Capítulo 2: Cita doble
Cuando la temperatura en la calle alcanza un número negativo, es una clara señal para todas las personas de que salir fuera es una espantosa idea. Debido a esto es mejor organizarse de otra manera y cambiar las salidas al parque a restaurantes o a bares por mantita y Netflix. Eso había sido exactamente lo que habían acabado haciendo Chuuya y Akutagawa que ante el frío clima invernal que iba a haber estos días, habían apagado la luz del salón, hecho palomitas, se habían acurrucados juntitos en el sillón bajo una manta y habían puesto una peli de su género favorito, de crímenes. Menudos gustos raros tenían.
Aunque la peli llegó a ser lo de menos porque en realidad ninguno la hacía caso. Estaban muy ocupados alimentándose el uno al otro y entre palomita y palomita dejándose un piquito en los labios. En un momento dado, Chuuya dejó de abrir la boca ante la palomita que le ofrecía su novio.
- ¿No tienes más hambre?
- Sí que tengo hambre - ocultó su rostro en su hombro y comenzó a dejar suaves besos sobre su cuello al mismo tiempo que colaba su mano entre sus muslos - Pero de otra cosa.
- ¿Quieres ponerte cariñoso ahora?
- Mmm... ¿qué pasa porque sea ahora?
- ¿Tú que crees?
Con sus ojos oscuros señaló hacia el otro sillón de la sala. Era de una sola plaza y estaba ocupado por Dazai que se sentaba de tal manera que sus piernas quedaban colgando por encima del reposa brazos. Colado en el momento romántico de ambos, en realidad ni les prestaba atención a ellos ni a la peli. Toda su atención estaba encima de su teléfono móvil.
- Chuuya, sé un buen chico y pásame unas palomitas - le pidió sin despegar la mirada del aparato.
- ¿Por qué no te vas un poco a la mierda fuera de aquí?
- ¿Estás de coña? Hace frío. Me congelaré y moriré.
- Pues vete a tu habitación.
- Pero entonces me pierdo la peli.
- ¡Si ni la estás viendo!
- Venga, Chuuya, si el problema es que lo queréis hacer en el sofá, por mí no os cortéis. No miro y ya.
- ¿Cómo iba a follar contigo ahí delante?
- ¿Te pones puritano ahora o qué? - estiró la mano hacia la dirección de la parejita - Palomitas.
- Que te fo...
- Tranquilo - Akutagawa le dio el bol al castaño que nada más recibirlo comenzó a comer, eso sí, sin despegar la mirada del móvil - Por cierto, ¿qué tal tu primer día en adictos al sexo? No nos contaste nada - preguntó mientras se acurrucaba más contra su novio y subía sus piernas a su regazo.
- Pues lo normal, gente diciendo blablabla, otros contestando tal y cual. Lo normal de una reunión de adictos al sexo.
La explicación, lógicamente, no era muy buena y solo conseguía levantar las sospechas de Akutagawa de que había pasado algo en la reunión que no les estaba contando. Decidió dejarlo pasar de momento y rodear el torso de Chuuya con sus brazos para apoyarse en él. A Chuuya por supuesto que le daba igual lo que su compañero de piso estuviese mirando en el móvil siempre y cuando les dejase en paz a Akutagawa y a él, así que ninguno se molestó en preguntar qué era lo que le mantenía tan enganchado a la pantalla.
Si tan solo supieran.
Gatito lindo❤️
Y entonces se me olvidó que había dejado a un hombre esposado a la cama 🙀
Le había dejado con un anillo vibratorio alrededor del pene así que mis sábanas acabaron llenas de semen
A él no le hizo mucha gracia, pero considero que es una anécdota graciosa
Jajajaja
Es graciosa, pero no para él
A ti nunca se te ha olvidado alguien que has dejado atado a la cama??
Bueno, no suelo atar mucho a la gente a mi cama
Oww, pobre, te pierdes mucho
Por cierto, te pillo muy ocupado ahora?
Nah
Que estás haciendo?
Dazai miró el cuenco de palomitas en su regazo y mientras masticaba un puñado, decidió dar la respuesta más falsa pero que le hacía quedar bien.
Estoy en el gimnasio
Ya sabes, ejercitando mis músculos💪🏼
Esta tableta de chocolate tan dura no se mantiene sola 🥵💦
Vas al gimnasio?!
Yo también!!!
Qué casualidad
Podríamos ir un día juntos
Qué actividades haces?
Ya sabes, lo típico
Pesas, flexiones, abdominales, bicicleta elíptica
Todo actividades que me dejan bien duro
Noooo
Que mal suena eso
- Awww, mi gatito pervertido, como lo malpiensa todo - comentó en voz alta sin importarle lo raro que le estaban mirando los otros dos.
Vas al gimnasio solo?
No, voy con mi mejor amigo
Uff, cuidado y no hagáis la tijera de nuevo
Y de hacerlo, graba un vídeo si te acuerdas de mí 😉
Jajajaja 😹😹
Tienes un sentido del humor muy agudo
Me encantas
- Awww, le encanto - apretó su móvil contra su pecho.
Oye, te puedo pedir un favor?
Por ti lo que sea baby 😘
Uff, es que no sé por donde empezar
Tienes amigos tan guapos y agradables como tú?
Esa pregunta eliminó la sonrisa de colegiala que mantenía una conversación con su crush del rostro de Dazai y encendió todas sus alarmas. ¿A qué venía esa pregunta? Pensó que Atsushi estaba decidido a reformase y ahora le preguntaba por si tenía amigos guapos como él. ¿Pensaba recaer? Y lo peor de todo, ¡¿él no era su opción para recaer?! Que sacrilegio.
A que viene eso?
Estabas muy decidido sobre dejar el sexo
Ya te rindes?
Nooo, nooo, no es eso
Verás, no es para mí
Es para mi mejor amigo
¿Se fiaba de esa respuesta? Era como cuando tus padres te pillaban con una cerveza en el instituto y decías que se la estabas sujetando a un amigo, pero en realidad desconfiar era estúpido. Si Atsushi de verdad quería recaer, sería más fácil que buscara una persona en una web de citas a sus espaldas que pedirle descaradamente que le presente a un amigo suyo.
Sé que te suena raro
Pero es que no avanza con el chico del trabajo que le gusta
Por eso me gustaría que conociera a más gente
Y por experiencia, sé que las apps de citas están llenas de idiotas que van a lo que van, así que la descarto como opción
Querría que mi amigo estuviera un rato con un chico tan guapo y divertido como tú
Obviamente tú no cuentas, tú eres mío💖
- ¡LA MADRE QUE ME...! - ese último mensaje hizo que se cayera del sillón y pegara un susto a sus dos acompañantes.
- ¡¿QUÉ MIERDA TE PASA?! ¡IMBÉCIL! - Chuuya se hizo con un cojín del sillón y se lo lanzó a la cara pero Dazai lo esquivó y regresó al sillón, esta vez sentado al estilo indio con sus piernas cruzadas.
- Soy suyo... ¡¡SOY SUYOOOOOOO!! Me ama, le encanto, me desea.
Que rápido me marcas eh 😏
Invítame antes a un café por lo menos
Jajaja, eso ya lo he hecho
Tonto 😝
Con lo de que eres mío me refiero a que eres mi apoyo en las reuniones
Y por supuesto que no te quiero emparejar con mi amigo
Él necesita una relación bonita pero también un poco de sexo duro de ese que te deje la mente en blanco
Sabes de lo que te hablo?
