Lloyd es el tipo de novio que...

Jugaría este tipo de juego...

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Lloyd estaba en su habitación, completamente absorto frente a la pantalla de su consola, sus dedos moviéndose rápidamente sobre los botones del control. En la pantalla, su personaje de Final Fantasy estaba en medio de una intensa batalla contra un jefe gigante. Los gráficos impresionantes y la música épica llenaban la habitación, sumergiéndolo por completo en el juego.

—¡Casi lo tengo! Solo un poco más... —murmuró Lloyd, inclinándose ligeramente hacia adelante, completamente concentrado.

De repente, la puerta de su habitación se abrió, y T/N apareció apoyada contra el marco con una sonrisa divertida.

—Lloyd, ¿qué haces? Tenemos que salir. Kai y Nya nos están esperando para la misión —dijo, cruzándose de brazos.

Lloyd ni siquiera desvió la mirada de la pantalla, aunque sabía que su novia estaba ahí.

—Solo dame cinco minutos, T/N. Este jefe es ridículamente difícil, y estoy a punto de ganarle —respondió, apretando los botones con más intensidad.

T/N suspiró y caminó hacia él, deteniéndose detrás de su silla. Se inclinó ligeramente para mirar la pantalla.

—¿Final Fantasy otra vez? ¿No pasaste ya semanas atrapado en ese juego? —preguntó, alzando una ceja.

—Es que... este jefe es diferente. Es como el jefe final del capítulo, y no puedo dejarlo ahora. Si me voy, pierdo todo el progreso de esta pelea. —Lloyd hablaba rápido, como si intentara justificar su obsesión.

T/N lo miró con paciencia antes de poner una mano en su hombro.

—Lloyd, sé que amas este juego, pero tenemos una misión. El equipo cuenta con nosotros, y no podemos llegar tarde solo porque quieres derrotar a un monstruo digital.

Lloyd finalmente apartó los ojos de la pantalla para mirarla, su expresión una mezcla de frustración y súplica.

—T/N, solo unos minutos más, lo prometo. ¡Estoy tan cerca!

Ella suspiró y se inclinó para acercarse más a él.

—¿Qué es más importante? ¿Salvar el mundo real o vencer a un jefe en un juego? —preguntó con un tono que mezclaba diversión y firmeza.

Lloyd se quedó en silencio por un momento, mirando de nuevo la pantalla. Su personaje estaba a punto de recibir un ataque devastador, y, con un suspiro resignado, pausó el juego.

—Está bien, está bien. Vamos a la misión. Pero si este jefe me mata cuando regrese, será culpa tuya —bromeó, sonriendo de lado.

T/N rió y le revolvió el cabello con cariño.

—Te compensaré con una sesión de juego tranquila después de la misión, ¿te parece?

Lloyd se levantó y tomó su equipo.

—Eso suena justo. Pero más te vale que me hagas compañía mientras juego. Necesito apoyo emocional para terminar esto.

T/N sonrió mientras ambos salían de la habitación.

—Trato hecho. Pero primero, a salvar el mundo.