bromeó T/N, con una sonrisa.

Nya solo sonrió, sabiendo que ambas disfrutaban de esos juegos, felices de pasar una noche juntas, incluso bajo la lluvia.

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