Oh, sí, gatito
Pues déjame que piense...
La mente de Dazai comenzó a trabajar, ¿a quién podía emparejar con el amigo de Atsushi? La verdad es que eso de que fuese tan guapo y gracioso como él era imposible. Solo hay un Dazai Osamu y era él, aunque sí que le podía conseguir a alguien guapo y que no fuese un hijo de puta que solo buscase un polvo y ya. En el primero que pensó fue en Chuuya pero no sabe ni por qué. Él ya tenía pareja y bastante milagro había hecho dios dándole alguien que le soportase. Luego pensó en Ango pero enseguida supo que ni de coña. Era guapo, listo, con empleo fijo en la administración pública, pero dudaba mucho de que pudiera darle una buena relación al amigo de Atsushi porque el trabajo sería lo primero siempre para Ango. La tercera opción fue Odasaku y oye, pues en realidad era la opción buena. Guapo, tranquilo, con cara de pez muerto pero con un corazón de oro. Era bueno con los niños, con los animales, con la gente mayor, con el medio ambiente y tenía conocimiento por anteriores parejas de que era una bestia en la cama.
Pues ya tenía ganador.
Sí, tengo un amigo
Soltero pero no entero
Te mando foto?
No, me fío de ti
Te parece mal ir en una cita doble? 🙏🏼
Mi amigo es algo tímido
Se sentirá más suelto si voy con él
Claro, no tengo problema
Habría que ser idiota para rechazar una cita contigo
Día y hora?
Podéis el sábado a las nueve de la noche?
A Dazai no le dio tiempo ni a consultar a Oda ni a enviar un mensaje a Atsushi diciendo que se lo preguntaría a su amigo porque su móvil había desaparecido de sus manos. Ahora lo tenía Akutagawa que cotilleaba la conversación que había mantenido con Atsushi.
- ¡Eh! Estaba hablando.
- Lo he notado, ¿sabes una cosa? Adictos al sexo son reuniones en las que vas porque has decidido enfrentar tu problema de acostarte todas las noches con gente distinta, no sitios en los que te sientas, escuchas y fuera de ellas luego vuelves a hacer lo de siempre - le devolvió su teléfono lanzándolo al estómago de Dazai - ¿"Gatito lindo" es la nueva conquista a la que tendré que espantar de casa cuando te quiera cortar el pene con unas tijeras?
- Oh, no me jodas, Dazai - Chuuya rodó los ojos, él no se había movido de su sitio - ¿En serio no has hecho ni el esfuerzo?
- ¿Sabéis? Sois la pareja perfecta, los dos sacáis conclusiones sin dejar a los demás explicarse. Para que lo sepáis, listos, que sois muy listos, el "Gatito lindo" es un chico adicto al sexo que he conocido en la reunión. Es dulce, tierno, hermoso, precioso, achuchable y caliente como el infierno.
- Y te lo quieres tirar, mierda, mandarte ahí ha sido un error - Chuuya estiró el brazo y se hizo con el mando para parar la película - Ha sido como invitar a un alcohólico a una barra libre de bebidas.
- Una vez más, habláis por los demás. Se llama Nakajima Atsushi y para callaros la boca, él se toma muy en serio las reuniones.
- ¿Y por eso ha quedado contigo que eres un dildo en funcionamiento las 24 horas?
- ¡Y otra vez! - señaló exasperado con la mano a Akutagawa - Habláis por mí. Es increíble, vosotros solo pensáis en follar, a lo mejor los adictos sois vosotros.
- ¡Explícalo todo ya de una vez, cara mierda!
- Vale, vale, que grosero. ¿Con esa boca le comes el culo a Akutagawa?
- Que te jodan, gilipollas.
- Veréis, Atsushi-kun ha sido en sus tiempos... ummm... como decirlo. Llamémoslo un chico atrevido, pero quiere dejar esa faceta atrás, como este proceso es difícil pues ha decidido apoyarse en alguien de fiar y responsable como yo, es decir, si tiene problemas o piensa en recaer, aquí tiene a su amigo de las reuniones.
- Claro, es decir, que si piensa en recaer, tú te lanzas encima de él.
- Me ofende que pienses así de mí, Akutagawa, pero bueno. Nos hemos intercambiado números y chateamos porque le hago reír, me ama y si se tuviera que pasar la vida besando a alguien seguramente me elegiría a mí.
- ¿Y el "te viene bien el sábado a las nueve"? Te lo vas a tirar.
- Chuuya, tu novio es un malpensado.
- Contéstale.
- Pues nooo, no es una cita para follar, perros en celo. Atsushi-kun quiere emparejar a un amigo suyo y me ha pedido ayuda a mí. Vamos a organizar una cita doble.
- ¿Cita doble? - Akutagawa se cruzó de brazos y frunció el ceño - ¿Ahora haces orgías?
- ¡Que no! De verdad, no entiendo por qué pensáis tan mal de mí. Atsushi-kun y yo somos los celestinos, no los protagonistas de la cita.
- Vale, entonces déjame que vea si lo entiendo - Chuuya despegó la espalda del respaldo para quedar más cerca de él aunque se mantuvo todavía en el sillón - Tú, el hombre que camina por la vida con el pene erecto va a ir a una cita con un ninfómano. ¿Crees que soy imbécil? ¡Te lo vas a follar!
- ¡Oye! Atsushi-kun no es ninfómano, solo... le va un poco la marcha.
- Yo tampoco pienso que sea una buena idea.
- ¿No? - Dazai se levantó del sillón para poder quedar a la altura de Akutagawa - Pues déjame hacer memoria, nadie os ha pedido vuestra opinión.
- Es que... venga ya. Si de verdad quisieras ayudarle le dirías que no.
- ¿Y eso por qué?
- Porque te atrae y a él seguramente le pasa lo mismo. Es como acercar una cerilla a la mecha de una bomba. Si de verdad quisieras ayudarle, le mantendrías alejado de las tentaciones como tú.
Dazai rodó los ojos, era como estar siendo regañado por su madre, aunque bueno, Akutagawa siempre había parecido eso más o menos. Aunque hablando en temas de recuperación, sí que era en cierta medida una posible tentación para Atsushi. Seguro que cualquier psicólogo le diría que se alejase de él, que dejarle en paz sería lo mejor, pero al pensar en eso no pudo evitar recordar la carita triste del chico hablando sobre lo solo que se sentía.
No era justo. No le conocía en profundidad, pero no le hacía falta haber pasado 10 años a su lado para saber que era alguien alegre, amable, tierno y simpático. No se merecía sentir como se sentía ahora mismo.
- Gracias por el consejo, mamá, pero haré lo que considere y lo que considero es quedar con Atsushi-kun así que disfrutad de la peli.
Cansado de escuchar sus tonterías, Dazai abandonó el salón y se encerró en su habitación donde retomó la conversación con el chico.
