El chico agredido.
Antes de empezar lee el prólogo en la presentación del fic.
Y recuerda que es un ensayo desde mi punto de vista muy personal.
Admito que no a muchos gustará esto. De nuevo... Es un ensayo de lo que creo que podría haber sido la niñez de Souichi. Desmarañando su personalidad hasta llegar a ser el tirano que adoramos. Es mas bien de mi para mi. Su único amigo. Su posible primer amor de adolescente. La muerte de Hanna y la relación con sus hermanos. Quien quiera venga y sueñe conmigo lo que quizá puede haber pasado en un universo lejano.
Cap 1__
Una tarde cualquiera, a la salida de una escuela cualquiera. Encontramos en uno de los callejones la primera escena de esta historia. Podría ser que no pasara asi. Pero juzguen ustedes si no es factible que los hechos sucedieran de este modo.
Un chiquillo, corre despavorido a todo lo que sus jóvenes piernas pueden llevarlo tan lejos como puedan del peligro. Mochila al hombro, va cortando el aire huyendo y empujando todo lo que encuentra a su paso. Desesperado entra a una calle con la esperanza de encontrar refugio entre unos contenedores de basura. Los que siempre le sirven de escondite. Pero para su desgracia esta vez están cerrados. Con sus manos intenta abrirlos desesperado y sin éxito. Alza la mirada y logra ver a sus perseguidores atravesar la calle a toda prisa. El chico echa de nuevo a correr pero la maya al final del callejón es una prisión que intenta en vano escalar. Al no ser bueno librando obstáculos el debilucho quinceañero siente una mano halandolo del talle de su pantalón haciendo que se estrelle contra el piso. De inmediato una lluvia de patadas lo recibe en su caída. Cubriendo su rostro por inercia atina a ver sus libros y cuadernos volar en pedazos por los aires. El castigo termina solo cuando la sangre cubre su camisa blanca de colegio y los matones arrancan su dinero y su pequeña consola de juego de la mochila. Satisfechos con el botín robado se marchan dejando al chico herido y desvalijado con la amenaza de un nuevo encuentro.
Cómo puede, el agredido comienza a recoger sus pertenencias rotas y sucias. Es otro dia de esos muy malos en la escuela. Acostumbrado a ser el nuevo., invisible para casi todos. Menos para los bravucones que envidian sus pertenencias.
Sale del callejón cabizbajo y derrotado. Ante las miradas de algunos chicos que no hacen nada por ayudarle. Sin mirarlos simplemente se dirige a casa. Otra vez mentiría acerca de sus heridas inventando una falsa caída debido a su torpeza al jugar fútbol con sus muchos amigos.
De pronto alguien le empuja en el camino...
__ Hey! Olvidaste esto... supongo que es tuyo...__
El chico se voltea apenas al ver la mano que le extiende su libro de matemáticas. Sin mirarlo toma el objeto y lo guarda torpemente en su mochila. Luego se aleja sin más.
Ya en casa simplemente pone en práctica su plan de mentiras. Y no dice nada más a sus padres.
Esa noche reza por que algún mal acabe con su miserable vida.
Al día siguiente en la escuela el chico nuevo con el ojo morado, llega al comedor como siempre. No habla con nadie y se sienta solo a almorzar. Uno de los chicos grandes pasa a su lado, toma una manzana de su bandeja de almuerzo y con aire desafiante le susurra una amenaza al oído y luego le derrama el jugo en la cara, riendo a carcajadas al marcharse.
El muchacho siente como le miran sin poder hacer nada. Sin que nadie haga nada para defenderlo. Al principio él se enfrentaba a estos depredadores chantajistas. Pero las palizas y humillaciones no cesaron, al contrario. Fueron cada vez más y más lejos lejos.
Harto y confundido, decide llorar de rabia en el baño de chicos. Pero hasta allá fue seguido para ser atormentado.
Un chico solo a merced de nuevo de tres grandes matones de último año. El joven decide como siempre enfrentarse y luchar solo. Apretando los puños está hoy dispuesto a morir con honor entre aquellos desalmados. Un primer golpe a la cara del mas grande solo logra hacer que este se enfurezca un más con él y le propina un puñetazo al hígado.
__ Ahora, pequeña escoria vas a ver quien soy... los ricos son una mierda! Te crees mejor que nosotros?... te haré papilla...!__
__ Vaya!! Qué valientes son... Golpeando a un chico mas pequeño solo...!__
De pronto de entre las puertas de los inodoros sale otro chico. No más grande que el nuevo ni mayor. Con aire desafiante y una mirada matadora que despedía fuego contra los matones.
