Lloyd es el tipo de novio que...

Pasarían juntos Halloween...

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Era Halloween en Ninjago City, y el aire estaba lleno de risas, disfraces extravagantes y luces brillantes por todas partes. Lloyd estaba en casa de T/N, terminando los últimos detalles de sus disfraces. Este año habían decidido ir juntos como pareja: Rey Dragón y Princesa de los Dragones.

— Creo que ya está todo listo —dijo Lloyd, ajustándose la capa y asegurándose de que la corona en su cabeza quedara bien puesta—. ¿Cómo me veo?

T/N lo observó de arriba abajo, con una sonrisa divertida.

— Te ves increíble, todo un Rey Dragón —dijo, mientras ella misma terminaba de ponerse su tiara dorada, adornada con escamas brillantes—. Y, ¿qué tal yo? ¿Hago justicia a mi título de princesa?

Lloyd sonrió, sus ojos brillaban con admiración.

— Te ves perfecta, la Princesa de los Dragones más valiente de toda Ninjago.

Ambos rieron mientras se miraban en el espejo, satisfechos con sus disfraces. Salieron juntos hacia las calles llenas de gente disfrazada y niños emocionados pidiendo dulces. La atmósfera era festiva, y Lloyd y T/N se mezclaban con la multitud, recibiendo halagos por sus atuendos.

— ¡Miren, un Rey Dragón y su Princesa! —dijo un niño mientras corría junto a ellos, haciendo que ambos sonrieran.

— Vamos a esa casa, parece que tienen muchos dulces —sugirió T/N, señalando una mansión decorada con luces naranjas y telarañas falsas.

— ¡Vamos! —dijo Lloyd entusiasmado, pero justo cuando estaban a punto de cruzar la calle, un grito se escuchó a lo lejos.

— ¡Serpentines! —gritó alguien desde la multitud.

Lloyd y T/N intercambiaron una mirada rápida. No era exactamente la manera en que planeaban pasar la noche, pero sabían que su deber como ninjas venía primero.

— Parece que tenemos que dejar de lado la fiesta de Halloween por un rato —dijo T/N, con una sonrisa, mientras ajustaba su tiara.

— Bueno, al menos estamos vestidos para la ocasión —respondió Lloyd, señalando su disfraz mientras ambos corrían hacia la fuente del disturbio.

Los serpentines habían comenzado a causar caos en las calles, derribando decoraciones y asustando a los ciudadanos. Al ver a Lloyd y T/N llegar, se detuvieron momentáneamente.

— ¡Miren, es el Ninja Verde! —gritó uno de los serpentines—. ¡Y viene con refuerzos!

— ¡Nosotros nos encargamos de esto! —gritó Lloyd mientras se lanzaba al ataque, con su espada lista.

T/N, siguiendo su ejemplo, se abalanzó sobre uno de los serpentines, moviéndose con agilidad y destreza.

— ¡Este dragón tiene garras! —exclamó T/N, mientras bloqueaba uno de los ataques del serpentine, haciendo que retrocediera.

Lloyd, peleando junto a ella, sonrió.

— ¡Por supuesto! ¡Es la Princesa de los Dragones!

Ambos trabajaron en perfecta sincronía, acabando con los serpentines uno a uno hasta que finalmente, el caos cesó. Los serpentines derrotados huyeron rápidamente de la ciudad, dejando a la multitud en paz una vez más.

Lloyd y T/N se quedaron de pie, respirando profundamente después de la batalla.

— Bueno, no fue el truco o trato que esperábamos, pero definitivamente fue emocionante —dijo Lloyd, guardando su espada.

— Y lo mejor de todo es que seguimos siendo los Reyes del Halloween —dijo T/N, riendo mientras ajustaba su disfraz.

Lloyd la miró con una sonrisa.

— Definitivamente. Y ahora... ¿volvemos por esos dulces?

T/N asintió, y ambos caminaron de vuelta hacia la multitud, listos para continuar con la noche de Halloween, pero con la satisfacción de haber salvado el día, una vez más.

— ¿Qué te parece si para el próximo año vamos como ninjas? —sugirió T/N con una sonrisa juguetona.

— ¡Ja! Me gusta cómo piensas —respondió Lloyd, riendo—. Pero esta vez, sin serpentines, ¿de acuerdo?

— De acuerdo —asintió T/N, entre risas.

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