Sábado a las nueve
Ve eligiendo sitio 💖
Durante el resto de la semana, los contactos que tuvo con su compañero de piso y la pareja de este fueron escasos. No quería escuchar como estos defendían que lo mejor para ambos era mantenerse alejados. Él ya estaba mayorcito para elegir qué hacer y elegía seguir hablando con Atsushi. Sí, admitía que para él el chico era una tentación completa y aunque Atsushi pensase que sí, él no se tomaba las reuniones tan en serio como él. No se pondría un cinturón de castidad alrededor de la cadera, si el albino quería caer o rendirse, él no se opondría a que le considerase como un posible compañero de cama. Con esta resolución ya en su mente, se reunió con Odasaku en la puerta de aquel restaurante donde habían quedado con los otros dos.
- Gracias por venir.
- Tranquilo, no ha sido molestia. Estaba libre este fin de semana.
Odasaku era un buen amigo. A pesar de mostrar el 99% de las veces ese rostro estoico y sin emociones, el chico era muy empático y muy buen amigo. Ahora que lo piensa y tras sus pequeños conflictos con Chuuya, debería haberle pedido a él compartir piso y no a ese Pepito grillo de sombrero elegante. Seguro que Oda no le recriminaba el relacionarse con Atsushi, de hecho, seguro que a él no le habría importado que Dazai invitara a distintas personas cada noche y por lo tanto no le habría obligado a ir a adictos al sexo. Bueno... puede que una convivencia en la que a las dos personas les da igual un poco todo no fuese lo mejor. En la vida era necesaria esa molesta voz de Chuuya y su pareja diciéndole lo que estaba bien y luego él ignorándoles completamente.
- Entonces, ¿quiénes son exactamente esas personas con las que hemos quedado?
Dazai rio por lo bajo, claro que al decirle a Odasaku si quería quedar en una cita doble su amigo no le había preguntado más y había contestado con un simple "Vale", era su naturaleza, pero parece que una vez allí, cuando no había marcha atrás era cuando se ponía a hacer preguntas.
- Es con un chico que... - se calló un momento y se pensó si confesar a Oda o no la adicción de Atsushi. No solo por el hecho de que no quisiese que surgiese algo entre ellos, sino que también, ahora que lo pensaba, era algo grosero ir diciendo por ahí su problema. A lo mejor Atsushi se molestaba si se enteraba de cómo le iba presentando - Es un compañero de... un club de lectura.
- ¿Sí? No sabía que estabas en un club de lectura.
- Sí, jajajaja, en fin, que sorpresa, en fin, dejemos algo clarito como el agua - le señaló de manera acusatoria. Oda era de sus mejores amigos, pero había que dejarle bien marcado los límites - El chico albino es mi compañero del club, lo reconocerás pues obviamente por su pelo blanco, sus ojitos color amanecer, sus muslos regordetes, sus caderas anchas y su culito firme. ¡Pero hey! Ese culo ni se mira, ¿vale?
- Ah... ¿vale? ¿Por qué?
- Pues porque la cita es para que tú quedes con su amigo no con él.
- ¿Con el albino te quieres quedar tú?
- Sí, no, ósea... sí, pero solo si surge, bueno, si lo propone él, no es probable, pero no por mí porque estoy buenísimo y soy un amor de persona. Lo que pasa es que él... - cerró su boca, ya estaba hablando de más.
- No entiendo del todo, pero.... vale.
- Por eso te quiero Odasaku, no criticas, no juzgas. Eres un buen amigo comprensivo, no como la Blancanieves gótica y su enanito borracho.
- ¿Quiénes?
- Nah, déjalo.
- ¡Dazai-san!
Una voz aguda le llamó desde lejos. Con su mano alzada para que les vieran, Atsushi llegó tan hermoso y sexy como siempre acompañado de un chico un poco más alto que él, con el pelo naranja y un piercing en su oreja. Así que ese era su compañero de tijereteo, pues era lindo, no tanto como su gatito lujurioso pero bueno. Uff, tenía que controlar bien su mente para no imaginarse a ellos dos juntos en la cama, desnudos, con Atsushi encima pellizcando los pezones de su amigo mientras compartían un húmedo beso y sus caderas se movían ansiosas por ese consolador doble que profanaba sus entradas y les mantenía unidos.
- Espero soñar con eso esta noche... - por el calor repentino, Dazai aflojó su corbata.
Odasaku miró curioso a su amigo, pero después se fijó en los chicos que venían hacia ellos. El albino se veía tal y como dijo Dazai, muy sexy y en cuanto a su compañero... en realidad se le hacía demasiado conocido, no, hacérsele no, es que lo conocía de verdad.
- Dazai-san, bue... joder - se tapó la boca por eso último pero es que había quedado impresionado por la compañía que traía y él no era el único, su amigo estaba igual o más impresionado pero no sabía decir si para bien o para mal - Perdón, e-eh... Juni-chan, este es Dazai Osamu, chicos, él es mi amigo, Tanizaki Junichiro.
- Hola, es un placer. Odasaku, él es Nakajima Atsushi - le agarró de los hombros para poder susurrarle - A él ni le respires cerca, es mi gatito. ¡Y bueno, este es Oda Sakunosuke! Odasaku para los amigos.
- Sí, lo sé - Tanizaki agachó la mirada sonrojado, ¿a que se refería con eso último?
- No esperaba verte esta noche, Tanizaki.
Las palabras de Oda no aclaraban nada, bueno, en realidad sí, que Dazai y Atsushi se estaban perdiendo algo porque estos dos se conocían.
- Juni-chan, ¿os conocéis?
- Sí.... Él... trabajamos en la misma escuela. Es... mi compañero de trabajo.
Pronunció lo de compañero con mucho énfasis y Atsushi alzó las cejas por la sorpresa al entender a qué se refería. Gracias a la anécdota de su encuentro sexual que relató Atsushi en la reunión, Dazai pudo entenderlo también. Ellos dos se habían acostado debido al calentón que les dio en una clase de seducción de Atsushi para enamorar a ese chico del trabajo que le interesaba a Tanizaki y sabiendo que Oda y él trabajaban en el mismo sitio y además la reacción tan extraña que había tenido al verle, pues todo indicaba a que ese chico del trabajo que le gustaba era el mismo Oda. De alguna manera, esto era una metedura de pata gorda pero el sexy y estoico amigo de Dazai se mantenía ajeno a todo el problema.
- ¿Pasamos?
Ante la repentina congelación del chico interesado en su amigo, Dazai decidió intervenir.
- Ve entrando tú, Odasaku, ahora vamos nosotros.
- Vale.
Una respuesta esperable y lo mismo pasaba con la actitud. Tal vez Oda entendía un poco el ambiente tan extraño que se había formado o tal vez era tan ciego socialmente que no sabía leer el ambiente. Lo más seguro es que fuese la segunda.
- Él es el chico del trabajo que me gusta - Tanizaki confesó lo que ya sabían los otros dos y se puso a dar vueltas con las manos sobre su cabeza - Ay, dios, no puedo hacer esto. ¿Le podéis decir que me he puesto enfermo? No sé, inventaos una escusa, necesito irme de aquí.
- Perdona, yo le he traído así que... de alguna manera es mi culpa. Lo puedo arreglar, tengo otro amigo súper guapo, ¿te gustan los hombres trajeados? Ver a Ango es como ver una peli porno de los Hombres de negro.
Una peli porno en la que estos harían durante toda la cinta trabajo de oficina, pero oye, alguna mentira tenía que usar, no podía dejar escapar esta cita con el albino.