__ Y este de donde sale??? Lárgate "cuatro ojos" luego nos encargaremos de ti! Espera tu turno de ser apaleado jajaja _ Reían los mayores al ver al enano flaco en posición de ataque. Este sin pensarlo se abalanzó hacia el más grande pateandole la entrepierna y golpeándole en la cara cuando se agachó a revolcarse de dolor.
Al ver esto los otros dos le atacaron de inmediato. Pero el pequeño no se amedrenta, sin pensarlo sacó su lápiz del bolsillo y lo clavó con zaña en el brazo de uno de ellos.
__ Hey! Vas a quedarte ahí viendo??? Patealo con todo lo que tengas!__
Le ordenó el de lentes al otro pequeño como estrategia de ataque. Este sin pensarlo dos veces se le fue encima al matón que quedaba. Ya en el uno a uno se sentía más confiado y la rabia de un mes de maltratos y humillaciones afloró en furia y patadas.
Hasta que alguien alertó a los maestros que llegaron a separar la pelea.
Varios maestros se necesitaron para frenar la ira de los pequeños contra los tres bravucones.
Minutos después, en detención los dos vengadores esperaban su turno de recibir a sus padres. Un código de silencio no escrito, bastante retrógrado y machista les obligaba a guardar silencio sobre el abuso.
__ Soy (*)kuma... Gracias por ayudarme!...__
__ Seee ok. No es nada __
El chico nuevo extendió su mano con los nudillos rotos al tiempo que reverenciaba a su ayudante.
Este lo miró como si se tratase de una raza extraña. Pero al verle tan solemnemente agradecido recibió la mano por un microsegundo.
__ Tatsumi...__
Kuma miró a su compañero de pelea. Su semblante era el de un chico listo. Lo había visto en la biblioteca cuando trataba de esconderse allí de sus perseguidores. O en la clase de ciencias.
Siempre ocupado en sus estudios. Sin hablar con nadie. Le debía la vida a este jovencito erudito y solitario. A quien nadie vio sonreír más que en la entrega de promedios. Cuando superaba a los otros pobres mortales sin cerebro. No es que Kuma no fuera un buen estudiante, simplemente se lo tomaba con más calma. Quería tener amigos en su nueva escuela. Pero el haber entrado a medio curso, lo puso en la mira de todos. Su familia era extranjera. Venían de Corea. De donde en Japón viejas rencillas de otros tiempos le hacían no ser del del todo bienvenido. Para colmo su familia era rica. Lo que se notaba en sus pertenencias y modales. La escuela de Nagoya era pública. Pero muy prestigiosa. Por lo que sus padres prefirieron enviarle allí para formarle un carácter noble y pujante.
Al salir de detención con sus padres los muchachos fueron reprendidos con una semana de expulsión y una boleta en su expediente. Un testigo secreto testificó los maltratos al más pequeño, esto suavizó el castigo con solo expulsión para los bravucones. Pero el hecho de haber sido bastante salvajes fue lo que no los salvó del castigo.
__ Souichi kun! Con tu madre que ha estado enferma, no puedes darle estos disgustos. Hijo... trata de controlar ese carácter.__
__ Souinji, Querido. No lo reprendas tanto. Ya ves que mi hombrecito actuó en defensa propia. Además es tan buen estudiante. Que no podemos pretender que sea perfecto en todo.__
La madre del rubio se acercó a su retoño con un guiño cómplice, peinando su cabello y arreglando su ropa.
__ Vamos a casa. Me siento débil por el resfrío __
Souichi salió del colegio con sus padres. No muy lejos divisó al chico nuevo que le saludaba con la mano. Pero al voltear a ver, alguien más llamó su atención. Era una niña al lado de Kuma. Sus ojos grandes y cabello tan negro que podía ser azul a la luz del sol, recogido en una colita de caballo. Su rostro era lo mas hermoso que había visto. Con una gran sonrisa con brakets y las pecosas mejillas, sonrojadas al verse descubierta mirando al nuevo amigo de su hermano.
El mismo Souichi sintió su cara sonrojar al encontrarse embelesado mirando a la niña. Pero de inmediato quitó la mirada y escondió su cara entre sus padres. Odiandose por el gesto tan infantil que acababa de hacer.
El pobre Kuma sonreía, al fin tenia un amigo real del cual hablarle a sus padres. Casi no podía esperar a que amaneciera para disfrutar de su nueva amistad. Conversaciones, juegos, cosas de amigos.
Nada más alejado de la realidad según el carácter estudioso y solitario de Souichi.
Algo que *Kuma debió aprender más adelante. Lastimosamente también a golpes.
* Llamé Kuma a este chico en honor al personaje de Hinako Sensei en "Hari Hi Mori No Naka" luego verán por qué. Aunque su relación no es parecida estarán unidos por siempre.
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