Los últimos días se pasaron volando y ya tenia que irme. Milo me despidió con un beso y la promesa de visitarme cuando pudiera. De verdad voy a extrañarlo.

Siberia es un lugar muy frio y blanco, tarde un poco en aprender el idioma, así que mientras yo enseñaba a mi discípulo técnicas, él me enseñaba ruso. Isaack es un chico peliverde de seis años.

Le cuesta un poco de trabajo dominar las técnicas básicas, pero se esfuerza. Tiene un gran potencial.

Isaack: Maestro, ¿Algún día seré tan fuerte como usted?

Camus: Esa es la idea Isaack

Pasaron los meses y Milo no me visitaba, ni me llegaban sus cartas. ¿Y si se olvidó de mi?

A un mes de mi cumpleaños numero catorce, llegó otro chico, un rubio llamado Hyoga, que venía de Japón para ganarse la armadura de cisne.

Isaack estaba muy emocionado, habían llegado otros chicos y chicas antes, pero habían desistido, sin embargo Hyoga no se iba a rendir hasta tener la armadura, así que él i Isaack pasarían mucho tiempo juntos.

Isaack: Soy Isaack, un gusto -Sonríe- Espero seamos amigos

Hyoga: Yo... Espero lo mismo -Sonríe

El día de mi cumpleaños, me levanté y el desayuno estaba ya servido en la mesa.

Hyoga/Isaack: ¡Buenos días maestro!

Camus: Que pasa aquí

Isaack: Es su cumple señor Camus, preparamos esto para usted -Sonríe

Hyoga: Esperamos le guste

Camus: Ah... chicos... -Los miro- Muchas gracias

Isaack: A usted por enseñarnos

Camus: y sobre eso... ¡Salgan a entrenar!

Los dos se ponen rígidos y salen corriendo

Los dos: ¡Si maestro! -Se van

Camus: *Sonríe Niños...

Continuará...

¡Por fin actualizoooo!

Espero les haya gustado