- No hace falta, Dazai-san, aquí no se va a marchar nadie.
- Pero Sushi...
- Shhh - puso un dedo suyo delante de su boca para callarle - Tal vez esto sea el destino, ¿cuál era la probabilidad de que el amigo de Dazai-san fuera el chico que te gusta?
- Pero en el trabajo no he conseguido nada con él, ¿qué te hace pensar que ahora va a ser distinto?
- Pues porque yo estoy aquí, así que estate tranquilo.
- Pero...
- Tranquilo - la mano de Atsushi pasó por detrás de la cabeza del chico, acariciándolo como si fuera un animalito y juntando más sus cuerpos. La escena linda y tierna de amistad se estaba volviendo algo más extraño pero excitante a los ojos de Dazai - ¿Hacemos eso... que tanto te relaja?
- N-no sé, e-es que Oda-san está dentro... y aquí... - miro cohibido hacia Dazai, al castaño le entraron ganas de decir que sea lo que sea que fueran a hacer, que por él no se cortaran.
- Dazai-san es alguien de confianza. Venga, te voy a decir lo que vamos a hacer, primero, toma aire.
Siguiendo el consejo de su amigo, Tanizaki llenó sus pulmones, inflando así su pecho. Atsushi mostró una sonrisa tierna que no tardó en transformarse en una juguetona cuando colocó con suavidad su mano derecha sobre el pecho de su amigo, para ser más exactos, en la zona donde se encontraba su pezón. Su mano libre la usó para pasarla por detrás de la cintura del chico y acabar con el poco espacio que quedaba entre sus caderas. El resultado de este movimiento fue un pequeño gemido combinado de ambos que obligó a Tanizaki a soltar el aire que había retenido.
- El segundo paso era soltar el aire, pero eso ya lo has hecho. Lindo gemido, por cierto.
- O-oye, que tú también lo has hecho.
- Venga, ahora cierra los ojos - su mano derecha apretó el pecho de su amigo. Le provocó otro gemido, pero esta vez lo calló bien - Venga Juni-chan~
No opuso más resistencia, Tanizaki cerró los ojos y Atsushi juntó sus rostros, pero antes de ello le dirigió una mirada a Dazai. ¿Le pediría intimidad? Pero ¿qué intimidad? Si estaban haciendo esto en medio de la calle. El albino no le dijo nada, solo sonrió de lado y mordió débilmente sus labios antes de lanzarse contra la boca de su amigo. Entonces Dazai recordó uno de los fetiches del chico.
El exhibicionismo.
Como si ni Dazai ni nadie estuviera transitando por aquella calle, Atsushi y Tanizaki comenzaron un beso, tímido al principio pero que no tardó en comenzar a subir de nivel. Comenzaron con un pequeño roce de labios, luego sus bocas se volvieron más atrevidas, devorándose lentamente y sin prisa entre ellas. Dazai solo pestañeó un segundo, segundo suficiente para que al volver a abrir los ojos las lenguas de ambos hubieran tomado un papel principal en el beso. Tanizaki se veía el más tímido en aquel encuentro, sus orejas estaban rojas y sus ojos fuertemente cerrados. Atsushi, por el contrario, era el que más suelto se veía, teniendo allí la lengua más dominante que incitaba a su amigo a repetir sus mismos movimientos. Era un hola y adiós entre sus bocas, en un momento estaban juntas, en otro se separaban unos segundos y luego volvían a rencontrarse. Los dos abrazaban al otro por sus caderas y se aseguraban de que solo se separaran para tomar aire y en el caso de Atsushi para dedicarle una mirada furtiva a Dazai para asegurarse de que le estaba mirando.
Que rica y deliciosa tortura. ¿Así es como habría comenzado la vez que ambos pasivos se acostaron? ¿Con un beso así? El imaginarlos una vez más en la cama, jugueteando con sus cuerpos, acariciando sus zonas íntimas y compartiendo un beso tan húmedo estaban levantando un enorme problema en su entrepierna.
- Oh... mierda.
Bajó la mirada alarmado, efectivamente, se le estaba levantando. Bueno, era tan sencillo como cortar su beso, ¡¿pero cómo iba a cortar un beso de pasivos en primera fila?! Era como que te regalaran una tarta de chocolate y tú la tiraras a la basura. Son cosas que no se hacen y menos cuando tenía unas enormes ganas de preguntarle a Atsushi cuando era su turno. ¡Él también quería que su gatito le besara con lengua!
Bueno, se acabó, ya era demasiado. Como su pene levantase la tienda de campaña ahí abajo tendría que masturbarse en el baño de un restaurante, además de que ya estaban comenzando a llamar la atención. Un señor se había chocado con una farola por estar viéndolos y otro estaba con el móvil en la mano, impactado por la caliente escena que veía y seguramente preguntándose si era sensato grabar o no.
Pues de eso nada amigo, búscate tu propio sexy adicto al sexo.
- ¡Chicos, se nos hace tarde! - interrumpió el beso haciendo que los dos separasen lentamente sus bocas. Tanizaki enseguida se tocó los labios avergonzado, mientras que Atsushi le dedicaba una tranquila sonrisa al castaño, como si hace dos segundos no hubiera estado besándose con su mejor amigo en medio de la calle - Odasaku espera, ¿recordáis?
- Cierto, Juni-chan, ¿vamos?
- S-sí... ya me siento un poco mejor.
- Me alegro - como fin de la escena, Atsushi dejó un pequeño piquito sobre sus labios que pareció ser suficiente para encender de nuevo a su amigo ya que al separarse Tanizaki intentó devolverle el beso.
- ¡Bueeeeeeeeeeeno! Mucho porno por hoy, ¿no? ¡Digo! Mucho tijereteo, ¡NO! Quiero decir... ¡Q-que Odasaku nos espera, vamos, vamos! - Dazai se situó al lado de la puerta y se la abrió a los chicos - Como volváis a besaros, os doy un azote.
- ¡Jajajaja! Que gracioso eres - Atsushi pasó contento por la puerta, pero antes de dirigirse a su mesa se giró un poco y meneó el trasero para Dazai - Aunque a mí no me importaría que me nalguearas. ¡Jajajaja!
Dazai aguantó las lágrimas por la frustración de no haber tenido la suerte de conocerle antes y forzó una sonrisa para dejar pasar a Tanizaki y después meterse él en el restaurante. Sacudió su traje y cerró los ojos para pensar en algo que le bajase un poco la medio erección que llevaba, pero en lo único que pudo pensar fue en esos dos chicos besándose, enredados entre sábanas y Atsushi dedicándole la misma mirada traviesa que antes debido a la excitación que le provocaba que le vieran.
Pues obviamente no ha funcionado.
- ¿Dazai-san?
- Id con Odasaku yo... necesito ir al baño un segundito.
Cuando Dazai se reunió con el resto lo hizo después de haber pasado por el baño y haberse mojado la cara varias veces con agua tan fría que parecía provenir del Polo Norte. Llegó a le mesa de cuatro en la que convenientemente estaban sentado Oda junto a Tanizaki y frente a ellos Atsushi con una silla libre reservada para él.
- Dazai-san, ¿estás bien?
- Sí, sí, un... un pequeño inconveniente. Nada grave que un poco de agua fría no solucione - les dedicó una sonrisa para tranquilizares y después se hizo con el menú para echarle un vistazo - Bueno, bueno, bueno, ¿ya sabéis que vais a pedir?
- Yo la verdad es que tengo mis dudas... - Atsushi frunció un poco el ceño mientras miraba la carta así que levantó la mano para llamar la atención de un camarero que se acercó sonriente a atenderle - Perdone, tengo una duda. De toda la carta, ¿qué es lo que me puede dejar más lleno?
- Lleno... - la pobre mente del camarero voló por un momento, pero rápidamente regresó a su planeta - Bueno, en la sección de carnes tenemos la especialidad del chef que no deja a nadie descontento, es el chuletón en su punto con salsa de queso de cabrales.
- ¡Ay, sí, carne! Me encanta la carne, pero dígame, ¿es esta carne bien gruesa y gorda?
- Eh... - la pobre mente del camarero pareció despistarse otra vez - ¿Pe-perdón?
- Le estoy preguntando si la carne que tiene es gruesa y gorda.
- E-emmm...
- ¡Ejem! - fastidiado por la actitud babosa del camarero, Dazai hizo chocar su carta contra la mesa y le devolvió un poco de lucidez al pobre hombre.
- S-sí, supongo que sí.
- Perfecto - Atsushi conectó miradas con él y colocó su mechón largo detrás de su oreja - Me encanta la carne.
- Ah...
- Otra duda, ¿la salsa de queso es pegajosa? Porque me encanta todo lo que me manche y me deje la boca pegajosa.
- Eeeeeeeh...
- Bueno, que sí, que le traiga el chuletón - Dazai le arrebató la carta a Asushi y se la devolvió al camarero junto a la suya - Para mí el guiso de pollo con arroz, patatas y verduras.
- Yo tomaré el salmón al ajillo.
- Perfecto - el camarero tomó su nota y recogió su carta - ¿Y usted?
- Mmm... ¿las costillas al horno tienen muchas calorías?
- Pero tú por eso no te preocupes, Juni-chan. Hay muchas maneras de perder calorías, maneras muy divertidas - le golpeó el pie debajo de la mesa y le señaló con la mirada a Odasaku, obviamente este no pillaba la indirectas de lo que le estaban diciendo.
- Por dios, Sushi... da igual, tráigame los espaguetis a la carbonara por favor.
- Entendido, ¿y para beber?
- ¿Os parece bien vino? - propuso Dazai recibiendo un asentimiento por parte de Odasaku pero una negación por parte del albino.
- Pedíoslo vosotros si queréis, Juni-chan y yo mejor bebemos agua.
- Bien, ¿algo más?
- Sí, ¿cómo te llamabas? - Atsushi le sonrió coqueto pero Dazai les interrumpió.
- Mejor márchese ya, gracias.
El chico se marchó, intimidado por la mirada de Dazai mientras que Atsushi solo hacía un puchero como si fuese un gatito al que le han quitado el ovillo de lana con el que iba a jugar.
- Era mono, ¿no creéis?
- Bah, no era para tanto. Yo soy 100 veces mejor.
- Eso no lo he puesto en duda, Dazai-san. Bueno... entonces, vosotros dos ya os conocéis - comentó mirando hacia la parejita frente a ellos - ¿Y cómo es eso exactamente?
- Trabajamos en la misma escuela primaria - le respondió Odasaku - Yo soy el tutor de la clase de 1ºA y Tanizaki lo es de la de 1ºB.
- Haaaaaala, entonces estáis el uno al lado del otro ¿no?
- Sí.
- Que bien así, tan juntitos. ¿Te gustan los niños, Oda-san?
- Sí.
- ¿Llevas mucho tiempo en esa escuela?
- Cuatro años.
- Waaaao, ¿tienes novia?
- ¡Sushi!
- Yo solo preguntaba, por curiosidad y eso.
- No, no salgo con nadie.
- Oww, pero que pena, es decir, siendo tan guapo y con trabajo. Seguro que tienes un club de fans.
- No creo.
- ¿Sabes? Juni-chan también está soltero.
- ¡¡Sushi!! - se volvió a quejar ahora con el rostro rojo.
- Sí, lo sé y la verdad es que siempre me ha costado creerlo.
- ¿Y eso?
- Es lindo, amable y bueno con los niños, es sorprendente que no tenga pareja.
- Es que Juni-chan es muy exigente, ya sabes, en terreno sexual y esas cosas.
- Sushi - Tanizaki le golpeó disimuladamente debajo de la mesa, avergonzado.
- Pero Oda-san seguro que se llevaría bien con él, tengo esa impresión. Encajarías bien.
Entre comentario indiscreto y comentario indiscreto de Atsushi, el camarero acabó regresando con todas sus bebidas. Atsushi le agradeció con una sonrisa coqueta y Dazai le dedicó una mirada asesina al pobre empleado que se marchó de allí como si tuviera un cohete en la espalda.
- Aww, ¿será tímido?
- Fijo que sí - Dazai se sirvió una copa de vino y de un solo trago se la acabó, volviendo a llenarse la copa a los pocos segundos. ¿En qué momento se había transformado en Chuuya?
- ¿Está fuerte? - le preguntó Atsushi a lo que Dazai negó con la cabeza - ¿Puedo pegar un trago? Solo uno.
- Claro, trae tu copa y...
Ignorando sus palabras, Atsushi tomó la copa del castaño y bebió de allí, otorgándole un beso indirecto tal vez adrede o tal vez inconscientemente.
- Mmm... está muy rico, pero mejor solo un trago que luego bebo y hago cosas raras.
- Ah... ¿qui-quieres más?
- Eres muy generoso, Dazai-san, pero por mi parte será mejor que no. Oye, Juni-chan, ¿por qué no das tú también un trago?
- ¿Eh...? N-no sé.
- Vamos, si es para que te sueltes un poco. ¿O prefieres que vayamos un momento al baño a... "retocarnos"?
Dazai se quedó con la boca abierta por el doble uso de esa palaba. Seguro que el albino no estaba hablando de volverse a maquillar sino de "re" volver y "tocarnos" meterse mano. ¡Volver a meterse mano! Dios, necesitaba con urgencia una grabación de su toqueteo de pasivos.
- Bu-bueno... tal vez.
- ¡N-no creo que haga falta! - Dazai volvió un poco más en sí. Le gustaba el tijereteo que mantenían estos dos, pero solo si podía mirar - Pega un trago y ya, vamos, acerca la copa.
- Vale.
Tanizaki acercó su vaso y dejó que Dazai le echara vino. Al probarlo, torció la boca en una mueca como si acabara de chupar un limón.
- Es muy amargo.
- Jajajaja, Juni-chan tiene un paladar tan infantil.
- No es cierto - se quejó sonrojado - Hay mucha gente a la que simplemente no le gusta el vino.
- El sabor del vino depende de muchos factores además del paladar. También tienen que ver cosas como el recipiente del que se bebe e incluso el entorno en el que lo bebes - Oda iluminó a todos con su curiosa sabiduría.
- Vaaaya, tú sí que sabes cosas, Oda-san.
El camarero de antes volvió con todos los platos que habían pedido, los dejó sobre la mesa y aunque le quería dedicar una sonrisa a Atsushi, la mala mirada de Dazai le dio a entender que si quería vivir mejor no acercarse nunca más a esa mesa.
- Muchas gracias, oh, se va - se giró un poco para ver como huía el camarero - ¿Qué le pasará?
- Nah, estará muy ocupado - opinó Dazai con una sonrisa, pero con una vena marcándose en su frente.
- Mmm... supongo. Oye, Oda-san, ¿eres especialista en vinos o algo así?
- Para nada, solo tengo conocimiento básico. Ya sabes, cosas que se ven en Internet, en revistas o en la tele.
- Yo también sé muchas cosas de vinos - para no perder la atención de Atsushi, Dazai decidió llamar su atención.
- Claro, Dazai-san es muy listo, eso nunca lo he puesto en duda, pero... - Atsushi comenzó a juguetear con su filete usado su tenedor - Me pregunto si la inteligencia de Oda-san y Dazai-san es solamente sobre cosas que salen en los libros.
- Sushi, ¿de qué hablas?
- Pues... que claro que saber muchas cosas te hace una persona muy lista, pero yo considero el saber algo sin haber podido investigarlo como otra manera de inteligencia. Mmm... ¿inteligencia social tal vez?
- Bueno, yo soy muy inteligente en todos los ámbitos, puedo saber lo que quieras. Soy como una bola mágica que frotas y obtienes tu respuesta. Pruébame si quieres.
- ¿En serio? Aunque me encantaría frotarte, Dazai-san, lo haremos de otra manera. ¿Vale?
- Tú frótame lo que quieras - murmuró embelesado Dazai.
- Hacemos preguntas ¿vale? No preguntas científicas ni de conocimiento lógico, van a ser preguntas sobre Juni-chan y sobre mí. Vosotros tenéis que contestar, Oda-san contesta la parte de Juni-chan y Dazai-san contesta la mía. Por cada pregunta que vosotros contestéis, nosotros pegamos un trago de vino. ¿Qué tal?
- ¿Y si no acertamos? - se interesó Oda.
- Si no acertáis tenéis que contestar a una pregunta vergonzosa que nosotros os hagamos. ¿Os parece bien?
Dazai y Oda intercambiaron miradas. Oda parecía ver esto como un juego inocente, pero Dazai estaba que explotaba de la calentura sabiendo la de cosas que podrían pasar aquí. Por su parte, Junichiro solo acachó la mirada avergonzado viendo venir las oscuras intenciones de su amigo, pero aun así murmuró un "me apunto". Al final Oda y Dazai aceptaron el juego también.
- Perfecto, pues primera pregunta - antes de formularla se metió un trozo de carne a la boca y lo degustó junto a un gemido - ¡Mmmm~! Que rico está, amo la carne, creo que no podría vivir sin ella. Sobre todo, sin salchichas gordas, me encantan.
- ¿Te gustan? - preguntó con interés Dazai a lo que Atsushi le sonrió coqueto.
- Me encantan las cosas que me obliguen a abrir la boca bien grande y si me dejan manchado, mejor que mejor. Bien, perdonad que me enrolle, allá va la primera pregunta. Juni-chan y yo... ¿somos vírgenes?
- No - Dazai contestó sin necesidad de pensar, gracias a la reunión él ya conocía perfectamente ese dato por lo que Atsushi sonrió travieso y cogió la copa de Dazai para dar de ahí su trago.
- Como se esperaba, Dazai-san es muy listo. Te toca responder, Oda-san.
Al contario que Dazai, Oda sí se tuvo que pensar su respuesta. La verdad es que era una pregunta extraña pero difícil. Por la escuela siempre veía a Tanizaki tan tímido, tan nervioso cuando él estaba cerca que pensó que era su comportamiento normal. Con esa actitud, le sería difícil saber si era o no era virgen.
- Es una pregunta difícil, pero... diré que sí.
- ¡¿Eh?! - la respuesta coloreó su rostro de rojo y provocó una risa a Atsushi.
- Juni-chan virgen, claro, claro, eso es lo que TÚ querrías. Dile, Juni-chan, ha acertado ¿o no?
- N-no...
- Jajajaja, ya ves, ya ves. Toca pregunta vergonzosa a Oda-san.
- Vale, son las normas.
- La hago yo ¿vale? A ver, a ver que pregunto - Atsushi se pensó la pregunta mientras masticaba otro trozo de carne - Ah, ya sé. ¿Te acostarías con Juni-chan? Si la respuesta es sí, ¿en qué postura se lo harías?
Dazai casi se atraganta con su comida mientras que Junichiro se coloreaba de rojo como un tomate. Ya sabía la de cosas raras que podía preguntar su amigo en este juego pero esto era mucho.
- O-oda-san, no tienes por qué con...
- Sí, me acostaría con él.
- ¡¿EH?!
- Jajajaja, ¿y la postura?
- Mmm... pues sexualmente soy algo dominante. Creo que lo haríamos en el misionero o en el perrito, una en la que yo pudiera estar arriba.
- Ya has escuchado, Juni-chan, Oda-san te quiere poner a cuatro patas.
- ¡N-no ha dicho eso! - protestó Junichiro.
Dazai se quedó a cuadros mirando a Atsushi, pero que mente más perversa tenía. Ahora le gustaba más todavía.
- Venga chicos, siguiente pregunta. Cuando Juni-chan y yo hacemos una mamada, ¿dónde preferimos que se nos corran?
Una vez más, la cena se le atragantaba a Dazai. A este paso mejor dejar de comer. Tras recuperar el aire, ahora sí Dazai tuvo que pensar la respuesta. De esto no había hablado en la reunión ¿o sí? No, habló del tijereteo, del sugar daddy, el trío, la orgía... no habló de sitios donde ama que se le corran. Vale, pues imaginándose a Atsushi de rodillas haciéndole una mamada y él avisándole de que se va a correr. ¿Dónde le diría Atsushi que acabara? Lo normal sería o cara o garganta... aunque sí fuera él, la verdad es que le ponía a cuatro patas y le profanaba para correrse dentro. ¡Ah, eso es! Es una pregunta trampa. No es ninguna de las respuestas corrientes.
- En el caso de Atsushi-kun... yo digo que prefiere que se la metan antes de acabar y le hagan un creampie.
- Pues la respuesta... está mal jajajaja.
- ¿En serio?
- La respuesta es cara, más suerte la próxima vez, Dazai-san.
- Creo que Tanizaki... preferiría tragárselo.
- S-sí... - murmuró avergonzado mientras pegaba otro sorbo de vino y ponía mala cara por el sabor.
- Vale, pues en esta ronda pierde Dazai-san. Toca pregunta vergonzosa - afirmó con un rostro travieso de pura maldad - Tiene que confesar uno de sus fetiches.
- Pues... supongo... que me va el juego de roles y cosas así.
- ¿En serio? ¿A qué le gusta jugar?
- Pues... - Dazai cerró los ojos y se imaginó todo protagonizado por Atsushi - Tal vez la típica escena de que llego del trabajo y mi dulce esposa me pregunta qué quiero hacer. ¿Baño? ¿Cena? O...
- Jajaja, parece encajar con Dazai-san. Vale, siguiente pregunta. ¿Cuál es nuestra mayor zona erógena?
Otra pregunta difícil para Dazai, básicamente porque Atsushi no había hablado de ello en la reunión. Vale, tocaba imaginarse a él encima del albino, este desnudo y dejándose toquetear para encontrar su zona erógena. ¿Los pezones tal vez? El Dazai de su mente probó ambos botoncitos, pero solo consiguió un chillido simple de Atsushi. Esa no era. ¿El cuello? Ahora paseó su lengua por allí, la reacción fue más notable pero no podría decir que fuera de éxtasis puro.
Vamos, Dazai, piensa, piensa... el cuerpo de Atsushi... el cuerpo de Atsushi lleno de leche espesa. Atsushi de rodillas devorando una gorda salchicha que entraba con dificultad en su boca. Atsushi tumbado en el suelo siendo profanado, Atsushi a cuatro patas, su miembro entrando dentro y fuera del chico y su cadera chocando contra sus pomposas nalgas provocando un sonido húmedo. Atsushi diciendo que ya no podía más, alcanzando el orgasmo y cayendo rendido al suelo. Él saldría de su interior y se masturbaría varias veces frente a su rostro para que este consiguiera su adorada corrida en el rostro. Le diría con el rostro sonrojado y la mirada perdida: "Gracias por la comida".
Un momento, como que se había alejado un poco del tema. ¿Cuál era la pregunta para empezar?
- Emmm...
- Cuál es mi mayor zona erógena - le recordó Atsushi viéndole un poco disperso.
- Sí... yo voy a decir... - su mirada viajó por todas partes hasta las piernas de Atsushi donde se perdió - ¿Muslos?
- Waaa, ¿cómo lo supiste?
- Ja, porque lo sé todo. Ya te lo he dicho - le guiñó el ojo, en realidad había acertado por pura casualidad.
- Venga y ahora toca contestar la zona erógena de Juni-chan. Solo vale una ¿vale?
- Mmm... - Oda miró hacia su plato para pensar - Creo... que el cuello.
- ¿Y bien, Juni-chan?
Tanizaki miró de reojo el vino. La verdad es que no le apetecía probar ni una gota más de eso así que supuso que no pasaba nada por mentir. Gran error.
- No es correcto.
- ¿Noooo? - alargando la "o", Atsushi se le quedó mirando raro pues cuando juguetean juntos recuerda como Tanizaki dura poco si le besas el cuello - Aquí huele a mentira, ¿no estarás haciendo trampa?
- Noooo, noooo.
- No te creo - Atsushi le señaló para culparle. De verdad que se lo estaba pasando bien - Las trampas no valen, así que hay que probar esto. Rápido, Oda-san, lama su cuello a ver si dice la verdad o no.
- ¡¿EEEEEH?! ¡Pero Sushi...!
- Jajajaja, vamos, vamos, no seas tímido.
- Me da mucha vergüenza, mejor dejemos esto aquí.
- Noooo, con lo divertido que es.
- Perdón - una camarera se les acercó llevando dos cócteles con una sombrillita cada uno y los dejó frente a Atsushi y Tanizaki - Es para ustedes, de los caballeros del fondo.
La chica señaló a las personas que les invitaban. Estaban a unas mesas de distancia, eran dos hombres fornidos y atractivos que al ser señalados por la camarera les saludaron. Tanizaki se avergonzó por esto. Eran muy indiscretos y algo caraduras invitándoles a copas cuando ellos ya traían compañía. Dazai frunció el ceño y deseó que la lámpara del techo les aplastara. Malditos cerdos que se quieren quedar con su gatito lujurioso. Oda, aunque era difícil notar sus cambios de expresión, se podía ver como también fruncía el ceño levemente. La reacción más extraña fue la de Atsushi que se había quedado congelado sin saber bien qué hacer.
Tal vez el Atsushi de antes de decidir dejar el sexo se habría tomado la copa sin problema, habría ido junto a ellos y si Tanizaki no quería, se habría quedado a los dos para él. No sería su primer trío desde luego.
Un trío... hacía tanto que se le estaban poniendo los dientes largos, como si fuera una persona a dieta metido de lleno en una pastelería.
La camarera se marchó y Dazai pasó de mirar con furia a los dos hombres a mirar desconcertado a Atsushi. Su alegría e hiperactividad había desaparecido y ahora era solo un adicto pensando en si recaer o no. Antes de que pudiera decir nada, Oda fue quien habló.
- No la tomes.
- ¿Eh? - Tanizaki se giró para mirarle confuso por su petición - ¿Qué?
- No vayas con ellos.
Sin nada que aclarase su confusión, Tanizaki se quedó callado esperando a que se explicase mejor, pero como Oda no era el mejor expresándose, simplemente puso su mano sobre la suya y ambos se quedaron mirando a los ojos. Ignorando la escena de estos dos y atrapado en su propio problema, Atsushi miró las bebidas y de reojo a los hombres. Su labio temblaba y había tragado duro. Sabía que no debía aceptar, era solo sexo, acabaría como acaba siempre, con él solo en la cama. No sabía si aguantaría de nuevo esa sensación de vacío.
- Disculpad - Atsushi se levantó de la mesa y salió del local.
Tanizaki se preocupó por la reacción de su amigo así que intentó seguirle, pero Dazai no le dejó.
- Ya voy yo, tú quédate, creo que Odasaku tiene algo que decirte.
Tanizaki le hizo caso y dejó que el castaño fuera detrás de su amigo. Siguiéndole, Dazai salió fuera del restaurante, no le costó mucho encontrar al chico pues este estaba al lado de la puerta con los brazos cruzados intentando darse calor pues era pleno invierno y él había tomado la tonta decisión de abandonar su abrigo dentro.
- Hey, ¿qué pasa? - le preguntó mientras se ponía a su lado.
- Nada, es solo que... - el chico suspiró, dejando escapar ese vaho que creaba su cálido aliento - Esto es muy difícil y ni siquiera ha pasado una semana entera. El sexo me gusta mucho, Dazai-san y eso es lo que vuelve todo tan complicado, pero es que... es que... - el llanto se le había atascado en la garganta y conmovido por eso, Dazai acarició su cabeza para que se sintiera más cómodo - No quiero sentirme más así de vacío y solo. No quiero tener sexo con alguien y no volver a verlo en la vida. Quiero a alguien que esté ahí, que me apoye, que me haga reír, simplemente... quiero que alguien me quiera. ¿Es tanto pedir?
- Sí... es algo difícil de encontrar, pero oye, ¿te has visto? Eres lindo, amable, gracioso y un amigo estupendo.
- Es que me ves con buenos ojos - Atsushi dejó escapar una risa.
- No te veo con buenos ojos, te veo como eres en realidad y así es como eres.
- Gracias - murmuró y se pasó su dedo con delicadeza debajo del ojo para que no le salieran lágrimas - ¿Pensarás mal de mí si pienso a veces en rendirme y volver a acostarme con alguien?
- Pensar en recaer es común, pero sé que no lo harás porque tirar la toalla es de débiles y tú has demostrado ser muy fuerte yendo a la reunión y confesando como te sientes. No vas a recaer, Atsushi-kun - se sorprendió a sí mismo al escucharse decir esas palabras - Yo no te voy a dejar. Volverás a tener sexo, pero será con una persona que de verdad sepa valorarte, que te quiera, te lo prometo. La próxima vez que tengas sexo no te estarán follando, te estarán haciendo el amor.
Los ojos de Atsushi se humedecieron por controlar las lágrimas, como no podía hablar, simplemente se lanzó a los brazos del castaño que le recibió encantado. Estuvieron un rato abrazados, con Atsushi sollozando hasta que se calmó un poco y pudo hablar.
- Ojalá te hubiera conocido antes, Dazai-san.
- ¿Sabes? - acarició la cabellera albina y dejó sobre esta un beso - Yo me siento igual.
Con el chico ya más tranquilo, ambos regresaron a su sitio en el restaurante solo para encontrarse a Tanizaki y Oda besándose. Atsushi rio por lo bajo y tomó la mano del castaño para llevarle a su mesa.
- Me da que vamos a tener que cambiarnos de sitio para dejar intimidad a la parejita.
- ¿Una cena a solas contigo? Suena bien.
Cuando Dazai y Atsushi descubrieron a la parejita comiéndose la boca en la mesa, Tanizaki se avergonzó de sobremanera mientras que Odasaku... bueno, él ya sabemos cómo es. Para él como si no hubiera pasado nada. Respetaron el hecho de que estaban en un lugar público y controlaron sus muestras de afecto, pero eso duró el tiempo que estuvieron en el restaurante.
Para volver a casa, los cuatro acordaron compartir un taxi. Ahora Dazai pensaba que ojalá se hubieran ido Atsushi y él en otro separado, al menos así no tendría que aguantar como Oda y Tanizaki se comían la boca en el asiento de atrás y por si fuera menos se metían mano descaradamente como si fueran dos pares de adolescentes cachondos. Era incómodo que él estuviera a su lado, Atsushi se había librado pues iba en el asiento del copiloto dando charla al conductor. Al menos había recuperado su sonrisa, su dulce y perfecta sonrisa.
Cuando el taxi llegó a casa de Odasaku, ninguno pareció darse cuenta de ello pues estaban muy ocupados comprobando la distancia a la que podían llegar sus lenguas en la boca del otro. Fue Dazai quien tuvo que aclarar su garganta para que la parejita volviera a la realidad.
- Pe-perdón, ¿qué pasa? - con la respiración acelerada y el cabello y la ropa desordenada, Tanizaki se separó de Oda, aunque este siguiera pegado a él besando su cuello.
- Pasa que hemos llegado, hoooola, Odasaku, ¿estás ahí?
- O-oda-san...tu casa - Junichiro palmeó sus hombros para que este despertara.
- Ah, perdón. Gracias por traernos - Odasaku abrió la puerta del taxi y salió para tender la mano a Tanizaki.
- Nosotros nos vamos.
- Disfruta - le dijo Atsushi con una sonrisa burlona.
- Sí... - el chico suspiró, estaba como en una nube desde que Odasaku le confesó que le gustaba - Mañana te cuento.
- Con pelos y detalles.
Tanizaki se estiró para besar su mejilla pero como Atsushi se había movido se besaron sin querer en los labios, dejando al taxista con la boca abierta.
- Ay, lo siento Sushi.
- Tranquilo, aunque confieso que es extraño besarnos con la ropa puesta.
- Es una conversación privada - le echó en cara Dazai al taxista para que dejara de mirar de manera lujuriosa a los chicos.
- Adiós, buenas noches, Dazai-san.
Tanizaki se despidió también del castaño y salió corriendo con Odasaku junto a la casa de este. Desde ahí solo pudieron ver como se comieron la boca en la puerta y entraron con Junichiro enganchado como koala al mayor y este amasando con fuerza sus nalgas.
Mira quienes se lo iban a pasar pipa esta noche e iban a tener un orgasmo. ¿Uno? Era Odasaku, ese chico no volvía a caminar. Iba a acabar lleno de tanta leche que o le hace un queso o le hace un hijo.
La siguiente parada del taxi fue el hogar de Atsushi, este era una enorme casa de varios pisos de color blanco. Si no le hubiese llevado allí podría haber pensando que era la casa de algún rico egocéntrico. Al llegar, Atsushi agradeció al taxista y preguntó a Dazai si podía acompañarlo a la puerta. Dazai le acompañó y cuando llegaron a la puerta, Atsushi se quedó parado frente a ella en lugar de entrar.
- Muchas gracias por todo lo de esta noche. No sé qué habría hecho sin ti.
- Nah, no ha sido nada. Ya sabes, soy tu apoyo en las reuniones ¿no?
- Sí, así es - Atsushi se meció levemente, intercambiando miradas entre la puerta de su casa y Dazai - Bueeeeno.
- Sí, bueeeeno.
- Yo me voy ya, hablamos ¿vale?
- Claro.
- Ah, una cosa más, Dazai-san.
- ¿Qué pasa?
Atsushi enganchó el brazo del mayor y lo tiró hacia él para poder ponerse de puntillas y dejar un beso sobre su mejilla. El gesto dejó un poco en shock al castaño, en cambio, Atsushi solo se rio y acarició la mejilla que se había quedado sin besar.
- Me lo he pasado muy bien. Repitamos, ¿vale?
- S-sí...
Dazai estaba ido y eso solo le causaba más gracia al albino que agarró ahora la corbata del mayor y jugó a enrollarla y desenrollarla alrededor de su mano.
- No me cabe ninguna duda de que Dazai-san es la clase de chico que conseguiría que me corriera solo con juguetear con mis pezones. Dios... si tan solo te hubiera conocido un día antes... - Atsushi se pegó a él, restregó su entrepierna contra la suya y aguantó un gemido - Ah... maldición, que bien nos lo habríamos pasado. Habría sido tan divertido fracturarte la cadera a sentones.
- Ah... ¿e-en serio?
- Sí - Atsushi posó sus manos sobre su pecho y luego las fue bajando lentamente. Cuando casi las tuvo sobre su entrepierna medio despierta, ahogó un gemido mordiendo sus labios y alejó las manos como si quemaran - Bueno, que se le va a hacer. Buenas noches, Dazai-san.
Atsushi recuperó su normal actitud animada y sonriente, como si hace tres segundos no hubiera estado a punto de tocarle el pene y se despidió antes de entrar en su casa lanzando un beso al aire acompañado de un guiño. Dazai hizo el gesto de atraparlo cerrando su mano en el aire en un puño y cuando el albino cerró la puerta, aprovechó para llevar su puño a sus labios para dejar allí libre el beso del albino.
Al regresar al taxi, el móvil de Dazai vibró y se llevó la sorpresa de encontrarse con un mensaje de Atsushi. A pesar de haberse despedido en persona, el chico también le despedía por ahí con emoticonos de luna, de alguien durmiendo y de una marca de labios en señal de que le dejaba un beso de buenas noches. Incluso le había dejado un sticker de gatito con pijama listo ya para dormir.
- Dios... - apretó el móvil contra su pecho y suspiró como toda una colegiala enamorada - Que lindo es. Me encanta.
El albino era toda una tentación, tierno pero atrevido, con una faceta sexual de lo más interesante, pero aunque Atsushi le despertara calor ahí abajo había que admitir que también le despertaba calor arriba, en el corazón.
Hola!!! Hasta aquí el capítulo. ¿Cómo no va a caer enamorado Dazai de un uke adicto al delicioso? ¡Es imposible!
Dejen su estrella si queréis un Atsushi ninfómano solo para vosotros (pidan a Dazai que comparta).
Gracias por leer, os quiero y nos vemos en el próximo capítulo.
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